viernes, 28 de diciembre de 2012


CON ANTONIO NEGRI: UNA CONVERSACIÓN SIN CATEDRAL.

Miguel Angel Herrera Zgaib
Profesor asociado, Ciencia Política, Unal, Bogotá
Director Proyecto Seminario Internacional A. Gramsci

Un preámbulo ejemplar

                                                                  El último día de la visita de Antonio Negri a Bogotá conversé con él en el hostal donde  residió temporalmente. Así culminó un proceso del que tuvimos noticia cuatro meses atrás, cuando confirmó su visita.  Iba primero a Argentina,  al  Congreso sobre Baruch Spinoza en la Universidad de Córdoba. Después seguía Quito bajo el abrigo académico de Flacso (Ecuador). Luego, al fin del periplo, Bogotá, donde pernoctó la última semana de su visita.

Antes  le propuse temas que incluían una intervención en el VII Seminario Internacional A. Gramsci, porque en los últimos trabajos, Multitud y Commonwealth, él y Michael Hardt mencionan categorías y problemas del legado gramsciano. Igualmente, el interés por realizar una interlocución sobre la obra  de Nicolás de Maquiavelo, su proyección quinientos  años después de la caída de Florencia. En suma, tres italianos ilustres concitados para una reflexión cuyo horizonte problemático tenía por territorio de prueba a Colombia y la Subregión Andina, y tres asuntos, la democracia, la guerra y la segunda república.

Acariciamos también la oportunidad de hacer un diálogo cruzado con la obra de Rancière, uno de los críticos de izquierda de la noción de multitud y democracia, que él confronta con la concepción particular de pueblo que  apoya la praxis del  demos griego. Rancière lo expuso en una entrevista que le hizo Eric Alliez para la revista Multitudes.  Por último, la oportunidad de establecer como cierre del recorrido un diálogo de Toni Negri con las organizaciones sociales y políticas colombianas en relación con los asuntos globales, regionales y locales de más relevancia y urgencia.

Toni dijo que él tenía ochenta años. No esperaba recargarse de quehaceres intelectuales. Habría tres momentos públicos en el programa coordinado por Víctor Manuel Moncayo, ex rector de la Nacional y estudioso de la obra de Negri. Así, él fungió la más de las veces como un académico convencional, jugando el papel del profesor universitario, un ejercicio que le está proscrito en Italia por haber condenado por su quehacer político contra el Estado en los más vibrantes tiempos de la autonomía, los llamados “años del plomo”, de la auto-valorización del trabajo.

Un contrapunto necesario

Sin embargo, en los demás lugares de la tierra Toni es un intelectual de izquierda que milita con la causa de las multitudes,  un comunista ajeno a las fascinaciones partidistas y a la academia per se. Ahora, en Colombia,  fue, se dice, interlocutor  del alcalde Gustavo Petro, quien habla con frecuencia de multitudes y democracia, pero nunca de imperio y comunismo.

Y él tuvo también conversación privada con comunistas, socialistas y libertarios, quienes han sido críticos acerbos, burlones de las tesis de imperio, el poder constituyente, y el gaseoso sujeto “multitudes” en el inmediato pasado. Acompasados con el tañir de las campanas de Atilio Borón y su ortodoxia partidista  en la catilinaria contra el último Negri, el “revisionista”,  a la espera impaciente de su “redención” del reformismo.

Otra cosa fue cuando  lo escuchamos diez años atrás, virtualmente, contra viento y marea. Inauguramos con Negri, bajo libertad condicional, desde Roma la serie de las videoconferencias internacionales en el Auditorio León de Greiff, en la cátedra Manuel Ancízar que compartimos la Facultad de Derecho y Ciencia Política con Ciencias Humanas. El tema entonces fue Imperio, libro que llevaba dos años de publicado recibiendo grandes reconocimientos y también críticas implacables  de todas las orillas.

 Al respecto anunció entonces que escribía y revisaba ya con Michael un segundo volumen, Multitud. Guerra  y Democracia en la era del Imperio. La sesión duró algo más de una hora, con traducción simultáena pero no hubo registro visual. La ingeniera encargada de la logística  olvidó  su grabación. A la postre solo quedó el registro sonoro, que  pasamos en dos oportunidades, en la emisora de la Nacional  y en la Radio Nacional de Colombia.

Una expectativa mayúscula

Con todo, la expectativa era mayúscula. Teníamos al fin en persona a Toni Negri, crítico radical del orden capitalista, el trabajo alienado, el Estado burgués, la nación, el pueblo y el poder constituido, así como la forma partido y sindicato. Antes de esta visita tuvimos cuando menos dos intentonas fracasadas. La primera con ocasión de la venida de Noam Chomsky a Bogotá, que éste aplazó.

 La siguiente oportunidad aprovecharía la visita de Atilio Borón a Bogotá, el más conocido crítico latinoamericano de la obra Imperio en la publicación Imperio & Imperialismo, hecha por el  exsecretario ejecutivo de Clacso. Este ensayo lo  premió  Casa de las Américas que no ha hecho edición alguna de Imperio o trabajos de Negri que sepamos. La ortodoxia marxista en Colombia lo veía como el campeón a oponerle. El intercambio planeado tampoco  fue posible.  Esta vez  Toni  tuvo una intempestiva recaída de salud.

En cambio tuvimos a Michael Hardt  en otras dos oportunidades.  Un primer ejercicio académico en persona, compartido con la Universidad Javeriana. Fue la oportunidad para aclarar y debatir a la obra Imperio, así como la importancia de la multitud como nuevo sujeto político. Después en el V SEMINARIO INTERNACIONAL A. GRAMSCI hicimos una conferencia virtual con Michael desde la Universidad de Duke,  en conexión simultánea de la Nacional, La Universidad Javeriana de Cali,  el Politécnico Grancolombiano, y   Pedro Karczmarzcyk, investigador de la Universidad de La Plata. La coordinación fue  del Grupo Presidencialismo y participación, y el Comité organizador de los Seminarios Gramsci.

Aproximamos en el diálogo con Hardt  la tópica de la hegemonía y la contra-hegemonía, la actualidad del comunismo, la hegemonía, y su relación con lo Común, motivo central del tercer volumen de la serie Imperio. La experiencia fluyó de modo principal en torno a  Multitud y Commonwealth, pero hubo un breve sumario de Imperio. Con estos antecedentes, la visita de Toni Negri iba a engalanar las deliberaciones del VII Seminario, directa o indirectamente.

Un desenlace con televisión pública

Este año  no hubo intervención directa de Negri en el Seminario Gramsci. Él tampoco se presentó en el auditorio de Derecho y Ciencia Política, aunque la Facultad aportó la mitad del costo de su visita. Como alternativa, desde el comienzo,  busqué la posibilidad de realizar una grabación para la televisión pública, el Canal Capital. Había comprometido el interés de Hollman Morris, creando un espacio especial bajo el nombre de “Diálogos” que inauguramos con la interlocución con Jacques Rancière, el 31 de octubre, transmitida en la mañana y la noche a la audiencia capitalina dos semanas después. La hicimos parte de las s deliberaciones del VII Seminario Internacional A. Gramsci.

Con el entusiasmo de Leonardo, egresado de la Escuela de cine, insistimos y se grabó la sesión final de Antonio Negri tenida en el Auditorio León de Greiff. El tópico era lo común y el cuestionamiento frontal a la separación privado/público que lo erosiona y parasita en el capitalismo. Hubo un previo interludio de Víctor Manuel Moncayo, el anfitrión, con poca mención sobre lo común. Eso sí hubo la traducción de varios ensayos publicada como libro y vendida en los tres escenarios de las sucesivas conferencias.

Lo fundamental del proyecto televisivo se tradujo en la grabación de la última conferencia, la cual  está desde entonces dispuesta para el público, y es la segunda realización del recién creado espacio  “Diálogos”, a cargo del Canal Capital.

El Diálogo al Filo del Tiempo

Con estos antecedentes tuve un diálogo con Toni Negri, la más influyente figura viva del autonomismo obrero, un pensador dispuesto a llevar a Marx más allá de Marx. Por tal motivo, un sacrílego de la vulgata marxista. Calificado cuando ejercía su docencia en Padua como el maestro cattivo, corruptor de juventudes.
La conversación sobre temas puntuales  duró  veinte minutos, a partir de las 11.20 de la mañana del sábado 23 de noviembre. Poco después Toni tomaría el avión de regreso a Roma. Lo sabía cuando acordamos nuestro diálogo de despedida.

Anticipé mi llegada a la cita acordada por teléfono. A las 11.15, estaba en el foyer del Hostal Park Way en el barrio de la Soledad enclavado en la localidad de Teusaquillo. Lo esperé en la sala de recibo, un ambiente modernista con muebles demodé, un equipo de sonido y una chimenea en el entorno. Toni aparecía cinco minutos después. Nos saludamos formalmente, subió la escalera de caracol hasta  su habitación del segundo piso, donde cambió su atuendo y se puso más cómodo.

En el  ínterin  rememoré lo delgado que lucía, su pelo bastante canoso, la estatura regular y su prominente nariz,   un rostro amable que definía una mirada penetrante. Evoqué por momentos cómo los reclusos de las cárceles fascistas imaginaban físicamente a Antonio Gramsci, y la sorpresa que recibieron cuando él fuera su compañero de celda. Tal y como se recrea en la película Los días de la cárcel. 

Empecé la conversación ofreciéndole a Toni la versión impresa y revisada de su primera conferencia sobre  Spinoza y  Marx, cuya traducción publicó el espacio virtual  Multitudes en español. Le indiqué que la traducción tenía algunas deficiencias; p.e., se tradujo excelencia por “excedencia”. Dijo que el traductor  era bueno, pero, igual, él tenía que revisar todo el texto que escribió originalmente el 31 de octubre, según figura en la versión original. Porque había cosas que aclarar y precisar; y tomó las hojas impresas consigo.

En seguida, pasamos al asunto de lo singular que  trató en la conferencia inaugural del auditorio Virginia Gutiérrez de Ciencias Humanas. Y cómo equiparar lo dicho por Spinoza y Marx, porque Negri reconocía que Marx no emplea la expresión “singular” en sus escritos. En la conferencia hubo un diálogo nutrido que abrió nuevos interrogantes. El énfasis en lo singular destaca la  relevancia del sujeto en la historia, la productividad de la acción política. El recuerdo de lo escrito por Marx en los Grundrisse, y el lugar que allí le reconoce a los individuos efectivamente libres en el comunismo.

Esta parte inicial del diálogo se cerró con la recomendación de un libro publicado este año en francés, donde se revisa la obra de Marx con rigor; y que Negri ha estado leyendo y releyendo con provecho. Le dije que su conferencia sobre Spinoza la asumía como un manifiesto metodológico materialista, donde lo concreto se construía a partir del análisis de lo singular en el que residía de modo potencial toda universalidad. Así se tomaba posición sobre la concepciónr de idealista de la universalidad que parte de Platón mismo.

Luego tratamos el asunto de la hegemonía como un modo de introducir la reflexión actual sobre Gramsci y los trabajos de Negri y Hardt. Le señalé que la propuesta de Multitud para caracterizar la época en términos de democracia y guerra se correspondía con la reflexión de Gramsci que definía la nueva estrategia revolucionaria durante la posguerra, cuando propuso la guerra de posiciones en la democracia, diferente de la guerra de movimientos, esto es, la que triunfara por la vía insurreccional en las condiciones de la Rusia de Lenin. Lo cual, en suma, implicaba un cambio fundamental. Mientras tanto, el quehacer del nuevo sujeto, las multitudes se constituía en una acción contra-hegemónica que permitía una articulación de los grupos y clases subalternas.

Al respecto, Negri comentó la influencia que tenía en América Latina la interpretación que Ernesto Laclau hizo de hegemonía, y cómo esta viene ligada con la centralidad dada al populismo, en particular, por ejemplo, lo escrito en “Razón populista”, y en últimas equiparar populismo con democracia. Lo cual no comparte, y también es conocida la crítica que hace explícita Laclau a la noción de multitud.

Pasamos entonces a revisar lo dicho por otro de sus críticos, Ranciére, quien señala cómo en Negri hay una metafísica manifiesta de las fuerzas productivas que, en últimas niega la política como actividad determinada por la economía. Y en particular, cómo Ranciére refiere a la organización política como policía contra la cual se rebela la verdadera política. Negri riposta diciendo, por una parte, que Rancière es un anarquista, más aun que tiene “paura” de la política. Que Negri refiere la política como acción, potencia, poder constituyente. Hago referencia al escrito crítico de Rancière sobre Althusser, “La lección”, y Negri reafirma que allí como ahora el problema es el alejamiento, el desinterés de Rancière por la praxis política.

Yo vuelvo a propósito de la política,  a plantearle que  Gramsci  es un precursor de la que Negri y Hardt  llaman la nueva ciencia de la democracia; y cómo ésta está directamente ligada a una comprensión  compleja de la política que no es reductible a dominación, coerción, coacción sino que es también hegemonía, esto es, dirección, creación de consenso activo, distinta a la legitimidad al modo como la formuló Max Weber, esto es, en tanto creencia en el que manda por quienes obedecen. Que a este saber de la política, a la nueva ciencia política Gramsci la llamó Filosofía de la Praxis, y lo distinguió del determinismo propio de la sociología política.

Sobre este tópico Negri me invita a que le escriba en forma breve sobre el asunto, y que él me responderá al respecto. Que no sean varias páginas. Le prometo que serán mucho menos que las escritas para la conferencia que leyó sobre Spinoza y Marx. Él sonríe, y cambiamos de tema.

La despedida

El último asunto tiene que ver con el asunto de la última conferencia: lo común. Le digo que mi impresión fue que en su improvisación reflexiva cumplida en el auditorio León de Greiff, la mención explícita a lo común, il commune, fue menor, y en cambio más amplia la reflexión sobre aspectos relevantes de la obra colectiva, y que al filo de las 8 pm., le faltó tiempo; y que la presentación de Víctor Manuel tampoco introdujo con algún detalle el asunto. Él me insistió que al respecto era muy útil la selección de artículos que como libro se estuvo vendiendo también ese día.

Yo aproveché para ligar  el tema del comunismo y la democracia, y preguntarle si para él sería válido en términos de imaginario y orientación política afirmar que su comunismo era un comunismo democrático. A lo cual asintió sin mayores comentarios. Vino en seguida la despedida.

Me preguntó entonces dos cosas, que si el proceso de paz en Colombia era viable, y que si mis estudiantes en la Universidad Nacional “sono bravii”. A lo primero le dije que el proceso era complejo, y la participación de la sociedad civil muy precaria, limitada por lo pronto a asuntos consultivos sin ningún poder decisorio. No hubo comentarios de su parte. A lo segundo le señalé que mis estudiantes eran del pregrado en Ciencia Política, y que en su conjunto el estudiantado de la educación superior estaba en la lucha contra una contra-reforma del gobierno, y que en ese momento la movilización le había dado paso a la construcción de un proyecto alternativo de reforma. 

Cuando me acompañaba a la puerta del hostal le solicité que me firmara la versión en italiano del libro Multitud,  lo cual hizo con su letra menuda encabezándola con mi nombre. Antes lo había hecho en otro escenario con un ejemplar en inglés de Imperio. Y le obsequié un ejemplar del libro que sobre la educación superior y la hegemonía cultural en Colombia escribí en coautoría con mi hermano Marco Aurelio. Él me preguntó que si era mi hijo, le aclaré que no. Resolviendo en seguida otra curiosidad personal, le pregunté: ¿Toni, tiene usted ascendencia judía?. Me dijo, no.

Así concluyó nuestra entrevista, fugaz pero inolvidable. Sin que yo hubiese grabado nada, aunque había preparado mi celular para hacerlo. Todo caminó vertiginosamente robándole minutos a la inminencia del viaje de Toni. El reloj marcaba las 11.45 de una mañana soleada. Me fui pensando en varias preguntas que se quedaron suspendidas, pendientes, y, sobre todo, si volveríamos a tener su visita en Colombia. En mi recuerdo quedó la calidez de su talante combinada con la distancia propia de una reflexión responsable, y la imagen de Negri, dos días atrás, compartiendo con los jóvenes y viejos que querían tomarse una foto en su compañía. Lo hacía combinando en un instante, gustoso, la figura del abuelo con la del maestro ignorante, el inolvidable Jacotot.




   

martes, 25 de diciembre de 2012

Después del  Foro Agrario

COSECHANDO PERLAS:  TRES HITOS  Y UNA POLÉMICA

Miguel Angel Herrera Zgaib.
Director Grupo Presidencialismo y Participación
Profesor Asociado, Ciencia Política, Unal
miguel.herrera@transpolitica.org

                                                           Entre las perlas que se pueden entresacar en la importante síntesis que hizo Marco Palacios en su libro más reciente, que toca en lo fundamental la problemática colombiana de la violencia pública, en particular,  del epílogo de su libro, se encuentra la especie noticiosa siguiente que es de capital importancia para las actuales negociaciones de paz.

El fusilamiento de Cano

"...por primera vez en la historia de las Farc cayó abatido por las "balas de la ley" un máximo comandante, Guillermo León Sáenz Vargas, "Alfonso Cano". Sin embargo,a los pocos días onseñor darío de Jesús Monsalve Mejía, arzobispo de Cali, denunció que el guerrillero había sido "fusilado". (p.187)

El sostén documental de este aserto escandaloso remite a El Espectador del 29 de noviembre de 2011, bajo el siguiente titular: "A 'Alfonso Cano' le impusieron la pena de muerte: Arzobispo de Cali".

La revolución pasiva modernizadora

                                                                   En otro apartado del mentado epílogo, este historiador del café y la industrialización colombiana señala también lo ocurrido durante los primeros veinte años de vigencia de la Constitución de 1991. Ello permite fijar el carácter de la modernización en términos gramscianos, aunque él no lo haga, se trata de una efectiva revolución pasiva la que corrió en el terreno económico social:

"En las dos últimas décadas las tasas de crecimiento de la concentración de la propiedad rural en Colombia han sido las más aceleradas del mundo, tomando como puntos de referencia los años 1964 y 2010. Esto es, de la época que los marquetalianos producían su manifiesto agrarista a los tiempos que el gran exterrateniente Salvatore Mancuso, desde una cárcel en Estados Unidos, rinde testimonios judiciales comprometedores". (p.188)

Fijando criterios estratégicos, 1985-2010

Para tratar este tercer punto de esta pesca de perlas políticas entresaco y cito de nuevo lo que resume el núcleo reflexivo  de "Violencia Pública en Colombia 1958-2010",  de lo ya explorado y de lo por indagar, según se determina en el balance del mismo Palacios:

"Este cuadro de unos 25 años de consolidación, ascenso y descenso, del que poco se conocen los matices y los puntos precisos de inflexión local, resulta fundamental para entender la historia, aunque menos se sabe aún de los impactos en las sociedades rurales, que son muy complejas en todo sentido; étnico, demográfico, de orientación político-electoral, tenencia de la tierra, formas de trabajo, desplazamiento forzado, antigüedad de asentamiento o articulación con los centros urbanos jerarquizados.

Pero en el gran esquema social colombiano hay que subrayar que, pese a la contaminación posmodernista de la cocaína, se mantiene un  trasfondo moderno de clases sociales: las guerrillas buscan legitimarse favoreciendo a los campesinos y los narcos y paras en los nichos habituales del latifundio, el clientelismo y la ideología contrainsurgente" (p. 188)

Un balance polémico

Por último, Palacios señala que las Farc-ep nunca estuvieron en una fase de ofensiva estratégica como lo pretendieron difundir analistas locales del talante de Alfredo Rangel, vocero intelectual del partido de la reacción. En todos los casos, esta guerrilla no sobrepasó la fase de defensiva estratégica, aunque  pudiera creer el secretariado y su principal ideólogo, digo yo, desde la Séptima conferencia (1982) que la ofensiva revolucionaria estaba a la vuelta de la esquina. 

El principal ideólogo político-militar, Jacobo Arenas, un comunista que provenía del  ala reformista internacional, conocida como browderista, -en honor al secretario del Partido comunista de EUA-, y que en Colombia fue bautizada como "duranista", se encargó de pensar y publicitar tal plan. Este plan se tronchó primero, luego de una seguidilla de victorias militares resonantes, en la operación de la toma de Mitú, que duró 72 horas, de nada sirvió, muerto hace varios años aquel estratega, para corregir el rumbo. 

De ese modo San Vicente del Caguán se hubiera valorado estratégicamente por las Farc de otro modo.  En la misma falla incurrió su heredero, Alfonso Cano, y terminó fusilado en las agrestes alturas del Cauca. Cano fue un escéptico a lo largo de los 18 meses, de qué pudiera resultar de aquellas conversaciones bilaterales. El misterio continuó y lo acompañó hasta la tumba. 

Parece que el sucesor, Timochenko algo aprendió de semejante descalabro; ahora se ha dispuesto a la guerra de posiciones, a la disputa democrática para la conquista de la hegemonía, un proceso que no pueden cumplir solos, tampoco bajo la desgastada lógica estalinista.

La Habana es uno de los teatros de los acontecimientos; el otro, el definitivo, es la sociedad civil, siempre y cuando se desamarre, se desenrede del círculo de garantías que le ha extendido el PNUD con el soporte de un puñado de académicos, agrupados en el Centro de Pensamiento constituido a dedo,  y en el cual lo que los une por lo pronto es la fallida manera de entender la esquiva realidad nacional.

lunes, 24 de diciembre de 2012

"Aguas", Gustavo y Ricardo !!!

Un recuerdo

A Gustavo lo conocí cuando era un joven concejal de Zipaquirá, y activista social dedicado al apoyo directo de las causas sociales, en particular, involucrado en la construcción de un barrio a las afueras de esa ciudad con el concurso del padre Saturnino Sepúlveda.

La realidad actual

Lo encuentro ahora de alcalde de la capital, embollado en el episodio de las basuras. Y más aún, perdiendo el segundo combate en "la guerra de la basuras". Porque la fórmula de alquilar el equipo automotor usado, y en pésimo estado, arrendado a un costo de $25 millones mensuales por unidad, lo ha dejado "mal parqueado".

En cuanto a los sectores que cubrirá "Aguas" de Bogotá, que no basuras, lo pone de cara a los sectores de clase media, quienes serán menos tolerantes con las fallas en la recolección que no puede seguir ocurriendo del modo artesanal que fracasó en los primeros días.

¿Participación eficaz?

Ricardo Agudelo es quien reemplazó al anterior gerente. Era antes era alcalde encargado de Fontibón. Esperamos que sus experiencias en la participación con Parcomún, la alcaldía de Mesitas, y Cúcuta, y su activismo en la asociación de juntas comunales se traduzcan en eficacia y combinación teconológica apropiadas para sacar al "buey" de la barranca.

No se resuelve nada con embites "sectarios" a la derecha y a la izquierda, sino se trata de ofrecer la prueba de que los gobiernos a cargo de la izquierda, llámese progresista, radical, o social-demócrata, son aptos para conducir la vida cotidiana común en un escenario poblado por 8 millones de almas incorporadas.

El Sur  y  Gramsci juntos

Conviene otra vez mirar al Sur, en este caso, a la tierra de la Cumparsita, donde gobierna Pepe Mujica, con mucho de sentido común, sin olvidar el programa de reivindicaciones sociales, la libertad individual y colectiva.
Recordar la lección de Gramsci, que la política moderna efectiva está hecha no solo de dominio autoritario, sino de hegemonía, dirección de los grupos y clases subalternas, de consenso activo, articulando intereses de los muchos, en primer lugar. 

domingo, 23 de diciembre de 2012

El colega investigador Miguel Eduardo Cárdenas nos remite esta entrevista con el economista y analista político ecuatoriano, Alberto Acosta, una figura política descollante desde el tiempo de la Constituyente que animó el movimiento que llevó a la presidencia a Rafael Correa, a quien Alberto, su coequipero en aquel tiempo enfrenta hoy como candidato de la otra izquierda, y de parte considerable del movimiento indígena que ha depuesto o contribuido a que caigan presidentes en la hermana república.

 Aquí, Acosta disputa la interpretación y conducción del pueblo ecuatoriano en cabeza del actual presidente. Pronto habrá elecciones, y entonces se dirimirá cuál la voluntad efectiva de millones de ecuatorianos que ya conocen de las ejecutorias y el talante de Correa. N de la R.

Diario EXTRA, Guayaquil, 13.12.12

Me molesta que se haya traicionado la voluntad del pueblo

Redacción Guayaquil
El espíritu animado de Alberto Acosta parece desbordar por las paredes de una de las salas del tercer piso de Gráficos Nacionales S.A., editora de los diarios EXTRA y Expreso. En cada carcajada, el economista de 64 años y candidato a Presidente del Ecuador por la Unidad Plurinacional de Izquierda, muestra su dentadura que combina con su camisa blanca marca Yves Saint Laurent. Por momentos es dicharachero y más cuando ensaya analogías de la situación actual del país.

Afuera, el asfalto ha dejado de hervir, el sol le da una nueva tregua diaria a los ciudadanos. Son las 17:20 del pasado 23 de noviembre. Acosta luce cómodo y fresco sentado sobre una silla, frente a él otro ocurrente al mando del cuestionario de preguntas, Henry Holguín, alista su “fusil” periodístico para empezar a disparar preguntas al candidato que fue uno de los “arquitectos” del plan de Gobierno de Alianza PAIS, quien respira y sueña izquierda.

Las líneas de expresión del rostro de Acosta dejan de extenderse, eleva el tono de voz para ganarle a la bulla de las bocinas de los carros atascados en el puente de la avenida Carlos Julio Arosemena, kilómetro 2,5 de la vía a Daule, y explicar que su plan de Gobierno busca vencer la miseria, la pobreza, la excesiva concentración de la riqueza, “nuestra meta no es solo ganar las elecciones, sino estar preparados para conformar un nuevo Ecuador”.

Así empezó la última entrevista que realizó Henry Holguín, entre bromas y la lucha por evitar que su teléfono celular no reciba llamadas para que no corte la función de grabadora durante la entrevista.

“Mejor era usar una grabadora, aunque sea de esas antiguas y no entraba la llamada de teléfonos (carcajadas)”, dice Acosta.

Henry: ¿Cómo ve lo realizado hasta ahora por este Gobierno?
Acosta: Este es un Gobierno que en la práctica se asemeja más a los conductores irresponsables que nos encontramos con frecuencia en las carreteras que ponen direccional a la izquierda pero curva a la derecha; canta al “Che” Guevara pero no hace reforma agraria; canta al “Che” Guevara y no redistribuye el agua; canta al “Che” Guevara y persigue a unos jóvenes por el único delito comprobado de leer al “Che” Guevara, usar camisetas del “Che” Guevara, me refiero a los 10 de Luluncoto, esa es la realidad de este Gobierno.

Henry: ¿Se siente frustrado, engañado, traicionado?
Acosta: Yo diría que me siento en parte personalmente frustrado porque yo confié en un proyecto político y también en la persona del Presidente de la República (Rafael Correa), a quien conozco desde 1991 y con quien tuve una magnífica relación de amistad y con quien tuve una relación fraterna, pero ese no es el tema de fondo, a mi lo que me molesta es que se haya traicionado a la voluntad del pueblo ecuatoriano, que se haya propuesto un cambio radical y ese cambio radical no aparezca por ningún lado, que se haya comprometido a defender lo que él (Correa) dijo que iba a defender la Constitución que iba a durar 300 años, la mejor del mundo y que representaba un canto a la vida y luego traicione a esa Constitución y principios, eso sí me molesta, pero eso me molesta como ciudadano ecuatoriano como debe sentir gran parte de la población.

Alberto Acosta, candidato a la Presidencia por la Coordinadora Plurinacional de Izquierda, le contó a EXTRA lo que hará en su primer día de trabajo cuando llegue a Carondelet. Asegura ser más radical que Rafael Correa, a quién consideró su “casi hermano”, pero del que ya no espera ni una llamada por teléfono. Promete acabar con la “política de humillación”, hacer respetar la Constitución de Montecristi y transformar al Ecuador.

H. ¿Usted cree que tenga oportunidad de ganar?
A. El pueblo ecuatoriano sí tiene posibilidades de ganar, si logramos sintonizarnos con lo que la gente quiere; la gente quiere seguridad, empleo, producción, respeto, que se le vuelva a dar dignidad y que se acabe la política de la humillación. Si nosotros nos sintonizamos con ese sentimiento de la gente creo que tenemos muchas posibilidades de ganar.

H. En algunos sectores de “pelucolandia”, cuando se habla de usted generalmente la respuesta que escucho de la gente es: “huy, cuidado que ese es peor que Correa, es más radical”.
A. (Jajaja) Bueno yo sí soy más radical, yo no discuto eso, pero ¿qué es ser radical? Ir a la raíz de los problemas, no ponerle parches a los problemas, hay que tratar de solucionar los grandes problemas del Ecuador como uno de ellos que está sucediendo en el agro, en la Costa, que ha sido totalmente abandonado por este Gobierno, el presupuesto (del Estado) es de 26 mil millones de dólares, para el agro hay 270 millones de dólares, es decir el uno por ciento.

Qué se hace frente al tema del maíz, entra la producción nacional al mercado local y se importa maíz; qué se hace frente a la plaga del arroz, con la plaga del caracol africano, desde el ministerio de Agricultura se dice que hay que acostumbrarse a convivir con el caracol africano; qué se hace frente al tema del banano, está viviendo un auge, tenemos más de 2 mil 200 millones de exportaciones, el Gobierno tomó una decisión hace tiempo atrás de controlar la expansión de la frontera bananera porque supuestamente no somos muy competitivos y no hay una buena productividad por hectárea, no dice nada mientras se amplía la frontera bananera de los grandes productores, más de 100 mil hectáreas, pero ahora quiere restringir la producción bananera de 6 mil productores pequeños a 40 mil hectáreas, esas son las grandes contradicciones de este Gobierno, todos los beneficios para los grandes, algunas migajas para los sectores populares.

H. La última vez que lo vimos con el presidente Correa fue cuando él fue a buscarlo a su casa (28 de septiembre de 2008), un último acercamiento a usted para que no se le fuera...
A. No fue realmente a eso, él (Correa) fue porque buscaba un efecto mediático el día del referéndum por la Constitución, si él realmente quería un acercamiento lo habría hecho mucho tiempo atrás porque él sabía que yo recorría solo el país para apoyar la Constitución de Montecristi, recibí el respaldo de Alianza PAIS cuando fui a Carchi y después en Imbabura, luego les dieron una orden que a nadie tenían que acompañar; yo recorrí el país y si él quería un acercamiento lo pudo haber logrado y sabe muy bien que pudo acercarse a mí mucho tiempo después.

H. ¿Después de esa visita a su casa han tenido algún tipo de acercamiento, se han vuelto a encontrar?

A. Dos veces en este año en la calle, yo salía de un programa de radio Quito en la calle Benalcázar, atrás del palacio presidencial, yo salía de la radio y él (Correa) pasaba en su carro en caravana, nos agarró el semáforo en rojo y nos quedamos viendo por 20 o 25 segundos, nadie dijo nada, y por esas casualidades de la vida yo tenía en las manos un libro que escribimos juntos y otros funcionarios del Gobierno, El rostro oculto del TLC, y yo me decía: mira cuánto ha cambiado, ya ni nos saludamos.
Y cuando fue operado de la rodilla en Cuba hasta lo llamé para desearle suerte.

H. Al fin y al cabo ustedes fueron amigos.
A. Casi hermanos. Se le cortó la voz cuando lo llamé porque conseguí, a través de otro amigo personal de él, su número de teléfono, y se le cortó la voz cuando pregunté por su rodilla y por la familia, porque yo quería mucho a su familia teníamos una relación muy estrecha, y entonces dijo que quería hablar conmigo y hasta la fecha (sonríe).

H. ¿Cómo ve usted la atomización que hay de la oposición, por qué no han podido lograr una unidad real, total, por ideología o por egoísmos, intereses?
A. No entiendo la incapacidad de la derecha para presentar un candidato único; nosotros hemos hecho un esfuerzo de unidad, nosotros tenemos una propuesta unitaria, para nosotros era difícil, imposible pedir que nos unamos con la derecha, con la oposición oligárquica que en este rato está liderada por un banquero, por un Alvarito Noboa que quiere comprarse por quinto intento la Presidencia de la República, por un Lucio Gutiérrez que recorre el país en campaña permanente.

Con ellos no podemos unirnos porque nosotros no solo queremos ganar las elecciones, ese no es nuestro único objetivo, nuestro objetivo de fondo es cambiar, transformar al Ecuador, eso que se le ofreció al pueblo ecuatoriano hace siete años, nosotros seguimos en la misma línea, en la misma dirección, no hemos cambiado de rumbo, quien se fue para otro lado fue el presidente Correa y su Gobierno.

H. ¿A ustedes les convenía más si la derecha hubiera ido con un candidato único?
A. Hablando francamente porque ya está consolidado todo, este era el mejor escenario para nosotros.

H. ¿Piensan entrar por la calle del medio?

A. (Jajaja) Por la puerta tranquera.

H. En el supuesto no consentido de que usted gane las elecciones... (Acosta interrumpe)

A. Cómo que no voy a ganar las elecciones si eso va a suceder, jajaja.

H. ¿Qué será lo primero que haga cuando pise Carondelet como Presidente?
A. Lo primero será organizar una jornada de transparencia en el país y derogar todos los decretos inconstitucionales, para nosotros el compromiso es hacer respetar la Constitución de Montecristi, nosotros vamos a respetar la voluntad del pueblo cuando aprobó la Constitución el 28 de septiembre del 2008, entonces ese es el punto de partida para nosotros. Entonces en ese contexto, echaremos abajo todos los decretos inconstitucionales empezando por el 813 que establece la compra de renuncias obligatorias que es una barbaridad semántica y jurídica, impulsaremos las reformas de las leyes inconstitucionales, echaremos abajo todos los procesos judiciales en contra de los luchadores populares, impulsaremos una amnistía para los detenidos de Luluncoto.

H. ¿Estuvo usted de acuerdo cuando se empezó a cuestionar con duros términos el trabajo de los medios de comunicación llamándolos “prensa corrupta”?
A. Siempre fui crítico con esa posición del presidente, a ratos debo reconocer entendía la frustración que tenía el presidente con determinados medios de comunicación, también tenemos que aceptar que algunos medios de comunicación no tuvieron una posición muy clara y ética y representaban los intereses de grandes grupos económicos, pero no hay que generalizar, siempre le dije al presidente Correa que no se puede decir que toda la prensa es corrupta, como lo hay en otros sectores.
Cuando yo fui presidente de la Asamblea Constituyente demostré una enorme apertura con la prensa y debatía en momentos difíciles, yo sí tuve la precaución de demostrarles con hechos concretos, los comunicadores no estaban reflejando lo que había sucedido y en muchos casos no era un tema de los periodistas, sino de los editores, algunos cambiaban los títulos cuando la noticia era otra pero el título tenía mala intención.

H. Lo veo con los zapatos empolvados, ¿ahora recorre los barrios populares?

A. Siempre camino por todos lados, no solo ahora, siempre he andado en los sectores populares, hace muchísimas décadas.

H. ¿Siempre ha sido militante de izquierda?
A. Una persona rebelde primero. Mi tío abuelo fue José María Velasco Ibarra, tengo fotos de la época del Quinto Velasquismo, en las calles.

H. Pero Velasco no era comunista ni mucho menos izquierdista, ¿cómo salió usted izquierdista?
A. Bueno eso es más difícil de averiguar, pero yo siempre fui rebelde y poco a poco entendí que el mundo necesita una transformación social porque si no la humanidad está en riesgo.

H. Por eso incluyó en la Constitución el derecho a rebelarse
A. Por supuesto, entre otras cosas. Recuerdo cuando estaba en quinto grado de una escuela muy conservadora y había un concurso sobre la vida del Mariscal Antonio José de Sucre, y yo gané el premio, cuando leyeron el nombre del ganador que era con seudónimo mencionaron a Eloy Alfaro y yo había utilizado ese seudónimo y pasé a recibir el premio y mi familia muy conservadora como Condorito se fue para atrás ¡plop! Era un niño de casi 10 años.

H. ¿Cómo ve el “manto de olvido” que se cierne sobre Montecristi por todo lo que representa la Constitución?
A. Bueno es que es el hecho del irrespeto a la Constitución que le resultó una “camisa de fuerza” para el presidente Correa y en esta faceta autoritaria para un gobernante abusivo, prepotente, la Constitución no resulta cómoda.

H. Si su amigo Rafael Correa lo llamara ahora y le dijera Alberto, tú eres mi amigo, me he equivocado, voy a corregir, renuncia a tu candidatura y ven acompáñame que vamos a cambiar esto, ¿usted le creería?

A. Esto no es ciencia ficción, eso no va a suceder, ni él me va a llamar ni yo tampoco, así que la realidad es otra, muy dolorosa y no hay que ilusionarse con cosas imposibles.

H. ¿Qué es lo que más le ha impactado de esta campaña política, lo que más lo ha asombrado?
A. A mí el pueblo ecuatoriano siempre me asombra, es un pueblo inteligente e intuitivo, es un pueblo que tiene capacidad para reflexionar y comprender las cosas, es un pueblo que se da cuenta que algunas situaciones han mejorado en este Gobierno, pero también se da cuenta de que los principales beneficiarios han sido los grandes grupos de poder y cuando la gente hace esa relación comienza a dudar y ese es el primer paso para un cambio y transformación.

H. ¿Usted cree que habrá segunda vuelta?
A. Si va a haber, vamos a estar en la segunda vuelta y vamos a dar una dura batalla en defensa de la democracia, de los derechos, las libertades y las garantías y por supuesto para mejorar las condiciones de vida de la población.

H. Si llegan a una segunda vuelta Correa y Lasso, ¿cuál sería su actitud?
A. Esa posibilidad no la hemos planteado aún, será difícil elegir entre un candidato de la derecha que quiere regresar a la época neoliberal y el quien es ahora el candidato de la derecha del siglo 21, me pone en una disyuntiva muy compleja.

Alberto Acosta, candidato a la Presidencia por la Coordinadora Plurinacional de Izquierda, le contó a EXTRA lo que hará en su primer día de trabajo cuando llegue a Carondelet. Asegura ser más radical que Rafael Correa, a quién consideró su “casi hermano”, pero del que ya no espera ni una llamada por teléfono. Promete acabar con la “política de humillación”, hacer respetar la Constitución de Montecristi y transformar al Ecuador.

martes, 11 de diciembre de 2012


ESTANISLAO  ZULETA, UN DIÁLOGO: PENSAMIENTO, ESTÉTICA Y LITERATURA MODERNA.

MIGUEL ANGEL HERRERA ZGAIB[1]


“Vamos pues a invertir la proposición de San Juan en su Evangelio y poner exactamente la proposición contraria. No es verdad aquello de que “la verdad os hará libres”, porque faltaría todavía saber quién la tiene. Más bien es verdad lo contrario: la libertad os hará veraces, os obligará a tener que demostrar. No os permitirá refugiaros en una autoridad”. Estanislao Zuleta (1986). Arte y filosofía. 2a edición (2001). Hombre Nuevo editores. Medellín, p. 20.

Un recuerdo vivo

                                                                    El más vívido  recuerdo del maestro Estanislao Zuleta proviene de cuando yo culminaba Derecho en la universidad Libre después  de mi expulsión con 32  compañeros de la Universidad Santo Tomás de Aquino. Este proyecto colonial de los doctrineros dominicos del siglo XVI,  restaurado en la segunda mitad del siglo pasado se resistía en 1975 a darle paso a la modernidad en pensamiento y obra;  preservar la doble autoridad de Aristóteles y de la fe dictada por Tomás de Aquino a costa de la libertad de pensamiento y de asociación.

Era julio de 1978. Estanislao se encontraba invitado por la Libre de Bogotá, y yo vivía mi exilio intelectual y político. Los anfitriones eran los miembros de la Asociación de abogados laboralistas al servicio de los trabajadores, quienes con el sindicalista Eduardo Vanegas, presidente honorario de Unimar, patrocinaron una memorable serie de conferencias. Dentro y fuera de la Universidad creada en 1923 por  la masonería que lideró Benjamín Herrera. La presencia de Zuleta honraba la dirección libertaria que el pedagogo y  sociólogo  César Julio Rodríguez le había impreso.

La Libre era una de las ideas cocinadas junto al Congreso liberal de Ibagué para resistir el insultante autoritarismo de la hegemonía conservadora. Ahora bien, en Ibagué la izquierda nacional experimentó también la cooptación intelectual y política del liberalismo socializante. Entonces sólo se salvaron el PSR fundado por  Raúl Eduardo Mahecha,[2] María Cano e Ignacio Torres Giraldo,  quien convertido después al comunismo  cayó  bajo la autoridad del stalinismo.[3] A la asimilación liberal y comunista sobrevivieron ciertos grupos anarquistas, y algunas personalidades en rebeldía.

En la visita a la Libre Zuleta estaba en la plenitud  de su discurrir socrático por  los meandros de la modernidad. El recuerdo de sus primeras clases y seminarios ofrecidos en la carrera de derecho  permanecía vivo, al igual que el fallido experimento del nuevo Partido revolucionario, el PSR  que animó y en el cual militaron  más de uno de los profesores que ahora lo acogían.

Un ciclo inolvidable

Las conferencias que ofreció Zuleta trataron tres tópicos principales. La primera se llamó Acerca de la naturaleza de las ciencias sociales, y se ofreció en el aula máxima de Derecho. Le tomó dos sesiones con  una audiencia que rebasó la capacidad del recinto. Un público ávido acompañó con creciente interés el pausado, coherente y aflautado discurrir del carismático pensador,  mientras él entretejía en forma seductora los saberes críticos del marxismo, el psicoanálisis, con el arte, la literatura y la filosofía moderna.

Al final llegaron las preguntas y los cuestionamientos para el maestro de boca de jóvenes militantes tocados por los desafíos intelectuales y políticos propuestos en aquella plática. La primera pregunta versó sobre Marx: por qué la teoría del valor era también una teoría de la dominación.

Zuleta la respondió así: “pareciera ser que la teoría del valor es la búsqueda de una determinación objetiva de los valores de cambio; es decir, el intento de resolver el problema de cómo pueden ser sometidos a cuantificación los más diversos productos del trabajo.

Ahora bien, Marx en los primeros capítulos de El Capital hace muchas alusiones a la dominación; por ejemplo, cuando explica la posición de la mercancía que sirve de equivalente general, resultando que el que posee esa mercancía tiene la particularidad –en ese momento del análisis-, de tener el dinero, y quienes participan en el cambio están dispuestos a dar su mercancía por eso.”[4]

Más adelante, con el mismo tono pausado, Zuleta confirmaba su interpretación, diciendo que “la teoría del valor implica una reproducción de la fuerza de trabajo y de la acumulación de capital, que quiere decir que la fuerza de trabajo que el capitalista compra solamente funciona como capital propiamente dicho, y se justifica porque su efecto es producir un valor que es un poder mayor sobre el trabajo existente.”[5]

En seguida otro estudiante le preguntó: Usted nos ha hablado de dos elementos de la ciencia, el método y el objeto, faltaría un tercer elemento que serían las leyes del materialismo histórico  y el materialismo dialéctico en el caso de las ciencias sociales.

La respuesta  de Zuleta no se hizo esperar: “Le quiero indicar que si nosotros nos preguntamos cuál es el objeto de una ciencia, podríamos hacer esta observación, el objeto de una ciencia no es nunca un objeto empírico que entregue directamente la experiencia, pues ésta nos entrega muchísimas cosas: lo crudo y lo cocido, lo fresco y lo podrido, lo duro y lo blando…que no son objeto de ninguna ciencia.

Para que algo se constituya como objeto de una ciencia es necesario que se descubra que ese objeto tiene sus propias leyes y que esas leyes permiten explicarnos los fenómenos que se producen en ese objeto, a veces modificarlo, pero es necesario que tenga sus propias leyes. Así Freud, por ejemplo, tiene como su objeto de estudio el inconsciente, pero el que él piensa es un objeto que tiene sus propias leyes: la contestación, el desplazamiento, la representatividad, la escenificación, además tiene su propio lenguaje, su propia temporalidad”.[6]

EL PRESENTE DE LAS CIENCIAS SOCIALES

La siguiente pregunta fue directa al punto: ¿qué se puede considerar como las ciencias sociales?

“Me parece que en el estado del desarrollo actual  suele decirse que la lingüística tiene algunos avances, la antropología, el psicoanálisis y el marxismo. Ahora, en una Facultad de derecho ¿se transmite una ciencia?
No creo que se pueda organizar con alguna variante un concepto de ciencia normativa, incluso si se da el rodeo kelseniano que estudia normas universales. No creo que haya normas universales, y sin alguien me dice, por ejemplo, ¿acaso no matar no es una norma universal? No creo, siempre tiene un condicionamiento decisivo: el mismo que la trajo del Sinaí se preparaba para matar a todos los Cananeos.”[7]

Luego la afirmación fue más rotunda y concluyente: “yo no creo que haya normas jurídicas universales, la universalidad es una característica de las ciencias. No hay que confundir el derecho como práctica en determinadas condiciones de poder con la psicología del derecho. No hay que confundir tampoco dos cosas, el derecho sí puede ser objeto de una investigación científica, pero ello no significa que por eso vaya a ser una ciencia.”[8]

Otro estudiante preguntando sobre la literatura añadió una pregunta desafiante: ¿cómo se explica entonces que quienes difunden el marxismo no tengan tiempo para militar y a la inversa?

Zuleta realzó de inmediato  “el hecho de poder dialogar en esta forma, con objeciones precisas y citas sin pasar a un calificativo excluyente ya es una conquista, sin reducirlo todo a una condición maniquea como se acostumbraba en la historia del movimiento socialista y marxista”. Y él elaboró en vivo la reflexión que sigue: “La ideología no es instrumental, la ideología dominante es también la de la clase dominante, pero la clase dominante también la padece, por lo menos en su conjunto.

Quiero mencionar ahora otros problemas: el problema de la literatura, y tú citaste algunos autores para demostrar que yo sostenía que la literatura era espontánea y no consistía en la transmisión de un saber previamente adquirido. Me respondiste que eso no era cierto, que era frecuente en literatura la aplicación de un saber ya adquirido.

Marx distingue el aporte de una obra artística de la ideología de su autor, pero un instrumentalismo literario ha llegado a confundir estas dos cosas. Marx había leído sin duda la frase de Balzac en La comedia humana  que dice: toda obra  depende de dos verdades eternas, la monarquía y el catolicismo, que se encuentran en el pasado, pero precisamente porque son eternas…Una persona que dice eso de que toda su obra depende de ese par de verdades es la persona que a Marx más le aporta en el conocimiento de la sociedad francesa.”

El maestro proseguía  de modo coloquial: “Tú citaste el Ulises de Joyce.  Creo que es un aporte notable en muchos casos y principalmente a la psicología, porque Joyce es un individuo que caracteriza a sus personajes, no solamente por sus rasgos externos o pertenencias a un medio, sino incluso por el estilo de hacer imaginación, por el estilo de asociar.”[9]

Para aclarar al auditorio que implicaba reconocer que el arte, la literatura en particular, es también conocimiento recordó que “el saber conceptual que Joyce tenía en ese momento era la psicología de Binet, y el Ulises es una liquidación en forma de la psicología de Binet, rompe el saber conceptual de su tiempo. Es una aventura hacia lo no conocido, y no solamente una transmisión de lo ya conocido.”[10]

ARTE Y PEDAGOGÍA

Después la  respuesta de Zuleta se enfoca en la obra de Bertolt Brecht, quien  “es al mismo tiempo un gran artista y un innegable pedagogo, pues con cordialidad anota:  mencionaste La ópera de tres centavos, que realmente no es una obra artística muy importante, pero sí lo es la caracterización interesante de algunos aspectos del capitalismo…Una cosa bien hecha, pero yo no creo que sea una gran obra artística. Donde Brecht es más didáctico es menos artístico, como en las piezas didácticas, las Lehrstücke.

En cambio, cuando Brecht deja un problema no resuelto, por ejemplo, La madre, eso ya comienza a ser un gran trabajo artístico, pues distingue tipos de amor, pero no se queda en el amor. Este es el mismo problema que parece sucederle a Brecht en Galileo Galilei. La hija de Galileo parece que lo quiere mucho, pero no como buscador, como científico, sino que quiere que no haga más cosas, para que no lo vayan a llevar al Vaticano a torturarlo.

Ahí se enfrenta Brecht con un problema que no tiene antecedentes, ¿cómo combinar lo afectos con la vida?, con la lucha más inmediata que al mismo tiempo llega a ser para alguien la esencia de su vida…es decir, que va lanza en ristre, por un lado, con lo que los marxistas no habían podido hacer hasta él. Hay que distinguir entre la obra artística y el aporte didáctico, puede que no se excluyan, pero el arte no se puede reducir a un caso.”[11]

Llega el turno para Jean Paul Sartre, uno de los autores de culto  en la formación inicial de Zuleta como intelectual de izquierda. Él responde al estudiante militante que lo cuestiona:
 “Tú mencionaste a Sartre con algunos errores de detalle, pero realmente alguien dijo que La Náusea era la aplicación en forma de novela de la teoría de Heidegger. A lo cual Sartre contestó: entonces no es una novela porque una novela es siempre riesgo, es la búsqueda de algo que puede transformarnos y que no sabemos en qué sentido nos va a transformar; pero si es la aplicación de una tesis ya sabida es una ejemplificación, no una novela ni una obra artística.”[12]

El conversatorio y el debate que no termina aquí, sobrevivió a aquel instante de comunión y deliberación mágica, porque el Círculo de Crítica Jurídica Antonio Gramsci grabó las dos sesiones de esta conferencia, tal y  como otros más lo hicieron con otras charlas del formidable interlocutor que era Zuleta tejiendo la madeja de un pensamiento límpido que fluía con aparente sencillez. Después de veinte años, el texto de la conferencia  se editó y constituyó el primer y único libro de la colección Palabra y Acción de la revista Contravía, con un notorio éxito de difusión entre el estrecho público intelectual.

La misma conferencia tuvo una nueva publicación como parte del libro presentado por el economista y urbanita   Fabio Giraldo, Estanislao Zuleta: Precursor del pensamiento complejo en Colombia. Esta edición de la fundación Fica circuló con  el título Ciencias naturales y ciencias sociales  e incluyó otro texto, Freud: el arte de la interpretación en la búsqueda de sentido.[13]  Este discípulo de Estanislao Zuleta fue director y cofundador  de la revista Ensayo & Error.

Como ya lo hemos comentado, en aquella visita hubo otras conferencias. Para un público más reducido que pagó por ella, la siguiente reflexión  estuvo dedicada a  la lectura crítica de una pieza filosófica moderna,  “Ser y Tiempo”,  la obra mayor de Martín Heidegger,  insignia de la segunda modernidad filosófica  que ha nutrido la reflexión de la Escuela de Frankfurt,  Michel Foucault, Jacques Derrida, entre otras figuras del pensamiento posmoderno y sus críticos.

La tercera conferencia  consistió en un interesante diálogo con Ramón Pérez Mantilla, lúcido expositor de la obra de Nietzsche en la Universidad Nacional, y divulgador a través de la revista Eco heraldo intelectual de la  librería Buchholz.  Este diálogo contempló el  trabajo del joven  Marx,  de modo particular,  Introducción a la Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel (1844), y La crítica de la filosofía hegeliana del derecho estatal.[14] En el último escrito, la democracia decimonónica es escrutada por Marx desde una perspectiva  revolucionaria que critica la nueva fe laica, la religión estatal hegeliana que legitima la presencia del estado ético con clave de bóveda de la entera vida social moderna.

EL ENCUENTRO CON EL PSICOANÁLISIS Y LA LITERATURA

Freud es un autor cuya obra pone en cuestión los fundamentos de nuestra cultura, por lo tanto, su conocimiento es un conocimiento que no nos deja intactos ni en nuestras relaciones con ella, ni en nuestra vida personal. Estanislao Zuleta. Freud: el arte de la interpretación en la búsqueda del sentido, en: Ciencias naturales y ciencias sociales, p. 52.

Como se comprueba en aquel ciclo emblemático, no cabía duda de la intensa y productiva  vida intelectual que desplegaba Estanislao Zuleta en compañía inescindible con la literatura, y sin salir de Colombia. A través de su culto a la palabra rica en ejemplos y fuentes diversas con la presencia persistente de la influencia esclarecedora de Sigmund Freud y Thomas Mann, analizados con laconismo lógico, ayuno de cualquier exceso retórico, pero, eso sí, siempre llenos de nuevas sorpresas para compartir con amor y eludir la melancolía siempre en acecho.

 Cali era  para ese tiempo el albergue del maestro quien orientaba el Centro Psicoanalítico
Sigmund Freud, con la activa participación de jóvenes intelectuales dedicados a éste y a otros
saberes, donde contaba con la presencia regular de pacientes, y la visita de discípulos y
admiradores.  De su quehacer intelectual en Cali es  un conjunto de charlas dictadas con el
título Freud: el arte de la interpretación en la búsqueda del sentido, que editó Fabio Giraldo, y
que Zuleta aceptó publicar para conmemorar los 50 años del nacimiento de Freud en la revista
Camacol n. 41, en diciembre de 1989.

Zuleta señala en esa serie de reflexiones, que “El estilo que llamamos exploratorio, indirecto
de Freud en realidad lo que implica es una construcción de la ciencia y una concepción del pensamiento que se opone rigurosamente a la concepción clásica de la metafísica occidental, se opone a lo que Freud llama la  seguridad de los señores filósofos que construyen  un sistema acabado al considerar que la ciencia siempre es inacabable…Freud se dio cuenta que detrás de la construcción de sistemas filosóficos en la metafísica occidental hay una añoranza de la religión”.[15]

En las mismas charlas, Zuleta acude a un cuento de Jorge Luis Borges, para dar cuenta de un proceso inhibitorio, el olvido, y nos dice con Freud, y también con Nietzsche, “es necesario olvidar; si nosotros recordamos todo, todos los acontecimientos de nuestra vida y de nuestra infancia, si nos asediaran todos los rostros que hemos visto, si tuviéramos presentes todas las experiencias que hemos vivido, caeríamos en la locura…
Una buena descripción de lo que podrían ser las consecuencias de una pérdida de nuestra capacidad de olvido se encuentra en el cuento de Jorge Luis Borges Funes el memorioso, un cuento muy bello, donde se trata de un señor que le pasó la catastrófica circunstancia de que se volvió incapaz de olvidar”.[16]
En otro momento de su charla de varios sesiones, Zuleta enfrenta el tópico de la  histeria y el modo como Freud se auxilió de lo hecho por la literatura, “decía debo mucho más a los poetas que a toda la psiquiatría junta. El sabía que su gran deuda era con Dostoievski y Shakespeare…Para dejar muy claro todo lo que Freud vino a romper: que una conducta humana tenía un sentido si era intencional y voluntaria, si no, no tenía sentido, solamente causas.”[17]

En cambio, según lo expuesto por Zuleta, con la ayuda de poetas y literatos, “Freud comenzó a pensar en el sentido desde otros términos. Antes lo que no fuera voluntario no podía tener sentido. Un sueño no podía tener sentido porque un sueño es algo que nos ocurre sin proponérnoslo…Hasta entonces había dos versiones respecto de los sueños: los que tenían una idea puramente mágica, folclórica, religiosa de los sueños, y decían que tenían sentido premonitorio…y los científicos, según los cuales el cerebro durante el dormir se desconectaba y producía locamente imágenes que no tenían sentido”.[18]

Acude Zuleta a la presentación de la obra de Freud de la  Interpretación de los sueños (1900), y señala que “la posición de búsqueda del sentido es lo que le permitió hacer su obra. La búsqueda del sentido hasta el fin.

Freud no se da por vencido porque no entienda un sueño. Tenía una capacidad inmensa de un trabajo que es muy difícil y necesario en el orden del pensamiento y que Kant llamaba la suspensión del juicio.”[19]
Un año antes de su presencia en la Libre, Estanislao  publicó otro escrito suyo, Thomas Mann ,la Montaña Mágica y la llanura prosaica. Este  era un ensayo extenso de crítica literaria que  apareció en la colección de Colcultura dirigida por el poeta Jorge Rojas. 

Este trabajo, en sí mismo, amerita un comentario aparte, porque  representa un testimonio elocuente  de la madurez crítico literaria, de la  penetrante pasión crítica  forjada por Estanislao Zuleta con un estilo de gran sencillez expositiva al servicio  de atractiva, viva divulgación de  las obras cimeras de la literatura occidental moderna




[1] Profesor Asociado, Universidad Nacional. Catedrático, maestría estudios políticos, Universidad Javeriana. Ex rector nacional, Universidad Libre de Colombia. Exdirector de Ciencia Política y Unijus, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Autor del libro.: La participación y representación política en Occidente (2000). CEJA, Bogotá. Coautor (2009): Educación pública superior, hegemonía cultural y crisis de representación en Colombia, 1842-1984.  Colección Gerardo Molina 20. Unijus, Bogotá.
[2] Expulsado del Partido Comunista de Colombia por “oportunista” junto con Tomás Uribe Márquez, el obrero Alberto Castrillón, y Juan C. Dávila. Ver la Introducción de Klaus Meschkat  Del socialismo revolucionario al stalinismo en Colombia, del  libro Liquidando el pasado que recoge la documentación de la Internacional Comunista sobre Colombia entre los años  1927 a 1933,  más el primer documento fechado en 1925.
[3] MESCHKAT, Klaus, ROJAS, José María (2009). Capítulo IX, en: Liquidando el pasado. La izquierda colombiana en los archivos de la Unión Soviética. Taurus/Fescol. Bogotá, pp: 617-678.
[4]  Ver ZULETA, Estanislao (1999).  Acerca de la naturaleza de las ciencias sociales. Colección palabra y acción.  Ediciones Contravía. Bogotá, ps. 69-70.
[5] Op. cit., p. 71.
[6] Ídem., p. 75.
[7] Ídem., p. 77.
[8] Ibídem., p. 77.
[9] Ídem., p. 85.
[10] Ídem., p. 85.
[11] Ídem., ps. 86- 87.
[12] Íde,., ps. 87-88.
[13] ZULETA, Estanislao (2003). Ciencias naturales y ciencias sociales. Dos ensayos. Fica, Bogotá.
[14] Conviene anotar que la traducción castellana del primer escrito fue obra del filósofo Rubén Jaramillo, quien utilizó la edición alemana MEGA de 1971, proyecto editorial que estaba a cargo de la RDA. Este y cinco textos más de 1837-1847, se publicaron la primera vez en Colombia, en la colección Viejo Topo de la editorial ERIS S.A,. Bogotá, mayo de 1978.
[15] ZULETA, Ciencias Naturales y ciencias sociales, p. 59.
[16] Ídem., ps. 70-71.
[17] Ídem., p. 84.
[18] Ídem., ps. 86-87.
[19] Ídem., p. 93.