martes, 28 de mayo de 2013

Saskia Sassen, holandesa de origen, quien ha vivido parte de su vida en la Argentina fue premiada en España. Es célebre por su estudio de la ciudad global, donde pasó revista a New York, Tokio bajo las nuevas claves de la transformación capitalista. Ha compartido su vida intelectual y afectiva con el también sociólogo Richard Sennet. Esta entrevista nos la envía y comparte el politólogo y educador Luis Fernando Vélez. N d la R.


Saskia Sassen: “Pedir sacrificios mientras se rescatan bancos es un abuso”

La socióloga Saskia Sassen ha sido galardonada esta semana con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales por “su contribución a la sociología urbana y el análisis de las dimensiones social, económica y política de la globalización”. Esta profesora de la Universidad de Columbia (Nueva York), que obtuvo en 1991 el reconocimiento internacional con la publicación de La ciudad global, sobre los nuevos espacios urbanos, se muestra muy crítica con el actual modelo financiero y con los efectos de las políticas de austeridad que se han puesto en marcha en Europa como consecuencia de la crisis. Sus últimos libros en español son Territorio, autoridad, Derechos (Editorial Katz) y La nueva geopolítica,  publicado por CCCB (Casa de Caritat, Barcelona) este año. 
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- ¿Es la globalización del modelo económico occidental la causa de la crisis?
Las crisis cíclicas forman parte del funcionamiento de una economía de mercados. Pero estamos viviendo  crisis que van mucho más allá de eso. La financiarización de una parte creciente de nuestras economías ha generado la inestabilidad extrema que estamos viendo. Otro factor a tener en cuenta es la reorientación de la política de Estado en todos nuestros países hacia la concesión de privilegios a la lógica financiera. Hay que diferenciar la lógica financiera de la bancaria: todos necesitamos préstamos: el estudiante que quiere avanzar su educación, la familia que compra una vivienda, la pequeña empresa que quiere aumentar la eficiencia de su proceso de producción, etc. Pero las finanzas son algo diferente: necesitan financiarizar otros sectores para obtener rentas y se está vendiendo algo que no se tiene. En eso reside su gran creatividad y su necesidad de invadir otros sectores. En la actualidad se hanfinanciarizado las hipotecas, los préstamos para comprar coches, las tarjetas de crédito y también las deudas de gobiernos nacionales y municipales.
-En el debate sobre austeridad o crecimiento, ¿quién tiene razón? ¿Cuáles son las consecuencias de la austeridad?
Creo que es crítico, importantísimo, impulsar el crecimiento económico. La llamada austeridad de estos años no ha funcionado y la modesta estabilidad que puede haber generado en algunos sectores se asienta sobre las espaldas de las familias y negocios que han sido expulsados de la economía. Se está produciendo un empobrecimiento radical y destructivo del tejido social y económico. Y ¿para qué? Para estabilizar el sistema financiero bajo el supuesto que eso es bueno para la economía. Pero no son dos temas distintos, la renta financiera y la economía. Se podría llegar a una unión fructífera de ambas aunque en las últimas décadas no se haya conseguido.
-¿Es razonable que se pida a los españoles que hagan sacrificios económicos, mientras con dinero público se rescatan bancos y comunidades autónomas?
No. Es un abuso del contrato entre el Estado y los ciudadanos.
-¿Cómo cree que está afectando la crisis a la estructura y las relaciones sociales a España?
Muy negativamente y en muchos aspectos. Quiero hacer hincapié en uno: está destruyendo una economía fuerte, de empresas industriales y comerciales de alta calidad con mercados globales. Tanto España como Italia tienen economías fuertes y las nuevas políticas que se están aplicando, que privilegian la renta (frente a la estabilidad)  financiera, las están destruyendo. Y eso va a ser difícil de recuperar, ya que la construcción de esas empresas y el desarrollo de un producto de alta calidad han costado generaciones.
El movimiento del 15M ha contribuido a educar y hacer ver a un público amplio las grandes distorsiones en la gestión que hace el Gobierno de los impuestos de la ciudadanía
-¿Cómo habría que gestionar el malestar social que la austeridad provoca en España, Italia, Grecia y Portugal?
Estamos viendo procesos profundamente destructivos y va a costar mucho tiempo recuperarse. La alta tasa de suicidio en Grecia e Italia es un indicador claro. Existe el enorme riesgo de toda una nueva generación perdida, de que haya un espacio económico reducido, de que se deterioren infraestructuras físicas y sociales para la economía y la vida cotidiana. Y todo esto en nombre,  no tanto de la estabilidad económica, sino de la capacidad del sistema financiero para seguir consiguiendo una renta extremadamente alta. Como decía antes, todos necesitamos préstamos bancarios, pero lo que ha pasado en los últimos 30 años va mucho más allá: es una renta prodigiosa. El valor del capital financiero medido por los activos pendientes de pago de Estados Unidos era de 630 billones en el 2007, frente a los 54 billones a los que ascendía su Producto Interior Bruto. En el 2012 el PIB global había caído a 45 billones, pero el valor financiero de las deudas era superior al trillón. Este crecimiento se debe, en parte, a los préstamos enormes por parte de los gobiernos. Es decir, ¡al dinero de los ciudadanos!
-¿Qué opina del 15M y otros movimientos ciudadanos?
Es un movimiento importante. Yo lo veo como indicador de la quiebra del contrato social del estado liberal del siglo XX, que tuvo como uno de sus grandes triunfos el Estado del bienestar, el Estado regulatorio. En el centro de este proyecto de Estado se encuentra una amplia clase media, que es la que más se ha beneficiado del desarrollo, si bien fueron a menudo los movimientos sindicales los que lucharon duro para conseguirlo. Eso es lo que  empieza a quebrarse  en los últimos 20 años y ha estallado con esta generación de jóvenes. Ellos cumplieron con los requisitos (estudio, buena conducta, etc.) para construir una buena vida, obtener un buen  trabajo y labrarse un buen futuro. Pero el sistema y el Estado les han fallado, porque se han privilegiado en exceso los grandes intereses económicos. En ese sentido los que se han beneficiado de las desregulaciones han sido el sistema financiero y las grandes empresas globalizadas.
Creo que este movimiento ha contribuido a educar y hacer ver a un público amplio las distorsiones que se pueden ver en la gestión que hace el Gobierno de los impuestos de la ciudadanía. Creo que es un movimiento social, de recuperación de economías que aplican la lógica de la redistribución de los beneficios del crecimiento económico, como sucedía cuando surgió la gran clase media hacia la mitad del siglo XX en muchos países de occidente.
-¿Cómo se puede mantener un Estado del bienestar y la inversión en gasto social en el caso de estados como España que tienen un déficit que no pueden sostener?
Hay que determinar cuál es el origen del déficit, que varía en cada país. En el caso de EEUU, las guerras han jugado un papel importante. Privilegiar a sectores que no pagan todos sus impuestos o que reciben exenciones fiscales no ayuda. Pero creo que el déficit en muchos de nuestros países proviene de la excesiva captura de recursos por parte de ciertos sectores económicos. Esto se vio con gran claridad cuando estalló la crisis del 2008 y tantos recursos de los bancos centrales se desviaron al sector bancario, incluido el de las altas finanzas. En EEUU el Estado terminó transfiriendo al sector bancario y financiero  unos 7 billones de dólares… Y en la otra cara de la moneda vemos que no se está protegiendo a las pequeñas empresas que generan la gran mayoría de los puestos de trabajo. En el espíritu de la austeridad, se han eliminado muchísimos puestos de  trabajo en el Gobierno, lo que sirve para generar ingresos a corto plazo, pero que a largo solo lleva al hundimiento de la economía.
-Usted ha dicho que el estado neoliberal ha creado una clase media que no es capaz de hacer nada, en el sentido de que los jóvenes licenciados están sentados esperando a que el sistema vuelva a reclamarlos… ¿Se está expulsando a una generación muy preparada?
Lo que he dicho es que el Estado liberal, del bienestar, nos ha hecho a todos un poco consumidores de nuestra ciudadanía, de nuestros derechos….Y ya no sabemos cómo hacer, en el sentido de construir. Tenemos que relocalizar la función del crédito recuperando la pequeña banca, las cajas de ahorro. Para proyectos grandes se necesita a las grandes entidades, pero para la mayoría de la población de un país, la pequeña banca es suficiente. Y esto importa, porque la renta (el interés que obtiene la pequeña banca de los préstamos)  recircula en la comunidad. 
Existe el enorme riesgo de toda una nueva generación perdida, de que haya un espacio económico reducido, de que se deterioren infraestructuras físicas y sociales para la economía y la vida cotidiana
-Usted ha dicho que el estado neoliberal ha creado una clase media que no es capaz de hacer nada, en el sentido de que los jóvenes licenciados están sentados esperando a que el sistema vuelva a reclamarlos… ¿Se está expulsando a una generación muy preparada?
Lo que he dicho es que el Estado liberal, del bienestar, nos ha hecho a todos un poco consumidores de nuestra ciudadanía, de nuestros derechos….Y ya no sabemos cómo hacer, en el sentido de construir. Tenemos que relocalizar la función del crédito recuperando la pequeña banca, las cajas de ahorro. Para proyectos grandes se necesita a las grandes entidades, pero para la mayoría de la población de un país, la pequeña banca es suficiente. Y esto importa, porque la renta (el interés que obtiene la pequeña banca de los préstamos)  recircula en la comunidad. 
-¿Por qué cree que los jóvenes universitarios, una vez que se ha hundido el consumo, no son capaces de crear de forma activa sus propias formas de vida?
Creo que la sociedad está empezando a darse cuenta de esto, pero ¡no es fácil! En ese sentido el 15M,  a través del trabajo duro de ocupar, ha desarrollado capacidades para hacer –mantener la paz en el espacio ocupado, la comida para alimentar a todos. Eso va desarrollando capacidades sociales. Yo creo que lo que estamos viendo es un punto en una trayectoria que va ir desarrollándose, va a llevar tiempo y va a haber periodos de estancamiento, pero es una trayectoria que va más allá de lo que está sucediendo ahora.
-¿Cuáles son las principales consecuencias sociales del modelo neoliberal que dice se ha implantado en los países europeos?
La destrucción de pequeñas empresas de buena calidad, la destrucción de vecindarios a través de las ejecuciones hipotecarias, etc. También se destruye el tejido social. De esta forma se  va desintegrando el ensamblaje de lo económico, lo social, lo cultural…
-La inmigración es un fenómeno característico de la globalización, pero la crisis ha provocado que exista un rechazo creciente en Europa a los inmigrantes. ¿Cuáles son las consecuencias?
A lo largo de la historia siempre ha habido  discriminación y odio hacia el inmigrante, pero también siempre ha habido algunos actores –inmigrantes y ciudadanos- que han luchado por su incorporación. Ese proceso implica el fortalecimiento y la mejora de los derechos de los ciudadanos. Esto va contra la interpretación que se hace en la actualidad de que darles derechos a los inmigrantes significa que perdemos. Yo he escrito un libro sobre esta dinámica histórica en Europa, un continente con racismos y odios muy fuertes. (Guests and Aliens, New York: New Press

sábado, 25 de mayo de 2013

Apartheid y segregación en Colombia

Luis Mejía, nuestro corresponsal en New York, nos remite este texto de Steven Bunce, donde el tópico tratado es el apartheid. En Bogotá, la alcaldía de Petro llama la atención sobre la ciudad capital como un escenario segregado, e insiste en la urgencia de redensificarla, y el debate empieza a superar las lindes de la ciudad colonial, asentada, impuesta, conquistada a la Bacatá de los Muiscas habitantes del altiplano cundiboyacense.  Negri y Cocco llamaron la atención sobre el racismo y la proyección del biopoder y la biopolítica como contra en América Latina. Aquí está el texto de Steven Bunce, y su contribución al presente debate. N de la R.

Cosmopolitan apartheid? The racial landscape of Contemporary Colombia.

Steven Bunce

The disproportionate marginality and victimization of Colombia’s ethnic minorities has its origins in what Cristina Rojas describes as its ‘regime of representation: a space of presences and absences [including] things that appear, that are visible, as well as those that are suppressed, condemned to remain backstage’. The two administrations of President Alvaro Uribe (2002-2010) were characteristic of this enduring regime.

Uribe watered down the complexities of the nation’s history, diversity and political landscape to make it more manageable, prosperous and secure. In his Colombia, the business world, multinationals, and a concentrated executive power base had starring roles, with ethnic minorities and peasants appearing as extras in the background. Regard for the environment, land reform and the local ceded in favor of mining and energy megaprojects. In sum, rural territories were finally converted into little more than the ‘primary sector’.

That the discovery of ‘strategic lands’ suppresses the right to ‘ancestral lands’ is an implicit notion of Eliana Rosero’s description of the ‘three key eras’ of the official history of Afro-descendent Colombians: Following their total marginalization and invisibility for centuries, in the 1980s they were granted specific rights as an ethnic group, culminating in the institutionalization of their traditional laws and collective territories with the 1991 Constitution. From 2000, a third phase began: the discovery of resource-rich deposits in these territories and the ensuing attacks, displacements and violation of their right to self-determination. The ongoing reorganization of territory by armed groups complements the imperative of certain economic and political elites to use forced displacement to 'homogenize' the population in a given area.

Afro-descendants comprise nearly a quarter of Colombia’s population, and are concentrated in the regions of the Pacific Coast and the southwest of the country, although the Caribbean archipelago of San Andres and Providencia is home to an almost exclusively Afro descendent population. The category itself refers to citizens with varying proportions of African heritage. As the most recent census suggests, identification with this ethnic category is loaded and complex: In 2005, for the first time, Colombians were asked to assign their own racial category. Ironically, this ‘enlightened’ process of self-ascription deflated the earlier official figure of 26% to 10.6%.

Peter Wade describes how ethnic minorities in Colombia tend to be regarded as the ‘guardians of the natural environment’, a category that, while vital to the institutionalization of the rights for traditional communities, has calcified a stereotype of ‘blackness’ as antithetic to economic growth and modernization. From the late nineteenth century, Bogota’s elites proliferated a European cultural imaginary and political order of the capital that denigrated the attitudes, behaviors – even dress styles – of ethnic minorities and the urban mestizo labor force. This centralist hegemony retained formidable power even as its population soared and the city became a patchwork of economic migrants and displaced persons from all over the country.

A tradition of regionalism, the location of ethnic minorities as exogenous to the major urban commercial hubs, and the concentration of wealth and power in elite institutions, have generated glaring disparities, particularly as the gulf widens between cities and regions. Currently, some one million Afro-Colombians are estimated to be living in Bogotá, a city with a population nearing nine million.

Bogota is nowadays an emblem of Colombia’s improved security and place on the global stage as a cosmopolitan metropolis. In April 2008, African-American sociologist Fatimah Williams Castro found herself at the sharp end of this process when she joined with her Afrocolombian friends for a night out in Bogota’s Zona Rosa, an upmarket zone frequented by the capital city’s young white elite and foreign tourists.
Castro and her friends attempted to enter a number of venues, but were consistently met with vague reasons for why they could not go inside. The event drew the interest of local lawyers, who assisted the group to petition the Supreme Court, which later ruled that certain parties had violated their fundamental rights to equality, honor and dignity.
Feature article of a 2011 issue of Hello! Magazine, Colombia. The text reads: 'The most powerful women of the Valle de Cauca region in their stunning Hollywood-style mansion'. At the rear of the photo are two Afro-Colombian women dressed in traditional maid outfits. The image generated scathing criticisms of racism and moral bankruptcy amongst the country's upper classes

In my interviews with residents on social class in Bogota, one Afro-descendent respondent emphasized that it is ‘not easy being black’ in Colombia, one should not assume that a solidarity exists amongst Afrocolombians based on a shared narrative of discrimination. ‘I am a relatively successful, economically comfortable, well-educated Baptist woman. My outlook is completely different to that of a displaced Colombian living in hard conditions. The fact that we might both happen to be black doesn’t mean anything really’. No single demographic category expressed a consensus toward the primacy of race as a discriminating factor. The closest I came to a consensus reflected what human rights lawyer Mauricio García describes a prominent ‘class-based racism’ in Colombia, by which racial differences have ceased to be clear-cut and yet the ‘upper class tends to be whiter and the lower class darker’.

One Colombian anthropologist asked: ‘Have you ever seen a black person driving a car in Bogota?’ I relayed this question to an Afro-Colombian researcher writing her postdoctoral dissertation at Colombia’s most elite university. ‘Well, my Dad has a car’, she said with a smirk, ‘but I can tell you that there are very few Afros in Bogota’s upper strata. I could count them on my hand’. A local historian was emphatic: ‘You can see hundreds of black people driving cars in Cali, which is a more Afro-populous city’. A politics student expressed a similar territorialization of ethnic groups: ‘There are black elites, but in the black regions’.

Select cultural and aesthetic hallmarks are mobilized as part of Bogota’s performance of cosmopolitanism and the projection of a tourist and business-friendly global city. Condemned to remain backstage are the stark division of black and white social spaces and the tacit exclusion of ethnic minorities. The subtle forces of spatial distancing and socioeconomic exclusion of ethnic minorities do not fit neatly with any claims of an institutionalized racial segregation. When Castro discussed her experience with Afro-Colombian residents of Bogota, most were simply mystified as to why she even wanted to spend time there.

Black residents have trickled into the domains of Bogota’s upper classes in recent years – but more so in professional environments, rather than social circles. Ana recounted her ‘rebellious adolescence’ in which she dated a black guy and was forbidden to bring him into the house. Now she is engaged to a currency trader with German heritage, and they both dine with her parents on a weekly basis. Another resident described how, in recent years, a handful of black Colombians have become members of the country club he and his family frequent: ‘This is a racist society, but it is not apartheid’. For many, black residents are not shunned, but they are anomalies in the city landscape.

As head administrator of the science faculty at one of Bogota’s top universities, many appear in Claudia’s doorway in search of signatures. ‘When they see a black woman sitting behind the desk’, she tells me, the following exchange tends to occur:
“I’m looking for the head program authority”
--- “Yes, that’s me”
“I mean the head of administration. The person who can approve my admission”
--- “Also me”
Her father, born in the predominantly Afro department of Chocó, was determined to not end up working as a laborer his whole life. By the time he completed secondary school, he knew he had to move to the nearest city, Medellín, and find his way into a private university. After graduating in veterinary science, he established his own clinic in Barranquilla, and began to save money for her education from the moment of her conception. ‘Not birth – conception’, she reiterated.

In spite of decades of positive economic growth and democratization, the recurrent application of economic and political paradigms originating in the Global North have negatively impacted the country’s rural-dwelling populations and ethnic minorities, while facilitating the illegal expropriation of land and public resources. This monopolization of wealth is greatly aided by illegal groups, who engage in clandestine alliances with powerful officials and economic elites determined to uphold rigid traditions and inhibit change in economic, political and social structures (Acemoglu et al, 2009; Lopéz et al 2010). The extreme right-wing ideology and willingness of paramilitaries to swiftly circumvent state functions complements a range of neoliberal principles, namely its preference for a monocultural logic and the accelerated internationalization of the economy (Springer 2012).

In the meantime, as Maria Clemencia Ramirez captures in her ethnography of community leaders in Putumayo, those from remote regions make every effort to attain formal education in cities so as to ‘gain access to the level of social and cultural capital necessary to make connections between local and national struggles’. The painstaking process of attaining this symbolic capital contrasts violently with the whirlwind speed with which privileged and violent actors pilfer, hoard and commodify the country’s natural resources – a quite literal case-in-point of what Teresa Brennan describes as capitalism’s ‘inherent need to occupy more space’.

‘It is jarring for them to see me sitting behind the desk’, Claudia chuckles, while imitating a serious of incredulous expressions, ‘They think I’m here because I must be cleaning it’.



References

Asad, Talal. 1993. Genealogies of religion: Discipline and reasons of power in Christianity and Islam. Baltimore: Johns Hopkins University Press.

Posted by Ryan Anderson 
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EL CARRUSEL: CONCEJO Y  PDA.  NUEVA TERCERÍA POR LA PAZ .

Miguel Angel Herrera Zgaib.
Grupo Presidencialismo y participación
presid.y.partic@gmail.com.

El destape de la podredumbre
"Me encuentro arrepentido y por estoy colaborando con la justicia." Hipólito Moreno.

                                             El rosario de arrepentidos, animadores externos, "pelechadores" del carrusel de los contratos, Emilio Tapia y Julio Gómez, los Nules que siguen tomando del pelo a la justicia y a los jueces, Hipólito Moreno, dos veces presidente del Concejo en el pasado, empezó a cantar. El primer caído es el concejal del partido Verde, J.J. Rodríguez, a quien la Fiscalía le imputó cargos y lo envió preventivamente a la cárcel.

El juez 46 penal sindicó al concejal Rodríguez de cohecho e interés en la celebración indebida de contratos. Él estuvo antes viajando por el mundo, en un itinerario  que cubrió desde Pretoria hasta Washington. La torta devorada fue la licitación del 2007 que definía  la Fase III de Transmilenio.

El derrumbe  de la U: para-política y carrusel
"La U tiene que pedir excusas a la ciudad. Estos hechos causan una mortificación enorme." Juan Lozano, senador de la U.

                                                             En la lista de la Fiscalía sigue otros dos peces gordos: Parada, y Camacho Casado, influyentes figuras del partido de la U en Bogotá. Tan grande es su descalabro, que este, el partido del presidente Santos, mantiene un pie en la para-política y el otro en la corrupción municipal. Juanito Lozano, cancerbero del ex Uribe, ”mortificado” derrama lágrimas de cocodrilo, pero nadie le puede añadir más agua a la leche derramada.
El otro pudín engullido estaba en la Unidad de Mantenimiento Vial, que completan como jugoso botín el IDU, la Secretaría de Salud y el Fondo de Vigilancia y Seguridad, por lo pronto. La denuncia del carrusel de esta gigantesca corrupción que superó los dos millones de millones, según lo denunció la concejal Angélica Lozano ex PDA, la hizo la disidencia progresista, que  encabezaron después de la contienda presidencial  Gustavo Petro, premiado luego con la alcaldía de Bogotá, el concejal Carlos Vicente de Roux, acompañados por los senadores Luis Carlos Avellaneda, y Camilo Romero, quien hoy busca la revocatoria del congreso actual.
De  este festín, del robo impune del erario de Bogotá, participaron y es un cálculo insuficiente, 17 concejales y exconcejales, junto con un elenco de burócratas, entre los cuales está ya entre barrotes Héctor Zambrano, exsecretario de salud enfermo de corrupción. En este caso, la sirena la prendieron las ambulancias, donde la presa fue un contrato por $67.000 millones, celebrado en el 2009, con el que comenzó el descarado baile de los millones que recolectados en impuestos pasaron a manos de funcionarios y contratistas corruptos con “prisa pero sin pausa”.
Pero lo que se denuncia y se destapa es un robo continuado, un desfalco impune a las arcas de Bogotá durante varias alcaldías. Hipólito Moreno es la memoria viva, tiene fresca la historia, porque montó su trinca durante 13 años. Él era en el pasado un hombre de humilde origen,  y se transformó en rey de los corruptos. Hoy es un rey caído, dispuesto, parece, sin embargo, a acompañar desde un breve encarcelamiento el nuevo carrusel de la impunidad judicial que bajo la fórmula del principio de oportunidad se quedará con el género bajo resguardo  en los paraísos fiscales, y en las telarañas de testaferros bien pagos.

Los desastres del  PDA y Anapo: el giro Progresista.
"Hay que ver cómo logra (la Fiscalía) aterrizar toda esa información.” Carlos Vicente de Roux, concejal ex PDA.

                                               No fue solamente la fracción minoritaria del PDA, disidente, dirigida por Gustavo Petro, sino también Carlos Fernando Galán, entonces concejal  de Cambio radical, quienes denunciaron la corrupción al interior del concejo de Bogotá. Lo hizo también con tardanza, la Comisión de  ética del Polo, por bloqueos de la mayoría corrompida del Comité ejecutivo del PDA. Está comisión puso el dedo en la llaga, y acabó con el cuento de la presunción de inocencia que reducía a nada el papel de la ética política.
Esta comisión suspendió al senador Iván  Moreno, hermano de Samuel, quien  “mostró el cobre” antes de ganar la alcaldía de Bogotá con más de 900.000 votos. Iván había hecho lo propio, cuando fue alcalde de Bucaramanga, desde donde se proyectó como “cenador”, según lo prueba su destitución, y procesos concomitantes.
Conviene recordarlo. Al candidato Samuel Moreno  le preguntaron si se justificaba comprar votos, con tal del ganar. Y este Maquiavelo al revés, asintió desvergonzadamente. Y después haciendo el conteo de los votos, concluyó su caprichosa aritmética electoral diciendo que la alcaldía se ganó por los votos que juntó con estos aliados voraces y depredadores, 600.000, y que los 300.000 restantes eran del PDA.

Si esta operación matemática tiene algo de verdad, de los 300.000, porque en los 600.000 estarían incluidos los de Anapo, habría que restar los 37.000 y “pucho” que consiguió Aurelio Suárez. Luego el resto de votos es el capital electoral que con algunas pérdidas ayudó a eligir a Petro, esto es, unos 260.000, quienes  rechazaron la corrupción del PDA y la coalición del alcalde Samuel Moreno.

La coalición que respaldó a Samuel  y cogobernó con él no ha hecho su contricción, y menos su propósito de la enmienda.  Esto ejercicios  pasan por Clarita, su secretaria de gobierno, Carlos, Jorge Enrique y el propio Aurelio, el PC de Jaime Caicedo, y la socialdemocracia magisterial de Jaime Dussán. Puesto que no ha ocurrido todavía, el PDA tiene esa mancha que ha de quitarse, y que lo condujo a la debacle que lo consume casi que sin remedio como proyecto político con futuro.

La tercería en público         
“Nuestra economía es la más cerrada de las cuatro y la de menor intercambio con las economías asiáticas, por lo cual puede aprender de sus pares (Chile, Perú y México).” Editorial “Alianza para el progreso”, El Tiempo, 23.05.2013, p. 18.

                                                 Estos antecedentes explican por qué la tercería política nacional frente al Partido de la U, y su jefe, Juan Manuel Santos; y contra el Centro Democrático, de Álvaro Uribe pegado a la para-política, la convoque el movimiento Progresistas bajo la presencia articuladora de Antonio Navarro. 
Dicha iniciativa logró juntar en estos días a mil quinientos curiosos e interesados, con la presencia de gente de múltiples procedencias desde John Sudarsky y José Antonio Ocampo, hasta Carlos Lozano y Antanas Mockus, incluido el exgobernador de Atlántico, Verano de la Rosa, y León Valencia ex director de la Corporación Nuevo Arcoiris.  

Algunos ironizan que este es un pabellón de quemados, huérfanos de la política, pero olvidan que los progresistas ganaron la alcaldía de Bogotá, y luchan con todo, que a su campeón no le sea revocado el mandato,  lo cual, de concretarse, sepultaría el proyecto del ex M19 de llegar al poder nacional, como lo ha recordado y pregonado el destituido ex secretario de gobierno, Guillermo Asprilla, entrampado en la confusión público/privado como concejal y litigante en la causa del relleno de Doña Juana.   

Navarro habla de una propuesta de “centro Izquierda” porque todos, los tres agrupamientos políticos electorales  comparten la cínica coquetería  en procura de un centro, bastante indefinido y vaporoso. No se atreve Navarro a descentrarse, a hablar todavía, y la convocatoria requiere aclaraciones, en cambio, de una izquierda democrática.
La hora es para pensar  una propuesta contra-hegemónica que tiene la posibilidad de ganar la presidencia, porque 65 años después, el bloque dominante, el país político diagnosticado por Jorge E. Gaitán está dividido. Eso pasó en 1946, y el que ganó fue Mariano Ospina Pérez, con dos candidatos liberales, Turbay, con la mayor votación, y Gaitán con la menor votación de los tres, y sin respaldo de los comunistas.
 A los dos años J.E. Gaitán quedó como jefe único del liberalismo, cuando Eduardo Santos le entregó las llaves de la casa del partido; y fue asesinado después de pronunciar en febrero de 1948 la oración por la Paz. Colombia ha padecido desde entonces una crisis orgánica, que separó violentamente a las elites de los grupos y clases subalternas, a quienes se ha buscado cooptar y transformar siempre  bajo la lógica de clientelismos de todo tipo, armados y desarmados. 

Los subalternos se hacen Multitud


                                                          La izquierda y la democracia supérstite tienen ahora la oportunidad de resolver la crisis de hegemonía que aqueja a Colombia. Rescribir la historia desde abajo, poner en su lugar la corrupción económica y política que disuelve la sociedad. Reinventar a Colombia construyendo la igualdad social que prometía el Estado social de derecho. Es la base para construir la verdadera paz. 

Liberarnos de la guerra que enriquece unas minorías privilegiadas enriqueciéndose impunemente a costillas de 46 millones de colombian@s. La interpelación es con las multitudes que convocó y movilizó Gaitán, los grupos y clases subalternas tienen la palabra una vez más.

martes, 21 de mayo de 2013


EL “TÚNEL”  DEL PRESIDENCIALISMO EN COLOMBIA

Y SONÓ LA FLAUTA, ¿PARA QUIÉN?  (SEGUNDA PARTE)

Miguel Angel Herrera Zgaib
Director Grupo Presidencialismo y Participación
Presid.y.partic@gmail.com

La paz nacional y la economía global        

"Las políticas que hemos promovido se queden a mitad del camino o se echen para atrás." Juan Manuel Santos.

                                         Tiene que haber una definición de reglas de juego entre la democracia y la izquierda para sacar provecho de la división en el bloque dominante. Y la suerte del rumbo de la paz en La Habana es un ingrediente fundamental. La guerra de las vallas refleja lo definitiva que se ha vuelto la cuestión de la paz y su curso decisivo en términos de tierras, y una verdadera reforma agraria, que por lo pronto solo tiene cara de restitución que golpea a una parte del eje terrateniente para-político. 

La otra pata de la mesa en que se juega la presidencia está en la economía nacional, que se encuentra amenazada por la epidemia holandesa, que ya tocó a la industria colombiana, sumada a una baja intempestiva, especulativa en el mercado de las commodities, que se pronostica globalmente con insistencia, y que tiene que ver, igualmente, con la baja en la demanda de la economía china que acusa relativa fatiga productiva. Acercándose ésta cada vez más a los pronósticos del Nóbel  Krugman, al hacer recuento histórico comparativo de las economías determinadas por la relación capitalista. 

El equipo con el cual competirá el presidente para ganar las elecciones del 2014 incorpora en la fundación buen gobierno a Gabriel Silva, Juan José Echevarría, María Emma Mejía, y el general Oscar Naranjo con la presidencia de German Vargas, y la presidencia ejecutiva de Juan Mesa.

Pronto sabremos cuál será el equipo que propone el partido de la guerra para competir en la conducción del bloque dominante, e intentar ganar la presidencia perdida al fracasar en la liquidación de las Farc-Ep, el más influyente componente de la resistencia contra-hegemónica al proyecto del capitalismo globalizado, cuya punta de lanza son los megaproyectos impuestos a sangre y fuego, con más de 4 millones de colombianos desplazados.


La incógnita de la tercería democrática y de izquierda

La tercería democrática y de izquierda tiene pronto que hacerse visible, no puede menospreciar ninguna tendencia de los partidos existentes, los movimientos sociales y políticos, y los independientes que no están conformes con el estado de cosas actual, en tiempos de “prosperidad democrática”.

El referente fundamental tendrá que ser la paz democrática y la constituyente social, que hagan la diferencia frente a los esfuerzos reformistas timoratos que se ensayan hoy, la  restitución de tierras y reparación de víctimas, las casas gratuitas, y la paz con las Farc-Ep, que, para empezar, tienen que concretarse y profundizarse.

La movida es compleja y tortuosa, pero si la izquierda lo intenta puede como mínimo definir quien ganará la presidencia, y contribuir al establecimiento de un juego democrático liberal con oposición efectiva. Hasta podría la izquierda aliada con sectores democráticos ganar la presidencia si la confrontación arriba está adobada por una crisis económica inusitada; a la que podría sumarse el desmantelamiento del congreso infestado de para-político y  corrompido.

La revocatoria del congreso se tramita en forma casi silenciosa, tapada por el ruido paralelo de la revocatoria contra el alcalde Petro. Él es otro de los actores relevantes en esta crisis coyuntural del bloque dominante como animador principal de los progresistas junto con Antonio Navarro dedicado a la tarea de darle a este movimiento una proyección nacional pensando en las presidenciales de 2014.

Con todo, son demasiadas variables para pensar que se alineen  los astros a favor de esta tercería, que no logra organizarse todavía, fijando unas regla para seleccionar popularmente el mejor candidato, y no entre las dirigencias de cada agrupamiento de izquierda y democrático, interesado en ser una real alternativa de oposición a los candidatos del partido de la Unidad Nacional y del Centro Democrático.

Es la oportunidad política para que esta alianza le cambie el ritmo al baile del capital transnacional, legitimado por las visitas de Clinton y Blair, y favorezca por fin a las multitudes que resisten las cooptaciones y el transformismo que ensaya la dupla oligárquica de Juan Manuel Santos y Germán Vargas Lleras.


viernes, 17 de mayo de 2013


EL TÚNEL DEL PRESIDENCIALISMO EN COLOMBIA

Y  SONÓ LA FLAUTA, ¿PARA QUIÉN?

Miguel Angel Herrera Zgaib

Profesor Asociado, Ciencia Política, Unal
Director Grupo Presidencialismo y Participación, UNIJUS/COLCIENCIAS.

Un anuncio  (in)esperado

"Quiero que se reelijan mis políticas". J.M. Santos.


                                                          El 26 de noviembre se sabrá si se enfrentarán electoralmente los dos Santos, cierre de tejado y derrumbe de la casa del presidencialismo que ha sido hegemónica desde los tiempos del libertador Simón Bolívar.

El anuncio del relevo de Germán Vargas Lleras, y del  secretario Juan Mesa quienes pasan a la vida privada, da las pistas de lo que pasará de aquí en adelante en materia de campaña presidencial. Al frente de este proceso volverá el think tank que desde comienzos de los 90 puso a funcionar Juan Manuel Santos para orientar su periplo político que lo llevó a la presidencia.

El buen gobierno era la manera de aclimatar la tercera vía aquí, y en América Latina, bajo dos padrinos europeos, Felipe González y Tony Blair, y en los Estados Unidos con el triunfo de Bill Clinton, quien le dió rostro "humano" a la doctrina neo-liberal.

Fue la carta de ciudadanía política para el socialismo liberal, en lo cual habían pensado dos colombianos ilustres J.E. Gaitán desde los años 30, y Antonio García Nossa, su compañía ideológica, que fuera plasmada en el Play Gaitán, que murió en el Congreso antes del asesinato de su líder político.

La tercera vía de hoy

A compás con la paz posible, Juan Manuel conversa con los sucesores de Manuel Marulanda, en el cuarto intento por hacer la paz. Del otro extremo de la mesa están Álvaro Uribe Vélez y su ejecutor, Francisco Santos, por ahora, el partido de la guerra, quienes construyen y reconstruyen la fuerza uribista cosechando en la parcela del miedo, y en los errores del presidente actual y sus compañeros de viaje.

Pero definidos dos campos en el bloque dominante, que se debate en conquistar por fin la hegemonía, la dirección sobre la mayoría de la sociedad, esto es, los grupos y clases subalternas, repartidas, esparcidas entre la acción  legal, la resistencia armada, y la abstención indiferente.

Hoy, la tercera vía está teñida de paz, el sector mayoritario de la burguesía financiera y la industrial, que sufre los rigores de una potencial recesión, se juega por la paz con la guerrilla de las Farc-Ep, porque hace cálculos sobre su real voluntad de paz, y su debilidad ofensiva.

No era la realidad de 1999, cuando el gobierno del binomio Pastrana/Lloreda realizaron el viraje del Plan Colombia, con el apoyo al descubierto de Bill Clinton al frente de la presidencia imperial, articulando al país en la globalización capitalista regida por el posfordismo, ante el fracaso de la iniciativa de las Américas.

Los terratenientes, ganaderos y la parapolítica

"Esperemos que el procurador tome cartas en el asunto...El presidente deja ese manto para aprovechar esa platica...Alcalde que no apoye a Santos le cortan el chorro." Francisco Santos.

                                                  Del otro lado están las resistencias del ala reaccionaria del bloque dominante, la que hizo posible la llamada "seguridad democrática" por todos los medios. La que se jugó por el desmonte definitivo del Estado social de derecho, y le quebró una vértebra al modelo implementado en 1991, implantando con beneplácito de los demás poderes, la reelección, quienes aceptaron la corrupción como fórmula, sin parar mientes en el uso del cohecho.

Yidis y Teodolindo fueron los "sacrificados" creando para la rabulería nacional un delito imposible ante lo cual se sonrojan todos los tratadistas serios de la tierra. Carlos Lozano y Lozano, J.E. Gaitán palidecen en sus tumbas. Y Luis Carlos Pérez uno de sus más connotados discípulos también.

Por un lado, se creó  el cohecho de uno,  y por otro lado la proscripción del delito político. Las dos reflejan el drama del pensamiento jurídico colombiano, inmolado en el altar de la guerra al servicio de la defensa de la sacrosanta propiedad privada de los grandes propietarios. Hoy no hay garantías distintas a las que disfrutan los grandes propietarios enfrentados por coronar sus aspiraciones ganando la presidencia, el poder ejecutivo, a través del cual legitiman sus desbordados intereses privados.

El fiel de la balanza

Se definió una fórmula presidencial, el ala reformista del bloque dominante, la dupla la tienen Juan Manuel Santos y Germán Vargas Lleras, que puede invertirse dependiendo de qué pasa desde mayo a noviembre de este año. Los dos están habilitados.

El ala reaccionaria tiene definido a un compañero de la otra fórmula del bloque dominante, es Francisco Santos, y se está pulsando cuál sea la segunda, y ésta no pasará también de mayo, porque Juan Manuel se puso delante del partidor y fijó la agenda al tomar la iniciativa.

Pudo ser el procurador el otro componente de la dupla; pero, Uribe y su equipo decidieron que el jefe de campaña del partido de la reacción sea el procurador general, Alejandro Ordóñez, para tratar de ponerle límites al uso del billete, del erario, que es el modo de coronar el clientelismo oficial, con cabeza en el presidente, como se estableció entronizando la reelección en el corazón de la nueva Constitución, brutalmente envejecida.

Así las cosas, la tercería que hará la diferencia, para enfrenta al Partido de la U, y al Centro Democrático, es la fórmula de la izquierda, la oposición legal y de hecho. Esta ha marcado un potencial cercano al 30 por ciento. Se trata ahora, que el bloque de los independientes que es variopinto, y en el cual progresistas y verdes, con Navarro y Fajardo como compromisarios, tienen que jugarse con el sector socialdemócrata donde José Antonio Ocampo y Piedad Córdoba, alfiles de Ernesto Samper y su cancerbero Horacio Serpa, tienen los pies puestos en el proyecto de izquierda popular que atiende a la Marcha Patriótica.

El riesgo está en que la socialdemocracia de cuño liberal puede sucumbir, como lo ha hecho en el inmediato pasado a los cánticos de Juan Manuel Santos, a cambio de una parte jugosa del botín.

De otra parte, estan el PDA, malparqueado, con su candidata recién operada de un tumor, y los movimientos sociales, donde el Congreso de los Pueblos, y la ACIN son animadores de importancia creciente, aunque se encuentren enfrentados en los territorios del suroccidente con las acciones de las Farc-Ep, que no quieren ceder a su influencia en los territorios de Nariño y Cauca.

viernes, 10 de mayo de 2013



GUSTAVO PETRO:  LO VIEJO Y LO NUEVO EN BOGOTÁ.

Miguel Angel Herrera Zgaib
presid.y.partic@gmail.com
Proyecto Gobernanza y Biosociedad.

Revisando Cifras  y Firmas

“El alcalde me ha solicitado que lo acompañe en nuevos temas…Yo tengo la experiencia política de haber ocupado una curul en el Congreso y cargos políticos, y ese roce espero ahora me sirva para beneficio de la ciudad.” Guillermo Alfonso Jaramillo, secretario de gobierno de Bogotá.

“Los firmantes que hoy sienten temor porque ejercemos nuestro derecho a revisar firmas, tranquilícense, están en un gobierno democrático”.   Tuiter de Gustavo Petro, 10.05.2013.

                                                                Un caracterizado contrincante del alcalde Petro a nivel de Concejo,  Miguel Uribe, es el lugarteniente del congresista Miguel Gómez. Hace poco contabilizó cifras para  probar la inepcia administrativa de Petro, quien realizó  43 cambios de personal directivo: 38 en 2012, y 5 en 2013, que afectan a 24 entidades distritales.

Los principales lunares son: la UAESP, Transmilenio, el Fondo de Vigilancia y Seguridad.  Las Secretarías general, y de Movilidad permanecen sin titular; la de Gobierno  ya tiene a  Guillermo Jaramillo al frente, y éste se ha puesto a revisar la legalidad de las firmas recolectadas. Según Jaramillo, algo así como el ochenta por ciento de 40 mil firmas revisadas sería inválido; y dio a manera de ejemplo  que el 43 por ciento de 17 mil  “no pertenecen al censo electoral de Bogotá”.

El apoderado de Petro, Flavio Rodriguez, quien recibió copia de las firmas de parte de la Registraduría, y Guillermo Asprilla quien lo asiste reportaron que en la primera tanda hay un alto porcentaje que no se ajusta  a los mínimos exigidos. Asprilla dijo que “en un primer muestreo verificamos que la mayor parte de las firmas son irregulares y no cumplen requisitos legales.  Al respecto de esta acción la concejal  Clara Sandoval, adversaria de Petro, alertó que la alcaldía tiene a funcionarios  “trabajando en la revisión de las firmas”, y pide que la personería distrital lo investigue.

Ahora bien, atendiendo a las primeras cifras que miden la eficiencia de la administración en Bogotá, éstas revelan que hay una mejora notoria entre uno y otro periodo. El primero, 2012, correspondió al empalme de un nuevo gobierno municipal, al que propio Alcalde, casi en solitario, denunció como corrupto, todo lo cual se viene comprobando hasta la saciedad con las declaraciones actuales de Emilio Tapia.

El contratista principal del carrusel de la familia Moreno Rojas, sepulta políticamente a lo que quedó de Anapo, enloda a muchos, incluyendo a Edmundo del Castillo, secretario jurídico del ex Álvaro Uribe, absuelto por el procurador Ordóñez. Tapia  ha dicho también que está incluido un notable grupo de concejales, quienes hoy hacen la oposición contra Gustavo Petro, pero guardó silencio por exigencia de la Fiscalía.

Petro ha sido consecuente en las denuncias antes de ser  alcalde y en las remociones, con o sin justa causa, lo dirán los afectados por tales decisiones.  Los cambios hechos  en lo corrido de 2013 son  5, y  están en claro contraste de cifras con los 38 del año anterior. Lo registrado en la encuesta Gallup, a pesar de todo lo ocurrido valida  una disminución en la desaprobación a Petro que pasó de 71 en febrero a 66 ahora; pero este  64 por ciento sigue pensando que en Bogotá las cosas empeoran. En diciembre de 2012  así lo pensaba el 58 por ciento, ahora es el 64 por ciento.

Con estas realidades, Petro pasa a una segunda fase de su gobierno, asediado por dos desafíos, la destitución por vía de la procuraduría, de un lado; y de otro, por la revocatoria ciudadana, animada por los sectores políticos excluidos por tres periodos del ejecutivo local. Él tiene como ventajas, el apoyo del presidente, quien para asegurar votos en Bogotá hace visitas conjuntas a Suba, la localidad más poblada y diversa,  supera el millón de almas, para ponderar los logros en seguridad ciudadana.  

Lo dicho por la contraloría distrital, que le dio la razón a Petro, quien reclamó la propiedad de compactadores, camiones  y barredoras usados por los concesionarios de basuras, que no los quieren devolver, pretextando todo tipo de razones.

Ahora, para la contra-ofensiva Petro ha nombrado como su mariscal de campo a Guillermo Alfonso Jaramillo, luego de  moralizar y ordenar  en parte la salud en Bogotá, permeada hasta más no poder por el lucro sin freno. Una situación creada antes, aupada y legitimada por  la nefasta Ley 100, que es una de las criaturas del entonces senador liberal  Álvaro Uribe y asociados. Jaramillo apoya a Petro para materializar los acuerdos y realizar las acciones de gobierno que hagan posible el tránsito a la nueva Bogotá, la ciudad no solo humana sino social, sin lo cual lo primero es una ilusión fementida.

Los anteriores secretarios, en particular, Navarro, sirvió a la causa del empalme, ajustando en lo posible cuentas con los atropellos cometidos por la nefasta administración de los hermanos Moreno, y sus principales socios en el PDA. La transición del modelo urbanístico y económico neoliberal, al servicio exclusivo de la expansión del capital, en cuya contención nada hicieron las dos anteriores alcaldía del Polo, las de Lucho y Samuel, consumió las mejores energía de Guillermo Asprilla.

Asprilla se ahogó en la gran empresa de desterrar de raíz el oligopolio de las basuras en Bogotá, una causa suya de antemano. Primero, porque los ejecutores del proyecto “Basura 0”  estaban intoxicados por el olores del relleno de Doña Juana y sus alrededores;  segundo, por olvidos inexcusables en  materia litigiosa, y en últimas, en otras faenas de similar importancia debido a los afectos partidistas que le impidieron entender que uno no puede administrar  en compañía exclusiva de los “amigos” sin confederar a los “enemigos”.

Las cifras según las estadísticas

                                                                 La revocatoria de Petro, en cifras de Gallup ofrece las siguientes perspectivas. En Bogotá, el 47 por ciento de los consultados que votaron en 2011, manifestó su intención de ir a las urnas cuando ocurra la convocatoria. Hay  un 53 por ciento, entre indecisos y quienes no votarán, pero, curiosamente, la firma encuestadora de antemano no lo precisó en el instrumento que aplicó, y no queda claro el porqué.

Ahora bien, del 47 porciento indicado, el 81 por ciento votará a favor de la remoción de Petro. En los hechos, este ejercicio tiene que franquear primero la barrera  del 55 por ciento de los votantes. Por lo pronto falta el 8  porciento con el cual no se cuenta. Esta es la franja favorable al alcalde, por la pasiva, que tendrá que sumarse al 30 por ciento que apoya el trabajo hecho el primer año de gobierno. 

Además, en términos nacionales, Bogotá coincide con el parcial optimismo del país en que las cosas mejoran, en los últimos dos meses. Los optimistas suman el 31, y en la Bogotá de Petro el 30 por ciento. En lo nacional, el ejército de los pesimistas ha tenido defecciones en la guerra de posiciones democrática, entre el partido de la guerra y la paz. En febrero, su contingente era de 57 por ciento, hoy es de 51 por ciento. Estamos a punto que el optimismo iguale, y eventualmente rebase a los pesimistas que son mayoría actual en la sociedad civil colombiana a la que cubren las encuestas de Gallup.

Entre diciembre de 2012 y febrero de  2013,  el índice de desaprobación para Petro alcanzó su máxima cota en febrero con el 71 por ciento, durante la crisis de las basuras, que coincidió también con el máximo momento en el recaudo de firmas para su revocatoria. Ahora el proceso desciende, y comienza el ascenso en su aceptación en el mismo periodo. En febrero estaba en 26 y para abril estaba en 30 por ciento.

En términos nacionales, durante los pasados dos meses, la encuesta Gallup muestra la caída en la favorabilidad del campeón del partido de la guerra. Uribe Vélez  bajó 9 puntos de favorabilidad, pasó del 65 por ciento al 56 por ciento, y su desfavorabilidad alcanzó el 41 por ciento que es la más alta que ha tenido en su actividad política protagónica.

Uribe está hoy entre dos extremos, el 85 por ciento, que compartió con su ministro estrella, Santos, en la publicitada Operación jaque, de julio de 2008 en tiempos de guerra. Ahora  cuando se busca la paz, padece la más baja favorabilidad, el 41 por ciento en el pasado mes de abril, que es también un punto de inflexión. Uribe se prepara con su escudero, Alejandro Ordóñez a librar la batalla definitiva en términos de su porvenir político, y el partido que tiene por centro a la guerra del capital contra el trabajo.

En ese escenario cuyos centros son Bogotá  y la nación, por obra y gracia del diseño político administrativo centralista que subsiste desde 1886, por obra de Núñez y Caro, continuadores del dominio bipartidista inaugurado en 1854, con la derrota del proyecto sociedades democráticas/ militares que lideró J.Melo, tenemos del lado de la paz y el pluralismo, la dupla Santos/Petro, y por la causa de la guerra  y la intolerancia, Uribe/Ordóñez.

La construcción de Bogotá no segregada. 

…estos resultados demuestran que la economía bogotana está mejor que la del país”. Carlos Simancas, secretario de desarrollo económico de Bogotá.

                                                        Si tomamos en cuenta la vocería de Carlos Simancas, uno de los partícipes en el único cogobierno universitario de la Ciudad Blanca en 1971, las cifras del Observatorio de desarrollo económico indican que en Bogotá disminuyó el desempleo que ahora está en 10.3, cuando en el 2012 marcaba 10.7. En el país el desempleo está en el 11.4 por ciento.

Igualmente, se establece que en la ciudad se crearon 104.876 nuevos puestos. En proporción estos representan el 78.8 porciento de los creados en el país en el mismo periodo, y los sectores más beneficiados fueron comercio, hoteles y restaurantes. Cuando el inventario del empleo se hace, resulta que en el sector manufacturado se crearon 34.345 nuevos empleos. Lo cual supone un trabajo de calidad, no afectado por el comportamiento estacionario, localizado y flexible.

En los índices de pobreza, y de miseria que aquejan a Bogotá, según registros, desde finales del siglo XIX, conforme lo anotaba el memorialista y político Samper Brush, durante el tercer milenio, en 2003, el 32 por ciento de los bogotanos estaba en pobreza. Para  el 2012, se señala que es el 11.6 por ciento, y la pobreza extrema pasó de 7, en el 2003,  al 2 por ciento en el 2013. Por pobreza extrema se califica a quienes solo pueden adquirir hoy la canasta de alimentos básicos con su ingresos.

El coeficiente GINI de pobreza para Bogotá pasó a 0.497 en el año 2012. Bogotá mejoró en un año 8 puestos en el rango insultante de la pobreza. De otra parte, en este cambio, no hay duda que medidas tomadas por la administración Petro han contribuido en estos resultados. En particular, 6 m3 de agua gratis para los estratos 1 y 2. Se han beneficiado 108.280 personas, en un caso; y 560.117 en el otro, con ahorros de $4.231, $8.463, respectivamente.

Refiramos la encuesta de calidad de vida del DANE de 2012. El 48.6 por ciento de los hogares que respondieron la encuesta reconocen que su nivel de vida mejoró en un lustro en materia de servicios públicos, salud y educación, principalmente. Y esto corresponde a las administraciones de la izquierda en Bogotá. Hoy el 98.8 por ciento de los hogares tiene energía, el 89.4 gas natural, el 99.9 por ciento en acueducto y alcantarillado, y el 100 por ciento de recolección de basuras. Es el punto de litigio más grave de la actual administración, que condujo a la mayor caída de la favorabilidad del alcalde Gustavo Petro, como lo probaron los índices de la encuesta de febrero de 2013.

El tiempo del POT

“El momento resulta oportuno…para dar una mirada profunda al concepto de densificación que defiende la alcaldía y que contempla como eje de desarrollo ampliado.”. Editorial de El Tiempo, 10.05.2013, p. 22.

                                                       Cerremos con el asunto más definitivo para construir las bases de la nueva Bogotá, la suerte del POT. Vino precedido por 67 jornadas de trabajo, a las que asistieron 2400 ciudadanos, con la presencia del funcionariado distrital. Trabajaron en 20 localidades, y en 36 diferentes espacios. Es una pobre participación, no hay duda. La pieza maestra del POT  tiene que ver con la destinación de un cuadrante de 11.000 has, donde, dice El Tiempo, “se pretende concentrar el crecimiento de la ciudad y desestimular la edificabilidad en sus bordes, garantizar acceso a servicios y empleo, mejorar la calidad de vida y reducir la segregación”.

La participación es precisamente el mayor lunar de las tres administraciones de la izquierda en Bogotá. Sus gobiernos no han logrado quebrarle el espinazo al clientelismo, y a los fantasmas de la representación que delegan en unos cuantos la suerte de millones de pobladores. Más bien, reforzaron el gobierno representativo, y Petro y su equipo no ha logrado quebrar esta situación. Dicha participación será definitiva en el combate a la segregación citadina, donde la puja entre el norte desarrollado y el sur deprimido, tendrá en el centro de la capital un punto de enlace y desenlace juntos, será el campo en disputa.

La discusión del POT se ha hecho, se arguye por la actual administración, con el liderazgo de las asociaciones civiles y políticas. Se ha movido lo que John Sudarsky llama el capital social bogotano, los líderes locales y comunitarios, asociaciones civiles y religiosas, junto con los funcionarios de las alcaldías locales y la mayor. Los grandes temas son: comercio combinado en zonas residenciales, redensificación contra la segregación entre norte y sur, con la  zona centro como punto neural de la nueva Bogotá.

A  todo lo anterior se refirió la ex secretaria de movilidad María Valencia, la nieta de J.E. Gaitán, quien respondió en un extenso escrito al otro proyecto urbanístico, el del neoliberal y exalcalde Peñalosa, derrotado en la pasada elección, que lidera el partido del norte y los urbanizadores que lo secundan.

También fueron y son tópicos de similar importancia la prostitución y las zonas de tolerancia, el cambio climático y el uso del suelo, la seguridad, donde los indicadores mejoran, dice el nuevo secretario de gobierno,  “pero la percepción de seguridad no”. El problema de roce con el gobierno nacional, a propósito de la vivienda gratuita, bandera social de la reelección de Santos, y capital político del segundo en la lista, el ministro Germán Vargas Lleras es también muy significativo.

La reforma económica en curso

Ahora bien, para hacer viable el sostén económico de la ciudad social, el músculo económico tiene que ser fortalecido en la economía popular, contrarrestando los efectos negativos de la fórmula neoliberal del TLC, implementado en el 2012. En materia de comercio, se pasó del 13.8 en el 2010 al 8.9 en el 2012. En la parte industrial, Bogotá apenas creció un 2 por ciento. 

Jorge Pulecio, un economista de la Nacional, forjado en  la nueva izquierda, la URS de los años setenta, al frente del IPES,  señala el cobro “gota a gota” con el que se esquilma a los trabajadores independientes. Este microcrédito de usura del 53 por ciento efectivo anual tiene que acabarse. Aquí radica la urgencia de  un banco público, dedicado a la economía popular, lo cual subleva a los tiburones del capital financiero, quienes apoyan la revocatoria del alcalde por debajo de cuerda, a la vez que miran con codicia y disposición depredadora el articulado del POT, donde la renovación del CAN es una presa jugosa que quiere extender sus tentáculos hasta el espacio vital de la Universidad Nacional.

Pulecio indica, que el 65 por ciento de la economía bogotana depende de la actividad económica de las pymes, que son las mayores empleadoras. A ellas destinarán una suma relativamente modesta, $7.000 millones para su auxilio. Contrastémoslo con los miles de millones robados por los contratistas de las obras civiles, quienes todavía no reciben un castigo efectivo, y los de los urbanizadores piratas, así como los que tributan poco o evaden los impuestos, como el nuevo magistrado de la Corte Constitucional. Comparémoslo con los billones que obtienen ganados en la especulación financiera, y el auxilio se achica como la piel de zapa.

Estos empresarios legales y mayoritarios en número obtendrán créditos de hasta 25 salarios mínimos con un interés del 12 por ciento, y plazos hasta de 36 meses. Y a ellos se apoyará con formación empresarial específica, en concreto, 14 mil cursos que el SENA dirigido por Gina Parody, ofrecerá  a a partir de la reestructuración actual de esta institución minada por el clientelismo nacional y local que la afectó en las dos administraciones Uribe.

 El director anterior del SENA, fue uno de los grandes electores de la seguridad “democrática”, al lado de los programas asistencialistas, y la coacción para-política. Los tres  resumen el tiempo de la excepcionalidad de hecho y de derecho, para cooptar y someter a las masas de pobres y pobres extremos. Características sobresalientes del régimen para-presidencial, cuyo desmonte es tarea ciudadana, con el liderazgo provisional de Santos, arriba, Petro, en el centro, y con la ciudadanía de Bogotá y Colombia, las multitudes, auto-organizadas en el campo.

Una llamada de alerta

Los de abajo, los grupos y clases subalternas, auto-organizadas, participando con decisión  harán posible la nueva Bogotá, corrigiéndole la plana al alcalde actual en sus ademanes autoritarios que los tiene.  Alejando de él y sus inmediatos colaboradores  la manía sectaria. Conviene que no olviden que en el pasado existió un referente útil en materia política,  la Alianza democrática-M19.

Esta fórmula permitió que fueran la segunda fuerza en votos para la Asamblea constituyente, con lo cual fue posible la construcción común de la Constitución de 1991, y dar un certero golpe constitucional al bipartidismo bicentenario.  Es un acto que aprecia y defiende el alcalde Petro, y cuya copaternidad reclama Antonio Navarro, en la dirección del movimiento Progresistas, que procura una candidatura presidencial de consenso entre las fuerza de izquierda y democráticas, para disputarle en serio el triunfo a la reelección, y al candidato del Centro democrático.

Más aún,  esta experiencia de la AD-M-19 tiene un reto mayor en el historial de los grupos y clases subalternas colombianas. Tiene que ser ampliada si se le quiere ganar el pulso a la guerra,  para, de una parte, corregir el rumbo y el derrumbe a la que representó el PDA, presa de una corrupción monumental en los ejercicios de representación legal, del gobierno de Bogotá, de modo principal; de otra ser capaz de hacer un claro deslinde con el falso evangelio neo-liberal, que proclama y prohija la ciudad segregada, llenando de contenido social efectivo a la Bogotá humana, estimular y respaldar la participación de las multitudes sin distingos partidistas, y  sin propósitos clientelistas de corto alcance que son las tentaciones de los políticos tradicionales.