PONENCIA PARA EL CONVEGNO GRAMSCI OGGI, CAGLIARI, 29/9/21- 3/10/21. IGS- UNIVERISITÁ DEGLI STUDI DI CAGLIARI. (2)
Excurso
metodológico sobre la crisis de hegemonía en Colombia, 1999-2010.
“En el análisis del tercer grado o momento del sistema
de las relaciones de fuerzas existentes en una situación determinada, se
recurre con utilidad al concepto que, en la ciencia militar se denomina
“coyuntura estratégica”, o sea, con mayor precisión, al grado de preparación
estratégica del escenario de la lucha, uno de cuyos principales elementos está
dado por las condiciones cualitativas del personal dirigente y de las fuerzas
activas que se pueden llamar de primera línea (comprendidas también las de
asalto).” (GRAMSCI, Escritos Políticos, 1917-1933, p. 367.
La investigación es hecha como fruto del estudio del
aporte analítico conceptual de Antonio Gramsci, plasmado en los 29 Cuadernos de la Cárcel. Es la búsqueda del desenlace dramático de una
específica crisis del orden de la dominación establecido en Colombia por un bloque
histórico fundado en una alianza bipartidista de larga duración, que
recompuesto con la presencia cooptada de una fuerza subalterna, quiso
recomponer la hegemonía perdida del Frente Nacional en el ejercicio
constituyente de 1991. Dándole
existencia a una forma anacrónica limitada de Estado social de Derecho, limitada
a garantizar el goce de los derechos individuales aplazando el elenco de las
grandes reformas de alcance común.
Con la guía
analítico-heurística de las notas de la cárcel de Gramsci, que revisé a lo largo
de una década, planteo que el contenido actual de la crisis nacional, estudiada
en el periodo especial, 1999-2010, corresponde al comienzo del desenlace de la
crisis de hegemonía del bloque de poder nacido del periodo de la Violencia.
Esta situación específica ocurre cuando la clase
social fundamental burguesa en alianza con los terratenientes - su alianza
posterior al Frente Nacional- fracasó en
la gran empresa política de la pacificación de los subalternos insurrectos,
para la cual demandó e impuso por la fuerza el consenso de las grandes masas
para hacer la guerra. Pero, en efecto, ellas
especialmente campesinos, minorías, capas empobrecidas de la clase media
urbana, y pequeños burgueses
intelectuales pasaron bruscamente de la
pasividad política a una cierta actividad durante las dos décadas precedentes,
los años 80 y 90. Tal precipitado de
reivindicaciones de la ciudad y el campo, en su caótico conjunto,
constituyen una revolución democrática no completada, interrumpida por las
incidencias de una guerra social. (Gramsci, 1981, p 362)
La
reflexión de filiación gramsciana responde a la pregunta principal, esto es, el
carácter de la transición colombiana, en sus dos etapas, 1999-2010,[1]
2011-2021. Entendida y resignificada esta transición equiparada con el
desenlace de una específica crisis de hegemonía, la ponencia les presenta, de
una parte, el carácter contradictorio de la estructura institucional del
sistema político colombiano en las postrimerías del siglo XX, que la asamblea
constituyente pretendió estructurar armonizando una forma de participación
democrática liberal y la representación presidencial republicana de naturaleza
bifronte con un ejecutivo y una junta monetaria autónoma.
De otra parte, esta investigación define también el
contenido y el sentido de este periodo especial, en su segunda etapa, que no es
otro que el desenlace pautado por el antagonismo social y político de una
crisis orgánica, donde se desencadena la disputa prolongada por la hegemonía
entre dos grupos sociales fundamentales y sus aliados en el ámbito de las
superestructuras complejas[2].
Es una dinámica contenciosa, polemológica[3]
entre los actores antagónicos de composición diversa: la insurgencia subalterna que combate en la guerra social contra el
bloque dominante al que orienta el partido de la guerra, con núcleo es el
Centro Democrático que lidera aún el expresidente Álvaro Uribe Vélez con la
estrategia de desagregarlo, a través de una derrota militar, en lo cual fracasó
las Farc-Ep. Así se dispuso de nuevo a la negociación de paz con la
administración de Andrés Pastrana, pensando en cosechar en la sociedad civil
sus triunfos militares en la guerra de movimientos del periodo inmediatamente
anterior, años 1994-1998. Operaciones que la guerrilla cerró con la toma de
Mitú, una capital provincial.
A esta transición tardía, bajo las coordenadas
intercaladas de paz y guerra, las clases gobernantes y dominantes, en lugar de
disponerse a hacer reformas de fondo para construir la igualdad social que abarcan
al conjunto de la comunidad política, lo que hacen es reconfigurar y dirigir el
bloque de poder durante los años 1992-2010, para imponer, mediante la guerra de movimientos la
modernización neoliberal sobre los campesinos pobres, las minorías indígenas y
afro en los que fueran territorios nacional; y los grupos y clases subalternas.
[1]
El desenlace de la primera etapa de esta disputada transición democrática
colombiana se extenderá hasta la finalización de la segunda presidencia de
Álvaro Uribe Vélez, cuando el bloque de poder reaccionario por él conducido
fracasa en el objetivo de liquidar a la principal fuerza insurgente subalterna
de las Farc-ep; y el fracaso constitucional de su intento concomitante de
obtener autorización constitucional para conseguir su segunda reelección.
El propósito manifiesto era ampliar el plazo cuatro
años más para someter al principal rival estratégico en la disputa político militar
del orden de la dominación. Bajo el imaginario justificador de la seguridad
democrática, convertida en el significante vacío del discurso político de
sometimiento de la subversión social y militar de los grupos y clases
subalternas que ganaban momentum
democrático al enfrentarse con el despojo económico y la marginalización
política de la contraofensiva reaccionaria.
[2] Gramsci, Antonio (1981). Análisis de situaciones. Relaciones de
fuerza, en: Escritos políticos (1917-1933). Antonio Gramsci. Cuadernos de
pasado y presente 54. Siglo XXI editores. México, pp.347-48.
[3] El sociólogo
francés Julien Freund, al caracterizar lo político, en la conferencia realizada
en la Universidad de el Salvador, en Buenos Aires (Argentina), indicó dos
variantes: la schmittiana de amigo/enemigo, y la adversarial de Hannah Arendt,
que garantiza el reconocimiento del antagonista en la lucha política. Ver libro escrito por Chantal Mouffe, traducción castellana, El retorno de lo político.