jueves, 22 de julio de 2010

Revelaciones y silencios en torno a una reflexión dialogada de un heredero de César Gaviria.

Miguel Angel Herrera Zgaib
Profesor asociado, Unal. Bogotá


El analista Álvaro Forero hace parte de la generación que se proyectó durante la presidencia de César Gaviria, y tiene un espejo retrovisor para juzgar el camaleonismo del mejor discípulo de los dos gobiernos uribistas, Juan Manuel Santos. Es posible que él tenga todo para ser un buen presidente, pero, la pregunta tiene un aditamento necesario: ¿bueno para quiénes?

Si se trata de la tercera vía, el tránsito tendría que ser en el sentido de innovar en materia de régimen para transitar a a un semipresidencialismo o a un parlamentarismo que posibilitara si las hay las ejecutorias de tercera vía, que serían cuáles en las condiciones colomb¡anas? Y para hablar de asuntos sustanciales que van más allá de las disputas institucionales y de cambios de tal naturaleza, si está o no dispuesto a frenar la degeneración democrática conmandada por el jefe que está de salida.

Asumiendo, p.e., la necesidad de una reforma agraria impostergable, así como una acción internacional no adscrita a los intereses estadounidenses que le permita recomponer las relaciones con sus vecinos que él mismo contribuyó a deteriorar secundando las acciones del presidente Uribe en las fronteras.

En apariencia los nombres cantados en Agricultura con Juan Camilo Restrepo, y de Holguín en Relaciones Exteriores parecieran disponerse en tal dirección, y cortar alas a la única oposición existente, la del PDA, y su bancada congresional, que en el pasado hizo esta tarea sin llegar a cosecharla en votos por procedimientos antidemocráticos y sectarios internos. Veremos, entonces, a dónde conducirá el diálogo empezado entre el nuevo presidente, y el candidato Petro, si es que consigue, por fin, la presidencia del partido.

Muy pronto sabremos qué quiere decir un buen presidente, y para quiénes escogerá serlo, habida consideración del desastre social e internacional que hereda como el sucesor más audaz y pícaro de los que aspiraron a reemplazar a Uribe, sin ir más allá de su legado coyuntural como bien lo anota el jurista Forero Tascón, que no llega a ser de la dimensión de lo hecho por dos expresidentes liberales, los primos Lleras, descollantes figuras de lo que fue el Frente nacional.

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