viernes, 1 de octubre de 2010

Una lectura sobre la coyuntura del Bicentenario y la Rebelión


Miguel Angel querido:

Lo primero que hago hoy al regresar de Nuevo México, una región increíblemente hermosa y vital, es responderte. Aquí en Miami estamos en estos momentos en medio de una tormenta tropical, pero quise agradecerte por tus comentarios sobre la muerte del Mono Jojoy. Tus artículos son siempre muy informativos y esclarecedores.

A propósito de este tema, me parece que la historia colombiana, a propósito del Bicentenario de nuestra Independencia, está llena de ejemplos que muestran cómo el encarcelamiento de figuras de la rebelión, como Antonio Nariño, o la muerte en guerra de líderes guerrilleros claves, como Atanasio Girardot o Antonio Ricaurte, sólo consiguieron el fortalecimiento de la oposición contra el régimen imperante, en ese caso la monarquía española, porque en ciertas ocasiones las rebeliones no son caballos arriados a espuela, sino aguas turbulentas que se abren su propio cauce en la historia.

Habría que analizar si el asesinato de estas figuras de la guerrilla colombiana (Reyes, Jojoy, etc) motiva ahora o en un futuro a más gente para unirse a esa fuerza, como sucedió en Nicaragua tras la muerte de Sandino, la masacre de su plana mayor, la reocupación del país por parte de E.U. y el establecimiento de la dictadura Somocista, nada de lo cual impidió que décadas más tarde el Sandinismo tomara el poder; o como en el Salvador, donde la ajecución de Farabundo Martí no fue obstáculo para que 70 años después el FMLN sea la segunda fuerza política más importante en ese país.

Tiene sentido preguntarse si el debilitamiento económico de E.U. y su declive como líder del mundo, más la supervivencia del fundamento que da origen a la guerrilla en Colombia, así como su base de financiación en el narcotráfico, son factores que se pueden resolver con bombas "inteligentes". Tiene mucho sentido preguntarse si la muerte de los jefes guerrilleros podría llegar a convertirse en un bumerán para la clase gobernante en Colombia.

La salida de las tropas norteamericanas de Irak, a pesar de haber eliminado a un líder tan clave del mundo árabe como era Sadam Huseim y de haber establecido allí un régimen favorable a Occidente, más el reconocimientos de los mismos generales de E.U. en Afganistán en el sentido de que allí E.U. y sus aliados están peleando una guerra perdida contra los talibanes, quienes con los muertos propios se fortalecen más que con los de sus enemigos, son hechos que hacen pensar que el mundo es mucho más sorprendente de lo que parece, y que la muerte de un hombre en una selva no hace que este planeta maravilloso gire más lentamente en el espacio.

Abrazo,

Alfredo

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