miércoles, 2 de febrero de 2011

VETE YA, VETE YA !!!

EL CURSO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA

Miguel Angel Herrera Zgaib

Profesor Asociado, Unal, Bogotá

miguel.herrera@transpolitica.org

“…hay situaciones en que el éxito de la revolución depende de dos o tres días de lucha.” León Trotsky, La era democráticopacifista y el fascismo, parágrafo 6, capítulo 2 de L´Internationale Comuniste àpres Lenine. P.U.F. París, 1968.

Antecedentes y novedades

La revolución democrática en Egipto tiene que seguir, exigir hasta conseguir la salida de Hosni Mubarak en las calles, después del millón y más de almas en la plaza de Tahrir (liberación) el día de la ira. Es cuestión de 2 o 3 días para que caiga el dictador y acompañe a sus dos hijos en el exilio en París. Pero, la transición no podrá quedar en manos de los generales Ahmed Safiq y Omar Suleimán, y menos en las del hijo de Hosni, Gamal que quedó ya fuera de juego.

Sin embargo, el ejército está aun ahí con sus generales, y su aliado directo, el gobierno estadounidense que alimenta el orden y esta burocracia armada con algo así como US 1500 millones anualmente, igual que lo hace con el vecino Israel, y la querida Colombia, con lo cual prolonga en forma abierta o encubierta un orden legal de excepcionalidad que burla cualquier constitucionalidad formal.

Aquí, en Colombia, es necesario hacer lo propio con Uribe Vélez, es decir, obrar como aconteció con Túnez, y acontece en Egipto. A pesar del acolchado que significó su derrota en la pasada elección presidencial, y la alegada inmunidad predicada para él por los actuales gobernantes que lo sucedieron. Conviene recordar ahora, entre otras, lo ya dicho por el presidente Santos en París, que contradice lo dicho por Miguel Silva, el último ministro de defensa de Uribe, ahora vocero diplomático del nuevo gobierno.

De lo que aquí se trata es de juzgar en Colombia al expresidente Uribe, como en Egipto tendrán que hacerlo en lo inmediato con Hosni Mubarak, por su conducta antidemocrática, ilegal e inconstitucional sin más atenuantes o aplazamientos. Para lo cual existen, primero, las instancias judiciales y, luego, el mismo congreso, aunque el “partido” uribista controle, como todos sabemos, la comisión de acusaciones de la Cámara de representantes.

Igual ocurrió en el fracasado juicio político a Ernesto Samper, absuelto por la comisión entonces presidida por Heyne Mogollón; quien cínicamente aduce hasta hoy que la compra de votos con dineros del cartel de Cali fue a sus espaldas. Su alumno más aventajado, el expresidente Uribe Vélez alega la misma inocencia, pero con un descaro y un cinismo superiores, más el añadido sangriento de la para-política que le dio el triunfo cuando enfrentó a Horacio Serpa, puntero durante la primera vuelta de aquella elección.

Uribe contó también con el silencio de Ingrid Betancur, fiera denunciante del primer fraude electoral que eligió a Samper, y quien sufrió el confinamiento por parte de las Farc-ep desde que competía por la presidencia hasta que fue liberada por un comando del Ejército (con "picardía" incluida contra la Cruz Roja Internacional, Telesur y una Ong española, y apoyo del socio estadounidense), una operación que dirigió el hoy presidente Juan Manuel Santos.

Aprendamos de la experiencia egipcia.

El cambio debe comenzar ahora. Obama exhorta al sátrapa Mubarak

El martes pasado arrancaron los días que estremecieron a Egipto con el enjuiciamiento callejero de la Policía represora y sanguinaria en su “conmemoración”. El jueves regresó al Cairo Mohamed ElBaradei, voz del liberalismo egipcio. Con él están Saad Katatni, y Mohamed Marsi y Esram El-Erian, quienes fueron detenidos, y profesan otros credos políticos. El viernes fue el día de la ira, y a ella se unieron los Hermanos Musulmanes (HM). El martes fue la concentración millonaria en El Cairo y otras ciudades, así como el llamado a la huelga general por los obreros sindicalizados.

Lo más probable, luego de la reunión de Hillary Clinton con los embajadores en Washington, es que Estados Unidos abandona la barca que timonea Mubarak. Lo que sigue es la transición, y una junta de gobierno expurgada del caballo de Troya de los militares, a la que concurrirán los principales animadores organizados, nacionalistas, laicos, socialistas, musulmanes, con figuras como Katatni, Marsi, El-Erian, ElBaradei, entre los más conocidos aparece como la solución deseada por las multitudes.

Dictadura y contra-hegemonía

Este bloque contra-hegemónico que se constituye en su acción revolucionaria tendrá entre otras tareas que disolver el parlamento actual; abolir el estado de emergencia con el que Mubarak gobernó desde 1981, y que fuera renovado en mayo de 2016. En simultánea, tendrá que derogar los artículos leoninos, 76-78 que definen el excluyente sistema electoral egipcio y con los cuales el PND de Mubarak volvió a ganar las elecciones del pasado diciembre de 2010, con fraude incluido.

El episodio llenó la copa de la oposición, de cara a las elecciones presidenciales del mes de septiembre. Este fulminante unido al percutor del asesinato de dos jóvenes desencadenó la protesta de las multitudes que aún no alcanza feliz término, y que después de fracasar el día de la retirada, en esta última semana proclama 48 horas de oración en las que se juntan musulmanes y cristianos.

Estamos, ¿cómo dudarlo?, en presencia de la cuarta ola revolucionaria democrática global, desde abajo, que primero hizo posibles los cambios experimentados por América Latina en buena parte de sus países. Ahora ha tocado las costas del Mediterráneo norte, el turno es para el Africa, empezando con las protestas en Marruecos y Argelia, con la intempestiva caída de la dictadura de Ben Alí en Túnez, la revolución en curso en Egipto, que aún no se concreta.

La remoción del primer ministro de Jordania, Samir Rifai, cuyo reemplazo, Maaryf Bajit también fue rechazado por el Frente de Acción Islámica y sus aliados en las calles de Amman es un indicio que ahora los reyes también tiemblan, y el de Jordania, aliado de Estados Unidos y Europa es el primero en entender el mensaje, y trata de distraer y contener el estallido democrático revolucionario que afecta a su monarquía. Mientras la dinastía saudí está en guardia expectante.

Se quiebra el triángulo de la dominación

Entre Africa del norte y el Medio Oriente el orden se mantenía incólumne bajo la férula autoritaria de Israel, Arabia Saudí y Egipto. Bajo los auspicios del poder técnico militar estadounidense, a cuyos gobiernos ha financiado con las máximas ayudas desde “la guerra de los 6 días” al primero, y el segundo, después de la acción retaliatoria de Anwar El Sadat contra Israel, detenida por la acción aérea de Estados Unidos cuando Israel sucumbía.

Vinieron los acuerdos de paz entre Egipto e Israel en Camp David, que produjeron el asesinato de Sadat por un comando clandestino, durante una parada militar. Una acción de la cual responsabilizaron a los Hermanos Musulmanes, un partido proscrito y perseguido que obtuvo más del 20% en la última elección presidencial que enfrentó a Mubarak.

Es inminente la caída de Mubarak, el heredero de El Sadat. Por casi 31 años ha oficiado como el guardián del orden pretoriano de apariencia republicana y laica. Con él se contuvo a las multitudes egipcias, millones de las cuales sobreviven en condiciones miserables bajo el socorro de los Hermanos Musulmanes e impidió la prosperidad de la causa palestina, pretextando ayudar a sus facciones menos radicales con cuentagotas, y el paso restringido en la frontera común ante el brutal bloqueo practicado por su aliado Israel.

Hoy, no pocos guardianes del orden imperial mundial advierten y condenan de antemano la posibilidad que se desencadene una revolución islámica en Egipto, similar a la que en 1979 ajustó cuentas al Shah de Persia. Por eso le insisten, en y después de las platicas de Davos, a Obama que no puede repetir el “triste” papel de otro presidente demócrata caído en desgracia, Jimmy Carter, que lo conduzca también a sepultar su segunda presidencia.

Pero, tal parece, que las multitudes movilizadas contra el hambre, la explotación capitalista, y la exclusión política, no quieren repetir la receta de Irán, que ponga a caudillos religiosos a la cabeza de una república islámica, porque tuvieron antes el nacionalismo laico de Abdel Gamal Nasser en su pasado de clases subalternas, algo que en efecto fracasó en Irán cuando fuera asesinado el primer ministro y reformador Mossadeh, de lo cual nos habla de manera gráfica la película Persépolis..

Posibles Desenlaces

El contenido democrático de sus demandas, y la composición nacional e internacional de las fuerzas implicadas le señala otro rumbo a esta oleada contra-hegemónica que quebró el triángulo y abrió un boquete en el cuadrilátero de hierro que conforman Estados Unidos, Israel, Egipto y Arabia Saudí. Todo lo cual posibilita por fin, que Palestina obtenga su autodeterminación como comunidad política, oprimida y constreñida desde el reparto imperial sellado por la ONU con la aceptación de la Unión Soviética.

Un síntoma en esta dirección lo marca la caída del gobierno Harari en El Líbano, la poderosa presencia de Hezbollah allí y su resistencia en Gaza, y las inconsecuencias de la Autoridad Palestina que preside Mahmud Abbas, descubiertas por la información obtenida por Wikileaks y difundida globalmente.

Pero, sobre todo cuenta, en términos de efecto contra-hegemónico, la seguidilla de reconocimientos a Palestina como estado, donde Colombia, su gobierno, todavía no lo hace, acompañando al hermano mayor, el gobierno estadounidense. A pesar que Santos pretende ser líder regional sacando provecho de su asiento en el Consejo de Seguridad.

Así las cosas, tenemos dos focos de tensión principal. En Africa mediterránea, ahora, Egipto, con la fuerza de una revolución alcanzando su pico; y Palestina, que de conseguir un vecino democrático, después del lejano periplo nacionalista de Gamal Abdel Nasser, seguirá la ruta expedita de la independencia de la dominación israelí/estadounidense.

Por eso, Netanyahu y la reacción israelí-estadounidense están expectantes al inmediato curso de la revolución en Egipto. Todo lo cual no dejará de producir nuevas movidas en el ajedrez político de toda la región. La multipolaridad gana momento, al sacurdirse la base del orden político imperial en una región estratégica, y luego de la conversación en la cima, entre Hu Jintao, líder de la potencia económica en ascenso, con su par, Barack Obama, del poder en declive, donde las cifras hablan en voz alta. La oleada democrática alcanzará ahora a Asia, que ya vive los primeros estremecimientos en Palestina, Jordania y El Líbano.

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