viernes, 27 de enero de 2012

Información
Prensa y derechos civiles

26ene12 - xii) msjes.


España - La crisis financiera de Prisa es un reflejo de la crisis generalizada de la prensa española.

Cebrián y otros socios históricos rompen con los Polanco para ir por libre en Prisa.

Los tiempos han cambiado en la nueva Prisa que cotiza en Nueva York y tiene como referentes a hedge funds, firmas de inversión y multimillonarios como Carlos Slim. Al punto que los accionistas históricos del grupo de medios han abierto una vía para desligarse de los Polanco y tener las manos libres para disponer de su participación. Según la información remitida a la CNMV, nombres ilustres de la casa se han acogido a un plan de reversión en Promotora de Publicaciones (Propu) -compañía que canaliza la inversión en Prisa de un conspicuo grupo de socios- para sustituir por una participación directa su presencia indirecta en el capital. Entre ellos, el consejero delegado, Juan Luis Cebrián. En 30 meses podrán vender esas acciones.

Propu atesora un 24,4% de Prisa. Su accionariado está compuesto en un 48,6% por Timón -sociedad de los Polanco y los herederos de Francisco 'Pancho' Pérez-; en un 10,75% por Libertas 7 -firma de Agnes Noguera, consejera de Prisa- y en casi un 5% por Rucandio -la patrimonial de los hijos de Jesús Polanco-. Estos y otros socios aportaron sus acciones de Prisa a la sociedad, la mayoría hace casi 20 años y con anterioridad a la salida a bolsa del grupo de medios; al tiempo, sindicaron sus títulos para garantizar una política de voto común en la compañía. Se avinieron al pacto consejeros o ex miembros del Consejo de la editora de El País como Gregorio Marañón, el propio Cebrián y su familia, José Buenaventura Terceiro, Ramón Mendoza Solano o Adolfo Valero Cascante, mano derecha del fundador.

Ahora, muchos de ellos se separan de Propu y de los Polanco. Prisa comunicaba a la CNMV el pasado 23 de diciembre la puesta en marcha del citado plan de reversión, que permite a los socios de Propu recuperar sus acciones y volver a tener una participación directa en el capital de Prisa. El pacto parasocial para dar estabilidad al grupo se mantiene, aunque se le concede fecha de caducidad. "El presente acuerdo estará en vigor hasta el 30 de septiembre de 2014, siendo prorrogable por sucesivos periodos de tres años para todos aquellos miembros que no manifiesten por escrito con al menos seis meses antes de la expiración del plazo inicial o de las respectivas prórrogas, su deseo de desvincularse del mismo". Esto es, en apenas dos años se abre la puerta para que los accionistas puedan deshacerse de sus títulos, siempre que la cotización ayude.

Esta aparente ruptura se produce después del cambio de guardia escenificado hace un año con la revolución en el Consejo de Administración. La entrada en el capital de la sociedad estadounidense Liberty Acquisition Holdings Corp., que inyectó 650 millones en el capital de la sociedad a finales de 2010 para rescatar a la firma de los Polanco, supuso un cambio de caras en el cónclave. Y, lo que es más importante, de filosofía. Salían del foro Alfonso López Casas, que estaba casado con la fallecida Isabel Polanco, hija del todopoderoso dueño de Prisa. También Valero Cascante, Emiliano Martínez, José Terceiro y Ramón Mendoza Solano, hijo del que fuera presidente del Real Madrid, a la sazón amigo de Jesús Polanco. Se iban los más próximos y entraban los más profesionales Berggruen, Franklin, Minc o Zedillo.

Cebrián, el primero en soltar amarras

El primero en dar un paso al frente y aprovechar la vía que se abre ha sido el consejero delegado. Cebrián comunicaba a la CNMV el pasado 2 de enero una operación de compraventa de acciones dentro del plan de reversión. El ejecutivo tenía sindicadas 29.531 acciones en Propu. Ahora las asume él de forma directa, con lo que pasa a tener una participación directa en Prisa del 0,72% del capital. La operación alcanza un valor simbólico de 46.000 euros, al valorarse cada título de Prisa en 1,56 euros. Más importante es que suelta amarras con la firma de los Polanco. El consejero delegado ya recibió de forma gratuita en los primeros días de abril más de dos millones de acciones de la sociedad, con un valor de mercado superior a cuatro millones de euros. Una atención vinculada al plan de retribuciones de la casa.

Días después, el 4 de enero, Gregorio Marañón comunicaba que había seguido el mismo camino y optado por unificar su peso en el accionariado de la compañía. Su participación en el capital asciende al 0,111%. La fórmula elegida para llevar a cabo esta marcha atrás pasa por una reducción de capital de Propu, que "adquirirá parte de sus propias acciones, entregando a cambio, a los socios que así lo decidieran, acciones y warrants de Prisa, en la proporción que les corresponde en función de su participación en el capital social". Todo a la vez que se garantiza que los Polanco siguen manteniendo su participación de control en Prisa. Este plan clarifica la estructura accionarial de la compañía, que hace apenas días cerraba otro de los frentes que tenía abiertos al cerrar con la banca la refinanciación de una deuda que supera los 3.500 millones de euros.

Prisa lograba el plácet de las entidades financieras para aplazar el vencimiento de su 'préstamo sindicado' desde 2013 al 19 de marzo de 2014, plazo que incluso podría ampliarse hasta el 19 de diciembre de ese año si se cumplen determinadas condiciones, como la emisión de un bono. El préstamo está tutelado por 39 entidades financieras y aún quedan por pagar casi 1.400 millones de euros. Su otra brecha financiera, el denominado 'crédito puente', se prorroga hasta el 15 de enero de 2015, fecha ampliable hasta el 19 de septiembre de 2015. Este último fue suscrito a finales de 2007 para afrontar la OPA por el 100% de Sogecable y aún compromete a la firma por 1.553,3 millones de euros, según consta en las cuentas de 2010.

[Fuente: Por Daniel Toledo, El Confidencial, Madrid, 10ene12]


ii) Prisa logra la refinanciación de su deuda financiera que sigue creciendo a casi el 10 por ciento anual.

Todo un respiro. El Grupo Prisa tiene previsto firmar esta tarde la refinanciación de la deuda que tiene contraída con la banca, lo que le permitirá aplazar los vencimientos que acumula hasta 2013 y que sólo este año se elevan a más de 250 millones de euros. Según aseguran fuentes financieras, los flecos del acuerdo están ya cerrados, después de que el grupo de medios y sus acreedores se dieran la semana pasada hasta el 30 de diciembre para culminar la reestructuración. Fernando Abril-Martorell, responsable financiero de la casa, completa así su primer gran reto al frente de la sociedad. En todo caso, el agujero de Prisa supera los 3.500 millones de euros.

Como publicó El Confidencial, la compañía daba por hecho el acuerdo desde hace semanas. "Los grandes bancos están todos de acuerdo. Sólo dos de los más pequeños presionan porque quieren el dinero, pero no serán un problema", aseguraban fuentes internas de la compañía. El 19 de diciembre vencía el plazo para satisfacer los pagos y la firma aseguraba en un hecho relevante remitido a la CNMV que había "alcanzado un acuerdo con la casi totalidad de las entidades acreditantes" y que esperaba "completarlo con todas ellas antes de fin de año". A la espera de cerrar los nuevos términos, solicitaba "la extensión del vencimiento del principal (…) hasta el próximo día 30 de diciembre".

Según aseguran estas fuentes, el pacto alcanzado con la banca amplía los plazos para el pago de la deuda, pero condiciona la prórroga al cumplimiento de determinados objetivos, como la venta de activos. Según publicaba Bloomberg el pasado jueves, los bancos refinanciarán la deuda hasta marzo de 2014 si los accionistas de Prisa inyectan liquidez a la compañía mediante la ejecución de los warrants que les concedía la operación de Liberty. Del mismo modo, los vencimientos se extenderán hasta diciembre de 2014 si la compañía logra vender su participación del 17,3% en Telecinco. De acuerdo con la agencia, la firma pagaría unos más que razonables 215 puntos básicos por la refinanciación, frente a los 200 que ahora desembolsa. Menos de lo que ha tenido que abonar compañías como Sacyr o ACS en sus acuerdos con la banca.

La intención inicial de Prisa era lograr una prórroga de tres años, para llevar sus obligaciones hasta 2016. "La extensión mínima que se plantea para la refinanciación es de dos años y tres meses. La máxima alcanza los tres años", aseguraban recientemente fuentes del mercado. De acuerdo con los datos facilitados por Prisa en su último Informe Anual, la compañía afronta este año vencimientos por más de 257 millones en virtud de su crédito sindicado. Y no era lo peor, por lo que la sociedad necesitaba desesperadamente el plácet de la banca. No en vano los compromisos en 2013 alcanzan la inasumible cifra de 785,3 millones.

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