UNA SEGUNDA VEZ
miguel angel herrera zgaib
profesor asociado
Ciencia Política, UNal
Grupo Presidencialismo y participación
Hace algo más de tres años, al inaugurarse el edificio inteligente de Ingeniería, cuya construcción apoyó un multimillonario egresado, el ingeniero civil y banquero, Luis Carlos Sarmiento, hubo un mitin de protesta en esas instalaciones.
Para "prevenir" acciones "indeseables" la policía infiltró un agente de civil y armado que fue descubierto y puesto a resguardo de la representación estudiantil de la sede de Bogotá. Después, dos estudiantes representantes ante la sede, fueron amenazados de muerte infamante con un panfleto firmados a nombre de "Las Aguilas negras". Ellos tuvieron que irse fuera del país. La rectoría es la misma ahora, ero no parece que su institucionalidad haya asimilado esta lección, que puede alimentar una eventual espiral de violencia que no es válido propiciar en ningún caso.
Lo mismo podría ocurrir con una inexcusable "cegatonería" de la máxima autoridad de Policía de la ciudad, Gustavo Petro, quien propende por una política progresista y de amor entre l@s bogotan@s, y su secretario de gobierno, Antonio Navarro, que es su mano derecho en materia de orden público, una palabra proscrita del espacio universitario, si se quiere que la poca de libertad no se marchite en el tiempo de la "prosperidad".
Una prudente exhortación
Es importante que todos los candidatos, escogidos o no, rechacen este tipo de política equivocada. La autonomía que tiene antecedentes en el siglo XII, cuando menos, tiene que ser siempre bien entendida y aplicada. De lo contrario, la rectoría saliente y la entrante, equivocan el rumbo deliberativo, democrático y crítico de una institución académica como la Universidad Nacional de Colombia.
miguel angel herrera zgaib
profesor asociado
Ciencia Política, UNal
Grupo Presidencialismo y participación
Hace algo más de tres años, al inaugurarse el edificio inteligente de Ingeniería, cuya construcción apoyó un multimillonario egresado, el ingeniero civil y banquero, Luis Carlos Sarmiento, hubo un mitin de protesta en esas instalaciones.
Para "prevenir" acciones "indeseables" la policía infiltró un agente de civil y armado que fue descubierto y puesto a resguardo de la representación estudiantil de la sede de Bogotá. Después, dos estudiantes representantes ante la sede, fueron amenazados de muerte infamante con un panfleto firmados a nombre de "Las Aguilas negras". Ellos tuvieron que irse fuera del país. La rectoría es la misma ahora, ero no parece que su institucionalidad haya asimilado esta lección, que puede alimentar una eventual espiral de violencia que no es válido propiciar en ningún caso.
Lo mismo podría ocurrir con una inexcusable "cegatonería" de la máxima autoridad de Policía de la ciudad, Gustavo Petro, quien propende por una política progresista y de amor entre l@s bogotan@s, y su secretario de gobierno, Antonio Navarro, que es su mano derecho en materia de orden público, una palabra proscrita del espacio universitario, si se quiere que la poca de libertad no se marchite en el tiempo de la "prosperidad".
Una prudente exhortación
Es importante que todos los candidatos, escogidos o no, rechacen este tipo de política equivocada. La autonomía que tiene antecedentes en el siglo XII, cuando menos, tiene que ser siempre bien entendida y aplicada. De lo contrario, la rectoría saliente y la entrante, equivocan el rumbo deliberativo, democrático y crítico de una institución académica como la Universidad Nacional de Colombia.
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