lunes, 26 de septiembre de 2016

LA FIRMA DE LA PAZ ENTRE LA INSURGENCIA SUBALTERNA Y EL GOBIERNO DE JUAN MANUEL SANTOS La necesidad de un Frente Común Sin embargo, para que lo anterior ocurra, el triunfo de la paz subalterna, hay varias comprobaciones preliminares, que involucran al hacer de todos los grupos y clases subalternas, para que éstos construyan en la lucha, y no solamente, en la resistencia, un Frente común, que no es igual al Frente Único de cuño leninista, o el Frente Unido, ensayado por Camilo Torres y el Eln en la década de los años 60. Los subalternos han de romper el sentido común impuesto por la guerra del bloque dominante desde el asesinato de Jorge E. Gaitán. Este sentido común dominante señala a la insurgencia como único responsable de aquel derrumbe humano y natural; sin descubrir todavía entre bambalinas el avance brutal del capitalismo, y el éxodo de 8 milllones del campo para salvar sus vidas, dentro y fuera de Colombia, al ser expropiados a sangre y fuego. La primera prueba se sella hoy, con la firma de las Farc-ep y el gobierno, quienes fracasaron en imponerse el uno al otro, empleando todos los medios ofensivos y de resistencia a su alcance, sin llegar a un equilibrio catastrófico, como el que desangra a Siria, delante de todo el mundo, con Alepo como centro mundial de la vergüenza humana. La segunda, que nos abarca a todos, será el 2 de octubre, cuando se vote el plebiscito que refrenda o rechaza el acuerdo de paz con las Farc-ep, y le da curso a la paz subalterna, o le otorga patente de corzo a la paz reaccionaria, ya de por si envalentonada con la cobardía, fruto del temor y el miedo administrados durante medio siglo, que dudan de votar, o no quieren votar todavía. Se trata de sepultar a la paz reaccionaria, y poner en su lugar a la paz neoliberal, que quiere, dice mantener un modelo de desarrollo económico y social fracasado y excluyente, aquí, allá y acullá. Pero esto se va a disputar en las trincheras de la sociedad civil, con argumentos, razones, hechos y proposiciones. Estas reivindicaciones son el contenido real de la Constituyente Social, que no hay duda, requiere, antes que nada, del concurso simultáneo de una reforma intelectual y moral. Cubriendo los diez días que estremecen a Colombia, y abren la vía a la revolución democrática tantas veces interrumpida.

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