sábado, 15 de diciembre de 2018

¿CUÁL ES EL RUMBO DE COLOMBIA Y SU PRESIDENTE?
Miguel Ángel Herrera Zgaib
Exrector Universidad Libre de Colombia.

¿A qué obedece el descrédito?

“Construir, planificar, pensar y proyectar futuro.”

Las encuestas conocidas durante el mes de noviembre indicaron la favorabilidad cosechada por Iván Duque en casi cuatro meses entre la ciudadanía de Colombia. La cifra es el 27,2 por ciento, indiciaria que en materia de opinión pública, el vástago de la casa Uribe pierde el capital político que hizo posible su elección en la segunda vuelta del 2018.

En materia de las usuales estrategias de mercadeo político, queda claro que el joven hijo de un gobernador de estirpe turbayista es otra fabricación de Uribe, los medios pagos, y los analistas. Eso sí, con una previa prueba de confianza como funcionario del establecimiento bipartidista en el BID.

Creció bajo el cobijo de Luis Alberto Moreno, el consentido de la casa Pastrana, quien ahora se perfila también como candidato presidencial, para la sucesión del año 2022. Así se mostró al intervenir en el rifirrafe en el fiscal Néstor Humberto Martínez, y quien presidía la Ani, el doctor Luis Fernando Andrade, quien comparece untado en el escándalo de Odebrecht, por estos días.

Sigamos con el perfil del presidente en ascuas, un elegido con el triple concurso de votantes movilizados por la reacción, la derecha y el centro extremo, contra la figura de la oposición, Gustavo Petro Urrego, un exguerrillero, tildado de “castro-chavista”, que rompió todos los guarismos electorales cosechados por otras figuras que lo antecedieron.

Abanderado de una propuesta “progre”, no partidista, bajo la divisa de la Colombia Humana, la que con la Lista de la Decencia, en las elecciones de marzo fue mucho menos exitosa al enfrentar una “enmermelada” maquinaria bipartidista, el llamado nuevo Frente Nacional.

Para la semblanza del presidente en apuros, acudo a lo escrito para Americas Quarterly por un amigo circunstancial de Iván Duque, el periodista Brian Winter, al servicio del establecimiento republicano.Traducido en El Tiempo de 15 de agosto de 2018, a días de la posesión.
Con Winter se conocieron por el expresidente Uribe, a quien le ayudó en la escritura de sus Memorias. Los tres se encontraron, en efecto, en la suite del Four Seasons en Washington, antes de una conferencia en la jesuita Universidad de Georgetown.

“Sí, se trataba de Iván Duque. Durante los próximos dos años, Iván estaría presente en casi todas las entrevistas y copiado en cada correo. Al principio parecía un clásico estudioso de Washington, con gafas y un poco nerd, pues había pasado toda su vida adulta trabajando en el D.C., para el BID.

Después, pasaron seis años, dice Winter, y lo ve en un acto de campaña en Barranquilla: …Iván tenía una ventaja de dos dígitos sobre el candidato de izquierda, Gustavo Petro. Ahora de 42 años, el pelo de Iván se había encanecido abruptamente, y ya no utilizaba gafas. Fuera de eso, parecía el mismo de cuando trabajamos el libro. Incluso, Iván parecía un poco incrédulo cuando esa mañana abordamos un jet privado con asientos de cuero.” (ET, 14/11/18, 1.14)

El periodista sigue con su relato:

Pensé haber visto formársele una sombra de decepción en la cara cuando empecé con la misma pregunta: “Si resultara elegido, ¿sería el títere de Uribe?”.



Con independencia de cuál fuera la respuesta aquella vez, la pregunta es más que pertinente cuatro meses después, Ahora cuando llueven los análisis acerca de la gestión de Iván Duque, de su descrédito público, por lo que conviene, en rigor, revisar sus aciertos y yerros; y, de paso, pensar en lo que vendrá para Colombia durante el año 2019.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario