(PRE)ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS Y
VENEZUELA, Y ALGO MÁS.
Miguel Angel Herrera Zgaib, Ph.D.
Una antesala
suramericana: hegemonía en función de dominio
Henrique Capriles vuelve a hacerse notar en el variopinto espectro de la
oposición a Maduro, y a lo que sobrevive como proyecto político bolivariano,
autodefinido como Chavismo, donde la carga nacionalista y popular se definen en
contraposición a los dictados del hegemon regional, nada más ni nada menos que
los Estados Unidos, atizado por el Virus Corona19 y la guerra comercial
planetaria lanzada contra la China del socialismo de mercado existente.
Los gobiernos de Barack
Obama y Donaldo Trump, al respecto, no cambian el libreto, porque la
disposición de los recursos naturales de la "Venecia tropical" les
quitan el sueño, y pueblan sus planes de dominación de fantasías guerreras.
Sin embargo, Trump fue
un poco más allá con el joven Juan Guaidó, quien se creyó el cuento que es un
presidente en funciones, y la coalición que orienta el PSUV le ha dejado, hasta
cierto punto, operar en la medida en que mina la principal base de sustentación
interna, la mayoría en el poder legislativo, con una carga de profundidad.
Así vino el segundo
movimiento táctico del bloque gobernante, al interior de la coalición de
oposición ahora. Le dio vía a nombrar direcciones paralelas de la Asamblea,
para instalar como “presidente espejo” a Henri Falcón, líder circunstancial de
la fórmula conciliatoria, Mesa de Diálogo Nacional, que participa de la próxima
elección legislativa que anuncia y prepara el régimen que preside Maduro, con
todo y las escaramuzas no han desaparecido la coalición G-4.
Ahora viene la prueba
de verdad, luego de las acciones militares fracasadas, donde el gobierno de
Colombia, que no baja de dictadura al del vecino, permitiera presencia de
grupos desestabilizadores del orden venezolano. Esto es, las elecciones a la
asamblea nacional, convocadas por el gobierno de Maduro para el 6 de diciembre.
El penúltimo episodio
es la captura de militares encubiertos en Colombia, que son prueba de estas
acciones en los territorios de fronteras. Solo que ambos gobiernos alegan que
se trata de acciones encubiertas de los bandos opuestos. En todo caso, es el
poder político colombiano quien los tiene bajo su custodia.
Elecciones sí, cómo no!
Bien. Henrique
Capriles, su agrupamiento político, que lideró la fase anterior de la lucha
opositora de derecha, y fracasó en los primeros intentos, le dio luego paso a
la coalición liderada por Leopoldo López y Corina Machado. La elección fue
otra, el uso de la fuerza, en espera de una insurrección popular que no llega.
Pero, por sus
actuaciones de hecho, Leopoldo López fue a la cárcel, hasta que la
recomposición de las fuerzas de la coalición propiciaron su libertad
condicional. En ese interregno se proyectó la figura de un joven desconocido,
que guarda parecido físico con el comandante Chávez, del liderazgo nacido al
calor de la beligerancia del agrupamiento Voluntad Popular.
Volvieron a intentarse
acciones terroristas, “guarimbas” o de resistencia armada reaccionaria buscando
probar qué tan debilitado estaba el control chavista de las FF.AA. Los ensayos
realizados no prosperaron, el "presidente interino" que invoca la
ilegitimidad del actual periodo presidencial de Maduro, se dedicó a la
diplomacia internacional, con algo más de 60 países de su lado, es la cuenta
que hacen hasta la fecha.
Esgrime y reclama en
público el apoyo del hermano mayor, el gobierno estadounidense, donde el
presidente Trump, y el congreso en pleno lo recibieron; esto es, republicanos y
demócratas. Guaidó cruzó la frontera colombiana por una de tantas trochas, que
la hacen una suerte de queso Gruyere, con los olores que lo acompañan. Y con la
alianza entre exiliados cubanos y venezolanos que tiene peso en el resultado
electoral de un estado clave, la Florida, que ya inclinó la balanza, con sus
delegatarios por candidaturas republicanas.
Guaidó lo hizo de
manera ilegal, apoyándose en grupos paramilitares de Colombia. Pensaba que habría
una acción militar contra el Madurismo, y fracasó. No había, ni podía haber,
tal "campaña admirable" bolivarian. Peor aún, a raíz de la marcha
afloraron componentes de corrupción en
el manejo de las ayudas en su propio bando; y reclamos de paga de los
mercenarios apostados en condiciones miserables del lado colombiano.
Así las cosas, la
oposición que lidera Capriles pasa al primer plano, descalificando a Guaidó, en
términos de un gobierno de internet, y ponen en la palestra electoral a Stalin
González, porque él no puede presentar su nombre. Y se harán contar el próximo
diciembre, en espera que el descontento popular, el bloqueo criminal de los
Estados Unidos les hagan su navidad feliz.
De ese modo, se
resquebraja el liderazgo de la oposición
encabezada por la reacción, que tiene en Guaidó a una suerte de títere, porque
no tiene fuerza propia que lo siga, y reaparecen, en cambio, Corina y Leopoldo,
que llaman a la abstención y a la campaña que denuncia el fraude anticipado, y
la elección amañada. A la vez que intentan que Henrique Capriles de su brazo a
torcer, y se una con el G4.
(continua)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario