domingo, 6 de septiembre de 2020

 

(PRE)ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS Y VENEZUELA, Y ALGO MÁS.

Miguel Angel Herrera  Zgaib, Ph.D.

Una antesala suramericana: hegemonía en función de dominio

                                                       Henrique Capriles vuelve a hacerse notar en el variopinto espectro de la oposición a Maduro, y a lo que sobrevive como proyecto político bolivariano, autodefinido como Chavismo, donde la carga nacionalista y popular se definen en contraposición a los dictados del hegemon regional, nada más ni nada menos que los Estados Unidos, atizado por el Virus Corona19 y la guerra comercial planetaria lanzada contra la China del socialismo de mercado existente.

Los gobiernos de Barack Obama y Donaldo Trump, al respecto, no cambian el libreto, porque la disposición de los recursos naturales de la "Venecia tropical" les quitan el sueño, y pueblan sus planes de dominación de fantasías guerreras.

Sin embargo, Trump fue un poco más allá con el joven Juan Guaidó, quien se creyó el cuento que es un presidente en funciones, y la coalición que orienta el PSUV le ha dejado, hasta cierto punto, operar en la medida en que mina la principal base de sustentación interna, la mayoría en el poder legislativo, con una carga de profundidad.

Así vino el segundo movimiento táctico del bloque gobernante, al interior de la coalición de oposición ahora. Le dio vía a nombrar direcciones paralelas de la Asamblea, para instalar como “presidente espejo” a Henri Falcón, líder circunstancial de la fórmula conciliatoria, Mesa de Diálogo Nacional, que participa de la próxima elección legislativa que anuncia y prepara el régimen que preside Maduro, con todo y las escaramuzas no han desaparecido la coalición G-4.

Ahora viene la prueba de verdad, luego de las acciones militares fracasadas, donde el gobierno de Colombia, que no baja de dictadura al del vecino, permitiera presencia de grupos desestabilizadores del orden venezolano. Esto es, las elecciones a la asamblea nacional, convocadas por el gobierno de Maduro para el 6 de diciembre.

El penúltimo episodio es la captura de militares encubiertos en Colombia, que son prueba de estas acciones en los territorios de fronteras. Solo que ambos gobiernos alegan que se trata de acciones encubiertas de los bandos opuestos. En todo caso, es el poder político colombiano quien los tiene bajo su custodia.

 

 

Elecciones sí, cómo no!

Bien. Henrique Capriles, su agrupamiento político, que lideró la fase anterior de la lucha opositora de derecha, y fracasó en los primeros intentos, le dio luego paso a la coalición liderada por Leopoldo López y Corina Machado. La elección fue otra, el uso de la fuerza, en espera de una insurrección popular que no llega.

Pero, por sus actuaciones de hecho, Leopoldo López fue a la cárcel, hasta que la recomposición de las fuerzas de la coalición propiciaron su libertad condicional. En ese interregno se proyectó la figura de un joven desconocido, que guarda parecido físico con el comandante Chávez, del liderazgo nacido al calor de la beligerancia del agrupamiento Voluntad Popular.

Volvieron a intentarse acciones terroristas, “guarimbas” o de resistencia armada reaccionaria buscando probar qué tan debilitado estaba el control chavista de las FF.AA. Los ensayos realizados no prosperaron, el "presidente interino" que invoca la ilegitimidad del actual periodo presidencial de Maduro, se dedicó a la diplomacia internacional, con algo más de 60 países de su lado, es la cuenta que hacen hasta la fecha.

Esgrime y reclama en público el apoyo del hermano mayor, el gobierno estadounidense, donde el presidente Trump, y el congreso en pleno lo recibieron; esto es, republicanos y demócratas. Guaidó cruzó la frontera colombiana por una de tantas trochas, que la hacen una suerte de queso Gruyere, con los olores que lo acompañan. Y con la alianza entre exiliados cubanos y venezolanos que tiene peso en el resultado electoral de un estado clave, la Florida, que ya inclinó la balanza, con sus delegatarios por candidaturas republicanas.

Guaidó lo hizo de manera ilegal, apoyándose en grupos paramilitares de Colombia. Pensaba que habría una acción militar contra el Madurismo, y fracasó. No había, ni podía haber, tal "campaña admirable" bolivarian. Peor aún, a raíz de la marcha afloraron componentes de corrupción  en el manejo de las ayudas en su propio bando; y reclamos de paga de los mercenarios apostados en condiciones miserables del lado colombiano.

Así las cosas, la oposición que lidera Capriles pasa al primer plano, descalificando a Guaidó, en términos de un gobierno de internet, y ponen en la palestra electoral a Stalin González, porque él no puede presentar su nombre. Y se harán contar el próximo diciembre, en espera que el descontento popular, el bloqueo criminal de los Estados Unidos les hagan su navidad feliz.

 

De ese modo, se resquebraja  el liderazgo de la oposición encabezada por la reacción, que tiene en Guaidó a una suerte de títere, porque no tiene fuerza propia que lo siga, y reaparecen, en cambio, Corina y Leopoldo, que llaman a la abstención y a la campaña que denuncia el fraude anticipado, y la elección amañada. A la vez que intentan que Henrique Capriles de su brazo a torcer, y se una con el G4.

(continua)

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