sábado, 26 de septiembre de 2009

PRIMERA PROCLAMA

LIBERÉMONOS DE LA GUERRA Y DEL HAMBRE!!!

PROYECTO AUTONOMISTA.

Después de la primaria democrática

La consulta electoral que escogió candidato el 27 de septiembre por parte del Polo Democrático Alternativo y el Partido Liberal, fue el primer ensayo de una primaria para la sucesión presidencial en Colombia. Este ejercicio democrático liberal es estratégico porque se opone al proyecto de segunda reelección de Álvaro Uribe y su alianza guerrera con la para-política y el capital financiero.

Pero, así las cosas, el proyecto anti-reelección tiene que ser de oposición plural al uribismo y a la seguridad “democrática”. Asume estas consultas como un ejercicio prospectivo para construir un Frente común, social y político, más allá de la vía congresional que desmonte el Estado de opinión (excepción), y termine la guerra interna con reformas radicales.

La acción siguiente es actuar en común!!!

El Frente que nos libere de la guerra

Las fuerzas democráticas, progresistas y de izquierda, partidistas o no, van más allá de lo electoral, cuando construyen con la multitud la oposición al bloque dominante del uribismo. Requerimos crear una identidad común que dinamice una contra-hegemonía plural en la acción de enfrentar la reelección y los aliados de la guerra interna. El referente de unidad más amplio y sustancial es: ¡LIBERARNOS DE LA GUERRA Y DEL HAMBRE!

El Frente contra la guerra forja un cuerpo doctrinario que centrado en lo social radicaliza la participación del común para realizar el proyecto de la República Social prometida por el Estado Social. Es un programa mínimo contra el hambre y la exclusión de la multitud de trabajadores, pobres y minorías, para derrotar el proyecto de los terratenientes y capital financiero transnacional que lideran Álvaro Uribe y la alianza para-política con el apoyo estadounidense.

La Autonomía del Común

Anima y sustenta esta propuesta democrático-radical inmediata, inclusiva y transformadora. El vehículo organizativo es un frente plural, social y político democrático en su dirección, que exige seguridad en, con y para el común, lo que implica el fin de la guerra interna y en las fronteras así como una reforma socio-económica radical acordada por el conjunto de la sociedad colombiana.

Sus adherentes, empezando con los autonomistas dentro y fuera del PDA, proponemos como espacio deliberativo una Convención Nacional anti-reelección, CNA, cuyas decisiones tendrán que ser refrendadas por el conjunto de la población reunida bajo la forma de Consejos Constituyentes del Común quienes sesionarán local y departamentalmente para aprobar o improbar lo acordado en la CNA.

domingo, 13 de septiembre de 2009

EXCEPCIONALIDAD PRESIDENCIAL Y REPÚBLICA CONSTITUYENTE.

Miguel Ángel Herrera Zgaib

Profesor Asociado, Unal

www.praxisur.blogspot.com

miguel.herrera@transpolitica.org

El asunto Maza y estrés de expresidentes

Mi pelea no es con el expresidente Samper, no pretendo acusarlo. Mi reclamo se origina en las profundas inquietudes que me generaron las declaraciones del general Maza Márquez". César Gaviria Trujillo. Vientos de guerra en el liberalismo, p 1-4, El Tiempo, 23 de agosto 2009.

El escándalo de los narcocasetes produjo el llamado proceso 8.000, que sacudió al país durante todo el gobierno de Samper. Ha sido la más prolongada y costosa crisis que haya vivido Colombia en el último medio siglo…” Enrique Santos Calderón, ¿Pa, ¿qué es un casete?, El Tiempo, p 1-21.

Todas las maniobras falaces que hoy pasan como componentes de la vida democrática: el uso discrecional del miedo y el terror oficial que cumplen de modo sistemático agentes del Estado es inocultable e insoportable. Ellas se hicieron patentes, cuando para salvar de la impunidad definitiva el asesinato de Luis Carlos Galán, la Fiscalía lo calificó como un crimen de lesa humanidad.

De una parte, al hacer tal calificación, también se derivan de ésta una serie de hipótesis que condujeron al arresto del ex general Miguel Maza Márquez, ex director del DAS, aunque éste rechaza toda responsabilidad en "la pecaminosa pero eficaz alianza que se engendró entre la fuerza pública colombiana, los narcos enemigos de Escobar...y los propios gringos".

Así lo recordó Santos en Contraescape, mientras que durante las siguientes semanas existe un rifirrafe a raíz de aquella captura, primero, entre los expresidentes liberales Gaviria y Samper a un mes de la consulta para escoger el candidato presidencial. Gaviria recordó que Maza adhirió a la campaña presidencial de Samper en casa del periodista Alberto Giraldo, el relacionista de los hermanos Rodríguez Orejuela jefes confesos del llamado cartel de Cali.

Samper ripostó recordándole a Gaviria la relación con la banda de los "Pepes" en la muerte de Pablo Escobar. El episodio parecía cerrado esgrimiendo la máxima perversa, cuando se proclama que la suerte del partido Liberal está por encima de la verdad.

Pero después vino la escaramuza enemiga provocada por el ministro de la protección social. Este nuevo episodio puso a discutir al un expresidente conservador, Andrés Pastrana también opuesto a la reelección, y al liberal César Gaviria en relación con el manejo dado a los narco-casettes que denunciaban dineros ilegales en la campaña de Ernesto Samper presidente cuya procedencia última desconocemos desde 1994.

Estado Policíaco y excepcionalidad presidencial

Sería perfectamente posible emprender un análisis comparativo de los sistemas político y para-político, o bien considerar ambos como los referentes primarios de un análisis conceptual...El objetivo primordial del análisis político es comprender de qué modo logran subsistir los sistemas políticos. David Easton. Esquema para el análisis político. Ed. Amorrortu, p. 80

El libro, El 28 de mayo y el presidencialismo de excepción en Colombia, al enfrentar analíticamente las reveladoras realidades de la para-política, estableció una caracterización del actual régimen político nacional como para-presidencial, a partir de la trayectoria estratégica asumida por el bloque en el poder que puso fin abrupto a las conversaciones de San Vicente del Caguán al fin de la administración Pastrana.

Para sacar tal conclusión obtuvimos sostén en las reflexiones de David Easton, el politólogo canadiense-estadounidense que tiene un estudio sistémico de la política moderna que perfecciona desde 1953.


Con el referente de los sistemas para-políticos indagamos sobre el carácter perverso que viene adquiriendo nuestro orden político establecido en 1991, y que, por lo demás, se auto-define como democrático y participativo.

La verdad sea dicha. El nuevo sistema político ofrecía desde un comienzo una tensión manifiesta en todos los niveles, dada por la coexistencia en un mismo marco constitucional de formas políticas democráticas y autoritarias bajo las figuras de la participación ciudadana y la representación presidencialista.


Dicha tensión político-constitucional, a la vez, se encuentra sobre-determinada por la existencia por casi dos siglos de vida independiente colombiana de un manifiesto orden económico y social de desigualdad y privilegios insultantes. De lo cual es indicativa la medición establecida por los indicadores de pobreza y miseria actuales.

Lo que la realidad enseña quedó por demás consagrado en el mismo texto constitucional, que en su artículo 13 establece que el Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva.


Ahora bien, desde una perspectiva sociológica-política, el principal documento político nacional que pretendió refundar en 1991 la república autoritaria promulgada desde 1886, establece que nuestra sociedad sigue siendo una sociedad contrahecha por los privilegios, un lugar impermeable por dos siglos a la igualdad social. Y, por consiguiente, una realidad que de no modificarse mina cualquier arreglo democrático antiguo o moderno.


Así nos lo enseñó la experiencia de la lucha por los derechos civiles y contra la pobreza durante la mitad del pasado siglo XX en la cuna del presidencialismo moderno, los Estados Unidos de América.


Esta contradicción plasmada con sangre en la gramática constitucional que enuncia las fuerzas realmente existentes en Colombia, en presencia y ausencia, como lo enseñó el socialista liberal Ferdinand Lasalle en ¿Qué es una constitución?; un rival ideológico de Marx como lo registró su crítica al Programa de Gotha.

Con todo se ha pretendido resolver este entuerto histórico político y social con el expediente de usar antes de la sanción de la Constitución todas las formas de lucha, incluido el terrorismo de estado, practicadas antes y después intensamente en las dos últimas décadas.


El punto de arranque fue diciembre de 1990, cuando el expresidente Gaviria y su flamante ministro de defensa civil en funciones, Rafael Pardo, hoy su predilecto candidato presidencial. Éste ordenó el intempestivo y fracasado blitzkrieg contra Casa Verde, el cuartel general del secretariado de las Farc, para darle comienzo a la denominada guerra integral contra éstas.


Lo que resultó de la nueva carta de batalla, actualizando los estudios constitucionales de Hernando Valencia Villa, es la duplicación complementaria del naciente sistema político colombiano, articulando en su interior un sistema para-político que no cesa de incidir de modo perverso y “eficaz” en el quehacer cotidiano de la política doméstica para imponerlo a los grupos y clases subalternas que lo resisten por todos los medios a su alcance, legales e ilegales.

Peor aún, ahora, cuando su líder/caudillo visible insiste en ser reelecto de modo personal blandiendo la fórmula guerrera de la seguridad "democrática", que de democrática ya no conserva nada más que su cínico sabor retórico.

O qué podemos concluir, después de la cadena de fraudes constitucionales perpetrados con el ejercicio preliminar de la “participación popular” directa y de sus representantes luego, para firmar y aprobar la convocatoria al actual referendo reeleccionista.


La pretensión que tiene la mayoría espúrea del Congreso es que sea votado otro referendo, que ahora adelanta cuatro años la autorización de la posible segunda reelección de Álvaro Uribe.


Todo vale para el subsistema parapolítico que define el núcleo del régimen para-presidencial. Es la cara autoritaria del sistema político nacional establecido en 1991. Se va desde la agresión armada intempestiva en la aurora de su proclamación hasta el genocidio en masa durante su tragicómica existencia para ganar elecciones e imponer reelecciones de modo discrecional.


Para combatir a los opositores políticos civiles recientes se instrumentó el dispositivo de espionaje del G-3, con la cadena de directores del DAS, escogidos por el mismo presidente Uribe. Ha sido una réplica peor del que implementó el expresidente G.W. Bush con el pretexto de combatir el terrorismo global.

Antes, el combate a los rivales políticos legales y ilegales se apoyó por acción u omisión con el concurso de las mafias del narcotráfico y sus ejércitos paramilitates sumados a las alianzas para-políticas para refundar la nueva Colombia, sin que se renunciara nunca a la tortura y la desaparición, a las fórmulas del terror y el miedo para ahogar cualquier respiro democrático.

Ahí tenemos en curso, como clave de bóveda, los antecedentes del para-presidencialismo en ciernes desde los tiempos del Estatuto de seguridad. El patético caso del coronel Plazas Vega, que se remonta a 1985, cuando éste se autoproclamaba defensor de la democracia empotrado en una tanqueta.

Después de un cuarto de siglo se miente a la opinión pública hasta la saciedad, mientras el ex presidente de entonces, el conservador Belisario Betancur, y el ministro de gobierno, el liberal Jaime Castro, siguen guardando silencio en sus escritos.

Prensa libre y opinión pública

Entretanto la poca prensa libre de Colombia vive el naufragio de esta falsa democracia, mientras los pocos grandes diarios exhiben columnas de opinión plagadas de lugares comunes y auto-censura de lo fundamental del régimen para-presidencial que quiere perpetuarse en la reelección en camino.

Pasmada y ridiculizada está la minoría de los opinadores libres en el autoproclamado estado de opinión, enfrentada a la urgencia de rechazar de plano estas conductas delictivas e inmorales.

Por ejemplo, el equipo de Noticias Uno, premiado por revelar imágenes claves de la toma cruenta del Palacio de Justicia, se hace en cambio eco de la campaña contra Chávez, quien se opone a la descarada presencia militar estadounidense en Colombia y Suramérica, que viola nuestra Constitución. Tal y como lo explica Jaime Araújo, expresidente de la Corte Constitucional.


Chávez también favorece el estado de beligerancia para las Farc, porque se rehusa a calificarlas como un grupo terrorista, en lo cual lo acompañan la mayoría de Unasur. Pero, sobre todo, Chávez está en la mira porque ensaya en su tierra lo que él llama el socialismo del siglo XXI, que pareciera tomar en serio lo que dice le artículo 13 de la Constitución de Colombia, que también dice: "El Estado adoptará medidas en favor de grupos discriminados y marginados". Pero, claro, ésta es una política que moviliza en su contra amplios sectores de la clase media venezolana que piensan que él despilfarra las grandes ganancias de la renta petrolera. Y en Colombia ni se diga, peor aún, cuando nuestros caos al comando del capital financiero colegislan en materia laboral y educativa.

Sí a la República Constituyente.

Que todo el mundo ponga la baraja sobre la mesa. ¿Usted tiene un acuerdo con Rusia? Bueno, póngalo sobre la mesa. ¿Usted con los E.U? Póngalo sobre la mesa. Es una muestra de confianza y por eso pediremos revisarlo y revisar el libro blanco que tiene una serie de elementos que convergen con el acuerdo, pero mire: lo importante es sentarse a dialogar. Gustavo Márquez marín, embajador de Venezuela, en: Entrevista con Yamit Amad, 13 de septbre de 2009. El Tiempo, p 1-8.

Las apreciaciones de J. E. Gaitán, antes de morir, exigiendo con el silencio de las multitudes la restauración moral de la república son urgentes razones que motivan un primer acto ciudadano: denunciar dos hechos: la reelección ilegal e inconstitucional y la presencia directa y abierta de un centinela extranjero: los Estados Unidos.

Estos son hoy el garante principal de un estado de cosas inmoral y mentiroso, con Barack Obama al comando. Como si nada hubiéramos aprendido en Colombia de los muchos episodios sufridos por su expansión imperial en la arena internacional desde la creación de la OEA hecha en la Conferencia Panamericana de 1948, de la cual fue excluida el mismísimo Gaitán.


Desde el 28 de agosto en Bariloche, los países de Suramérica, sus ciudadanías en movimiento proyectaron un reto político: avanzar al fin en procura de una segunda independencia regional y local del hegemón imperial. Este es un reto tronchado por las muertes de J. E. Gaitán, Camilo, y Galán en Colombia.


La siguiente reunión de cancilleres del martes 15 de septiembre en Quito, puso las cartas sobre la mesa. El objetivo es restaurar moral y políticamente el rumbo autónomo de Suramérica en el presente siglo, para en simultánea trabajar por la supresión sostenida, con concurso democrático, la estructura de privilegios heredada y consolidada desde la larga noche de la conquista y dominación coloniales.

La historia pasada de Colombia y el Continente está mancillada por tantas agresiones y exclusiones que no bastan Las Venas Abiertas de América Latina para describirlas con sangre, sudor y lágrimas.


Es necesario que paremos la insensata carrera del miedo regional que incrementa de modo exponencial el gasto público en armamentos, y llena los bolsillos de los industriales de la guerra, a contramano de la atención y solución a la creciente miseria y pobreza de los muchos en nuestro Continente.

Puesto que en lo interno, por dos votos de más los congresistas en la Cámara no pusieron fin a la farsa democrática del referendum popular, sólo queda la Corte Constitucional de Colombia para que impida esta acción inconstitucional y autoritaria como último poder de representación, y permita que lo que queda de la democracia liberal sobreviva en este desmantelamiento institucional autoritario.

Si no, sólo queda el camino más eficaz: el ejercicio directo de la República constituyente. Reclamando en la calle y por todos los medios democráticos directos la corrección de este rumbo siniestro y desastroso.

Es la hora de la participación ciudadana. Los estudiantes han encabezado una vez más las protestas de la semana que pasó, y antes las movilizaciones de la minga nacional indígena. Pero seguimos a la espera, inaceptable por su cerrazón y adocenamiento, que los partidos de oposición y las fuerzas sociales y políticas organizadas repliquen y multipliquen estos esfuerzos en forma oportuna.


El miércoles, hace dos semanas ya, se fijaron en la calle, a pesar de los disturbios, gases lacrimógenos, golpizas y destrozos a la propiedad común y personal, las pautas para resistir con la movilización pública este zarpazo autoritario que se exhibe impunemente.

Así mismo las deliberaciones del 11 de septiembre en el auditorio Luis G. Vélez del Congreso ayudaron a entender la coyuntura y lo que significan las bases a compartir con Colombia, cuando los militares norteamericanos salen de Manta.

L@s intervinientes ofrecieron nuevos y bien documentados argumentos y denuncias en el marco de la Conferencia Internacional contra las bases militares norteamericanas en Colombia, que presidió la académica y luchadora social Lilia Solano, quien aspira a ser elegida al senado de Colombia; y es acompañada por el educador Javier Díaz, quien hasta hoy sigue en la Picota como preso de conciencia y político. Tod@s insisten al unísono que la vida digna ¡es posible! Y no se equivocan.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Ecos del 4 de septiembre

SÍ A LA PAZ, NO A LA REELECCIÓN

Miguel Ángel Herrera Zgaib

Profesor asociado,

Ciencia Política, Unal

Praxisur.blogspot.com

...las masas, en el momento del fascismo, desean que algunos ejerzan el poder...puesto que el poder se ejercerá sobre ellas y a sus expensas y hasta su muerte, su sacrificio, su masacre, y, sin embargo, ellos desean...que ese poder sea ejercido. Michel Foucault, citado en Las obras de Narciso[1]

Mientras el presidente estaba afectado por el virus de la gripe porcina, el clientelismo congresional patrocinado legal e ilegalmente, manejado por Fabio Valencia Cossio, consiguió aprobar pírricamente, con el perdón de Pirri, el referendo reeleccionista con 85 votos.

Dos votos de diferencia, y 5 votos en contra, más los impedimentos de 96 representantes es la sumatoria de la infamia pseudo-democrática que fue el contrapunto de la rebelión en la granja a cargo de polistas y liberales.

Pero Uribe sigue a la espera de que la Corte Constitucional le de la bendición a su nuevo mandato autoritario, para decir que acepta ser candidato. El expresidente Gaviria insiste en que el DAS es una máquina de delincuencia al servicio de la Casa de Nariño que aquel preside.

Una política en desgracia, Vivian Morales, de vuelta a la cátedra, obrando como consejera del príncipe insiste en que la ley de garantías sancionada en julio de 2009, permite una eficaz oposición política. Las recusaciones mampara, y el paso al partido de la U de cinco ex-representantes de Cambio radical muestran todo lo contrario.


En marcha la dictadura civil

en todo 'genio' que se cree divino, el veneno acaba manifestándose a medida que...envejece. Friedrich Nietzsche.

Mientras, este lunes 7, el presidente auto-aprobará el trámite de la convocatoria del referendo luego de la conciliación del texto que cambió la fecha, para que siga su marcha directo a la Corte Constitucional, sin perder tiempo atendiendo a la ilegalidad advertida por el Registrador nacional, quien indicó que no están acreditados los gastos de la recolección de las firmas.

Otra Corte, la Suprema, vivió la contrariedad por la tutela que dió libertad al ex-congresista Ivan Díaz, titular en la sombra de la yidis-política. Enfrentada con el Consejo superior de la Judicatura que invalidó el fallo condenatorio de aquella. Revivió la discusión de si la tutela procede contra sentencias ejecutoriadas.

Yidis está presa, Teodolindo espera su condena, e Iván Díaz artífice de la trapisonda está fuera. Y claro, bajo una lógica truhanesca similar, la segunda reelección marcha viento en popa arrasando cualquier vestigio de legalidad.


El congresista santandereano en funciones, Alirio Villamizar, beneficiado con el reparto de notarías en cuyo paño se enjugó la admirable condición del congreso que aprobó el carrusel de la primera reelección, lo vinculó la Corte penalmente al hallarle $850 millones de pesos, fruto se de los pagos por la Notaría que recibió como recompensa "democrática" del presidente reelecto.

Ello resultó de las denuncias del "ingrato" ex-superintendente Manuel Cuello Baute no dispuesto a más sacrificio. Sin embargo, el otro extremo del cohecho, confesado por Yidis Medina, sigue sumido en el misterio de la impunidad. Y su nombre es gritado a voces que nadie quiere oír. Por qué será

La pertinencia del impeachment

Entre la tambaleante democracia norteamericana, que vuelve a ser objeto de poderosos grupos de presión que no quieren que la universalización del cubrimiento de la salud, enferma del expansionismo imperial que ahora interviene con renovado brío dictatorial en Colombia, y el presidencialismo de este país, existe la notoria diferencia del impeachment, el enjuiciamiento a los presidentes. Con el llamado proceso 8.000 vivimos el efecto del remedo de esta institución aquí.

La acción de impeachment contra Nixon del senado norteamericano al destaparse el Watergate, cuya verdad última documentó el periodista Robert Frost, recreada en cine, fracasó en toda la línea contra Clinton y Reagan. Sin embargo, el enjuiciamiento a presidentes en las democracias presidenciales liberales es una medicina contra el virus autoritario de los primeros mandatarios, dispuestos en determinadas circunstancias al excepcionalismo presidencial con cobertura legal e ilegal.

Después de lo ocurrido aquí con el proceso 8.000, la reforma política nada dijo al respecto. Y, qué iba a decirlo cuando las mayorías congresionales son clientelas del programa de la "seguridad democrática" que las premia bien a nuestras costas. Y por supuesto, ahora, si que menos ocurrirá, cuando volvieron a untarse la mano en una nueva actuación que en últimas resolverá la Corte Constitucional.

Para la oposición existente urge el establecimiento claro del enjuiciamiento a los presidentes, como una de las banderas para rescatar la democracia, y restablecer el equlibrio relativo de poderes, si quiere seguir soñando con al menos una democracia liberal. Y, por supuesto, con la revocatoria del mandato a todos los cargos de representación. Tal y como existe en la "vituperada" democracia venezolana, ahora en boca de los medios, a raíz de la fallida convocatoria "No más Chávez", donde Colombia pretendió ser principal caja de resonancia.

El desenlace de la marcha contra Chávez

El equipo de Facebook que alcanzó notoriedad con la marcha de Febrero 4, contra las Farc, ahora vivió la realidad de su "appeal" al llamar a una nueva cruzada de guerra "Contra Chávez". El resultado de Bogotá, según cálculos realistas, porque vincula, fuentes oficiales y transeúntes, no pasó de 12.000 personas movilizadas. Los analistas señalan que la Plaza de Bolívar se llenó en tres cuartos, y a este espacio público le caben 12.000 parroquianos.

Estos hechos, que debe distinguirse entre las Farc y Chávez para convocar movilizaciones en contra de alguna causa que se identifica como contraria a la política gobernante. También la respuesta de los opositores al gobierno de la seguridad democrática y su política internacional, que tiene como principal aliado al hegemón estadounidense.

Éstos participaron de modo estratégico en grupos notoriamente minoritarios, a lo largo y ancho de las marchas. Incluso, uno de estos grupos tuvo un comportamiento inaceptable, cuando un militar venezolano fue retenido por la Policía distrital, y reseñado luego por estar participando en una actividad política sin autorización alguna.

La marcha contra el presidente Chávez tiene varios precedentes, desde el llamado socialismo del siglo XXI, que produce rechazo de parte considerable de las clases medias de Venezuela y de Colombia, hasta su rechazo a la injerencia imperial estadounidense en América Latina, lo cual no le impide hacer negocios a uno y otro entre sí, como está claro con la cadena Citgo, y la venta de petróleo crudo regular al insaciable gigante del consumo de combustibles.

Al mismo tiempo, en Colombia, el trato con las Farc, para las que reclama el estado de beligerancia, a contramano de quienes la condenan como terroristas, a lo que se suma las censuras a la participación militar de E.U en las bases colombianas, y las restricciones al comercio inter-fronterizo, cortando de hecho el flujo de divisas y productos, los puntos de fricción se multiplican, a la vez que se busca definir un bloque inter y transcontinental que invalide su política señalándola como injerencista en los asuntos de otras naciones.

Bolivarismo, populismo y democracia

Toca revisar la letra y el espíritu de la Constitución Bolivariana de la que hay mucho que aprender también, porque entre otras cosas, se realizó ya un ejercicio electoral concreto para revocarle el mandato al presidente, sin que hubieran ganado los opositores, y un referendo que Chávez perdió. Y sin que lo que decimos excluya discutir el estilo populista de éste y varios presidentes en funciones en Suramérica.

No hay duda que la política bolivariana y socialista a la Chávez no conjuga con lo que Uribe, los EU, y sus seguidores quieren para Colombia y el continente. Y claro, esto implica una polarización sobre los modelos que se disputan el favor de las multitudes en un escenario mundial globalizado.

Pero, en cualquier circunstancia, esta disputa pasa por una definición frente a la paz y la guerra, para resolver tales disputas internas y externas.

El resultado de la manifestación del pasado viernes empezó a poner los puntos sobre las íes. Es necesario que los demás colombianos y venezolanos, quienes quieren resolver los conflictos sin fórmulas armadas e injerencias indebidas enmendemos la plana. Escribiendo una lección de democracia en las calles y plazas, y los demás espacios de deliberación y decisión. Dando un no a la guerra, a las reelecciones que la alimentan dentro y fuera. La cita está pendiente, y de tod@s es menester cumplirla con firmeza y creatividad.



[1] Bernardo Congote, El Tiempo,. Domingo a domingo. Bogotá, 6 de septiembre, p. 1.