domingo, 14 de marzo de 2010

UN COMENTARIO ESCLARECEDOR SOBRE EL BLOQUE EN EL PODER
Héderman Castro
Proyecto @utonomista

Miguel, me asalta la duda de si el resultado cualquiera que sea, o haya sido puede fragmentar el bloque en el poder en nuestro país. O, por el contrario, si también cualquiera que sea este resultado no lo afecta. Claro que esta inquietud es a posteriori, pero creo que ésta sigue siendo válida. El estado, por ejemplo, sigue siendo un aparato ante todo burocrático y de él se nutre y cohabitan en él casi todos los grupos de izquierda y derecha. Por lo menos es lo que vemos en la izquierda, donde el supuesto de diferente paradigma político sólo lo sabemos implícito.
Ahora bien, me asalta otra duda. En el análisis podríamos introducir dos elementos: uno el de valoración; el otro es el de coherencia. Desde el punto de vista de la valoración el bloque en el poder se encuentra quebrado hace mucho tiempo. Pero, desde la coherencia, la manera como asume la economía, la ofrece a la sociedad y hace esfuerzos por resolver sus peticiones, creo que no.
Mientras Uribe ha actuado a su arbitrio, en contra de la legalidad, de valores públicos, concentrando el poder y faltando al respeto o desconociendo la división de los poderes, etc.etc., ha sido coherente con el desarrollo económico en términos actuales. Él ha buscado dar soluciones a las peticiones de la gente. Si no fuera así, ¿por qué se ha fortalecido electoralmente y avanzado en la toma del estado, y en cambio la izquierda su opositor ha retrocedido?

En últimas, pienso que estamos lejos de un resquebrajamiento del bloque en el poder, entre otras por que no tiene oposición. La que se dice ser la oposición del bloque en el poder paradójicamente lo reafirma. En este sentido, el vacío político de algo alternativo es dramático, y lo peor, no lo sopesamos en su verdadera dimensión. Por esa razón organizaciones como el Polo no tienen que ver con un proyecto de cambio social en las actuales circunstancias. Tenemos la necesidad de replantearlo todo.
La renuncia de Dussán a la presidencia del partido muestra su carácter estrictamente electorero, y desconoce toda estrategia que no sea el acceso al poder, en nuestro caso por el poder, en lo abstracto, pues en verdad no se sabe para qué el poder.


ELECCIONES, RÉGIMEN PARAPRESIDENCIAL, DEMOCRACIA Y CAPITAL

Miguel Angel Herrera Zgaib
Profesor Asociado, Unal, Bogotá
Director Grupo Presidencialismo y Participación
miguel.herrera@transpolitica.org

Hoy experimenta Colombia, su ciudadanía, el inicio de un nuevo ciclo electoral con tres asuntos inmediatos a decidir: quiénes integrarán el Congreso, cuáles serán el candidato Conservador, y el de los exalcaldes Verdes con el aval de Opción Centro; así como los cinco primeros colombianos para el Parlamento Andino.

Pero, en verdad, las elecciones definirán si se fragmentará el bloque en el poder nacional con la salida de Álvaro Uribe Vélez; quiénes serán los herederos de la seguridad oligárquica, y si el régimen para-presidencial seguirá vivo; y de otra parte, cuáles son las alternativas al estado de opinión que respaldó el desastre social que arrojó 8,2 billones de ganancias para el capital financiero, así como el caos institucional con la excepcionalidad como instrumento de gobierno permanente.

LAS MUJERES DECIDEN

De 29.852.099 ciudadanos habilitados para votar, la mayoría son mujeres con 15.499.591. De quererlo ellas serán las que inclinen la balanza en las 76.940 mesas de votación este 14 de marzo. Para escoger, hombres y mujeres tienen 1634 candidatos a la cámara, 842 para senado, y 63 al parlamento andino. Habrá también un ejercicio particular, el voto Caribe, que da pasos en la dirección de la regionalización, en un territorio atacado por dos males políticos, un clientelismo dos veces centenario, y la para-política que tiene en la Costa notable arraigo antes y después de la Ley de justicia y paz.
La Registraduría nos informará entre hoy y mañana los nombres de los nuevos representantes ante el poder nacional y regional, es decir, 102 senadores, 166 representantes y 5 cupos en el parlamento de la CAN, y los partidos oficialmente ganadores en votos y en curules, que no son coincidentes.


CLIENTELAS, PARAPOLÍTICA Y EXODO

Adicionalmente, de algo más de 4 millones de colombianos fuera de Colombia, hay apenas un total de 410.657 que podrán votar en 197 puestos de votación en 60 países. Las elecciones las monitorean los tribunales de garantías electorales en 23 departamentos, 100 delegados de la Misión electoral de la OEA, y 237.500 de la fuerza pública; y por supuesto, los testigos electorales.
Éstos en el pasado no han podido precaver la comisión de fraudes escandalosos, los carruseles, la compra de votos que ya se cotizan en determinadas regiones a $200.000 por votante, y la intimidación armada que permitió decir a las AUC que obtuvieron en el pasado la elección del 33 porciento del congreso como cercano a su proyecto económico y político reaccionario.

CONGRESISTAS Y POSIBLE PRESIDENTE

Casi todos los analistas coinciden que hoy se definen las alianzas para elegir al próximo presidente de Colombia, luego que conocemos las fórmulas vicepresidenciales, excepto dos, la Conservadora y los Verdes. Esta vez, como nunca en el pasado inmediato, los congresistas tendrán que “sudar la camiseta” para elegir el presidente de su preferencia. Lo cual presagia que habrá una votación superior al 50 porciento en la elección presidencial, porque las clientelas se mantendrán aceitadas, y el capital financiero, legal, y las fortunas ilegales invertirán en que esto ocurra.

La ciudadanía en la segunda parte del ciclo electoral tendrá que escoger entre gobierno oligárquico y democrático, entre desmontar el régimen para-presidencial o afianzarlo como forma de degeneración democrática en un orden que le apuesta en todos los casos a la continuidad del capitalismo dependiente. Y el presidente Uribe ya obtuvo la bendición del hegemón imperial, Barack Obama, quien lo felicitó por respetar la decisión de la Corte Constitucional, que le puso un tatequieto a la aspiración inconstitucional de ser cabeza del ejecutivo por tercera vez.

En materia de cálculos, los llamados partidos uribistas, la U, Cambio Radical y el PIN deberían obtener la mayor votación total, pero no hay garantía de unión en la primera vuelta. La U tiene 73 curules entre senado (31) y cámara (42), y dicen que obtendrán 2.300.000 con el apoyo del transfugismo clientelista; CR le quedaron 26, 17 representantes, y 9 senadores, y aspira a 1,5 millones de votos con la inyección del clan Char y la exitosa alcaldía de Barranquilla.
El PIN es una confluencia del llamado salón de rechazados, por lo que su votación definitiva es incierta, pero podría superar el medio millón de votos. La U y CR definirán quién comandará la alianza presidencial uribista.

En otro campo aparece la oposición electoral, el Liberalismo, con 18 senadores y 36 representantes, y aspiran ahora a obtener 2 millones de votos, el doble de la consulta interna para presidente. El PDA, tiene 11 senadores y 8 representantes, y aspira a obtener una cifra superior al 1.000.000, que doblaría la obtenida en la consulta interna, que en palabras de su presidente le permitiría obtener un nuevo senador y representante.

Como tercero en discordia está el Conservatismo, cuyo candidatos más opcionados son Noemí Sanín y Andrés Felipe Arias. Ambos de talante uribista, pero la primera tiene agenda propia, y un pasado como la candidata independiente conservadora más votada, después de Alvaro Uribe, que hizo lo propio en el liberalismo. De acuerdo con el expresidente del senado, Hernán Andrade, los conservadores estarían a gusto de obtener 2.000.000 de votos.

El cuarto grupo de presidenciables lo constituye el variopinto espectro de los independientes, esto es, los partidos de los excaldes: Compromiso Ciudadano por Colombia, con Sergio Fajardo, el más exitoso de todos en su gestión local podría obtener entre 250 y 300 mil votos; el partido Verde/Opción Centro, que es la primera muestra de un bloque pluralista de centro entre 300 y 350 mil.

Con alguna importancia regional y/o sectorial están el partido cristiano MIRA, y la ASI, que se dividió recientemente entre Daniel Piñacué y Aida Quilcué que orienta el Movimiento Social Indígena, y que se nutren de las luchas indígenas por la autonomía, la tierra y la identidad étnica. Los últimos no tienen candidato propio. Este bloque de independientes podría alcanzar una sumatoria de 1 millón de votos, y darse por bien servido.

EL DESENLACE

Con las consideraciones anteriores es posible que se constituyan, a partir de mañana tres bloques para encarar la elección presidencial: el bloque de la reacción, conformado por los partidos uribistas tout court, La U y PIN; la centro derecha con CR, el partido Conservador, si gana Noemí la consulta, y el MIRA; de lo contrario, con Andrés Felipe Arias como ganador, el conservatismo será aliado de la presidencia de Juan Manuel Santos; el bloque de la oposición de centro izquierda, en la que confluirían el Liberalismo, el PDA, Compromiso Ciudadano por Colombia, los Verdes, la ASI y el MSI.

Es perfectamente posible que se diera una alianza inesperada entre el partido Conservador liderado por Noemí y el partido de los Verdes presidido por uno cualquiera de los tres alcaldes verdes, quienes jugarían sus cartas en la primera vuelta, aspirando a convertirse en fiel de la balanza como tercería entre los dos principales contendores de la segunda vuelta.

De no haber novedades en el comportamiento electoral de Colombia, es posible pensar en una votación entre 10.450.000 y 11.000.000 para las elecciones de congreso, incluyendo votos nulos y en blanco. Repartidos los votos efectivos del siguiente modo según los bloques arriba apuntados: reaccionario, 3.800.000; si gana la consulta conservadora Arias, que le sumaría 1.000.000 de votos, a las 2.800.000 de base de la reacción uribista, de lo contrario la votación total podría llegar a 2.800.000.

La centro derecha estaría así: 3.300.000, sumando CR (1.500.000), Conservadores, si gana Noemi, quien sumaría 1.500.000 y el MIRA, 300.000; la centro izquierda podría obtener: 3.350.000, sumando el Liberalismo, 2 millones, PDA, 1 millón, y Verdes, 350.000 votos. Quedan flotando la CCC de Sergio Fajardo, 300.000 sufragios, ASI, 100.000 votos, y MSI, 100.000 votos, y otros partidos menores.
Podría construirse un bloque de independientes, en el cual se sumaría Noemí, los Verdes, CCC, MIRA y ASI como fuerzas principales y secundarias, en cuyo caso, tal votación reuniría un capital de votos posibles cercano a los 3.000.000.

Finalmente, está claro, cualquiera sea el resultado, que la nomenclatura de las clases y grupos sociales en Colombia, que se expresan directa e indirectamente en las elecciones en lo estratégico se mueven en una disputa hegemónica pos Caguán. Ella está mediada por el episodio de la guerra interna, que cubrió tres presidencias, Pastrana y dos gobiernos de Uribe. La conducción del bloque de la izquierda está en buena parte desdibujado, al no haber zanjado en forma acertada la confrontación entre la tendencia de centro liberal y la izquierda democrática, expresada en la disputa Petro y Gaviria.
La oposición liberal está afectada por el desprendimiento uribista, y no fue capaz de articular una alianza efectiva con los sectores populares de izquierda. Lo cual se expresa bien en la vicepresidencia de Aníbal Gaviria, que privilegia la alianza regional entre el bloque cundiboyacense y antioqueño.

El bloque reaccionario está fragmentado como resultado de la aspiración reeleccionista, y hace imposible la alianza entre Juan Manuel Santos y Germán Vargas Lleras, clara expresión de la derecha (neo)liberal. Lo cual convierte al Conservatismo en un socio necesario, más la sumatoria no querida en público (pero aceptada en privada) con el bloque regional de la para-política.
Por lo cual, Noemí o Andrés Felipe Arias se vuelven decisorios en su suerte en la segunda vuelta, al inclinar la balanza del triunfo o la derrota de la reacción política nacional, esto es, los sucesores del régimen hacendario que cumplirá 200 años, con pocas interrupciones en el control del régimen presidencial autoritario con que se gobierna a Colombia.
La oposición de centro e izquierda podrá hacer una coalición con el conservatismo liderado por Noemí, porque los tres candidatos son seguidores confesos del régimen de la seguridad y de la guerra contra la oposición armada de las guerrillas y sus soportes y simpatizantes en la sociedad civil de abajo, que tienen asiento principal en los espacios rurales de disputa de frontera agrícola, y donde existe por más de cuarenta años una reforma agraria precaria defendida con la fuerza de las armas.

DISPUTA HEGEMÓNICA, REACCIÓN, DEMOCRACIA Y ANTICAPITALISMO

En esta disputa hegemónica, el partido de la democracia está en super minoría en términos de acción política electoral. Sólo hay en los espacios de participación del PDA, algunas representaciones que es muy probable no obtengan curules en esta contienda, pero que de todos modos adquieren visibilidad e importancia como referencia inmediata.
Porque la democracia radical y la lucha anticapitalista tiene que seguir. Hacen parte de la vida productiva de las multitudes. Es un proceso estratégico en que la acción extra-electoral, a través de los movimientos y las acciones de lucha social, política y económica vayan dando espacio y tiempo a la constitución del nuevo sujeto colectivo, el cual se expresa también en el llamado sector independiente bajo diversas y ambiguas denominaciones.
Aquí donde confluyen las más novedosas conductas políticas, y también los más amplios interrogantes sobre el sentido de las nuevas fuerzas en gestación. Y, por supuesto, están las mayorías que se abstienen, las multitudes en estado de letargo, que fueron en parte interpeladas y clientelizadas por el neopopulismo reaccionario que encarna el actual presidente de Colombia, con lo cual hizo viable su ejercicio de un presidencialismo de excepción, que hizo posible en parte, después del Caguán, la desviación del curso de la revolución democrática que tiene lugar también el resto del subcontinente.
Por último, la disputa hegemónica por la democracia golpea ya incluso las puertas de los Estados Unidos, al ser elegido un presidente carismático y contradictorio cuyas ejecutorias internacionales difieren de los compromisos con los estadounidenses; y también afectan negativamente el rumbo de la política nacional, al intervenir imperialmente con los dictados y complicidades del gobierno de Obama, porque a cambio obtiene aquí su principal base de apoyo y control estratégico para Suramérica, y el acceso a los recursos estratégicos de Colombia, por lo demás, vecina de Ecuador, Venezuela y Brasil.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario