martes, 25 de mayo de 2010

SEGUNDA PARTE

La Cocina de las alianzas


Miguel Angel Herrera Zgaib
miguel.herrera@transpolitica.org

Lo digo con coraje: habrá más impuestos a los ricos. Antanas Mockus


Desde la primera vuelta está la cocina de las alianzas. Ella se viene preparando más o menos sutilmente entre los contendientes más fuertes. En primer lugar, está la interpelación con los conservadores que divididos entre Noemí y Andrés Felipe Arias, se partirán por mitad para disfrutar de las mieles del gobierno sin reatos de conciencia. El clientelismo de alto turmequé es la respiración artificial para un partido que agoniza como opción de poder, que no puede perder posiciones que le garantizan la existencia a la fronda burocrática y empresarial que lo anima y financia con excelentes dividendos.

El liberalismo que tampoco gana ya elecciones por sí solo, al estar en la oposición vergonzante al uribismo no tuvo la división abierta que padeció el conservatismo, pero Aníbal Gaviria, el candidato vicepresidencial y su respaldo electoral se inclinará por Santos en la segunda vuelta. Los liberales están ayunos de poder, y requieren cuota en el gobierno nacional para frenar su caída electoral.

Es previsible que el porcentaje de votos liberales sea un 40 porciento por Antanas, y un 60 porciento por Santos. Es lo que le cuesta a Antanas su afirmación del pasado domingo: “Lo digo con coraje: habrá más impuestos a los ricos”. En las condiciones de desigualdad extrema que padece Colombia buena parte de su clase media que vota se ubica y se siente rica aunque no lo sea, y constituye el voto liberal urbano y rural. Ella migrará en su mayoría a las toldas santistas a la hora del té en la segunda vuelta.

Cambio radical y su dirigencia regional nada tienen de radicales frente al uribismo, excepción hecha del rechazo a la reelección que le enajenó parte de su representación congresional cuyo oportunismo encabezó el locuaz médico valluno Roy Barreras. La proporción de los que votarán el 20 de junio calculo que será de dos a uno a favor de Santos. pero primero tendrá que superar el umbral este 30 de mayo. Aunque Germán Vargas Lleras lo niegue el plato de lentejas es una porción codiciada por su "partido" en un régimen en exceso presidencial con o sin parapolítica a bordo.


La oposición contra-hegemónica de izquierda

Nos queda pendiente en el pronóstico el desteñido Polo Democrático Alternativo,que no es aún un partido sino un frente político de sectas, movimientos sociales, ongs, intelectuales y jóvenes. Primero, digamos que su dirección fue errática en la solución de la controversia interna entre Petro y Gaviria. No hubo buen ganador ni mal perdedor. Ante la amenaza de la disolución sectaria Jaime Dussán renunció como presidente del Polo. La fórmula de conciliación fue Clara López quien casi de inmediato pasó a ser la candidata vicepresidencial y principal responsable de la organización electoral partidista.

El candidato Petro cayó en el embeleco de disputar el voto del centro político hasta casi confundirse en el pantano del triunfo uribista, pese a ser el PDA lo más parecido a una oposición congresional. Así lo probaron los debates protagonizados contra la reelección, la parapolítica, Carimagua y Agro Ingreso Seguro y el préstamo de bases militares. Acciones que fueron en parte empañadas por el apoyo a la elección de un Procurador que irrespeta la separación iglesia y estado; y, sobre todo, por el descarado clientelismo y la ineficiencia de la alcaldía de Bogotá.

Anapo y los aliados liberales y conservadores, la mayoría que eligió al alcalde Samuel Moreno, - es lo que él dijo siempre -, reclaman después su peaje clientelista y producen despilfarro y chambonería en la programación y ejecución de las obras públicas más urgentes para la movili dad de la población bogotano bajo estado de sitio físico.

A lo ya dicho se suma una incolora gobernación de Nariño, donde Antonio Navarro aceptó la política de la seguridad democrática, y ser comparsa en las acciones de intervención en el Ecuador, y el desconocimiento del DIH en las operaciones de rescate de secuestrados/retenidos. Amén de no tener dicha gobernación un plan efectivo que procure de la equidad social para uno de los departamentos más azotado por la desigualdad social y económica, el caldo de cultivo principal de la estafa de las pirámides, el comercio internacional del narcotráfico, el desastre ecológico y la persecución a las minorías étnicas.

De allí también procede la novedad del triunfo de un novel senador, el joven Camilo Romero, quien tampoco se ha proyectado como un efectivo líder de las juventudes, y en particular, en la orientación de los primi-votantes que deberían tener en su discurso y en sus actos el principal auditorio. Cuando éstos son cautivados por la simbología y la honradez de Antanas.

En los debates públicos recientes Gustavo Petro ha recuperado buena parte del electorado de base del PDA, con la ayuda presencial aunque tardía de Carlos Gaviria quien debió ser su fórmula vicepresidencial. Así las cosas, los cálculos más conservadores señalan que el Polo conseguirá el 5 porciento el 30 de mayo para no aumentará la hipoteca financiera que ya padece. y recuperar su autonomía política como oposición. Es su propio electorado con tradición y simpatía de izquierda que estaría alrededor de los 800.000 votos, siendo la mitad de procedencia bogotana. Un cálculo de optimismo medio, sobre la base de 16 millones, señala que podría alcanzar un 7.5 porciento alrededor de 1.300.000 votos.

El optimismo exagerado habla de un posible 10 porciento, 1.600.000 votos para la primera vuelta. Lo que si parece como imposible, de ocurrir la votación nacional pronosticada por la Registraduría, es que el Polo alcance 15 porciento. Este es el anhelo del desteñido Polo pero lo que proclama el mal trajeado candidato del Polo no se cumplirá. Por mucho rato él prefirió una guayabera desguarambilada a la camiseta amarilla y la enseña ideológica que identifican al PDA como fuerza de izquierda.

La dupla Petro López no alcanzará el tope obtenido por Carlos Gaviria cuando la votación era inferior a la que ahora se calcula. Es un castigo merecido por la connivencia con la seguridad autoritaria, es decir, el presidencialismo de excepción ejercido por Uribe; la ausencia de democracia al interior del partido cuya dirigencia no respeta ni propicia el debate entre su militancia; así como la actitud vergonzante frente al acuerdo humanitario, la confusión de política y religión, y la no exigencia vertical de una responsabilidad política del presidente en funciones por sus actuaciones antidemocráticas y contrarias a la constitución y las leyes, que para nada necesita amenazar con la extradición de Uribe Vélez.

¿Cómo definir las alianzas en la segunda vuelta?


Las fuerzas de la izquierda y democráticas rechazan el para-presidencialismo que padece Colombia develado en los falsos positivos, las chuzadas y el reparto privado de la riqueza pública; quienes rechazan la mayor exclusión social y miseria física que azuela la existencia cotidiana de los muchos; la agresión político-militar a los países vecinos, la corrupción del electorado a través del clientelismo miserable, y del propio congreso expresado en el cohecho de la reelección. Estas fuerzas en conciencia no podrán apoyar al candidato de la reacción y la derecha juntas: Juan Manuel Santos.

La única opción que queda a un bloque contra-hegemónico democrático y de izquierda que se articule alrededor del PDA para elegir presidente en la segunda vuelta. Con condiciones votar a Antanas Mockus, quien prefiere el orden a la libertad. Es una fe que lo emparenta más con el difunto Álvaro Gómez Hurtado, que con cualquier demócrata verdadero. Es una fe que tiene que ser pasada por el matiz de la libertad instituyente, la que crea las normas colectivas. Se trata de bajarlo del falso pedestal del "príncipe filósofo", de la pesadilla autoritaria que aprendió en los tiempos de su pupilaje con el matemático Federici. Antanas tiene que meterle psicoanálisis a su vida de hombre invadido de fe católica.

Porque Antanas es un anfibio en materia de libertades públicas, al contrario de Gilbert Simondon el filósofo de la izquierda francesa al que recurría este pedagogo tropical para apuntalar su pócima de cultura ciudadana. Entonces Mockus mutó de ser un joven anarquista vestido con chaqueta verde a un libertario de derecha a lo Robert Nozick. Hoy es,un defensor de la república de la propiedad privada sometida, eso sí, a la Constitución y las leyes vigentes como lo hicieran Napoleón y su código al tiempo que era investido por el Papa de turno como quedó plasmado en el inmortal lienzo del pintor David. Esta es la secreta fascinación, la visión que sobrecoge a Antanas quien creció amamantado por la disciplina de la V República francesa tal y como la practican en el Liceo Louis Pasteur.

¿Qué contenido puede defender la legalidad democrática en el país más desigual de América Latina?

Ni más ni menos que un gobierno de la oligarquía, donde la participación es un acto de fe porque ella no tiene efectivos controles sobre la actuación de sus representantes del presidente para abajo, y mucho menos en la distribución equitativa de la riqueza social por la vía de los impuestos. Y Antanas no lo será en la medida que tendrá que enfrentar al congreso, donde la mayoría representa los intereses de la minoría rica, que son los factores reales de poder nacionales y transnacionales.

Él pretende por la vía impositiva redistribuir la riqueza, para lo cual necesitará aliados dentro y fuera del congreso de la república. Entonces, ¿quiénes podrán ser los aliados para esta reforma económica y social?

En primer lugar, el PDA, que promete un programa de equidad social con libertades públicas; y lo sigue en la lista el partido Liberal con Rafael Pardo, con el 3 porciento, habla de la igualdad de oportunidades con impacto previsible en la salud, la educación de Colombia, y la administración de justicia.

En segundo lugar, el liberalismo es parte de la internacional socialista. Allí la voz cantante la lleva el modelo de la tercera vía, donde obtuvo su reinado con Tony Blair, una réplica desmejorada de Bill Clinton, que ahora tiene una segunda oportunidad con los demócratas que eligieron a Barack Obama para que luche contra la inequidad social y ponga honroso término a la guerra imperial.

En tercer lugar está Noemí Sanín, quien empata con Gustavo Petro. Ambos registran el 6 porciento de las preferencias. Noemí volvió por los fueros del social conservatismo. Insistir que ella está comprometida con pobres y mujeres no recupera su caída cuyo punto de inflexión fue la denuncia clientelista hecha al candidato Santos. El grueso del conservatismo transita por otra vía, y no lo detienen la asesoría de Juan Manuel Ospina y el ex director del Nuevo Siglo, quien denunció los desafueros constitucionales y legales del presidente Uribe.

Petro y el Polo tienen que insistir sin descanso en la alianza por la equidad social, la defensa de las libertades públicas y el acuerdo humanitario. Lo que antes Petro había rechazado confundiéndolo con la favorabilidad al terrorismo y la violencia guerrillera para escatimar el uso civilizado del estado de beligerancia que con limpieza y sindéresis jurídica expuso en su momento Carlos Gaviria.

Dicha alianza exige un programa concreto de compromiso recíproco que Mockus y los Verdes incorporen como componente inmediato del programa d gobierno si obtienen la presidencia. Pero, lo anterior no es suficiente. Se requiere una acción de más largo alcance, que no enajene el poder constituyente, democrático de la multitud ciudadana a un triunfo electoral pasajero. Porque la gran y urgente tarea es construir la sociedad colombiana de posguerra y ésta requiere el concurso de tod@s

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