viernes, 28 de mayo de 2010

Reproducimos la columna del profesor Juan Carlos García publicada en El Tiempo.com de esta semana


LA DEMOCRACIA DELIBERATIVA DE MOCKUS


Juan Carlos García

Profesor de la Universidad Nacional.

Grupo de investigación Presidencialismo y Participación

jcgarcialo@unal.edu.co


En la entrevista que Yamid Amat le hace al candidato del Partido Verde (El Tiempo, 23 de mayo, p. 1-6) se sugieren varias directrices de lo que sería un posible gobierno deliberativo en Colombia. Mockus habla de “democracia deliberativa” al tiempo que defiende la Constitución y la ley, lo que él ha llamado en otras ocasiones, la “legalidad democrática”. En la entrevista él deja ver que la “democracia deliberativa” necesita de un Estado regulador que privatiza y crea tributaciones, es decir, un gobierno económico.


Mockus propone la “democracia deliberativa”. Sin embargo, la formalidad jurídico-política e institucional de Colombia dice otra cosa. Desde el Preámbulo y en el artículo 1o. de la Constitución Política de 1991 se lee que Colombia es una República “democrática, participativa y pluralista”. En igual sentido el artículo 40 lo reconoce: el ciudadano participa en la conformación, ejercicio y control del poder político. Es decir, la Constitución consagra la participación democrática en el Estado social de derecho. En ningún sentido en la Carta Política se afirma que la democracia es deliberativa, o de opinión, sino participativa y pluralista.


Deliberar es ejercer el diálogo, entrar en el debate activo, reconocer el conflicto, cuestionar el poder; significa, igualmente, ejercer la contrastación de ideas, llegar a acuerdos colectivos, asumir la diferencia, respetar las opiniones e intereses de los otros. El recinto consagrado para ello sería el Congreso si Colombia fuera un régimen parlamentario. Pero no. Colombia es una República presidencialista.


El Presidente ejerce el poder como jefe de Estado, de Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa, aparte de ser Comandante General de las FF.AA. Todo lo contrario de deliberar puesto que ejercer la presidencia es ejercer el poder, gobernar, ejecutar, decidir. El Presidente de Colombia gobierna, decide, ejecuta. Lo dicen los artículos de la Constitución Política. El Presidente no delibera.


Decidir no es deliberar


Si Mockus quiere deliberar debe ponerse en igualdad de condiciones con sus gobernados. Lo cual significa que el poder político se ejerza a partir de la discusión, el consenso, el debate y el cuestionando al gobernante y sus políticas. En la democracia deliberativa la verdad del poder no puede ser el poder mismo; pero en el contexto actual de Colombia significa que Mockus tendría que desconocer la Constitución Política pues en ella el Presidente decide sobre lo colectivo en tanto es el representante de la unidad nacional.


Decidir no es deliberar. Para llegar a una “democracia deliberativa” Mockus tendría que modificar la Constitución Política de 1991. Un ejercicio interpretativo de la entrevista concedida a Yamid Amat revela el cariz de la “democracia deliberativa” que propone Mockus. En realidad, lo que se advierte es un gobierno decisionista, es decir, presidencialista. Por ejemplo, el hoy candidato asume que hay que ganarle “la guerra a las Farc” sin diálogo ni negociación política.


La “guerra”, según el candidato, no se delibera, no se discute. Tampoco se va a discutir, a problematizar, a cuestionar, la tributación, el régimen impositivo: “Hay que incrementar el impuesto de renta y el predial (…) hay que reducir la cantidad de tarifas del IVA y elevarlas”. Durante su gobierno, la carga tributaria que hoy está entre el 16 y 18 por ciento se elevará al “23 por ciento”.


Por eso el título de la entrevista es contundente: “Lo digo con coraje: habrá más impuestos a los ricos”. Mockus olvida que la tributación implicó en la historia del mundo occidental la representación política de aquellos sectores, estamentos y grupos que pagaban impuestos. ¿Mockus le darás más poder político a aquellos sectores, estamentos y grupos que tributarán?


Un gobierno fuerte es un gobierno impositivo. Y un gobierno fuerte es un gobierno decisionista, o sea presidencialista que decide sobre lo colectivo y lo público. Por eso, si seguimos la entrevista publicada en El Tiempo encontramos que Mockus no sólo luchará contra la corrupción y la pobreza, también será partidario de “privatizar por ineficiencia pública”, “formar más técnicos” y menos universitarios, multiplicando, como él dice, “Senas”; privatizará Isagen, venderá el 15 por ciento de la estatal Ecopetrol para financiar la educación, reformará el sistema electoral hasta hacer “circunscripciones impersonales (distritos electorales)” y reformará la ley 100.


En suma, será un Estado regulador que administra el déficit fiscal con una Presidencia decisionista. Mockus será un gobernante que es “más orden que libertad”, y en su gobierno los derechos se expresarán “presupuestalmente”. Es decir, ejercerá un gobierno económico.


La “democracia deliberativa” que propone el profesor Mockus es tanto o igual al proyecto político del Presidente Álvaro Uribe con el “Estado de opinión”: una iniciativa que al administrar la crisis fiscal con un gobierno económico no se ajusta a la Constitución Política de 1991.

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