Juan Carlos García
Profesor de
Grupo de investigación Presidencialismo y Participación
En la entrevista que Yamid Amat le hace al candidato del Partido Verde (El Tiempo, 23 de mayo, p. 1-6) se sugieren varias directrices de lo que sería un posible gobierno deliberativo en Colombia. Mockus habla de “democracia deliberativa” al tiempo que defiende
Mockus propone la “democracia deliberativa”. Sin embargo, la formalidad jurídico-política e institucional de Colombia dice otra cosa. Desde el Preámbulo y en el artículo 1o. de
Deliberar es ejercer el diálogo, entrar en el debate activo, reconocer el conflicto, cuestionar el poder; significa, igualmente, ejercer la contrastación de ideas, llegar a acuerdos colectivos, asumir la diferencia, respetar las opiniones e intereses de los otros. El recinto consagrado para ello sería el Congreso si Colombia fuera un régimen parlamentario. Pero no. Colombia es una República presidencialista.
El Presidente ejerce el poder como jefe de Estado, de Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa, aparte de ser Comandante General de las FF.AA. Todo lo contrario de deliberar puesto que ejercer la presidencia es ejercer el poder, gobernar, ejecutar, decidir. El Presidente de Colombia gobierna, decide, ejecuta. Lo dicen los artículos de
Decidir no es deliberar
Si Mockus quiere deliberar debe ponerse en igualdad de condiciones con sus gobernados. Lo cual significa que el poder político se ejerza a partir de la discusión, el consenso, el debate y el cuestionando al gobernante y sus políticas. En la democracia deliberativa la verdad del poder no puede ser el poder mismo; pero en el contexto actual de Colombia significa que Mockus tendría que desconocer
Decidir no es deliberar. Para llegar a una “democracia deliberativa” Mockus tendría que modificar
La “guerra”, según el candidato, no se delibera, no se discute. Tampoco se va a discutir, a problematizar, a cuestionar, la tributación, el régimen impositivo: “Hay que incrementar el impuesto de renta y el predial (…) hay que reducir la cantidad de tarifas del IVA y elevarlas”. Durante su gobierno, la carga tributaria que hoy está entre el 16 y 18 por ciento se elevará al “23 por ciento”.
Por eso el título de la entrevista es contundente: “Lo digo con coraje: habrá más impuestos a los ricos”. Mockus olvida que la tributación implicó en la historia del mundo occidental la representación política de aquellos sectores, estamentos y grupos que pagaban impuestos. ¿Mockus le darás más poder político a aquellos sectores, estamentos y grupos que tributarán?
Un gobierno fuerte es un gobierno impositivo. Y un gobierno fuerte es un gobierno decisionista, o sea presidencialista que decide sobre lo colectivo y lo público. Por eso, si seguimos la entrevista publicada en El Tiempo encontramos que Mockus no sólo luchará contra la corrupción y la pobreza, también será partidario de “privatizar por ineficiencia pública”, “formar más técnicos” y menos universitarios, multiplicando, como él dice, “Senas”; privatizará Isagen, venderá el 15 por ciento de la estatal Ecopetrol para financiar la educación, reformará el sistema electoral hasta hacer “circunscripciones impersonales (distritos electorales)” y reformará la ley 100.
En suma, será un Estado regulador que administra el déficit fiscal con una Presidencia decisionista. Mockus será un gobernante que es “más orden que libertad”, y en su gobierno los derechos se expresarán “presupuestalmente”. Es decir, ejercerá un gobierno económico.
La “democracia deliberativa” que propone el profesor Mockus es tanto o igual al proyecto político del Presidente Álvaro Uribe con el “Estado de opinión”: una iniciativa que al administrar la crisis fiscal con un gobierno económico no se ajusta a
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