lunes, 19 de septiembre de 2011

CANADÁ, CAMBIOS
>
> Y RIESGOS POLÍTICOS

> Néstor Hernando Parra


> Una visión general


> Canadá es un país del que poco se habla. No produce noticias, es decir, no suceden acontecimientos con cuyos relatos los
> periodistas puedan satisfacer el morbo de los lectores. Por eso se
> dice que en Canadá no pasa nada. Sin embargo, de mi reciente
> visita de cinco semanas tengo la sospecha de que, por el
> contrario, sí que están sucediendo cosas. Ha sido admirable el
> acertado manejo dado a la crisis mundial que ha impactado tan
> negativamente a su poderoso y sustancialmente importante vecino
> del sur, a la Unión Europea y al Japón, países que representan
> más de la mitad de la economía mundial. Simultáneamente, se están
> produciendo cambios del modelo de un estado liberal social,
> similar al Estado de Bienestar de la socialdemocracia europea, a
> uno en el que asoman signos autocráticos con proyecciones
> hegemónicas y programas de gobierno de clara estirpe
> neoconservadora, calcados hasta en las leyes -lo dicen los
> analistas políticos y lo denuncian los "wikilikies"-, de la
> "América Republicana".


> El Primer Ministro Stephen Harper, de gobernar en minoría durante
> casi cinco años, preside desde mayo pasado un gobierno mayoritario
> por lo que el título del libro de Lawrence Martin, Harperland, The
> Politics of Control (Viking Canada, 2010) pasa a ser una realidad
> aunque sea terreno sembrado parcialmente de incertidumbres,
> sospechas y hasta pronósticos que de cumplirse podrían cambiar la
> fisonomía política de esa gran nación.

El inesperado triunfo
conservador,
la estruendosa e histórica derrota del Partido

> Liberal (PL) bajo la dirección del académico Michael Ignatieff,
> como que él mismo perdió su curul, y los promisorios resultados
> del recientemente fallecido Jack Layton comandando el New
> Democratic Party (NDP), hoy Partido Oficial de Oposición, ha roto
> la historia bipartidista canadiense y dejado vía libre al estilo
> político secretista y a programas basados en valores conservadores
> que propugna el Primer Ministro.

> Canadá es un país inmenso en territorio, pequeño en población,
> rico en recursos naturales comenzando por la abundancia de
> bosques, minerales fósiles y de agua pura, donde se respetan los
> derechos humanos, incluido el de un medio ambiente seguro y
> saludable, regido por un Estado soberano y eficiente, administrado
> con reconocida transparencia por gobiernos y partidos políticos
> que ejercen sus funciones de representación en un modélico sistema
> federal parlamentario.

Allí el "gobierno-en-la-sombra" cumple sus

> funciones de partido oficial de oposición y la interacción entre
> el legislativo y el ejecutivo ha logrado evitar, hasta el
> momento, la concentración de poder, gracias a los pesos y
> contrapesos del sistema democrático, esos que ahora parecen estar
> en riesgo principalmente por el creciente blindaje gubernamental
> en cuanto a información que el Parlamento y los ciudadanos tienen
> legítimo derecho a conocer.

Canadá es una sociedad multicultural vigorosa: allí convergen y
> conviven pacíficamente etnias, razas, culturas, religiones, con
> predominio católico, de prácticamente todos los países del mundo,
> más de 190; donde nadie es ni se siente "extranjero", todos gozan
> de la garantía de la satisfacción de sus necesidades básicas
> mediante la real aplicación de los derechos fundamentales del
> ciudadano, concepto de ciudadanía con que sus filósofos noveles
> han enriquecido la filosofía política contemporánea.

> Su economía, basada en la intervención del Estado incluidas áreas
> estratégicas como la del sector financiero y en su dinámico y
> crecientemente diversificado comercio internacional sigue en
> épocas de bonanza gracias al manejo previsor de anteriores
> administraciones, también a la forma pragmática del actual
> gobierno conservador que ha recurrido inclusive a fórmulas
> keynesianas como complemento a similares medidas tomadas por el
> Presidente Obama para salvar la industria automovilística en ambos
> países, que en dirección contraria a las demás economías del G-20
> haya bajado el impuesto federal a las ventas (GST), y que en el
> campo social, Harper sea de la opinión de que ya que el
> neoliberalismo ha tenido tanto éxito en lo económico, ahora le
> corresponde aplicarse a lo social.

> El Estado del Bienestar del nórdico país americano parece
> acercarse más al modelo de Estado de Justicia de que habla la
> filósofa y profesora valenciana Adela Cortina, en el sentido de
> que el sistema garantiza en forma real la satisfacción de las
> necesidades fundamentales -no los deseos, pues éstos son de
> competencia y logro de cada ciudadano en particular-. Por ello,
> nutrición, salud y educación cubren la totalidad de la población,
> sumados a los de la pensión básica, y a tantas otras prestaciones,
> como los subsidios por desempleo, discapacitados y a sus
> cuidadores, con la debida atención a la cultura, inclusive la de
> los aborígenes, elemento determinante del bienestar. Sin olvidar
> su política de solidaridad con otros pueblos a través de una bien
> organizada y eficiente ayuda al desarrollo.

> En la distribución constitucional de competencias territoriales
> exclusivas, con excepción del Canada Pension Plan -CPP, que es
> responsabilidad del gobierno federal, celosamente vigilado por
> todos los ciudadanos sin importar colores políticos, la mayoría de
> los derechos sociales de la población son atendidos por los
> gobiernos autonómicos provinciales (10 en total) a los que también
> incumbe lo relativo a los gobiernos locales comprendidos el
> desarrollo urbano, las infraestructuras municipales y regionales,
> y los impuestos sobre la propiedad. Sin embargo, son frecuentes
> los conflictos entre las dos órbitas de poder cuando desde Ottawa
> se reducen las necesarias transferencias a las provincias
> autonómicas con destino a los servicios de salud y educación.

> El modelo intervencionista, promotor de la igualdad real y de la
> solidaridad entre los seres humanos y con la naturaleza, lo ha
> venido construyendo el pueblo canadiense gracias a la inspiración
> filosófica europea de líderes del Partido Liberal (que allí
> persigue fines progresistas y no conservadores como usualmente se
> identifica ese calificativo en el glosario político). No fue en
> vano que Lester B. Pearson durante un quinquenio de gobierno
> liberal minoritario, a finales de los sesenta del siglo pasado,
> hubiera sentado las bases de ese Estado, tarea proseguida y
> consolidada por Pierre Trudeau, que de joven trotamundo adquirió
> una visión universal de las diversas y desiguales culturas, y
> que de estudiante en Oxford y en París se convirtió en discípulo
> aventajado de Harold Laski (pensamiento filosófico del socialista
> inglés que, bueno es recordarlo, el Maestro Gerardo Molina
> divulgara desde su cátedra en Colombia y que bien valdría la pena
> repasar en estos días de turbulencias económicas, derrumbes
> ideológicos y confusión política).

Partidos, programas y resultados electorales

> A pesar de la existencia de varios partidos, la historia
> canadiense registra, similar a la estadounidense, el dominio y la
> alternancia democrática entre liberales y conservadores. Durante
> el siglo XX los liberales gobernaron durante dos tercios. En las
> elecciones de mayo pasado, el NDP ganó el derecho a ser el Partido
> Oficial de Oposición que en el sistema parlamentario juega papel
> de trascendental importancia. En gracia a la brevedad de este
> análisis y en plan de mirar la actualidad más que la historia,
> observar lo sucedido en las elecciones generales de mayo parece
> ser la vía hacia una mejor comprensión de la situación actual.

> Las encuestas de opinión indicaban que los servicios de salud, la
> economía, los impuestos y el empleo eran los temas que más
> preocupaban a los electores canadienses, por lo que los programas
> de todos los partidos incluían ofertas para atender esas
> inquietudes. El Partido Conservador que había sido reducido a su
> mínima expresión representativa en 1993 (2 de 308 parlamentarios)
> y que gradualmente venía recuperando terreno hasta alcanzar de
> nuevo el gobierno en 2006, así fuera en minoría, en su programa
> proponía respecto del empleo, acciones de capacitación y formación
> para el trabajo, incentivo al comercio internacional y rebajar del
> 16,5% al 15% el impuesto a las sociedades -de por sí bajo en
> comparación con el promedio de la Unión Europea-, y ciertos
> descuentos fiscales a los empresarios generadores de
> oportunidades de ocupación. Incluía, además, otros puntos
> relacionados con el manejo del gobierno como el recorte de "gastos
> basura" y la eliminación del déficit público para el ejercicio
> fiscal 2014-2015, mediante el control del gasto gubernamental. A
> esta oferta, el PL había respondido destacando que Paul Martin, el
> anterior Primer Ministro, al salir del gobierno dejó un superávit
> de 13.000 millones de dólares canadienses.

> Respecto de la seguridad que Harper lo ha ligado con el de
> justicia en procura de endurecer las leyes penales, aumentando el
> período de penas, siguiendo el modelo estadounidense, ya están en
> construcción nuevos centros penitenciarios. Su propuesta incluía
> una ley "ómnibus", para ser aprobada en los primeros cien días de
> la legislatura, con el objeto de combatir los que considera los
> doce delitos que más alteran la vida ciudadana, así como la
> creación de un órgano especial para controlar el internet.

> Y, por supuesto, defensa del territorio y soberanía canadiense,
> comenzando por Canadá Norte, en cuanto a la afirmación de los
> derechos canadienses en el Círculo Antártico, rica porción
> terráquea en recursos naturales y posición estratégica de la que
> Rusia alega dominio casi que exclusivo. Sin olvidar la incansable
> vigilancia contra el terrorismo internacional que le compete
> internamente y en estrecha colaboración con Estados Unidos por su
> extensa y porosa frontera. Todo ello conduce al fortalecimiento de
> las Fuerzas Armadas y de sus "agencias de inteligencia".

> Finalmente, en el campo social prometía acciones para proteger a
> las mujeres, los niños y los mayores o ancianos, puntos de alta
> sensibilidad en el concepto familia cuyos valores junto con
> propiedad, patria, libertad y orden, forman parte del ideario
> conservador universal.
>
> Por su parte, el NDP hablaba de la necesidad de formar 1.200
> médicos y 6.000 enfermeras más y aumentar las transferencias a las
> provincias en 6% cada año, a fin de mejorar los servicios de salud.

> En cuanto a empleo, partiendo de la realidad de que las pequeñas y
> medianas empresas son las que más puestos de trabajo generan,
> prometía un crédito tributario de 4.500 dólares por cada nuevo
> empleo permanente y la reducción del nivel impositivo del 11 al 9%
> a las PYME. Coincidía con el PC en la búsqueda del equilibrio
> presupuestal en 4 años. Proponía la eliminación del Senado, por
> tratarse de un órgano vetusto, simulación de la Cámara de los
> Lores de Inglaterra, que sólo gasto público implica.
>
> Y en el campo educativo, reducir los derechos de matrícula
> compensados con transferencias federales a las provincias.
>
> El Partido Liberal centró parte de su campaña en destacar la
> fortaleza de la economía canadiense en plena recesión general
> gracias a las medidas prudentes tomadas durante los años de
> gobierno de Paul Martin, inclusive cuando era Ministro de Finanzas
> Publicas en el gobierno de Jean Chretien, cuando se opuso a la
> propuesta conservadora de desregulación bancaria, destacando la
> fortaleza y credibilidad del sistema financiero, así como la salud
> fiscal gestada. Contrario a los otros dos principales partidos,
> antes que rebajar impuestos, proponía la elevación al 18% el
> gravamen a las sociedades. Y en el campo de la inmigración, que
> tanta trascendencia tiene en la sociedad canadiense, ofrecía crear
> un Alto Comisionado para la Equidad en la Inmigración encargado de
> promover la entrada de inmigrantes con calificaciones
> profesionales requeridas en la sociedad, tales como médicos e
> ingenieros, e incentivar la práctica de la reunificación familiar
> que ha sido clave para la radicación de los 250.000 nuevos
> residentes que llegan a su territorio cada año y hacen de Canadá
> su nueva patria.
> Los resultados electorales fueron contundentes:
Partido
Conservador 167 (39,62%) Miembros del Parlamento, New Democratic
> Party 103 (30,6%), Partido Liberal 34 (18,91%), Bloque Quebequense
> 4 (6,05%) y Partido Verde 1 (3,91%). Del total, 76 mujeres, cifra
> record. Por provincias, cabe destacar que el PC ganó en Ontario 73
> escaños de 96; que en Quebec el NDP obtuvo 59 de 75, única
> provincia en la que alcanzó mayoría absoluta, derrotando
> sorpresivamente al Bloque separatista con lo que el NDP se erige
> en un partido de unificación nacional; que en Columbia Británica
> también obtuvo la mayoría el PC con 22 curules, seguido por el NDP
> que eligió 12 diputados; y que en Saskatchewan el PC barrió
> eligiendo 13 de los 14 representantes al Parlamento Federal. Estos
> últimos datos vienen a colación por cuanto están próximas a
> celebrarse algunas elecciones provinciales: en Príncipe Eduardo el
> 3, en Ontario el 11 y en Terranova y Labrador el 11 de octubre, es
> decir en pocas semanas, por lo que es de prever que los resultados
> sean similares a los de las elecciones generales de mayo. En
> Quebec las provinciales serán en 2012 y en 2013 las de Columbia
> Británica y Nueva Escocia.
>
> Nuevo liderazgo político

> El liderazgo político en Canadá ha cambiado también en lo que va
> corrido de este agitado siglo XXI. Según lo muestran L. Martin en
> el libro citado arriba y otros analistas políticos, Stephen Harper
> es un solitario, introvertido, extremadamente celoso de la
> inviolabilidad de su intimidad, empecinado luchador, afortunado
> comandante de sus huestes políticas y, lo que lo hace aún más
> poderoso: hombre de éxito, un triunfador. Sin embargo, su perfil
> concuerda más con el del antipolítico, dado su carácter, su fobia
> por los comunicadores de todos los medios, su expresión adusta, su
> suficiencia y tozudez, su escasa vocación negociadora. Su primer
> gran logro fue conseguir la unidad de los partidos de derecha
> alrededor de un "partido conservador diferente", diseñado y
> bruñido a su manera. Después vendrían los triunfos de 2006 y 2008
> que, aunque minoritarios, lo convirtieron en Primer Ministro de la
> Federación. Después, el cómodamente mayoritario de hace menos de
> cinco meses.

> Harper se erige como un líder de singulares características
> individuales, un tanto imperiales (algo similar se dijo en la era
> Trudeau), aunque hoy el temor radica en el exceso autocrático que
> le atribuyen no sólo en el ejercicio del gobierno sino en la
> dirección de su propio partido que controla desde el poder central
> hasta extremos inimaginables en un país donde las autonomías de
> las provincias también son propias de los partidos políticos.

> Las prevenciones aumentan ante la visible implantación del modelo
> republicano de radicalización política de los Estados Unidos,
> aupado por una televisión tipo Fox que está propiciando, y el
> esquivo escrutinio a sus actos de gobierno en virtud del
> secretismo que reduce la participación fiscalizadora del
> ciudadano, característica clave de toda democracia liberal. Viene
> a la memoria su afán de cuestionar la credibilidad y calidad del
> internacionalmente reconocido instituto canadiense de
> estadísticas, STATSCAN, hasta el punto de provocar la renuncia de
> su Presidente, y en julio del año pasado plantear que el Censo
> General no fuera obligatorio sino voluntario por quienes quisieran
> informar a los encuestadores, alegando control y manipulación
> política de burócratas liberales incrustados de vieja data en la
> institución.
> -
>
> Jack Layton (1950-2011), iluminado con el carisma propio de los
> grandes políticos, agradable, abierto y sencillo, otro triunfador
> que había logrado el éxito con la misma estrategia de Harper: unir
> a los grupos, movimientos y partidos políticos afines, en su caso
> los de izquierda. En los años corridos de este siglo el NDP pasó
> de 13 a 103 parlamentarios. Aunque nacido en Toronto, de familia
> con ancestro político, donde fue concejal durante 17 años, y
> también presidente de la Federación Nacional de Municipios, había
> surgido como líder en las provincias occidentales de Alberta y
> Saskatchewan, entonces principales bastiones del NDP y de cuyo
> partido fue designado Líder Nacional en 2003.

> Al terminar la intensa campaña que produjo el gran cambio
> histórico al convertirse en Partido Oficial de Oposición, el 25
> de julio pasado anunció su retiro "temporal" de la jefatura de su
> colectividad para recibir los tratamientos de cura de un cáncer
> nuevo -antes de la campaña había superado uno- que cuatro semanas
> después le llevaría a la tumba y a recibir en su tierra natal
> funerales de Estado, sin que hubiera sido jefe de gobierno federal
> o de provincia. En su carta-testamento entregada a su esposa,
> Olivia Chow, recomendó como Líder interina -y así fue acordada por
> la directivas- a Nycole Turmel, reconocida dirigente sindical de
> Quebec, hasta que sea elegido, en marzo próximo, el sucesor en
> propiedad cuando puede resultar electa su viuda si ella decide
> postularse.

> Pidió a sus copartidarios: trabajar con energía y determinación,
> recordar la orgullosa historia de justicia social, protección
> universal a las prestaciones sociales públicas con la seguridad de
> que nadie quede excluido. Invitó a los quebequenses a consolidar
> su victoria eligiendo en 2012, como es de preverse, un gobierno
> del NDP que sirva de contrapeso a las tendencias conservadoras y
> dé ejemplo a las fuerzas progresistas. Y a los jóvenes, que tanta
> esperanza había despertado en ellos, los califica como su "fuente
> de inspiración" en sus frecuentes charlas para oírles hablar de
> sus sueños, sus frustraciones y sus ideas por el cambio.

> Y les recuerda los grandes retos: el cambio climático, la
> inequidad de un sistema económico que excluye a tantos de la
> riqueza colectiva, y los cambios necesarios para hacer de Canadá
> una sociedad más inclusiva y generosa, trabajando unidos.

> Otro nuevo líder, Michael Ignatieff, intelectual, académico,
> historiador y periodista, comandó las huestes electorales del
> Partido Liberal en las elecciones del 2 de mayo, con los
> resultados arriba anotados. Sus lados débiles fueron
> inclementemente explotados por la propaganda negra de la campaña
> conservadora: ser un "arrogante elitista", haber vivido más en el
> exterior que en Canadá, primero en Inglaterra (1978-2000) y luego
> en Estados Unidos (2000-2008) donde desempeñó labores académicas
> en Cambridge, Oxford y Harvard, carecer de experiencia política;
> en síntesis, se le mostró como un "visitante", un paracaidista en
> el quehacer público canadiense. La verdad es que su carrera
> política propiamente dicha sólo comenzó en 2006 cuando fue elegido
> Miembro del Parlamento (MP) por el distrito de Etobicoke en Ontario.
>
>
>
> Además de ciertas muestras de falta de audacia y de manejo de
> estrategias políticas, cabe advertir que el PL tenía problemas de
> liderazgo después de la salida de Paul Martin como Primer
> Ministro. Ignatieff, conocido como Profesor de Derechos Humanos,
> analista de la revolución bolchevique, de las nuevas
> características de las guerras modernas, guerras sin honor, de los
> conflictos sangrientos surgidos entre los miembros de la antigua
> Yugoeslavia de Tito, temas sobre los cuales circulan libros con su
> pensamiento filosófico, ha regresado a partir del 1º de julio a la
> academia, a la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad
> de Toronto.

> - Al sucesor en la jefatura del PL le esperan largas e inciertas
> tareas por cumplir en busca de la recuperación de la confianza de
> los electores canadienses. Bob Rae, MP por Toronto ha sido
> designado Líder interino hasta 2013 cuando será elegido un nuevo
> líder en propiedad. Se ha fijado como meta: reconstruir el partido.

> Liderazgo conservador en una nación democrática

> El escenario anterior deja en claro que, al menos por los próximo
> años, el manejo de la política canadiense, y en consecuencia de su
> economía -que bien merece comentarios en próxima oportunidad-, va
> a estar bajo el control casi que hegemónico del PC, mejor dicho,
> de Stephen Harper, lo que le induce a reflexionar, ojalá con la
> debida iluminación, sobre la suerte de esa nación ejemplar y la de
> sus conciudadanos, así como la responsabilidad histórica que le
> espera.
> -
>
> Es posible que hoy los canadienses, en su mayoría miembros de una
> creciente clase media, al estilo de las economías emergentes, se
> muestren proclives a la defensa de lo ya alcanzado en lo colectivo
> y animados por perspectivas de mejoramiento individual antes que
> interesarse por concepciones ideológicas, y estén tornándose
> indiferentes por el tipo de Estado y Sociedad que se viene
> forjando silenciosamente.
>
> -
>
> O se estén identificando de manera consciente con las políticas
> de mano dura, como en el caso de la justicia, que Harper está
> orquestando, lo que les hace sentir menos vulnerables ante el
> crimen y las amenazas del terrorismo internacional, o que se
> sientan halagados ante la expectativa de poner coto a los excesos
> de una casta burocrática sindicalizada y generosamente remunerada
> que labora en entidades del Estado que prestan servicios públicos
> sociales o domiciliarios, así como a otros abusos que colocan en
> la picota pública algunos logros que unos pocos han convertido
> abusivamente en privilegios personales o de grupos.
>
> -
>
> Simultáneamente, los convencidos de que la filosofía política
> juega papel preponderante en el tipo de Estado y Sociedad, tenemos
> que estar vigilantes para que no se pongan en riesgo ni la
> democracia, ni los derechos sociales alcanzados en beneficio de
> todos los ciudadanos y Canadá siga siendo ejemplo universal de
> convivencia armónica entre los seres humanos.
>
>
>
> Valencia, septiembre 14 de 2011
>
> fincolombia@gmail.com
>

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