REFLEXIONES DEL COLEGA OSCAR ESPINOSA RESTREPO
Presentación
El maestro Juan Carlos García Lozano, profesor en la carrera de Ciencia Política de la Universidad Nacional, responsable académico del curso de Teorías del Poder en este semestre, comparte con nosotros tres escritos: ¿Qué vende el maestro?, "El poder de la educaciín: la educación para el poder", y "La educación en la ideología", que aparecen en una publicación titulada Secuencias y Consecuencias (1984). Aquí hacemos una selección de apartes de los dos escritos que aportan elementos a la reflexión, antes que la comunidad universitaria asista el próximo martes, 28 de febrero, al encuentro de los 8 aspirantes a ser escogido como rector, en un proceso indirecto, para nada democrático, con el cual se resuelve el asunto de la administración de la Universidad más importante de Colombia. N de la R.
La Escuela de la Ley y el Valor
"Todo se vende este día,/ todo el dinero lo iguala,/la corte vende su gala,/la guerra su valentía,/ y hasta la sabiduría,/ vende la universidad". Luis de Góngora.
"Al pensamiento no se le puede decretar la libertad; el pensamiento nace liberándose de sus propias prisiones o se habitúa a ellas y a su confortable oscuridad...el pensamiento no sabe mandar porque no ama la autoridad sino la argumentación y no sabe obedecer porque ama la innovación y lo desconocido...Para que los hombres hagan cosas obedeciendo a otros hombres es indispensable que no sepan por completo lo que hacen, es menester que apenas lo sepan a medias, como lo pide la caridad para sus obras; " que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha".
"Y surge ahí nuestra primera pregunta:¿es el saber que producen y venden las escuelas una mercancía?...¿encierra ese saber un valor determinado, como todo valor, por un poder que se ejerce sobre el trabajo necesario para su producción?
Ahora bien, Marx demuestra en "El Capital" que la fuerza de trabajo es una mercancía cuya magnitud de valor depende de la magnitud del valor de los bienes necesarios para su producción y reproducción...Sabemos además que todos los consumos que intervienen en la producción de la fuerza de trabajo son a su turno mercancías que generan plusvalía y ganancias a sus propios productores. Por lo tanto...si la educación es un consumo necesario para la génesis de la fuerza de trabajo y si produce plusvalía en el proceso de su transmisión, entonces la calificación promedio de la fuerza de trabajo sería la mercancía que vende la escuela..."
Pero surge una segunda pregunta ¿los procesos educativos a niveles superiores que califican el trabajo complejo pueden ser considerados también como mercancías? Creo que la respuesta nos la da Marx cuando afirma en el primer capítulo de El Capital:
"El trabajo complejo no es más que trabajo simple potenciado o, mejor dicho, multiplicado: por donde una pequeña cantidad de trabajo complejo puede equivaler a una cantidad grande de trabajo simple. Y la experiencia demuestra que esta reducción de trabajo complejo a trabajo simple es un fenómeno que se da todos los días y a todas horas..."
El saber promedio que producen las escuelas ya sea a niveles primarios, ya sea a niveles secundarios e incluso a niveles universitarios es una mercancía que cumple con todas las exigencias del concepto y que a la obtención de esa mercancía se dedica a la fuerza de trabajo de los "educadores" o "maestros".
El Poder de la Educación
"Si desde el punto de vista de la ley del valor, la educación es una mercancía, que hemos denominado "calificación de la fuerza de trabajo", desde el p.d.v. de la práctica social, la educación aparece como un atributo de las personas que encarnan esa práctica. Es un atributo que da prestigio y que establece un derecho a ejercer algún tipo de mando sobre las personas que no lo poseen, o que lo poseen en menor grado.
Inconscientemente todos propagamos, cual periodistas, la equivalencia saber-poder sin cuestionar por qué y cómo el poder domina al saber hasta llegar a confundir su autoridad con la ciencia; sin cuestionar cómo se transmite esa dominación sobre el saber hasta convertirlo en un poder ejercido por las personas individual o institucionalmente.
Aceptaremos pues, provisionalmente, el argumento de Platón, que nos plantea la relación saber-autoridad, en los siguientes términos: Y es necesario que estos (los jefes) sea que manden con el consentimiento, de sus súbditos o sin él, que se inspiren o no en las leyes escritas, que sean ricos o pobres, de acuerdo con lo que acabamos de decir sean considerados por nosotros como jefes, SUPUESTO QUE GOBIERNAN CON COMPETENCIA...
...NUESTRO problema es saber cómo se produce un saber que excluye a los otros y nos deja dueños de una autoridad para ejercer un poder, aunque sea en un pequeño minúsculo campo de pastoreo de rebaños humanos.
La Escuela de la Ley y el Valor
"Todo se vende este día,/ todo el dinero lo iguala,/la corte vende su gala,/la guerra su valentía,/ y hasta la sabiduría,/ vende la universidad". Luis de Góngora.
"Al pensamiento no se le puede decretar la libertad; el pensamiento nace liberándose de sus propias prisiones o se habitúa a ellas y a su confortable oscuridad...el pensamiento no sabe mandar porque no ama la autoridad sino la argumentación y no sabe obedecer porque ama la innovación y lo desconocido...Para que los hombres hagan cosas obedeciendo a otros hombres es indispensable que no sepan por completo lo que hacen, es menester que apenas lo sepan a medias, como lo pide la caridad para sus obras; " que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha".
"Y surge ahí nuestra primera pregunta:¿es el saber que producen y venden las escuelas una mercancía?...¿encierra ese saber un valor determinado, como todo valor, por un poder que se ejerce sobre el trabajo necesario para su producción?
Ahora bien, Marx demuestra en "El Capital" que la fuerza de trabajo es una mercancía cuya magnitud de valor depende de la magnitud del valor de los bienes necesarios para su producción y reproducción...Sabemos además que todos los consumos que intervienen en la producción de la fuerza de trabajo son a su turno mercancías que generan plusvalía y ganancias a sus propios productores. Por lo tanto...si la educación es un consumo necesario para la génesis de la fuerza de trabajo y si produce plusvalía en el proceso de su transmisión, entonces la calificación promedio de la fuerza de trabajo sería la mercancía que vende la escuela..."
Pero surge una segunda pregunta ¿los procesos educativos a niveles superiores que califican el trabajo complejo pueden ser considerados también como mercancías? Creo que la respuesta nos la da Marx cuando afirma en el primer capítulo de El Capital:
"El trabajo complejo no es más que trabajo simple potenciado o, mejor dicho, multiplicado: por donde una pequeña cantidad de trabajo complejo puede equivaler a una cantidad grande de trabajo simple. Y la experiencia demuestra que esta reducción de trabajo complejo a trabajo simple es un fenómeno que se da todos los días y a todas horas..."
El saber promedio que producen las escuelas ya sea a niveles primarios, ya sea a niveles secundarios e incluso a niveles universitarios es una mercancía que cumple con todas las exigencias del concepto y que a la obtención de esa mercancía se dedica a la fuerza de trabajo de los "educadores" o "maestros".
El Poder de la Educación
"Si desde el punto de vista de la ley del valor, la educación es una mercancía, que hemos denominado "calificación de la fuerza de trabajo", desde el p.d.v. de la práctica social, la educación aparece como un atributo de las personas que encarnan esa práctica. Es un atributo que da prestigio y que establece un derecho a ejercer algún tipo de mando sobre las personas que no lo poseen, o que lo poseen en menor grado.
Inconscientemente todos propagamos, cual periodistas, la equivalencia saber-poder sin cuestionar por qué y cómo el poder domina al saber hasta llegar a confundir su autoridad con la ciencia; sin cuestionar cómo se transmite esa dominación sobre el saber hasta convertirlo en un poder ejercido por las personas individual o institucionalmente.
Aceptaremos pues, provisionalmente, el argumento de Platón, que nos plantea la relación saber-autoridad, en los siguientes términos: Y es necesario que estos (los jefes) sea que manden con el consentimiento, de sus súbditos o sin él, que se inspiren o no en las leyes escritas, que sean ricos o pobres, de acuerdo con lo que acabamos de decir sean considerados por nosotros como jefes, SUPUESTO QUE GOBIERNAN CON COMPETENCIA...
...NUESTRO problema es saber cómo se produce un saber que excluye a los otros y nos deja dueños de una autoridad para ejercer un poder, aunque sea en un pequeño minúsculo campo de pastoreo de rebaños humanos.
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