sábado, 11 de agosto de 2012


AGONÍA DEL  PDA,  IZQUIERDA Y LA NUEVA POLÍTICA NACIONAL.
LA OTRA MOVIDA DEMOCRÁTICA.

Miguel Angel Herrera Zgaib
Proyecto @utonomista
miguel.herrera@transpolitica.org

Ahora y en la hora

                                               El pasado 9 de agosto, el Comité Ejecutivo Nacional del Polo Democrático, por 16 contra 6 votos, de un total de 37 miembros decidió tres asuntos: convocar al tercer Congreso Nacional para los días treinta (30) de noviembre y primero (1º) de diciembre de dos mil doce (2012);  elegir los delegados y delegadas que participaran en el III Congreso Nacional del PDA, el próximo treinta (30) de septiembre de dos mil doce (2012).  Y, por último, determinó que la práctica de doble militancia del Partido Comunista Colombiano excluye a sus miembros del PDA.

La decisión de expulsión de facto ocurre después que Clara López, su actual presidenta, asistió al XXI Congreso del PCC. Evento en el que dicho partido ratificó su apoyo a la Marcha Patriótica, sobre el cual hoy se disputa su carácter: es un proyecto, o un movimiento político. Carlos Lozano, dirigente comunista, dice que es un proyecto y rechaza la medida de sus compañeros de lucha del día anterior.

Además la disputa obedece a la caracterización legal y constitucional de doble militancia atribuida a los comunistas. La Marcha no es un partido de conformidad con los registros oficiales que así lo acreditarían. Luego conforme a la ley, la actuación del Comité ejecutivo sería ilegal, y al Comité de ética del  PDA le toca ahora “desfacer” el entuerto sin dilaciones o vacilaciones.

Esta actuación propia de la picaresca nacional ensombrece aún más el presente de la izquierda, porque revela no solo atavismos políticos sino unas tradiciones nefastas. Actualiza los más lamentables episodios de la historia del movimiento obrero y democrático mundial, antes y durante el stalinismo. Este último condujo a la autoincriminación, la condena y el ajusticiamiento de cientos, miles de militantes por sus camaradas. Recordemos  los tristes y abominables "juicios" de Moscú, un anticipo de los que corrompieron después  la vida estadounidense durante el Macartismo y la llamada guerra fría.

Hoy, las actuaciones policiales y represivas, de un cierto modo, le devuelven en forma burda la misma medicina que el comunismo criollo administró por disposición de Stalin y la Internacional de los años treinta, haciendo retractar a figuras como Ignacio Torres Giraldo; y después, por voluntad propia, aunque dependiente de las sugerencias y consejos del Kremlin, Pekín o Tirana, en los tiempos de la segunda posguerra que terminó con la caída de la RDA y del dominó del socialismo realmente existente que puso en la cima del poder a un jerarca corrupto de la KGB.

Hay un rosario de expulsiones ilustres en Colombia que así lo prueban. Cito apenas una, la salida de Estanislao Zuleta y su esposa, quienes antes habían probado su militancia alimentando la conciencia proletaria de células campesinas en las gélidas alturas alrededor de Pasca con el Capital de Marx en mano.

¿Quiénes han decidido?

Ellos dicen que militamos en el Polo y en la Marcha Patriótica. Les había dicho que íbamos a estar en la Marcha, en el entendido que no se trata de un proyecto político, ni de un partido; solo es un proyecto social. Carlos Lozano, director de VOZ, entrevista en: El Tiempo, 11 de agosto 2012, p. 5.

                                              La absoluta mayoría del comité ejecutivo del PDA es la misma, que incluyendo al expulsado PCC pasó por alto, se hizo el de la vista gorda con la sustracción de miles de millones repartidos entre contratistas de obras públicas. Así, la dirección de Anapo, con corrupción política, pagó a quienes ayudaron al Polo a ganar  por  segunda vez la alcaldía de Bogotá; y a perder la siguiente a favor de  Gustavo Petro, Carlos Vicente de Roux, Luis Carlos Avellaneda quienes elaboraron un expediente de denuncia,. Así impulsaron el triunfante movimiento cívico Progresistas, que aun no tiene registro, pero que, eligió con la más alta minoría al  convaleciente burgomaestre de la ciudad capital.

Entonces no bastaron las acciones del comité de ética, vilipendiado y señalado por sancionar a corruptos, con vibrantes discursos pronunciados por los antes socios del Moir y del PCC, en inicuas sesiones del comité ejecutivo nacional. Hubo que esperar a que se realizara la conferencia ideológica del Polo, para que después Clara López, su presidenta, a regañadientes declarara en público haber cometido "errores" políticos y éticos. 

Pero, sin que para nada se acordara que ella fue la secretaria de gobierno del ex alcalde Samuel Moreno,  aún recluido en establecimiento carcelario por una sanción de la Procuraduría. Mientras tanto, ella sigue sigue tan campante, y ordenó el lunes 13 de agosto el cercamiento policial de la sede del PDA en el santafereño barrio de La Soledad, como colofón "democrático" de su quehacer militante.

El drama de la conferencia ideológica nacional

Los episodios de la pasada conferencia realizada en Bogotá, anticiparon los eventos que ahora se cumplen con la fuerza inexorable de un suicidio asistido, otros con sarcasmo lo califican de eutanasia, de lo que fuera un promisorio proceso de unidad de la izquierda y la democracia nacional seis años atrás.

El episodio que mejor lo expresa y resume es la esforzada tarea retórico del otrora símbolo del mayor “triunfo” electoral de las fuerzas de izquierda: el profesor y exmagistrado Carlos Gaviria Díaz, con el 22 porciento de la votación presidencial enfrentando al sectario e hirsuto candidato Álvaro Uribe Vélez. Ahora es cancerbero "converso" del sectarismo que practican el Moir, la Anapo, El Polo que suma, y la Socialdemocracia capitaneada por Jaime Dussán.

En su perorata, asistido por Aurelio Suárez del Moir que le ofrecía sendos vasos de agua, “condenaba” la Marcha Patriótica, porque no existían garantías de un claro deslinde entre ésta y la insurgencia armada de las Farc. Razón de peso para que el Frente que propone la dirección actual del Polo saludara pero mantuviera distancia de dicho proyecto político, sin que haya prueba conocida de tal asociación ilegal.

Al respecto ya existía una constancia de 26 de marzo de 2012, como se recuerda en las consideraciones actuales de la expulsión del PCC, invocando el ideario de una unidad fracasada. Porque en el entretanto se han desprendido figuras de relieve, y seguidores de las mismas, por voluntad e impotencia propias, enfrentados a la realidad antidemocrática que se padece al interior de un partido que concebido en 2005, en verdad es una confluencia de fuerzas cuya debilidad organizativa las hace no aptas por separado para ganar elecciones, y juntas las convierte en una confusión.

Un paradójico colofón legal y constitucional

“…este Comité Ejecutivo Nacional considera que la práctica de doble militancia asumida por el Partido Comunista Colombiano, excluye a sus miembros del Polo Democrático Alternativo.”

                                   La invocación por los jerarcas del PDA de la  Ley 1475 de 2011, que reglamenta la actividad política de la democracia representativa en Colombia, y de la Sentencia C-490 de 2011 de la Corte Constitucional, que caracterizó la prohibición de pertenecer a dos organizaciones políticas, justifica, dice el Comité ejecutivo, a la vez que los obliga a vigilar y hacer cumplir la ley, las normas estatutarias y las resoluciones del PDA.

Las cuales, por supuesto, ellos jamás observaron, con escasísimas excepciones que dejaron constancia, ni ejercieron en la corruptela padecida durante el segundo gobierno del Polo de la ciudad de Bogotá, que se cerró con la estruendosa derrota del ex candidato Aurelio Suárez, animador efectivo junto al senador Jorge E. Robledo de la última expulsión.

De otra parte, esta decisión coloca en situación el quehacer del Comité de ética, que el Comité ejecutivo nacional pasó por alto, como en otras ocasiones ignoró o “señaló” cuando ejerció con prudencia sus competencia para sancionar actos de manifiesta corrupción política, sin atenerse a lo que pudiera establecer la justicia nacional.

Claro, el Comité de ética tiene que pronunciarse al respecto, lo mismo que en relación con el penúltimo caso de expulsión que tuvo que ver con los congresistas partícipes en otro movimiento, “Progresistas”, así como el reclamo explícito hecho a éstos para que entreguen las curules que obtuvieron siendo elegidos como miembros del PDA.

Al rechazar los afectados la expulsión, unos y otros han aducido “al rompe” que los movimientos, Progresistas y Marcha Patriótica no tienen a la fecha la entidad de partidos. Ellos son proyectos en curso de un variopinto panorama de expresiones nuevas, como el Movice, el Congreso de los Pueblos, los Verdes, y los mismos partidos asociados en forma vergonzante dentro del PDA, aunque en ellas  reconozcamos también figuras y liderazgos tradicionales. Asociados con jóvenes dirigentes, y líderes locales y departamentales y locales, hay ganas encubiertas de “parasitar”, cooptar las nuevas expresiones sociales y políticas.

Un viraje democrático necesario: del centro a la izquierda plural

El fondo del problema está en reconocer que la democracia no es ni el mejor ni el peor de los regímenes por la simple razón de que ella no es en modo alguno un régimen, un conjunto de formas gubernamentales. La democracia es el modo de subjetivación de la política, el sistema de las formas de intervención que impide al sistema de las formas gubernamentales encerrarse sobre él mismo como un orden policial. Jacques Rancière. Democracia y post-democracia, en: ideas y Valores 98-99. Unal, Bogotá, diciembre de 1995, ps. 39-40. 

                                                      De lo hecho, dicho y vivido en la coyuntura,  apalancada entre la rebelión indígena contra la guerra interna, con la “recuperación” del lugar sagrado que es el llamado Alto de Berlín, por la comunidad Nasa organizada en el Cric, cercado antes de trincheras vigiladas por el ejército, hasta la proclamación del autodenominado “puro” centro democrático.

Conviene atender al cierre esta semana con los bombos y platillos mediáticos dados a los notables que "pidieron la palabra" en Medellín, que también disputan tajadas del "divino" centro, poblado de clase media -con independencia relativa frente al clientelismo más común, y la expulsión del PCC del PDA, cuyo cubrimiento noticioso es menos notorio, y es recibido con cajas destempladas.

Para decir ahora, que si las encuestas registran algo cierto, esto es, el 28 porciento favorable a la izquierda en elecciones, ya es tiempo que una izquierda plural tome nueva entidad en forma abierta, y sin cortinas de humo; deje de lado las asociaciones groseras de intereses, ocultos bajo la falseada mampara de la unidad.

Porque la nueva unidad en ciernes desbordó las lindes de los estatutos del PDA que no se aplican para promover y afianzar la democracia verdadera, que fluye en las bases dotadas de poder de decisión, que no lo tienen aún, sino para castigar las disidencias, así proceda hoy ésta de un agrupamiento que nunca las ha permitido cuando era una entidad aparte, blandiendo la fórmula ortodoxa y manida del “centralismo democrático”, que nunca es ni ha podido ser democrático.

 El nuevo giro se tiene que sancionar y promulgar en las deliberaciones del III Congreso, pero fortalecido de antemano, ya en disidencia abierta del quehacer del comité ejecutivo, que no puede seguir dirigiendo a las bases del PDA. Para lo cual se debe convocar una asamblea general de la militancia, para que ella  proponga un actual, efectivo y democrático proyecto de unidad en la pluralidad, que involucre a todos los movimientos y agrupamientos políticos que no aceptan los dictados de la Unidad Nacional, ni el recrudecimiento de la guerra interna; y exigen las reformas económicas y sociales que le rompan el espinazo a la desigualdad sin más dilaciones.

Este giro político de izquierda y democrático tiene que ocurrir primero al interior del PDA, y es para ya. Y con este ejemplo, se extienda   a la izquierda toda, sin estar orquestado para coquetearle a un centro repartido en una amplia confusión ideológica, ni para apoyar el reencauche de una dirección caída en desgracia por sus yerros, descaro ético, e inconsecuencia política. 

Requiere una nueva dirección rotativa, no atornillada a los sillones burocráticos, para  enfrentar los grandes dilemas nacionales: la solución a la guerra y a la pobreza nacional; esto es, una salida política colectiva a la más insultante desigualdad social y económica, en medio de una seguridad y una prosperidad ilusorias que repiten el trágico “evangelio” de la guerra. 

Los principales animadores de este efectivo giro a la izquierda, en democracia, sólo pueden serlo quienes protagonizan en las calles, plazas y pueblos su rebeldía, su resistencia;  quienes luchan por otro país, porque lo requieren. Es cuestión no sólo de dignidad, sino de vida o muerte, abolir los privilegios y las exclusiones que conllevan y perpetúan el bloque dominante y sus comparsas.

Esta es lo que los @utonomistas, dentro y fuera del PDA, llamamos la Otra Movida Democrática. Invitamos a todos los disidentes para enrumbarnos a la solución de la guerra por los colombianos mismos. Al rescate en los hechos del reclamo de igualdad social plasmado en lo que sobrevive del proyecto del Estado social de Derecho. En suma, avanzar más allá de la defensa de lo conquistado en la sociedad contrahecha por los grupos y clases subalternas en su lucha anticapitalista y democrática de largo aliento.




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