domingo, 18 de noviembre de 2012


MULTITUD Y ORDEN GLOCAL: LA COYUNTURA DEL 19.
Miguel Angel Herrera Zgaib
Profesor Asociado, Unal. Colombia
miguel.herrera@transpolitica.org

                                     El mismo día que arranca la visita de un brillante intelectual, que ha defendido sus convicciones y "pagado" con cárcel su consecuencia, el filósofo y militante político, Toni Negri, coautor de la trilogía Imperio, Multitud y Commonwealth, Colombia escuchará el veredicto en inglés de la Corte Internacional de Justicia, desde La Haya, con el cual se resuelve por fin el litigio jurídico sobre aguas marinas y submarinas con Nicaragua.
El orden regional será el  plato fuerte, servido en una institución global, y la filosofía de Marx y Spinoza un ingrediente útil para pensar el actual rumbo del mundo y sus conflictos presentes en un auditorio de la Universidad Nacional en Bogotá.
Pero no solo esto ocurrirá, simultáneamente en el mismo día, sino que en otro lugar del Caribe, en La Habana empezarán en serio las conversaciones para la paz entre el gobierno Santos y las Farc, según una agenda pactada desde el pasado mes de agosto, teniendo como líderes a Humberto de la Calle y a Iván Márquez ubicados en las dos esquinas del espectro ideológico.
Junto a los dos delegados estará la incómoda presencia de una guerrillera internacionalista, según unos, Tanja Nijmeijer, nacida en la misma tierra que Baruch Spinoza; y según otros, en particular la columnista Salud Hernández, la verdadera Tanja es “una europea colonialista e idiota”, más aún, “la terrorista que escogió de manera voluntaria la senda del crimen para imponer sus ideas…”

La Corte de la Haya

Este asunto tuvo un primer reciente episodio en el año 2007, cuando la Corte Internacional asumió la competencia a petición de Nicaragua, reconoció que el meridiano 82 no fijaba límites entre los dos países; a la vez que ella misma validaba otros aspectos del Tratado Esguerra-Bárcenas (1928) como que San Andrés, Providencia y Santa Catalina son colombianas, pero quedó también hasta este lunes por definirse la soberanía de 7 cayos, acerca de los cuales Nicaragua también mantiene pretensiones con anterioridad al Tratado Esguerra- Bárcenas de 1928.

Pero, lo que se resuelve este 19, en materia de límites tiene que ver con lo que ocurra con Quitasueño, que aparece y desaparece en ciertas temporadas cubierto por el Caribe, y otras formaciones marinas visibles que hacen parte del Archipiélago, y sobre todo,  por dónde irá el trazado de los límites definitivos. Los expertos colombianos, el propio presidente Santos, y el excanciller Londoño Paredes, estudioso del tema por cuarenta años, sostienen que el fallo será favorable en todo a Colombia.

Los agentes gubernamentales esperan con la experticia del excanciller Julio Londoño,  James Crawford, y la intelectualidad  bipartidista que lo asiste, que el límite se trace entre la costa nicaragüense y la del archipiélago, mientras que Nicaragua ha propendido porque el trazo sea entre las costas continentales de los dos países. Ninguna de las fórmulas obliga a la Corte.
Por lo pronto,  los isleños colombianos, en número de 70.000,  en todos los casos están preocupados con la riqueza ictiológica que tendrían que compartir con los Nicas, aunque de hecho barcos de varias nacionalidades la saquean y expolian tanto  como los piratas ingleses y holandeses de antaño acostumbraban hacerlo contra las flotillas españolas que se hacían a la mar entre Cartagena y La Habana.

¿Qué cosecha se recogerá?

Sin embargo, lo que se cosechará ahora se sembró desde 1999, como resultado de lo acordado entre el gobierno de Colombia y el de Honduras. Entonces Nicaragua comunicó que quedaba terminado todo arreglo directo. Ahora es la justicia internacional la que resuelve el conflicto entre países hermanos, afectados durante más de doscientos años por los repartos coloniales y neocoloniales cuyas heridas aun no se curan. Primero fueron los españoles, después los ingleses, y finalmente los estadounidenses desde los tiempos del presidente James Monroe, a propósito de lo cual escribió un brillante ensayo el excanciller liberal Indalecio Liévano Aguirre.

Como también continua pasando en el Medio Oriente, allí sí en forma sangrienta, entre dos pueblos divididos por los intereses globales, que no les permiten construir un convivencia verdadera. Allí  es también un interés neocolonial, el de Estados Unidos en este caso, y reelecto presidente Obama, quien avala la agresión a Gaza, con más de 39 víctimas contabilizadas, y la preparación de una nueva ocupación punitiva por 70.000 efectivos israelíes acuartelados, similar a la realizada en 2008.
Así las cosas, la ciudadanía glocal, el común, no puede dejar en cabeza de las representaciones, en las elites, por ilustradas que parezcan la solución de los problemas fundamentales de la convivencia global y local.
Igual pasa con la conversación de paz en La Habana, circunscrita a las representaciones del gobierno y la guerrilla, mientras que lo que se ofrece al resto de Colombia, a la sociedad organizada como sociedad civil, una plataforma de internet para que escuchen y hagan llegar sus comentarios y sugerencias desde afuera. En tal sentido, no es lo mismo que se hizo en el Caguán, cuando el mensaje llegada con su portador de carne y hueso, y tenía cinco minutos para leer su diatriba, reclamo y propuesta in situ, y visto por una tele-audiencia acuciosa. En ambos casos, la eficacia es la misma, espectáculo sin ningún poder de decisión.
Sin embargo, para el 19 no estarán presentes en La Habana, solamente los “negociadores” sino la mayor parte de 60 asesores divididos por igual entre ambas partes del conflicto,y todos aquellos que consiguieron visa del gobierno cubano para estar allí en calidad de periodistas, analistas, o representantes de las mil y una Ongs de la variopinta geografía nacional e internacional. 
Con ese horizonte reflexivo, decisorio e incierto encaremos tod@s el triple evento del 19 de noviembre que cubre en simultánea a La Haya, La Habana y Bogotá. Para dos circunstancias conviene pensar en una diplomacia directa y desde abajo, con el protagonismo de la ciudadanía de Colombia y Nicaragua en ejercicio constituyente.
Así, este asunto de límites y lo que siga al fallo tendrá un desarrollo satisfactorio recuperando el espíritu y la materia de lo expuesto por Liévano Aguirre en su escrito “Bolivarismo y Monroísmo”, por una parte; y por la otra, que esta misma ciudadanía reduzca al máximo el juego excluyente de las representaciones que practican el gobierno y la guerrilla.
De una vez, y en todo caso, el común ha d exigir un refrendo de lo que finalmente se acuerde al final de lo discutido y decidido en La Habana para poner fin al conflicto armado con una de las partes, porque hasta la fecha, la incorporación del Eln ha quedado descartada del presente ejercicio bilateral, así como la inmediata tregua navideña.
Y claro, el encuentro con Antonio Negri en la Universidad Nacional, que arranca el 19 y se extienden hasta el 21 de este mes, las reflexiones que proponga y debatamos en un espacio académico plural y libre, contribuirán a fortalecer un pensamiento de ruptura capaz de ajustar cuentas con las lógicas que animan los procesos imperiales y capitalistas del presente.
Ellas nos ayudan a esclarecer, y no de modo exclusivo y excluyente, el papel definitivo de las multitudes, el nuevo sujeto democrático emergente en América Latina, y en Colombia, en procura de resolver la división capitalista del trabajo entre privado y público, para recuperar la dimensión y la potencia de lo común, que le ha sido sacrificada, revitalizándola en los ámbitos local, regional y global a través de la auto-valorización y auto-organización del trabajo en su pluralidad de formas de existencia presente.

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