• EL "DESTAPE" CHINO, ¿OTRO CUENTO?

    Miguel Angel Herrera Zgaib.
    Profesor asociado, C.Política, UNal.
    Director Grupo Presidencialismo y participación

    El nuevo presidente de la república popular china, Xi Jinping sale de gira por Latinoamérica, antes de reunirse en California con Barack Obama, el 7 y 8 de junio, para cerrar un periplo, que es revelador de lo que ocurre al otro lado del Pacífico, con este gigante asiático cuya acelerada industriales alcanzan cotas históricas conocidas por los estudiosos de la economía mundial.

    Lo acompaña, la bella soprano Peng Liyuan, que recuerda el milenario arte del canto y la opera, que coexiste con el capitalismo que ha "colonizado" el cinturón costero de la gran potencia socialista que trata de sacarle provecho a la economía de mercado, bajo los dictado del Partido comunista que la comanda, bajo el dictum de Deng Tsiao Ping relativamente lejano en el tiempo.

    Después del chasco del "gran salto adelante", y el fallido correctivo de una "revolución cultural" que intentó enderezarle el rumbo al elefante blanco de la Unión Soviética, que ensayó y padeció los límites del socialismo del capital, pareciera que el "presidium" chino no hubiera asimilado de modo suficiente estas lecciones.

    ¿Africa y Latinoamérica, la tabla de salvación?

    "La relación chino-latinoamericana es un proceso abierto e inclusivo, de beneficio mutuo." Xi Jinping, presidente de China socialista

    "No creo que China quiera convertirse en el primer socio de esos países americanos..." Enrique Dussel, teólogo de la liberación, rector de la UACM.

    El comercio de China socialista con el subcontinente americano ascendió a 261.200 millones de dólares, en 2012. Cifras que la hacen el segundo gran socio de América Latina después de los Estados Unidos. Lo cual explica, en parte, que se vayan a juntar en California, después que visite a Trinidad y Tobago, a donde arribó ayer, en seguida Costa Rica y después México. Suramérica no quedó incluida en la gira.

    En Puerto España, el gigante con pies de barro tocó las puertas al área anglo-parlante, influida antes por Taiwan, cuya riqueza petrolera tiene gran atractivo, y que a la vez es escenario de tráfico para servicios financieros y la maquila internacional. Con Costa Rica, la maquila informática es notable, y el ser sede de iniciativas y cuidado internacional de los D.H, la hacen un aliado no despreciable, frente al despiadado despliegue del fordismo en la explotación de la fuerza de trabajo china, de la que más bien poco se sabe todavía.

    Solo que en esa materia hay paraísos infernales como Bangladesh, Tailandia, Vietnam, y por supuesto la inmensa India, entre otros, "swept shops". También lo es en nuestro continente, México, tan cercano a los Estados Unidos, con Tijuana como holocausto de mujeres, y cuyo tratado de libre comercio con los gemelos del norte, no poco le puede enseñar al ilustre visitante asiático. Esta es una economía a punto también de recalentarse, afectada como lo está por el estreñimiento que sufren los Estados Unidos, que ha hecho de China, mientras tanto, un tortuoso portaviones de su trillonaria deuda externa.

    ¿Cuál desarrollo?

    "China y Latinoamérica han encontrado cada vez más un lenguaje común." Xi Jinping.

    El mundo "superdesarrollado" es una olla a presión, donde los escapes de Alemania, China e India se están atascando, y la crisis capitalista global apunta como vampiro a zonas "frescas" para depositar el virus de sus inversiones, y tomar posesión y propiedad, si se lo permitimos, de la tierra y los recursos naturales, las commodities, que se vienen depreciando día a día.

    El capital financiero con bases en China, Estados Unidos, Alemania, Japón, como monstruoso vampiro se lanza a la yugular de Africa y América Latina, para renovar su sangre con nuevas dosis de fuerza de trabajo barata, y para especular, una vez esté sujeto el reservorio de recursos naturales al oligopolio transnacional.

    Asistimos ahora, al desinfle de las grande locomotoras, Brasil, China e India, debutantes promisorias en el último cuarto de siglo. Es un trío con sus economías desaceleradas. Cada una quiere sentar sus cabales, donde pueda, y el Pacífico ha dejado de ser un escenario "pacífico", surcado por todos estos afanes. 

    Dicho lo cual, la retórica presidencial colombiana, hace poco, en la reunión con los otros tres socios, Chile, Perú y México, cultores del neoliberalismo tranochado, tiene algún sentido, siempre y cuando no se convierten en corredores para las mercancías chinas, baratas y perecederas. 

    Dicho de otro modo, es tiempo para cambiar, de una vez por todas, el modelo de desarrollo que parasita al mundo, y lo hace palidecer de hambruna, indignación y desesperanza. Ojalá la soprano, Peng Liyuan no haya olvidado la letra de la "Internacional", y en esta visita persuada a su marido, que es el tiempo de la reforma, que China cambie la partitura, y ponga en su lugar al chupasangre estadounidense.

    Es hora de dejar a un lado "el comunismo del capital", como ironizara Paolo Virno, un cultor de la autonomía de antaño, cuya sepultura cavaron primero, demócratas cristianos y comunistas juntos, Andreotti y Berlinguer, y ahora le echan las últimas paladas, sus herederos el Partido democrático en "ejemplar" alianza con Silvio Berlusconi, cuando el cadáver de Il Divo está todavía tibio.