domingo, 9 de junio de 2013

EN EL ENTRETIEMPO  DE LA PAZ

!QUÉ COINCIDENCIAS!

Miguel Angel Herrera Zgaib.
Director Grupo Py P, UNal/Colciencias
Proyecto  Gestión de lo Común y Subalternidad
presid.y.partic@gmail.com

"Nosotros insistimos en que se siga estudiando, creo que en la plenaria tendremos más garantías. Guillermo Jaramillo, secretario de gobierno de Bogotá.

Antesala de fútbol y política

El pasado viernes 7, no sólo empató Colombia con Argentina, a raíz de las sensacionales atajadas de David Ospina, sino que conocimos en Bogotá dos decisiones de política local, con trascendencia nacional. Una, aprobación del trámite de la revocatoria del mandato al alcalde Gustavo Petro, y, dos, hundimiento del POT en la comisión del Plan del Concejo de Bogotá. Pero todavía queda el segundo y el tercer tiempo, y en esta partida, a diferencia del fútbol convencional, la multitud baja de las graderías y participa del resultado final.

Los "chicos" de la oligarquía hacen goles

"Sí se hizo un debate de fondo". Concejal Juan Carlos Flórez

De una parte, la registraduría distrital informó y certificó que  357. 250 firmas son válidas para darle paso a la práctica del proceso de revocatoria del Alcalde Gustavo Petro, tan controvertido como Jorge E. Gaitán, cuando fue escogido a dedo, como era la "norma" por el presidente Alfonso López Pumarejo.

De otra parte, también fue votado negativamente el POT, por la comisión del Plan, en proporción de 9 contra 6. Aquí la bandera contra la administración Petro, la portaba el joven liberal  Miguel Uribe Turbay, nieto de una dinastía que lo conecta con el ex Julio César Turbay.

En el primer caso, el fantasma de Petro, es otro vástago de una familia política tradicional, Miguel Gómez Martínez, el promotor de la revocatoria, un conservador joven de "pelo en pecho", quien se dio el lujo de llamar a Gustavo, un "madurito". 

Un día antes, y todo parece indicar, que Miguel ya lo "intuía", se había filtrado que la Registraduría distrital daría aprobación al juego de la recolección de firmas, que algunos calculan fue una operación financiera, con un costo cercano a los $ 1.300 millones, que por supuesto, no se corresponde con las cuentas acreditadas por sus promotores.

Las defensas
"Bogotá vive un nuevo tiempo, no va a dejar que la devuelvan al pasado." Gustavo Petro.


                                                    El equipo Progresistas, la tercera fuerza política de oposición a la extensión del bipartidismo bicentenario, tiene un bastión político administrativo en la ciudad capital, donde, después de dos administraciones  con alcaldes que lucían la divisia del PDA, se había intentado un viraje de centro izquierda. Asistiendo a los más pobres, con Lucho, y negociando con la pobreza y desfalcando a más no poder, con la batuta de un nieto de la Anapo, y su compinchería familiar.

 Samuel Moreno, todavía alega inocencia, y espera un juicio absolutorio,  parecido al de su abuelo, pero no ante el senado sino la justicia ordinaria. Alexander Vinchirago va de uno a otro, de los negocios del dictador con consentimiento bipartidista, al nieto alcalde con "consentimiento" izquierdo- anapista.

Los aliados de este grotesco e insultante aquelarre, exhiben con desvergüenza su silencio. En la "colada" están Clara y Carlos, Moir y PC, la social-democracia del ex-educador Jaime Dussán, y otros socios menores que pasaron de agache, e intentaron ridiculizar y boicotear las actuaciones de la Comisión de ética del PDA, cuando tomó cartas en el asunto, incluso contra el propio Guillermo Asprilla, quien como parte de la rebeldía Progresista, no tuvo empacho en posesionarse como concejal de Bogotá.

Hoy, el mismo Guillermo Asprilla, destituido por la Procuraduría, como ciudadano de a pie, y progresista de "racamandaca" prepara la defensa del alcalde en materia de revocatoria. Un día antes del anuncio de la registraduría él anunció que según sus conteos y chequeos no más de 133.887 firmas de las recolectadas, y pagadas por encarruselados,  por Miguel Gómez eran válidas. Luego la diferencia entre uno y oro conteo  es de 223.363 votos.

Lo que "El Tiempo" debería saber

“Sin embargo, antes de que esto suceda, se deben resolver los recursos de reposición a que tiene derecho Petro.”  Avalan firmas.., primera plana, El Tiempo,  8.06.2013

                                                             Las herramientas de defensa que siguen no son “las reposiciones”, sino la reposición ante la misma Registraduría distrital, y la apelación ante la Registraduría nacional del Estado civil, en cabeza del liberal Carlos Ariel Sánchez,  y tienen dos meses para resolver ambos recursos.  No se trata de reposiciones, un error garrafal que repite la redacción del diario en su primera y segunda páginas.
Luego, de mantenerse la decisión, vendrá la citación para votación en los dos meses siguientes. Entonces tendrán que participar el 55 porciento de los votantes que lo hicieron el 30 de octubre de 2011, esto es, alrededor de 1.200.000, y la mitad más uno de estos deberá botar positivamente la salida de Gustavo.

Desde ya, más allá de lo que los recursos, y la votación indiquen, el infante terrible del M-19/Progresistas, de orígenes no oligárquicos, de talante autoritario, se ha atrevido a presentar una fórmula alternativa de ciudad, con el objeto de combatir la segregación capitalina, y ha hablado de la redensificación de Bogotá.

Con lo cual, Petro y los progresistas  golpean los intereses de los urbanizadores, agrupados detrás del exalcalde Peñalosa y el aspirante entre bambalinas, Germán Vargas Lleras; los grandes transportistas y comerciantes, y  los  potentados del capital financiero que tienen las manos metidas en la especulación billionaria con el suelo urbano. Eso es lo que resienten los concurrentes al Jockey Club, un lugar al que no pudo entrar J.E. Gaitán, “el negro”, y que tampoco frecuenta Gustavo. Ninguna hace parte de la minoría "blanca", porque dos siglos después  en la Colombia de “la prosperidad” la segregación y racismo también se estilan arriba y abajo.

Estos chicos de la oligarquía bipartidista, los Migueles, aspiran a que todo quede en casa. Pero Petro y los "subalternos" que hicieron parte del  experimento  del M-19/Alianza Democrática, se les metieron al "rancho", y la cosa en la capital amenaza con agriarse. Whisky y Chica no combinan bien.  Ahora están enfrentados dos proyectos de ciudad. Claro que Petro no es lo mismo que el alcalde de Marinaleda, Andalucía,  Sánchez Gordillo; pero sí es el suyo un proyecto distinto a la ciudad neoliberal  que florece  y se marchita en los últimos veinte años.

El laboratorio Capital  en la antesala de la Paz.

                                                                       Gustavo Petro con la coordinación de su secretario de gobierno, Guillermo Jaramillo, aplicará la medicina que practicó Antanas, para poner a raya las clientelas del Concejo de Bogotá. Primero será  la sesión plenaria, para torcerle el pescuezo al cisne "bipartidista", y si no la solución final autoritaria, con la aprobación directa del ejecutivo distrital, presidido por el pequeño “dictador”.

El que dicta recuerda la magistratura romana extraordinaria que trata con erudición Carl Schmitt, que dicen los defensores de Petro, no es lo mismo que el “Estatuto de seguridad” del abuelo del concejal,  o la “Seguridad democrática”, que hizo célebre al jefe máximo del Partido de la “U”. 

Esta medida autoritaria, no importa quien la ejerza, la introdujo en el estatuto de Bogotá, el "liberal" Jaime Castro, quien fuera verdugo de la democracia de abajo que proclamaba el M-19, cuando hacía el tránsito de las armas a la paz democrática, reunido en Los Robles. Allí concurrió  Estanislao Zuleta, y la crónica de aquel insuceso de la paz con bala incluida la hizo la periodista Laura Restrepo, después novelista exitosa, quien lo escribió "Colombia, Historia de una traición," que en su segunda edición ya tituló “Historia de un entusiasmo”.

Este es el laboratorio previo al término de las negociaciones de paz, y afecta el segundo puesto político en importancia del país. Bogotá tiene qué decidir cómo, y con quién se alindera, pero primero las instancias de Registraduría tendrán que resolver los recursos, tomando en consideración las pruebas que ha recolectado el equipo de Progresistas con la conducción de Guillermo Asprilla. Eso sí, los bogotanos están curados de espantos, y no tienen por qué confundir el talante del alcalde con la propuesta de nueva ciudad que quiere implementar.  


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