viernes, 14 de marzo de 2014


¿NADIE PERDIÓ EL 9 DE MARZO DE 2014?

Miguel Angel Herrera  Zgaib

Proyecto de investigación Paz Democrática y Constituyente Social
Grupo Presidencialismo y Participación, Unijus/Ciencia Política. Unal, Bogotá
Email: presid.y.partic@gmail.com

INTRODUCCIÓN

 “El congreso es ilegítimo... No busco una constituyente para ser reelegido." Álvaro Uribe Vélez, cabeza del senado por el Centro Democrático.
“No hay solo que protestar, sino tomarse el poder para el pueblo.” Aída Avella, candidata a la vicepresidencia por la coalición PDA/UP.  Exhortación al momento de inscripción de la candidatura. Bogotá, 14/03/2014. 

                                                            Conocidas las cifras de la elección del pasado domingo, amargo para unos, agridulce para otros, resulta que ninguno de los partidos participantes, según sus discursos auto-justificatorios, perdió la elección del 9 de marzo.

 Pero la realidad es otra, indudable, desafiante, bronca. Una vez más, no solo ocurrió la derrota en la generalidad de los casos, sino que se repitió y agravó el triunfo  de la abstención, que llegó esta vez al 56  por ciento a nivel nacional. Es la impronta que nos indica que la hegemonía sobre o con la sociedad civil es una disputa no zanjada aún.

Desde los tiempos de San Vicente del Caguán, pasando por Santa fé de Ralito, hasta llegar a La Habana, esta periodización nos muestra que otras formas de participación política son requeridas y actuantes. Por lo pronto, están a la vista como arreglos institucionales  la consulta, el referendo y la constituyente para el refrendo de lo que se acuerde en La Habana por los campos políticos rivales en el tránsito a la paz.

La punta de lanza de los grupos subalternos de asiento rural, primordial, con las Farc-Ep  como protagonista de la guerra social, después de una década, ha interiorizado la lección que exige la interpelación, y el libre despliegue del poder constituyente de una pluralidad multitudinaria que encarnan los diferentes movimientos sociales, y las organizaciones políticas comprometidas con una paz democrática, tal y como en parte se plasmó en la Constitución de  1991, que, sin embargo, no logró convertirse en un verdadero pacto de paz.[1]

Entonces, se trata que la paz tantas veces aplazada le de paso y viabilidad a una construcción contra-hegemónica de nuevo tipo, subalterna. Una fuerza política plural que ponga en ascuas a la dominación legítima (tradicional-carismática),[2] impuesta por el terror y las armas durante los dos mandatos de Álvaro Uribe Vélez. Pero, a la vez, esta subcultura choca con la  propia de la sociedad civil moderna que establece y entroniza la nueva Constitución de 1991.

Los últimos hechos tienen que ver, de una parte, con la circunstancia que no ha sido posible inscribir al candidato de la Alianza Verde, Enrique Peñalosa, a la presidencia porque el conteo después de 5 días no ha terminado.

De otra parte, está la inscripción de la dupleta de la izquierda democrática, donde Clara y Aída, contrariaron la voluntad de Jorge Enrique Robledo y Carlos Gaviria Díaz, quienes querían que la fórmula vicepresidencial de la coalición PDA/UP fuera el académico, exmagistrado de la Corte Constitucional, Rodolfo Arango.  El liderazgo masculino del Polo fue derrotado en la votación del comité ejecutivo. Sin embargo, Robledo insiste en que no comparte la fórmula ganadora. Veremos qué dicen las encuestas, y el voto de las multitudes.

La ambigüedad del voto en blanco, y otras representaciones
“La verdad siento cierta desmoralización…tuvimos el mismo porcentaje de votos nulos que en 2006 y 2010…Eso lo podré saber por allá en cuatro o seis meses, cuando se entreguen credenciales y se puedan mirar los documentos.” Carlos Ariel Sánchez, registrador nacional del estado civil, ET, 11/03/14. Bogotá, p. 5.
                                                          El voto en blanco también triunfó por segunda vez, porque obtuvo la votación requerida para invalidar los resultados de la elección para el parlamento Andino. La primera ocurrió en Piedras (Tolima), en un espacio semi-rural de Colombia. Pero, esta vez el escenario fue urbano, y puso en cuestión la fórmula de la representación política, afectando sin distingo a diferentes culturas políticas que compitieron por las curules, que por lo demás, tienen una remuneración de $24.054.000 millones de pesos colombianos. En la disputa por el voto en blanco concurrió una población de 10.172.124 ciudadanos. 
Los primeros lugares en esta votación aparte, del 9 de marzo, fueron conseguidos por el partido Conservador con 947.774 votos; Alianza Verde, 815.239, ambos con lista abierta; y por último, el PDA, que en lista cerrada obtuvo 721.681 sufragios. Junto con estos resultados, hubo 2.848.990 votos no marcados, 510.439 votos nulos. Los totales fueron,  a su vez, votos por lista o partido: 3.189.502, votos en blanco: 3.623.193, y votos no válidos: 6.812.695.[9]
Adicionalmente, se mantuvieron las altas cifras de votos nulos y no marcados que ponen de presente una ineficaz pedagogía para preparar en el acto físico de votar, o la disposición de la gente, consciente, para anular su voto. Lo cual, igualmente, traduce un acto de rebeldía objetiva frente a las formas de la representación imperantes.
Lo anterior es una hipótesis con fuerza, porque en los escenarios de la Costa, donde hubo copiosas votaciones, y los índices de analfabetismo y exclusión social son dramáticos no se "desperdician" votos.  Los analistas citas los casos de los departamentos de Sucre  y Córdoba.
Si hay verdad en el decir del portal “la Silla Vacía”, en lo divulgado por el analista político  Ariel Ávila, la parapolítica como fenómeno sigue vivita y coleando en todas las listas, menos en las de Alianza Verde y el PDA. Ella tiene arraigo en lo que denominamos el proyecto de la “para-república” que es la avanzada sobre la sociedad civil para el desmonte simultáneo, progresivo del Estado social de derecho desde dentro suplantado por el placebo del Estado comunitario de los propietarios.[10]
Tal proyecto no ha sido detenido, tal y como lo indica el hecho, que directa o indirectamente, ahora en alianza con las Bacrim, en lugar de las Auc, cuya dirección fue extraditada a los Estados Unidos, hay alrededor del 33 por ciento de presencia de congresistas electos con tales vinculaciones. Lo cual permite concluir que el régimen para-presidencial no ha sido desmontado, y  los Acuerdo de Santa fé de Ralito, en sus dos versiones, siguen operando, y dando frutos políticos.

La verdad de una elección sintomática
                                                            La verdad de los resultados muestra que ninguna de las listas a Congreso obtuvo una mejoría concluyente en las votaciones que habían registrado en la elección pasada en lo referido a resultados de Senado. Pero sí hubo un ganador numérico, el Partido de la U, que sin embargo, perdió congresistas. Lo máximo que obtuvo un partido, el Liberal, fue obtener el mismo número de senadores, 17, cuando hacía oposición a la aplanadora del Uribismo, al cual le hacían oposición.
El Centro Democrático, CD, que obtuvo 19 senadores en "el destape", sí mostró  el real poderío electoral de Álvaro Uribe Vélez como persona. La lista cerrada que encabezó contabilizaba 2.045.564 votos, escrutado el 98,40 por ciento de las mesas.
Esto permite calcular la realidad de las cifras conseguidas en sus dos presidencias, y de qué modo fue posible elegirlo, y con el concurso de qué fuerzas santas y non sanctas, que ahora en parte se alinderan, se reparten en otros partidos, desde Opción Ciudadana hasta el mismísimo CD.  En la edición de El Tiempo del 11/03/14  están los nombres de tres elegidos: Ciro A. Ramírez, Marta Cecilia Curi y Teresita García Romero.
Sin embargo, en documento privado del CD, elaborado por el equipo del exministro Juan F. Londoño pronosticaba  40 senadores. Entonces, la votación debería alcanzar los 4 millones. En entrevista con Blu Radio, del martes 11/03/14, Uribe despotricó del exministro Martínez Salcedo quien filtró esa "perla documental".
Así las cosas, la pifia fue monumental, y se entiende por qué Uribe exclama que el congreso elegido fue ilegítimo, y que se disponen a obrar en consecuencia.
El antiguo "mejor socio" de Álvaro Uribe, en el partido de la U, PU, Juan Manuel Santos dio parte de victoria, solo que se trata de una victoria pírrica, porque los 47 senadores obtenidos por la Unidad Nacional, donde se juntan todavía PL, 17, y Cambio Radical, CR, 9 no les da la mayoría para obrar libremente en el Congreso. Luego fueron también perdedores.
Así las cosas, el partido de la reelección tendrá que aliarse, si quiere ganar, al P. Conservador, que eligió 19  senadores, acogiendo en sus filas, entre otros, a los rechazados por otros partidos, y donde la rebeldía de Martha Lucía Ramírez, cosechó derrotas. De los electos a la candidata le contabilizan 4  que respaldan su candidatura independiente a la presidencia de Colombia.
Un posible bloque histórico alternativo se cocina
                                                                Por otra parte, el bloque que junta a fuerzas de centro, izquierda y proyectos sociales democráticos, tiene que articular el espacio electoral que abarca también a las iniciativas del voto en blanco, cuya mayor fuerza está concentrada en Bogotá, donde superó el 10 por ciento de la votación general.
Al mismo tiempo el bloque histórico, contra-hegemónico de los subalternos, en su anclaje urbano, le corresponde  establecer una interlocución programática con la abstención, si quiere disputar el rumbo de la presidencia en cabeza probable, del presidente Juan Manuel Santos.  A éste tendrá que ponerle la condición de realizar una asamblea constituyente de contenido social, en  la letra y el espíritu del artículo 13, de la Constitución nacional. ^
Pero, la primera prueba indiciaria de los acuerdos que hacen posible el bloque contra-hegemónico, constituido de los grupos y clases subalternas de la ciudad y el campo se dará en la disputa por la hegemonía en el primer espacio urbano, gobernado por alianzas de izquierda, bajo la dirección del PDA con otros sectores, de variopinta procedencia política.
Ello ha ocurrido en tres oportunidades seguidas luchando en las urnas contra la reacción y el  reformismo liberal.  Ahora se reedita esta lucha, sin los aliados de antes, por la defensa de la democracia en el proceso de la destitución del alcalde Gustavo Petro, para detener la consumación de su muerte política por vía administrativa, y cuestionar los motivos que lo sancionan por gravísimas faltas de carácter disciplinario.
Todo lo cual se resolverá por la ciudadanía que participó en la elección de alcalde de la ciudad capital, en la votación de la revocatoria señalada por la Registraduría nacional del estado civil el próximo 6 de abril.  Previamente está la decisión sobre las tutelas presentadas por la ciudadanía bogotana en defensa del derecho a la participación política, que establece el artículo 40 de la Constitución,  y  que serán resueltas el 18 de marzo por el Consejo de Estado.



[1][1] DUGAS, John (1993). La constitución de 1991: ¿Un pacto político viable? Departamento de Ciencia Política. Universidad de los Andes. Bogotá.
[2] MEJÍA QUINTANA, Oscar et al (2008). Estatuto epistemológico de la cultura política. UNIJUS/UNAL. Bogotá, p.67
[3] Op. cit., p. 67.
[4] Op. cit., p. 68.
[5] Ver  el texto del Acuerdo de San Francisco de la Sombra “para concretar y consolidar el proceso de paz”, en: BBCMUndo.com, domingo 13 de enero de 2002.
[6] Expresión acuñada por el sociólogo y teólogo belga François Houtarte, quien orienta la actividad investigativa en el Centro  de investigación  CETRI basado en Bruselas.
[7] La expresión caósmosis proviene del discurso de Felix Guattari, en su conversación con Gilles Deleuze, cuando piensan las realidades de la micropolítica y los micropoderes, en  tanto proponen una alternativa  práctico discursiva del encuentro entre los discursos de la cultura cívica estadounidense, y las lecturas del biopoder y la biopolítica propuestas por Michel Foucault, que develan las relaciones de poder  cristalizadas en el enfoque sistémico de la política, tanto en la versión estructural funcional de Talcott Parsons,  como en la funcional de  Niklas Luhmann, su discípulo tardo-capitalista.
[8] GUATTARI, Felix (2007). Caosmosis. Editorial Manatial. Buenos Aires
[9] La fuente es la información consignada en el diario El Tiempo, ET,  11/03/14. Bogotá, p. 5.
[10] HERRERA ZGAIB, Miguel Angel et al. El 28 de mayo y el presidencialismo de excepción en Colombia.  UNIJUS/UNAL. Bogotá, noviembre  de 2007.

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