DOCUMENTOS PARA PREPARAR EL DEBATE EN EL X SEMINARIO INTERNACIONAL ANTONIO GRAMSCI, 26-31 DE OCTUBRE, BOGOTÁ, QUITO, SAN CRISTÓBAL, LIMA.
EL LUNES EN QUITO, ¿LA HORA DE LA
VERDAD?
Miguel Angel
Herrera Zgaib
Director Grupo Presidencialismo y participación
“El
presidente va a una invitación que le hicieron a dialogar, a conversar, y esa
es nuestra disposición.” María Ángela Holguín, canciller de Colombia.
El circo de los medios masivos
Este viernes en
la mañana, hice un ejercicio de “zapping radial”, indagando en Blu Radio, y la W de Julito, a propósito del conflicto con Venezuela.
Quería auscultar, determinar el clima
existente en estos medios de masas, a propósito de la reunión que este lunes
tendrán los dos presidentes bolivarianos, teniendo como anfitrión a su colega
ecuatoriano, Rafael Correa, y al uruguayo Tabaré Vásquez, un galeno que tratará
de curar las heridas, una vez que las cosas se llamen por su nombre de parte y
parte.
Los conductores colombianos de los programas matutinos tenían
al oído, lo que la senadora destituida, Piedad Córdoba decía desde Caracas, y los comentaristas
hacían sus propios juicios repletos de demagógica moralina. El caso más
denigrante lo protagonizaba Blu Radio, donde Néstor Morales, y la mayoría de
sus “comparsas” denostaban contra Piedad, en ausencia.
Solo uno de los comentaristas, el economista, Aurelio Suárez,
con respeto por los hechos, trataba de esgrimir cifras. Él indicaba cómo desde
los tiempos de Chávez a hoy había algo más de 3.5 millones de compatriotas
viviendo en Venezuela, víctimas de la miseria producida por la descarada
política neoliberal del gobierno y la dirigencia económica de Colombia.
Sin embargo, a Piedad la tildaron de todo. Hasta recordar los
textos virtuales, donde aparecía el nombre “Teodora”, que figuraba en el computador
de Raúl Reyes; y que la Procuraduría asumió como prueba que era ella,
colaboradora de las Farc.
Reyes, el guerrillero abatido junto a otras personas,
incluidos un ecuatoriano, y mexicanos, en el
bombardeo ilegal del campamento de Angostura (Ecuador), era la prueba de
la connivencia de Córdoba con la subversión y de Chávez con la guerrilla.
Ecuador, Unasur, el
anfitrión
Ahora, en cambio, Ecuador será el país anfitrión, donde el
lunes 21, se reunirán los cuatro presidentes para dialogar, dice la canciller
Holguín, sobre el incidente del cierre fronterizo, que cumple más de 20 días. El
presidente Santos se mostraba remolón.
Él fijaba condiciones para reunirse, hasta que esta semana,
el presidente Maduro hizo extensiva la medida de excepción a nuevos municipio
en la frontera con Arauca, hasta llegar a 23 de los colindantes con Colombia, y
correspondientes a los estados de Táchira, Zulia, Apure, Barinas,
principalmente.
Esta situación colmó la copa. El presidente Santos tuvo que
aceptar, sin más argumentos, reunirse con Nicolás Maduro, por el peso de los
hechos. El ahora odiado sucesor de Chávez, a quien ridiculizaban estos dizque
“periodistas”, llamándolo dictador. Comparando sus procederes en condiciones de
excepcionalidad, con “la noche de los cristales” en Alemania, que alguien sin
parar mientes en la historia, llegó a ubicar dizque en Polonia.
Esta medida de cierre intempestivo y generalizado de la
frontera, con la seguida expulsión de colombianos muy pobres, carne de cañón de
contrabandistas a través de más de 150 trochas. En éxodo del Estado Táchira,
sacados de los asentamientos urbanos de invasión, a la orilla del río, donde
fueron sus casas derruidas, y los lugares de habitación improvisada.
Ell@s son parte de la Colombia menesterosa y abandonada que
no muestra el documental de promoción financiada por el Éxito. Tal y como tuvo
que reconocerlo Juan Fernando Cristo, un vecino, cucuteño, y actual ministro
del interior. Esa Colombia depende y dependía de Venezuela como lo dijo, sin
tapujos, la canciller Holguín desde Arauca este pasado jueves.
Aquí no se trataba, para nada, de equilibrio informativo,
mucho menos de objetividad, de oír a las dos partes, sino de reforzar los
propios prejuicios; sin tomar en cuenta la realidad de la pobreza y la miseria
de los colombianos que se aprovechan de las ventajas de los subsidios ofrecidos
hasta hoy, de modo universal, por la experiencia de la República Bolivariana,
con su pretensión de avanzar hacia el socialismo del siglo XXI, contra viento y
marea.
A marchas forzadas
“Venimos a expresar con toda claridad nuestra solidaridad con
el departamento de Arauca”. Palabras del ministro del interior.
Con estos menesterosos se han movilizado algo más de 8.000 compatriotas
mal contados, quienes abandonaron lugares diversos voluntariamente,
respondiendo a las medidas de excepción tomadas por el presidente Nicolás
Maduro; quien ha anunciado varias veces que no las modificará.
La patria de Bolívar ha decidido cerrar el chorro del oro
negro, y combatir, es lo que dicen las fuentes oficiales, a las Bacrim, y a los
paramilitares enquistados a ambos lados de la frontera. Ellos son quienes
controlan, con la complicidad de venezolanos, y algunos, con seguridad,
integrantes de la Boliburguesía, el negocio de la gasolina venezolana, y de los
productos de primera necesidad subsidiados, con los que se trafica para
venderlos en expendios y negocios de las poblaciones vecinas a Venezuela.
Ellos son el síntoma de una economía enferma, el capitalismo
que vapulea la condición humana a diestra y siniestra. Esta conducta de
abandono recurrente, indiferencia, y complicidad es lo característico de los
gobiernos más recientes, los de los últimos 25 años, desde la Guajira hasta el
Vichada.
Es la común ocurrencia por todos estos años de
neoliberalismo, de lo que no habla el hipócrita expresidente César Gaviria,
quien entronizó sin el más mínimo empacho el neoliberalismo constitucional, en
el maltrecho cuerpo de la Constitución de 1991; a lo cual le ayudaron sus
socios de entonces, incluido, el mismísimo Antonio Navarro, cuando se le
hicieron nuevas “peluquiadas” a ciertas herramientas de política económica como
las expropiaciones sin indemnización que se contemplaban, para permitir la
presencia descarada del “minotauro global” que enjuga sus déficits no solo en
Grecia, España, Irlanda o Portugal, sino también en Colombia, y América Latina.
Estos colombianos y
las regiones que habitan no merecen la menor atención, y no la merecían hasta
hace poquísimos días. Ahora su presencia es descubierta, y la conducta de las
autoridades venezolanas es la piedra de escándalo, cuando el “estado de
bienestar” financiado con el petróleo ya no los cobija. La pobrería está ahora
a las puertas de su país, que las ha tratado como a extraños.
"Una política social exitosa no solo contribuyea sacar gente de la pobreza, sino a consolidar la clase media." J. M. Santos, presidente de Colombia.
Qué tal que los 3.5 millones que viven aún en Venezuela se
dispusieran de un día para otro a regresar a Colombia; y que lo mismo hicieran
los 2 millones de colombianos que viven en el Ecuador. Estaríamos en presencia de un verdadero
Armagedón.
Tendríamos una situación peor que la que protagonizan hoy los
africanos, y los sirios, iraquíes y kurdos, dirigiendo sus pasos hacia la rica
Europa, y al Epulón llamado Alemania, el paraíso de una abundancia de
relumbrón, si le damos crédito a lo que denunció años atrás Iannis Varoufakis en su libro el Minotauro Global.
La misericordia no la
merecerán en este tiempo de vacas flacas para las multitudes, porque la renta
petrolera, a ambos lados, ha traído la enfermedad holandesa. Mucho más severa,
al parecer, en el territorio venezolano. La misericordia no basta, se requiere
transformar el mundo en que vivimos.
Pero no es ésta, al parecer, la tarea que cumplirán el lunes
los dos presidentes de dos poblaciones que sufren las contingencias de la
voracidad capitalista, y los espejismos que la acompañan. Pensar que se puede
vivir de la renta, y de las exportaciones, y que en cambio, por lo pronto,
ambos exportan pobreza de lado y lado de la frontera.
Será verdad tanta belleza? La que proclama Santos en su aritmética de la clase media, y la disminución de la pobreza, que según las cifras oficiales dizque bajó del 30,5 por ciento al 28,2 por ciento. Veremos qué dirán los reunidos en Quito este lunes, claro, con la ausencia de los de abajo, que, sin embargo, estarán expectantes con nosotros para reclamar verdad y acciones.
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