viernes, 4 de septiembre de 2015

Documentos para el X SEMINARIO INTERNACIONAL A. GRAMSCI

¿DEMOCRACIAS EN DISPUTA?

Miguel Angel Herrera Zgaib
Director Grupo presidencialismo y participación

Ayer terminó un Foro organizado por la Fundación Rosa Luxemburgo, teniendo como anfitriona a la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá. Fueron dos días de intensos debates, exposiciones y lanzamiento de publicaciones, en un escenario académico y político en que se juntaron varias generaciones de la izquierda suramericana, principalmente.

El título del Foro no puede inducir en errores, porque, el sustrato de la discusión, dicho con claridad, fue la oportunidad para examinar desde diferentes ángulos, el devenir gobierno de la izquierda, prácticamente, desde el año 1999 hasta nuestros días.

Buena parte de este laboratorio político, socioeconómico, ideológico y cultural le dio aire y alimento a una propuesta denominada con vaguedad efectiva, Socialismo del siglo XXI. Cuando menos, al hacerlo, se revelaba el distanciamiento del fiasco producido por el devenir de los denominados socialismos realmente existentes, en cuando menos tres asuntos: democracia, extractivismo y monoculturalismo.

Sin embargo, a raíz de la crisis en la compra venta de commodities, en particular la caída en el precio del petróleo, se derrumbó la estantería de los neo-populismos de orientación a la izquierda, que no pueden equipararse con la causa popular como tal. Se volvió cada vez más difícil la utilización del clientelismo para mantener mayorías electoras. Al finalizar este semestre, la eficacia de las mismas empezará a probarse, en la Argentina, y luego seguirán otros países.

Uno de los conferencista, el uruguayo Eduardo Gudynas, estudioso de los socialismos suramericanos hizo denuncias sobre las inconsecuencias de los gobernantes, en su lucha contra el desmonte, en definitiva del neoliberalismo. En particular, se refirió a los pactos secretos de su expresidente, Pepe Mújica, con estas políticas. Que no decir de los demás. Y cerró con una postura dilemática: lucha contra el extractivismo estatal o contra el extractivismo tout court. No aventuró ninguna respuesta.

En la jornada de ayer, hubo nuevos planteamientos, en torno a los asuntos de más urgente solución. La visión fue más optimista, derivada en parte de las intervenciones de Alberto Acosta, quien fuera el presidente de la Asamblea Constituyente en Ecuador, para luego distanciarse del presidente Rafael Correa, y convertirse en opositor electoral, y poselectoral hasta hoy.

Igual con la vocería vibrante, de la ambientalista colombiana, Sandra Rátiva, quien trató la situación colombiana. Recordó una reflexión colectiva plasmada en uno de los dos libros presentados en la sesión de cierre del 3 de septiembre, ¿Cómo Transformar? del Colectivo Alternativas del Desarrollo.

Ella se refirió con alguna extensión al asunto de transformar desde el Estado, para sustentar la reflexión sobre el estado como instrumento y como impedimento. Ella se refirió a la realidad de la izquierda siendo gobierno en algún sentido, y, por supuesto, la idea de suprimir el estado deja de ser una preocupación inmediata.

Ella insistió en la experiencia plurinacional de registro de esos procesos, acompañada por la pluma y el pensamiento de Alexandra, Belén y Dunia. En la mañana había intervenido Klaus Meschkat, quien le pasó la cuenta al denominado neo-extractivismo y cómo afectó y afecta a los gobiernos progresistas, que siguen dependiendo casi sin excepción de monoproductos, con los dramas de antes y de ahora.

Cierre y perspectivas

El cierre del evento estuvo en boca y mente del profesor venezolano, e investigador Edgardo Lander, quien recordó lo acontecido en mayo del 68, y advirtió de los desafíos actuales, teniendo muy presente lo que pasa en su Venezuela, donde la crisis universitaria es de grandes dimensiones. 

Él anotó, paradójicamente, que Colombia, sin experimentar los llamados gobiernos progresistas, con la excepción de la alcaldía de Gustavo Petro, en Bogotá, que él no mencionó, parecía tener la mayor y más esperanzadora movilización de los sectores populares, de clase media, y campesinos, y trabajadores.

Estas consideraciones, en parte, fueron reforzadas por haber tenido los más 30 intelectuales, investigadores y activistas de los países hermanos, la oportunidad de conocer en directo acerca de las deliberaciones de la Cumbre Agraria, Étnica y Popular, y el evento de la toma del Ministerio de Agricultura, y el diálogo con el ministro Iragorri, a propósito de las promesas incumplidas, y los nuevos compromisos.

A los 20 años de Ciencia Política

En particular, fue la oportunidad para que concurrieran al recinto activistas de la Marcha patriótica, con la vocería de Piedad Córdoba, el Congreso de los pueblos, y la Onic. La Nacional, la carrera de Ciencia Política, con la orientación de Catalina Toro, su directora (e), y el decano de la facultad contribuyeron a facilitar el espacio para un acto de especial relevancia para el presente de la izquierda disidente, y la que, sin enajenar su voluntad política apoya los proyectos progresistas.

Desde la audiencia tuve ocasión de conversar con Luis Tapia, uno de los fundadores del Colectivo Comuna, de Bolivia, del que fuera parte interesada también  el vicepresidente García Álvaro Linera, hoy separado de ese cuarteto que mucho hizo por agitar e implementar los tópicos marxistas en clave de estudiar el rumbo progresivo y socialista de la abigarrada sociedad boliviana, según decir del sociólogo Zabaleta.

Bueno, queda dispuesto un desafío, una suerte de ejercicio del pensamiento de ruptura, que se recoge en un segundo libro, que puede ser un buen colofón, "La osadía de lo nuevo. Alternativas de política económica," donde cruzan y enriquecen pensamientos Alberto Acosta, Carlos Larrea, Diego Carrión entre otros. 

La dos publicaciones fueron distribuidas gratuitamente entre los asistentes, así que no hay duda que fecundarán los debates en el inmediato futuro. Así sea, bienvenid@s.

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