lunes, 21 de diciembre de 2015

¿PASO AL ABISMO DE LA IMPUNIDAD?

Miguel Ángel Herrera Zgaib

Director Grupo Presidencialismo y Participación, UNal/Colciencias.


Poner pies en polvorosa

                    
                                                          El anuncio del presidente Juan Manuel Santos, el pasado sábado, como cabeza de las FF.AA  y de Policía en Colombia, como lo ratifica el texto publicado por el portal de la "Silla Vacía", llenó de contenido la necesidad del Bloque de la Paz, resolver el asunto de las negociaciones  con un ejercicio constituyente. Esto es, con un ejercicio que exige la participación plena de los ciudadanos conforme lo dispone el artículo 40 de la Constitución Nacional.

Estos anuncios del presidente constituyen el inri para el plebiscito auto impuesto mediante la fórmula cocinada por el poder constituido, vía las mayorías del Congreso de Colombia. Porque aquí se buscó blindar la "legitimidad" del régimen para-presidencial del que fueron activos partícipes tanto el presidente Álvaro Uribe como el mismo Juan Manuel Santos. 

El gobernante reelecto, al "mostrar el cobre," descubre ante todos que quiere proteger las espaldas de los dos gemelos que han sido en la guerra interna contra la insurgencia subalterna. Santos quiere alejarse de la búsqueda de la verdad debida y de los crímenes ordenados, encubiertos o propiciados contra los gobernados opuestos, desobedientes, rebeldes, resistentes, insurrectos.

En suma, no responder a la dominación padecida por los muchos, armados y desarmados. De ahí se entiende que se quiera borrar ahora de un "plumazo" ejecutivo, con sanción congresional, la responsabilidad de todos los superiores jerárquicos en la guerra sucia contra los subalternos en armas. Así lo advirtió ya, y lo censuró la organización HRW.


¿Roxin pasa de moda?

                                                               Por eso, con tal propósito del bloque dominante, tampoco  la doctrina del alemán Roxin les ofrece seguridades a estas conductas delictivas, de las que cuando menos se tiene memoria de finales de los años 70, cuando bajo el orden marcial, que Gustavo Gallón calificó como República de las Armas, se pasó al Estatuto de Seguridad, estructurado por Turbay/Camacho Leyva con apoyo de los expertos estadounidenses en inteligencia, para "aconductar" a la Sociedad Civil colombiana.

Ella daba muestras inequívocas de impulsar por necesidad, la revolución democrática, que había arrancado con el fallido intento populista de Jorge Eliécer Gaitán. Dos notables impulsos en esa dirección lo dieron, después de la muchedumbre que animó el gaitanismo, las multitudes que respondieron al llamado de Camilo Torres y el Frente Unido, y las que votaron al exdictador reformista Rojas Pinilla, dándole existencia a la Anapo que derrotó al último candidato del Frente Nacional, Misael Pastrana Borrero.

Hecha la trampa se dieron argumentos para que subalternos afectados por el robo, y la coyunda del capital financiero, propiciaran el nacimiento del M-19, quien reinvindicaba como guerrilla urbana, el nombre de Bolívar, por una parte; y por la otra,  interpelaba a la nación colombiana, bajo el lema "Con el pueblo, con las armas, al poder", valiéndose del ingenio mediático dispuesto por la Era de la Comunicación.

Bueno, ahora, si se quiere hacer la paz, que es asunto de todos, y no de dos representaciones guerreras, la paz verdadera no es solo la de las víctimas, sino la que impulsen y exijan los grupos y clases subalternas. A ella, el grupo Presidencialismo y Participación la caracteriza como PAZ SUBALTERNA, como paz constituyente.

 Por supuesto, esta revolución democrática, interrumpida por el terror y la intimidación, a lo largo de 60 años, se tendrá que ver con la ambivalencia de la multitud, acerca de lo cual, entre otros ha escrito Paolo Virno, para relativizar lo escrito por la pareja Negri/Hardt. Pero no hay duda que es el tiempo del poder constituyente.


Sin duda, a esta propuesta en curso, bombardeada por la derecha, la reacción y el centro, en Colombia, le ayudan las experiencias suramericanas más cercanas, y la española que acaba de acontecer este 20 de diciembre. En tres palabras, se trata de democracia, autonomía y poder constituyente juntos, ejercidos por los muchos. Por último, y ¿cómo esto es de común ocurrencia? Como el ser humano aprende a ser anfibio, caminando, nadando y volando, en vivo y en directo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario