domingo, 22 de abril de 2018

COLOMBIA: CRISIS DE HEGEMONÍA Y COYUNTURA ESTRATÉGICA

miguel angel herrera zgaib
Proyecto Observatorio del Posconflicto y Elecciones en Colombia

Colombia avanza en el desenlace de la crisis de hegemonía que arrancó en el periplo accidentado de la paz y la guerra, que se extendió entre los años 1999 y 2010, cuando se produjo un cambio de estrategia, entre los partidos de la paz y de la guerra.

Ellos tuvieron al inicio de este proceso, como protagonistas de primera línea, a la insurgencia subalterna, liderada por las Farc-ep, que pensó desde la 9a conferencia que tenía que avanzar de la guerra de movimientos a la guerra de posiciones político militar. 

Luego, en el fragor de las batallas, contra el bloque dominante y su aliado fundamental, el gobierno estadounidense, con el Plan Colombia, la dirección en cabeza de Alfonso Cano descubrió que tenía que librar otro tipo de batalla, además de resistir con éxito la campaña liquidadora que siguió al fracaso del Caguán. 

Esta guerrilla mutó su accionar, pensado a partir de la 7a Conferencia, desdoblándose en partido comunista clandestino, y movimiento bolivariano, por una parte; y por otra, replegándose en defensiva estratégica en su retaguardia en el "profundo" sur, que conectó los dos territorios de frontera, ahora en una conflictividad creciente, revelada en el episodio de la muerte de los periodistas ecuatorianos, que no ha esclarecido aún el accionar del ejército de los dos países implicados.

Derrotada la segunda reelección de Uribe, y perdido el favor para éste, del establishment estadounidense, en particular, a raíz del triunfo de los demócratas con Obama, cuyos congresistas progresistas combatieron la guerra sucia de gobierno y paramilitares, la posta le fue entregada a un candidato más astuto. 

Un hijo de la nueva oligarquía bogotana, con asiento inicial en la provincia santandereana, la que ascendió, por fin, al poder político, después del asesinato de Gaitán, a quien despidió Carlos, el abuelo de Germán Vargas Lleras, en otro abril de 1948; y que ridiculizó antes uno de los tíos abuelos del actual presidente Santos, llamándolo "Forfeliécer," en su danza de las horas.

Este cambio aparente de conducción, ocurrió cuando el establecimiento liberal, presidido por Eduardo Santos Montejo, tuvo que entregarle las llaves del partido liberal, cuando Gaitán los derrotó en la doble elección de 1947, después del desastre de la doble candidatura liberal, de Turbay y Gaitán, que le dio el triunfo a Mariano Ospina Pérez, con tal que el "negro", el "indio" no ganara. Es este un episodio ejemplar, aleccionador para el presente ciclo electoral que cierra la definición del nuevo presidente. 

Hecha la paz con las Farc-ep, se proyecta en el quehacer político inmediato de la presente coyuntura estratégica una fuerza electoral, que no lidera el nuevo partido de la Farc, sino el progresismo de Gustavo Petro, quien habla y defiende la Colombia Humana, luego de cruzar las horcas caudinas de la Bogotá Humana. 

Contra él se dirigen, por ahora, las fuerzas de la reacción y la derecha, y hacen de comparsa, sin querer queriéndolo, las más destacadas mentalidades del centro, conservador y liberal, es decir, Sergio Fajardo, y Humberto de la Calle, que desdoblados se parecen a las candidaturas de Gabriel Turbay y Gilberto Alzate Avendaño.

El curso de los actuales acontecimientos, de algo más de un mes, definirán quiénes se alinderan, en efecto, con el bloque de la guerra y de la paz, y contribuyen al triunfo de la paz subalterna, o de la paz reaccionaria. Esta ya mostró sus orejas imperiales con el farsesco episodio de Jesús Santrich, mientras se sigue asesinando a diestra y siniestra a líderes subalternos en las zonas de conflicto más caracterizadas. 

Allí es donde el pretexto del combate contra el narcotráfico, extiende la cortina blanca, narcotizante, que oculta la extensión de la guerra sucia contra la dirigencia popular, de los de abajo, en su principal retaguardia estratégica campesina y popular, que está a lado y lado de la frontera, entre Colombia y Ecuador.

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