sábado, 19 de junio de 2021

 Tres décadas de lucha subalterna, obreros, campesinos e intelectuales en Colombia. Siglos XIX-XX.


Miguel Ángel Herrera Zgaib, PhD 

Director Grupo Presidencialismo y Participación Minciencias/Unijus 

Presidente International Gramsci Society, IGS-Colombia. 

Email: maherreraz@unal.edu.co


“Sabemos con absoluta seguridad que nos están ´mamando gallo´…lo que nos queda es fortalecer la movilización social”. Fabio Arias, fiscal de la CUT, en ET, 3/06/2021, p. 1.4.


El trasunto de una historia subalterna



En mi trabajo doctoral, que sustenté hace dos años en el auditorio de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales, de la Universidad Nacional de Colombia. Ante unos jurados relativamente incrédulos, a propósito de la marcha de la revolución democrática interrumpida; y con una audiencia amplia y dispuesta a escuchar tanto la sustentación como los comentarios.


Así defendí el quid de mi disertación, centrado en la la afirmación siguiente, a probar: la coyuntura de 1999-2010, marca el comienzo del desenlace de la crisis de hegemonía en Colombia; condicionada, claro está, por la dinámica abierta, en tensión, entre dos extremos práxicos conceptuales: el Régimen parapresidencial y la Democracia subalterna. 


La fuerza plural, múltiple, dinamizadora de dicho proceso transformador era y es una conjunción compleja de grupos y clases subalternas que son la parte constitutiva y antagónica de la relación social y política que, por más de medio siglo, condiciona el curso de una contrahecha, singular, modernidad colombiana porque transita, entonces y todavía ahora, no sin dificultad creciente, de la guerra social de arriba a la paz subalterna y, por fin, democrática.


¿Por qué llamarla así?


Dicha modernidad, la nuestra, tiene varias lecturas conocidas que se conectan a veces con la forma política democrática que contrapuntea con fórmulas parciales de democratización, sobre todo las que se ensayan e imponen después del fin de la segunda guerra mundial.


En todo caso, el proceso de la modernidad colombiana, da sus primeros pasos tambaleantes, marcada por dos sucesos internacional y nacional, el fracaso del Congreso Anfictiónico de Panamá, y el de Cúcuta de 1821, que condujo luego al atentado contra el general libertador, Simón Bolívar de septiembre de 1828.


Viene luego un interregno de acomodaciones por arriba, inter élites republicanas y promonárquicas,1 en todo caso, poco interesadas en darle cabida a la reforma del campo de cuño jacobino. El proceso modernizador así empieza cojo, soportado sobre la explotación de los campesinos sin tierra, y las masas irredentas de esclavos afro, e indígenas sujetos a diversas modalidades de servidumbre, atemperadas por los resguardos indígenas.


Dicho lo anterior, esta modernidad está signada como lo estuvo por la violencia, que resultó de su inserción, después de la independencia de España con poderes extracontinentales, primero, Inglaterra que disputaba el dominio de los mares a España, Portugal y Holanda. Primero, bajo las lógicas del capitalismo mercantil, o del sistema mundo pensado Emmanuel Wallerstein con la matriz derivada de la escuela francesa de los Annales, que es diferente del enfoque clasista de cuño marxiano.


El ámbito del capitalismo mundial arranca, a no dudarlo, de una base mercantil. Tal fue el tiempo de la América Española-Lusitana. Pero, luego se establecen las fórmulas de expropiación y desposesión económica, en lo principal entre los siglos XVII y XVIII, que generan levantamientos indígenas y comuneros no solamente en Colombia.


Con estas bases se hicieron las guerras de independencia que triunfaron en la América del Sur, pero no del mismo modo en Centroamérica, y en particular en Nueva España, es decir, el actual México con los territorios arrebatados por los Estados Unidos. En la Gran Colombia se sienta la base económica, política y militar para una república cesarista progresista.

Con todas sus vicisitudes, por las disputas entre los caudillos militares y terratenientes con anclaje regional. y alinderó temprana las fuerzas con una lógica sobre determinada por los extremos enemigo y amigo, que corresponden a un proceso de modernidad tardía, cuando el capitalismo se ha hecho dominante a nivel mundial. 

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