miércoles, 24 de abril de 2024

 

PONENCIA PARA EL CONVEGNO GRAMSCI OGGI, CAGLIARI,  29/9/21- 3/10/21. IGS- UNIVERISITÁ DEGLI STUDI DI CAGLIARI. (2)

 

Excurso metodológico sobre la crisis de hegemonía en Colombia, 1999-2010.

“En el análisis del tercer grado o momento del sistema de las relaciones de fuerzas existentes en una situación determinada, se recurre con utilidad al concepto que, en la ciencia militar se denomina “coyuntura estratégica”, o sea, con mayor precisión, al grado de preparación estratégica del escenario de la lucha, uno de cuyos principales elementos está dado por las condiciones cualitativas del personal dirigente y de las fuerzas activas que se pueden llamar de primera línea (comprendidas también las de asalto).” (GRAMSCI, Escritos Políticos, 1917-1933, p. 367.

La investigación es hecha como fruto del estudio del aporte analítico conceptual de Antonio Gramsci, plasmado en los 29 Cuadernos de la Cárcel.  Es la búsqueda del desenlace dramático de una específica crisis del orden de la dominación establecido en Colombia por un bloque histórico fundado en una alianza bipartidista de larga duración, que recompuesto con la presencia cooptada de una fuerza subalterna, quiso recomponer la hegemonía perdida del Frente Nacional en el ejercicio constituyente de 1991.  Dándole existencia a una forma anacrónica limitada de Estado social de Derecho, limitada a garantizar el goce de los derechos individuales aplazando el elenco de las grandes reformas de alcance común.

    

     Con la guía analítico-heurística de las notas de la cárcel de Gramsci, que revisé a lo largo de una década, planteo que el contenido actual de la crisis nacional, estudiada en el periodo especial, 1999-2010, corresponde al comienzo del desenlace de la crisis de hegemonía del bloque de poder nacido del periodo de la Violencia.

Esta situación específica ocurre cuando la clase social fundamental burguesa en alianza con los terratenientes - su alianza posterior al Frente Nacional-  fracasó en la gran empresa política de la pacificación de los subalternos insurrectos, para la cual demandó e impuso por la fuerza el consenso de las grandes masas para hacer la guerra. Pero, en efecto, ellas  especialmente campesinos, minorías, capas empobrecidas de la clase media urbana, y  pequeños burgueses intelectuales  pasaron bruscamente de la pasividad política a una cierta actividad durante las dos décadas precedentes, los años 80 y 90. Tal precipitado de  reivindicaciones de la ciudad y el campo, en su caótico conjunto, constituyen una revolución democrática no completada, interrumpida por las incidencias de una guerra social. (Gramsci, 1981, p 362)

     La reflexión de filiación gramsciana responde a la pregunta principal, esto es, el carácter de la transición colombiana, en sus dos etapas, 1999-2010,[1] 2011-2021. Entendida y resignificada esta transición equiparada con el desenlace de una específica crisis de hegemonía, la ponencia les presenta, de una parte, el carácter contradictorio de la estructura institucional del sistema político colombiano en las postrimerías del siglo XX, que la asamblea constituyente pretendió estructurar armonizando una forma de participación democrática liberal y la representación presidencial republicana de naturaleza bifronte con un ejecutivo y una junta monetaria autónoma. 

De otra parte, esta investigación define también el contenido y el sentido de este periodo especial, en su segunda etapa, que no es otro que el desenlace pautado por el antagonismo social y político de una crisis orgánica, donde se desencadena la disputa prolongada por la hegemonía entre dos grupos sociales fundamentales y sus aliados en el ámbito de las superestructuras complejas[2]. Es una dinámica contenciosa, polemológica[3] entre los actores antagónicos de composición diversa: la insurgencia subalterna que combate en la guerra social contra el bloque dominante al que orienta el partido de la guerra, con núcleo es el Centro Democrático que lidera aún el expresidente Álvaro Uribe Vélez con la estrategia de desagregarlo, a través de una derrota militar, en lo cual fracasó las Farc-Ep. Así se dispuso de nuevo a la negociación de paz con la administración de Andrés Pastrana, pensando en cosechar en la sociedad civil sus triunfos militares en la guerra de movimientos del periodo inmediatamente anterior, años 1994-1998. Operaciones que la guerrilla cerró con la toma de Mitú, una capital provincial. 

A esta transición tardía, bajo las coordenadas intercaladas de paz y guerra, las clases gobernantes y dominantes, en lugar de disponerse a hacer reformas de fondo para construir la igualdad social que abarcan al conjunto de la comunidad política, lo que hacen es reconfigurar y dirigir el bloque de poder durante los años 1992-2010, para imponer,  mediante la guerra de movimientos la modernización neoliberal sobre los campesinos pobres, las minorías indígenas y afro en los que fueran territorios nacional; y los grupos y clases subalternas.



[1] El desenlace de la primera etapa de esta disputada transición democrática colombiana se extenderá hasta la finalización de la segunda presidencia de Álvaro Uribe Vélez, cuando el bloque de poder reaccionario por él conducido fracasa en el objetivo de liquidar a la principal fuerza insurgente subalterna de las Farc-ep; y el fracaso constitucional de su intento concomitante de obtener autorización constitucional para conseguir su segunda reelección.

El propósito manifiesto era ampliar el plazo cuatro años más para someter al principal rival estratégico en la disputa político militar del orden de la dominación. Bajo el imaginario justificador de la seguridad democrática, convertida en el significante vacío del discurso político de sometimiento de la subversión social y militar de los grupos y clases subalternas que ganaban momentum democrático al enfrentarse con el despojo económico y la marginalización política de la contraofensiva reaccionaria.

 

[2] Gramsci, Antonio (1981). Análisis de situaciones. Relaciones de fuerza, en: Escritos políticos (1917-1933). Antonio Gramsci. Cuadernos de pasado y presente 54. Siglo XXI editores. México, pp.347-48.

[3] El sociólogo francés Julien Freund, al caracterizar lo político, en la conferencia realizada en la Universidad de el Salvador, en Buenos Aires (Argentina), indicó dos variantes: la schmittiana de amigo/enemigo, y la adversarial de Hannah Arendt, que garantiza el reconocimiento del antagonista en la lucha política. Ver  libro escrito por  Chantal Mouffe, traducción castellana, El retorno de lo político.

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