miércoles, 31 de marzo de 2010

NO MÁS CUENTOS

Miguel Ángel Herrera Zgaib
Profesor Asociado
Departamento de Ciencia Política, UNAL
miguel.herrera@transpolitica.org

PASÉMOLE LA CUENTA A LA PARAPOLÍTICA Y LA GUERRA.

Si hay hechos anormales, decir que los hubo, y si no, absolver a los implicados. Angelino Garzón. El Tiempo, 30 de marzo 2010, p: 1-4.

Al comienzo de la semana final de marzo, la corporación Arcoiris dio a conocer en una entrevista realizada a León Valencia por una destacada periodista de El Tiempo, en Bogotá, la reveladora contabilidad de 22/23 senadores electos, y los cuales él afirma que tienen nexos directos o indirectos con congresistas vinculados a la parapolítica. Hay incluso senadores que antes de ser electos se encuentran investigados por la justicia colombiana aunque no inhabilitados.

Después vinieron las liberaciones de dos militares privados de su libertad en acciones de guerra, a través de Colombian@s por la paz, con la presencia de la senadora electa, Piedad Córdoba; la Cruz Roja Internacional y la Iglesia Católica, en la persona de monseñor Leonardo Gómez Serna, de una parte; y el mensaje de las Farc que insiste en la fórmula del canje humanitario, a lo cual también ya hubo una respuesta del presidente saliente de Colombia, de otra.

A la par se revela en público el triunfo de una nueva ciudadanía, que encarna bien una familia de Sandoná, Nariño, representada en la singularidad del maestro Gustavo Moncayo, y el hoy sargento Pablo Emilio Moncayo, su hijo, quien estuvo 12 años en poder de la guerrilla, y regresa maduro para luchar por la paz sin denigrar de su dignidad de soldado.

Todo lo cual define la coyuntura de la elección presidencial que ocurrirá entre mayo y junio de 2010, a los doscientos años del grito de la independencia, con un doble desafío: liberarnos l@s colombian@s de la parapolítica y de la guerra, los dos pilares del presidencialismo de excepción con el que Uribe y el bloque en el poder han gobernado a Colombia.

Una luz en el túnel

Lo que calificamos en estas investigaciones no es el apellido, sino que sean herederos del botín. Son familiares en el delito, no solo familiares por el apellido. Por ejemplo, Teresita García Romero hereda toda la estructura política de Álvaro García Romero. León Valencia, El Tiempo, 29 marzo de 2010, p: 1-6.

El listado ofrecido por Arco Iris, la fundación que estudia elecciones y parapolítica, produjo la respuesta de partidos cuyos militantes aparecen referidos allí. Fernando Araújo, presidente del Conservatismo, la corrigió señalando que Oscar Josué Reyes, reemplazo de Luis Alberto Gil, con 31.537 votos no fue elegido Así, la lista quedó en 22 senadores de un total de 104.

El mismo Araújo defiende a los restantes cinco senadores. Dijo que Olga Suárez, el reemplazo de Oscar Suárez, y obtuvo 112.475 votos no tiene ninguna investigación; Carlos Barriga con 40.724 sufragios tiene investigación preliminar. Eduardo Enríquez, con 55.147 obtuvo un auto inhibitorio, y lo mismo ocurre con Juan Manuel Corzo, quien consiguió 58.652. No dijo nada de Juan Sammy Merheg sustituto de Habib Mehreg, y quien elegirán con 43.797 sufragios. Sumados los votos obtenidos resultan 342.332 votos de influencia non sancta.

Angelino Garzón, flamante vicepresidente del partido de la U, controvirtió los señalamientos a sus copartidarios circunstanciales, quienes tienen el mayor cupo, 10 senadores, y suman 622.523 votos. El ex-líder sindical, cristiano de izquierda, defendió a Dilian Francisca Toro, con la hipótesis que “no todo aumento en una votación por determinado partido o candidato obedece a hechos anormales”.

En la lista también están dos senadores de Cambio Radical con un total de 125.235 votos . El Liberalismo tiene a la esposa de Juan Manuel López Cabrales, Arleth, quien obtuvo 111.752 sufragios; y el PIN que consiguió 4 senadores, y una votación de 218.139.

Sumados estos guarismos sacados del informe de Arco Iris, los votos relacionados con la parapolítica y la elección a senado es de 1.419.981 sufragios. Lo cual corresponde a casi el 11% de la votación total. Ahora bien, el investigador León Valencia también señaló que en la cámara el número de representantes elegidos llegó al 25 por ciento influidos por la para-política. Y él recuerda como colofón de la manifiesta corrupción política nacional que tanto el presidente , su ministro del interior como el congreso uribista no hicieron lo que debían para frenar la corrupción, “ le faltó la sanción política. Y lo que se está confirmando es que la sanción política es más importante que la penal y que la social”.

Se le olvida al analista León Valencia, por supuesto, la sanción económica que tampoco ocurrió hasta el día de hoy para el efectivo desmonte del fenómeno parapolítico que dejó impune la ley de justicia y paz. Sin embargo, en cifras electorales, sumando senado y cámara habría alrededor de un 36% de todo el congreso influido por la parapolítica, es decir, un11 por ciento del senado, más un 25 por ciento de la cámara recién elegidos. Lo cual implicaría un incremento del porcentaje anunciado en la anterior elección por los jefes de las AUC, Salvatore Mancuso y Vicente Castaño cuando hicieron una visita de cortesía al congreso admirable del libelista Fernando Londoño.

Las últimas encuestas

No se trata de que él (Santos) tenga el 36 porciento, porque al pasar a una segunda vuelta puede tener el 49 por ciento, y sin embargo no pasa. Sergio Fajardo, candidato de CCC, El Tiempo, 30 marzo de 2010, p: 1-4.

Después de las elecciones hubo tres encuestas casi en línea, Gallup, Datexco e Ipsos. Si promediamos las tres, según cálculos de Mauricio Vargas, el resultado es que Juan Manuel Santos tien el 36 por ciento de la intención del voto; Noemí Sanín obtiene el 20 por ciento, y la presencia de un tercero en discordia, Antanas Mockus con cerca del 10 por ciento. Aparece un segundo grupo sin opciones de ser elegidos presidentes:Gustavo Petro y Germán Vargas, quienes no superan el 7 por ciento; y la pareja de los coleros: Rafael Pardo y Sergio Fajardo, quienes tienen apenas el 5 y el 4 por ciento de las preferencias ciudadanas.

El periodista se atreve a señalar que el gran ganador de las encuestas fue el perdedor de la segunda reelección, Álvaro Uribe Vélez; más aún advierte, que quien no esté cerca de él no tiene chance en la elección presidencial. De la conjetura intencionada de Vargas , si no queda duda, a pesar suyo de lo siguiente, que los agrupamientos de los dos punteros están inflados por la corrupción parapolítica en sus propias filas, y todos han hecho mutis por el foro, incluido el prestigioso columnista.

Tan solo Juan Manuel Santos, desmontándose por las orejas, ha dicho que no aceptará el apoyo del PIN, que no inscribió candidato, se reclama uribista, y tiene las manos libres para sumarle voticos. En cambio, Noemí nada dice acerca de los senadores conservadores enlistados por Arco iris en el reportaje Cara a Cara con María Isabel Rueda. En particular, hay dos mujeres, específicamente, Dilian Francisca, acusada por Rasguño, y Olga Suárez, cuyo hermano está siendo investigado, que resultan ser más que notorios para empatanar la impoluta presencia de la antes candidata de los independientes. La corrupción no hace distingos de género ni de sexo en Colombia.

El caso de Antanas es menos grave, aunque los Verdes sí utilizaron el cobijo del partido Opción Centro, que en el pasado no tuvo un claro deslinde con el clientelismo y la para-política. Es importante precisar el caso del presidente de dicho partido, quien de gobernador de Boyacá pasó a ser ahora senador electo por el llamado Partido Verde. La misma circunstancia, no publicitada, parecería que distanció a Sergio Fajardo de los verdes y Opción Centro, y acercó a Antanas a la política tradicional abandonando la clorofila ética.

Así lo hizo constar ya Alicia Eugenia Silva en su escrito Mockus politickus: "Mockus permitió sin compunción el apoyo de Christian Moreno, gobernador de Cesar, a su candidato Felix Varela. Y no le incomodó la cercanía de sus compañeros de partido santandereanos a Luis Alberto Gil, antiguo senador de Convergencia ciudadana, hoy detenido en la cárcel La Picota, por escándalos de parapolítica".

Ante los hechos parece válida la boutade que, en verdad, los actuales exalcaldes son un trío de “viejitos verdes”, con el encime fundamentalista de Gilma Jiménez, cobijada en la frágil causa de los niños, quien, por ejemplo, casi nada dice de la pederastia de la Iglesia católica cuya complicidad abarca tanto al Papa vivo como al que está a punto de ser canonizado. Y Mockus, el difusor de la paideía, devela su vena autoritaria, y silencia su lema que "la educación lo es todo" con el objetivo conformista de sumar votos.

En el segundo grupo están también untados de para-política los partidos Cambio Radical y Liberalismo. Pero sus dos candidatos nada dicen al respecto de sus senadores electos. Sin embargo, Pardo dice que no se expidan avales hasta julio, una vez que todas las denuncias se hayan tramitado. Todo lo cual no deja de ser un sueño guajiro, porque conocemos cuánto tardan los juicios electorales en Colombia.

Sólo quedan por fuera de la para-política Fajardo y Petro. Ambos hacen denuncias antes y ahora. Fajardo insiste en la denuncia ética después de su estruendosa derrota. Su imperdonable cálculo matemático sólo es excusable moralmente en el rehusarse a juntarse con Opción Centro, cuando dice ahora, "no estamos en política por cálculos, sino por convicciones. Eso significa que no tenemos precio". Poniéndose, según parece, en la línea del topólogo Grigori Perelman, "hay muchos matemáticos que son más o menos honestos, pero casi todos son conformistas, es decir, son más o menos honestos, pero toleran a quienes no son honestos".

Petro, candidato del PDA por una diferencia menor a la que obtuvo Noemí sobre Andrés Felipe en el conservatismo ha preferido cambiar votos por balas. Habiendo denunciado en el congreso el nacimiento de la parapolítica en las propias barbas del presidente, cuando éste fuera gobernador de Antioquia, ahora el dizque candidato de la izquierda democrática calla ante la parapolítica y vocifera contra el canje humanitario. Olvidándose de la letra y el espíritu del derecho internacional humanitario, del desastre vivido en el Palacio de Justicia, de las desapariciones forzosas y el armagedón de los falsos positivos, repite la profesión de fe del vicario saboyano, colocándose a la cola de Uribe y el ultramontano pocurador que ayudó a elegir para dizque defender las libertades fundamentales de los colombianos.

La coyuntura del canje

Acuerdo humanitario es aceptar que el secuestro se siga utilizando como instrumento de lucha política. Germán Vargas, Cambio Radical.

La guerrilla no tiene otra opción que hacer liberaciones unilaterales de los secuestrados. Gustavo Petro, PDA.
Un acuerdo humanitario tiene como condición que aquellos integrantes de las Farc que lleguen a salir de la cárcel no regresen a delinquir. Alvaro Uribe Vélez, El Tiempo, marzo 29 de 2010, p: 1-3.

El 30 de marzo se produjo la liberación del hoy sargento Pablo Emilio Moncayo, y antes la de Josué Daniel Calvo, y pronto estarán los restos del policía muerto en poder de las Farc de vuelta con su familia. El silencio discrecional del primero liberado contrastó con la madurez reflexiva del hijo del profesor Moncayo, quien recorrió el país , y parte del mundo insistiendo en la libertad para su hijo enfermo, y para todos los militares y policía. Ahora, el canje vuelve a ocupar el primer lugar en la discusión política, y los presidenciables ya están en el tire y afloje al respectp alinderados en dos bandos.

La senadora Piedad Córdoba anuncia una gira por Europa para encontrar apoyos para el Acuerdo Humanitario con una comisión de la que hace parte el expresidente Ernesto Samper, quien expía culpas pasadas sin hacer fila en el confesionario de la opinión pública, como fiel escudero que fuera del difunto Alfonso López Michelsen afectado en vida por los escándalos de la Haendel y la hacienda la Libertad, que ya muy pocos recuerdan.

Mientras tanto, la izquierda y Colombian@s por la Paz no salen de una sorpresa mayúscula al escuchar al candidato Gustavo Petro, quien desplazó en radicalidad guerrera al presidente Uribe, quien aún habla de acuerdo al final de sus días de gobernante. Petro choca frontalmente con el comunicado de las Farc-ep, leído por Piedad Córdoba al regresar con el sargento Moncayo. Las Farc reiteran que no harán más entregas unilaterales de policías y militares, los 21 que están en cautiverio. Ahora es el tiempo del canje, el cual incluye a tres guerrilleros de las Farc, Trinidad, César y Sonia, extraditados a los Estados Unidos, y quienes permanecen en las cárceles. Al abreirse de nuevo una puerta para la negociación política el candidato del PDA, asustado por el espectro de su pasado se refugia en la sombra de su mediocridad.

Volviendo a los demás presidenciables, el fantasma de la seguridad revivió como contrapunto el de Manuel Marulanda, quien habló del canje humanitario desde 1999. Y no es menos cierto que el secuestro y la retención han funcionado como táctica de guerra en el quehacer de las Farc desde el ataque a la base de las Delicias, el 30 de agosto de 1996. Eran los tiempos del presidente Ernesto Samper, quien ahora hace penitencia en compañía de Piedad.

Eran los tiempos en que esta organización guerrillera pretendía escalar de la guerra de movimientos a la de posiciones, acorde con la teoría clausewitziana, movilizando fuerzas regulares para golpear a las unidades militares y policiales del establecimiento corrupto por la mafia y la naciente parapolítica en los departamentos de Antioquia y Córdoba. Ese sueño se convirtió en pesadilla con la toma de Mitú, donde operó con relativa eficacia el acuerdo político militar llamado Plan Colombia.

Vino la acción aérea de la FAC que volvió imposible avanzar hacia la guerra de posiciones en lo militar. Se abría así una nueva etapa, marcada por la disputa por la hegemonía política escenificaba en la zona del despeje. Allí la representación guerrillera fracasó en su estrategia política. No entendió que la guerra de posiciones se libraba ahora en el terreno de la democracia , hasta que hubo la declaratoria de guerra por el gobierno de Pastrana, quien cerró esa etapa de negociación de la paz.

Hoy, derrotada la candidatura de Uribe, tenemos a otros competidores quienes se disputan su heredad. El primero, el puntero, Santos, ex ministro de varias carteras incluida defensa dice: “en ningún caso canje”. Lo cual parece contradecir al presidente. Le hace eco su rival uribista y guerrero, golpeado electoralmente, y sin claro deslinde con la parapolítica, quien descalifica el acuerdo humanitario, quien insiste en hablar de secuestro en lugar de retención en el caso de policías y militares. El trío lo cierra Petro, un exguerrillero, que rechaza cualquier tipo de acuerdo o canje. Noemí prefirió no contestar al tema, ocupada como estaba en escoger y anunciar su forma vicepresidencial.

El otro bloque, los que tienen en mente la negociación política mediata, invierten en la idea del acuerdo. Pardo, dice que sí al acuerdo mirando las condiciones, y se acerca así a lo dicho por Uribe. Antanas habla de canjear combatientes por combatientes, ateniéndose a las categorías del derecho internacional humanitario, o derecho de la guerra, y Sergio Fajardo, recuerda que “en medio de los conflictos más feroces” hay espacio para un acuerdo humanitario. Y no hay duda que el colombiano es uno de los conflictos más feroces, superior a lo acontecido en el tiempo de la Violencia, donde los “falsos positivos”, y las acciones punitivas e intimidatorias de los paramilitares, sus auxiliadores y perpetradores militares y civiles son bestiales e inaceptables para cualquier consideración humanista, y siguen siendo objeto de censura y castigo internacional.

No a la reelección de la parapolítica y la guerra

En el debate de RCN, todos los candidatos, con la tímida excepción de Sergio Fajardo, demostraron una falta de interés por la vida y los destinos de más de la mitad de la población colombiana. Florence Thomas, en El Tiempo, marzo 31 de 2010, p: 1-21.

En la empresa de buscar un mensaje de renovación política que llegue a los electores y una propuesta de unidad que sacuda la campaña electoral nos estamos jugando la calidad del próximo gobierno. León Valencia, Una alianza para convocar el voto independiente, en El Tiempo, 31 de marzo 2010, p:1-21.
Tomando en consideración los dos asuntos principales de la coyuntura, la corrupción política electoral de Colombia, el que se supone acto prístino en cualquier ejercicio democrático liberal, y la propuesta de canje/acuerdo humanitario de cara a la elección presidencial de 2010, no queda la menor duda, que urge reclamar por parte de la ciudadanía una limpieza del ejercicio electoral misma y una clara definición frente al tema de la paz y de la guerra.

Aunque el candidato de la izquierda democrática, como acostumbra a llamarse el PDA, se alindere en el lado de la guerra, y no haga un claro deslinde con el régimen para-presidencial que sigue definiendo el juego político colombiano, es necesario que las bases y los delegados del II Congreso tomen la iniciativa política sobre el asunto de la corrupción política electoral y de la guerra por los cuernos. Es necesario someter a escrutinio directo el quehacer del candidato en un plénum partidista con la previa consulta de las bases, el cual debe convocarse de inmediato, a través de la nueva presidente, quien dio inicio al esclarecimiento de la parapolítica con su acción ante la Corte.
Es necesario interpelar al trío que conforman Antanas, Sergio y Rafael en el interés que purifiquen cualquier duda acerca de su posición frente a la parapolítica. Luego, que se dispongan junto con el candidato del PDA a constituir un frente político de acción inmediata contra la reelección parapolítica. Exigir la aplicación de la silla vacía que produzca la salida de los senadores y representantes electos implicados en una corrupción política más severa que la del proceso 8.000.

Que ellos liderando a la multitud ciudadana hagan uso de la estrategia electoral del voto en blanco como último recurso, en caso que los demás partidos se rehusen a prescindir de los congresistas señalados. El objeto de hacer efectiva la medida de la silla vacía, reviviendo de una manera radical la reforma política que hundió el gobierno y el congreso uribista.

Entonces, se trata no sólo de derrotar la guerra como fórmula política, y su peor engendro interno, el cáncer de la para-política. ¿Cómo? Exigiendo la salida de los congresistas vinculados a procesos judiciales; prohibiendo su reemplazo por otros en sus partidos, esto es, aplicándoles la silla vacía, a éstos y a sus familiares; y la disolución de los partidos que tengan una mayoría vinculada con la parapolítica, como ocurre en este caso con el PIN, al que confluyeron como se sabe, Convergencia Ciudadana, Colombia Viva, Colombia Democrática y parte de Apertura Liberal.

En tiempos del IX Festival Iberoamericano de Teatro, se trata de recordar a Shakespeare, y a Hamlet, porque algo anda podrido no sólo en Cundinamarca, sino a lo largo y ancho de Colombia. Tal cáncer debe ser extirpado de una vez por todas, respondiendo en forma multitudinaria al dilema de ser o no ser demócrata. Esa es la cuestión que nos permitirá desmontar la parapolítica y la guerra como forma excepcional, corrupta de gobernar. Así habrá no sólo una segunda vuelta, sino lo que es más importante, una segunda oportunidad para tod@s sin más masacres, genocidio, miseria y exclusiones.




2 comentarios:

  1. La indefinicion de los candidatos con respecto a desiciones contundentes en cuanto a los miembros de sus listas que tienen algun vinculo con el paramilitarismo, hace parte de su estrategia hacia la toma del poder. Si por el contrario la posicion de alguno de ellos fuera acorde a la busqueda de una realidad democratica mas sana se dejaria de titubeos sin importar las consecuencias electorales. El calculo politico hace amigo a los "otros", y en cuanto no se piense en el cambio del regimen politico tendremos mas de lo mismo... es decir cambiamos para que todo siga igual.

    ResponderBorrar
  2. El cambio del régimen político, el para-presidencialismo, Fernando, no te parece que implica una lucha por la hegemonía en el terreno de la democracia de las multitudes, esto es, por la denuncia contundente, y la acción consecuente contra la parapolítica que es un sucedáneo de la guerra. En esa medida, no es descabellado pensar en un frente que confronte la reelección de la parapolítica y la guerra, al que por ejemplo, podría sumarse la figura de Jaime Araújo Rentería, quien desde su paso por la Corte Constitucional, por ejemplo, enjuició el verdadero significado y alcance de la Ley de Justicia y Paz, para citar un solo caso.
    Pero, a no dudarlo, se trata de orientar, a los casi 2 millones más que votarán en la elección presidencial, dándoles una opción diferente y alternativas como la del voto en blanco. Sin olvidar la famosa sentencia de Romain Rolland, en medio de la guerra, que "la verdad es revolucionaria", y que en su tiempo recogió el inolvidable Antonio Gramsci en su lucha antifascita.

    ResponderBorrar