viernes, 24 de septiembre de 2010


LIBERÉMONOS DE LA GUERRA

"SÓLO UN PUEBLO ESCÉPTICO CON LA FIESTA DE LA GUERRA Y MADURO PARA EL CONFLICTO MERECE LA PAZ". Estanislao Zuleta.


En esta oportunidad comenzamos una serie de artículos con ocasión de "la muerte en combate" del Mono Jojoy, su alias de guerra a la que se dedicó según dicen los biógrafos oficiales desde 1975. El primer escrito que compartimos es del médico y psicoanalista Santiago Barrios, quien lo publicó originalmente en su blog de Semana. N de la R.

La muerte del Mono Jojoy

Por Santiago Barrios
Publicado 09/23/2010


La muerte no es motivo de alegría, y mucho menos luego de ver que en Colombia hay operaciones militares entre compatriotas de la envergadura de la de anoche.

Resulta que aviones de la Fuerza Aérea bombardearon el campamento del Mono Jojoy, al cabo que tropas de tierra, parte de la Fuerza de Tarea Conjunta Omega y la Policía, lo cercaron hasta que esta madrugada se confirmó su muerte, y aun cuando todavía no se ha difundido cuántos guerrilleros más fallecieron con él, se cree que también estaba Tanja Nijmeijer, la guerrillera holandesa, y tal vez otros líderes, como Henry Castellanos Garzón, más conocido como Romaña.

La Fiscalía trabaja identificando esos cadáveres, unos 20 se dice. Por otro lado, entre las fuerzas del Estado solamente murió Sasha, una perra antiexplosivos, y 5 hombres fueron heridos. Esta operación, denominada Sodoma, empezó hace un año cuando al menos 50 agentes infiltraron sus anillos de seguridad, de 1.000 hombres, obteniendo información sobre sus movimientos y la ubicación de su campamento.

Hace dos noches el comandante de las Fuerzas Militares y del Ejército informó al presidente Juan Manuel Santos, quien había dado la orden de iniciar la operación llamándola Bienvenida, sobre el búnker de unos 300 metros de longitud y numerosos túneles situado en La Escalera, área rural de la serranía de la Macarena al sur del departamento del Meta, a 8 kilómetros de la Julia, cerca del municipio Duda, lugares ya muy conocidos por ser donde las Farc sostuvieron varios encuentros con el Gobierno de Andrés Pastrana durante los diálogos de paz en el Caguán.

La Infantería de Marina y las fuerzas especiales del Ejército desembarcaron cerca, y mientras 27 helicópteros y 36 aviones de la Fuerza Aérea, entre Supertucanos, de inteligencia y de transporte, hacían su trabajo, la Policía consolidó la información satelital ubicando definitivamente el lugar. Así que hacia las seis de la tarde de ayer los Supertucanos empezaron a lanzar unas 50 bombas sobre el blanco, mientras unidades terrestres conjuntas ingresaron al campamento.

Aun cuando ya lo decía, la pérdida de la vida siempre es una tragedia, el ambiente en Colombia cambió hoy. El país amaneció con cierta sensación de optimismo, de confianza en el Estado, en todo caso, con un entusiasmo prudente, pues, salvo una mejor opinión contraria, durante la historia republicana del país el Gobierno nunca ha controlado el monopolio de las armas. Y aun cuando este suceso desmoraliza todavía más a los reductos guerrilleros que aún perduran y conservan su poder letal, a partir de la experiencia nacional de las últimas décadas de guerra contra el narcotráfico se sabe que siempre hay alguien dispuesto a ocupar el vacío de poder que dejan sus líderes cuando desaparecen por una u otra razón.

De todas maneras da tranquilidad y orgullo el profesionalismo y la dedicación de las Fuerzas Armadas y la Policía de Colombia, junto con una gran sensación de agradecimiento, un enfoque más bien pragmático sobre el asunto. Y la noticia se difundió por el Mundo. Precisamente hoy, mientras el presidente Santos participa en la Asamblea General de la ONU y mañana se reunirá con Barack Obama, así que se espera que la economía y la inversión extranjera también se beneficien.

Lo que sucede es que el Mono Jojoy, llamado Julio Suárez Rojas, también conocido como Jorge Briceño Suárez, era el más sanguinario de las Farc: utilizó toda clase de tácticas bélicas, fue el arquitecto de los campos de concentración que ocuparon innumerables secuestrados durante décadas, ideó el uso corriente de los cilindros bomba y las minas antipersonal que tantos muertos y mutilados dejaron durante años, además era un símbolo, un líder de enorme poder entre ellos, y, como si fuera poco, el colombiano con el prontuario judicial más extenso, ya que de sus procesos surgieron 62 órdenes de captura y 5 condenas por rebelión, homicidio, terrorismo, secuestro y narcotráfico, la fuente primordial de los ingreso de la guerrilla de la actualidad, además el gobierno de Estados Unidos lo pidió dos veces en extradición.

Bajo su mando, 6.000 hombres, mujeres y niños secuestraron cerca de 500 policías, soldados y civiles, mientras impuso la extorsión en los territorios que ocuparon. A viva voz dictaba la ley en pueblos y veredas de la Macarena. Sin embargo en 2009 la ofensiva en los Llanos del Yarí, parte de la política que el gobierno de Álvaro Uribe llamó Seguridad Democrática, afectó su poder, a la vez que su salud también decayó, pues se dice que era diabético, en todo caso, la operación Sodoma hace parte de los esfuerzos enormes de las décadas de guerra en Colombia.

El Mono Jojoy nació en Boyacá, el 5 de febrero de 1953, hijo de la guerrillera cocinera de Jacobo Arenas, y su hermano, Noé, más conocido como Grannobles, aún es miembro del Estado Mayor Central, el segundo órgano de dirección de las Farc. El Mono Jojoy ingresó a los 22 años como combatiente raso del Bloque Oriental, donde recibió protección de Arenas y Tirofijo, de nombre Pedro Antonio Marín, y el líder de las Farc hasta hace poco. Perseveró y progresó allí, en el bloque más numeroso en integrantes, el que controlaba el territorio más extenso y tenía una larga tradición, al fin y al cabo, su estructura se formó a partir de las conferencias guerrilleras en 1982 y 1993.

Luego el Mono Jojoy se hizo popular en los diálogos de paz con el Gobierno Pastrana, sin llegar a ser vocero ni negociador, aún así fue uno de los 7 miembros del secretariado de las Farc, la dirección general. Se trataba del estratega del grupo, un hombre violento y drástico en sus decisiones, el jefe guerrillero más importante después de Alfonso Cano, así como uno de los más temerarios, inspirando respeto y odio entre subalternos y adversarios. Sus secuestrados lo describen como rudo, autoritario, inmisericorde, ya que tuvieron contacto con él pues les pasaba revista en los campos de concentración, porque también se encargaba personalmente de supervisarlos.

Así que el pacifismo y el humanismo parecen ser diferentes si quien habla de ellos es un ciudadano escandinavo, un suizo o alguien proveniente de otros países de la Unión Europea, el Japón, incluso de los Estados Unidos, lugares donde nunca se ven acciones militares de este tipo. Y así es la diversidad humana.

Hoy, por ejemplo, otra colombiana, aun cuando también es francesa, presentaba su libro en el Show de Oprah Winfrey, y la célebre presentadora de televisión tituló el programa La Madre Más Valiente del Mundo, en él entrevistó a Ingrid Bentancourt sobre varios aspectos de Even Silence Has An End: My Six Years in Captivity in the Colombian Jungle, quien en su intervención tocó su experiencia como secuestrada de la Farc, incluyendo el malestar de la líder política por lo que consideraba la incomprensión de muchísimos colombianos que protestaron airadamente al conocer su propósito de demandar al Estado colombiano por sus seis años de cautiverio, el mismo que la rescató mediante la Operación Jaque en Julio de 2008.




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