CARLOS FUENTES EN LA FUENTE
Miguel Angel Herrera Zgaib
Profesor Asociado, Ciencia Política
Universidad Nacional de Colombia
miguel.herrera@transpolitica.org
De
repente recibimos el anuncio periodístico que Carlos Fuentes había fallecido a
los 83 años, o algo así, sin que él mismo se lo esperara. Estaba metido en sus
proyectos literarios, y a punto de publicar una nueva novela. A la vez, hacía
poco conocimos en Lecturas de El Tiempo, lo que pudo ser su último o penúltimo
ensayo, en este caso dedicado al examen del partidismo estadounidense, sus
volteretas, y una "predicción" casi póstuma: "Obama será
reelegido en noviembre".
El inventario que Fuentes hacía de los
modernos partidos estadounidenses, demócratas y republicanos, mostraba cómo
habían mutado de cuando en vez. El recordó cómo los demócratas estuvieron
asociados con la presidencia de Andrew Jackson (1830), y cómo el tópico de la
liberación de los esclavos dividió al joven partido. El campeón final del anti-esclavismo
fue un republicano, Abraham Lincoln, quien murió en el intento al culminar la
guerra civil en 1865, que selló también la unión impuesta en la guerra entre el
norte y el sur.
Tótems y Tabús
En cuanto a los tótems que simbolizan las dos
asociaciones banderizas, elefantes y burros, Carlos señaló que los
republicanos son hoy unos "burros", y "su elefante emblemático
es, por lo menos, un elefantito". Todo ello sin perjuicio que el burro no
tenga velas en este entierro republicano superanunciado. Más si recordamos el
"Platero" de Juan Ramón Jiménez, o aquella requisitoria que insiste
en que los mejores filósofos son los burros, que se la pasan pensando absortos,
cuando no son azotados por la carga que les ponen cuando son tratados como
bestias.
Luego de un periplo histórico, plagado de
contradicciones, muestra a lo que condujo Lydon B. Johnson, un demócrata
sureño, quien pretendió combinar la bonanza en casa con el aplastamiento con
napalm a los vietnamitas, y el sueño de "la gran sociedad" se esfumó
ante sus ojos. Con los años, el segundo Bush prendió varios incendios, y vivió
el desastre en su propio patio. Así apareció enseguia el primer presidente
negro, Barack Obama, contrario a la guerra en Iraq, "obligado en primer
término, a deshacer los entuertos de Bush y devolverle a EEUU., a pesar de la
crisis heredada, su dinamismo social en medio de una economía en
crisis..."
Luego de enumerar lo hecho, viene la predicción
del ensayista panameño/mexicano, nuestro pariente, y un gran amigo de todas las
horas de Gabo, quien lo sobrevive. Fuentes concluye a mitad de su nota:
"Todo ello -y me quedo corto- le dan un éxito mayoritario a Obama, aunque
pierda apoyo en su izquierda demócrata (lo recuperará a la hora de elegir en
noviembre) y gracias a que lo ha ganado entre los independientes que son la
mayoría electoral en EE.UU". Y así, él nos repite, una gran verdad
política, en el bipartidismo estadounidense es la franja independiente la que
en últimas decide las rivalidades, y no los fundamentalismos por
"burros" que aparezcan. Y así acaba de ocurrir también en Francia, la
república democrático liberal que le es coetánea a la estadounidense.
Una paradoja de cierre
Sin embargo, hay una cita de Carlos Fuentes que es
paradójica, como la misma vida del México moderno, a lo cual, a sus misterios,
él dedicó la mayor parte de su ficción registrada en novelas inolvidables, y en
algunos cuentos, que más bien son rareza en su producción, creo. Esta es la
expresión que acompañó su pronóstico del triunfo de Obama, "Solo que en mi
calendario no figuran las catástrofes". Si tal fuera el caso, el desenlace
sería el triunfo del conservador George Romney, que adelantó a sus compañeros
republicanos unos reales "pitecántropos políticos".
Ahora bien, la verdadera catástrofe fue su
muerte. Eso sí, queda abierta la expectativa de lo que ocurrirá en la
Convención de Tampa, donde se definirá, por fin, quién será el candidato a
vencer por Obama. Si en el entretanto no hay mayores catástrofes, que un
optimista, gran literato y fino ensayista, hombre de dos mundos ya no verá
porque no nos acompaña. El demócrata
liberal que fuera en vida permanecerá expectante mientras tanto, en lejanía.
Un tequila por quien ya no nos acompaña!!!
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