sábado, 19 de mayo de 2012


CARLOS FUENTES EN LA FUENTE


 Miguel Angel Herrera Zgaib
Profesor Asociado, Ciencia Política
Universidad Nacional de Colombia
miguel.herrera@transpolitica.org
                                                                  
De repente recibimos el anuncio periodístico que Carlos Fuentes había fallecido a los 83 años, o algo así, sin que él mismo se lo esperara. Estaba metido en sus proyectos literarios, y a punto de publicar una nueva novela. A la vez, hacía poco conocimos en Lecturas de El Tiempo, lo que pudo ser su último o penúltimo ensayo, en este caso dedicado al examen del partidismo estadounidense, sus volteretas, y una "predicción" casi póstuma: "Obama será reelegido en noviembre".

 El inventario que Fuentes  hacía de los modernos partidos estadounidenses, demócratas y republicanos, mostraba cómo habían mutado de cuando en vez. El  recordó cómo los demócratas estuvieron asociados con la presidencia de Andrew Jackson (1830), y cómo el tópico de la liberación de los esclavos dividió al joven partido. El campeón final del anti-esclavismo fue un republicano, Abraham Lincoln, quien murió en el intento al culminar la guerra civil en 1865, que selló también la unión impuesta en la guerra entre el norte y el sur.
Tótems y Tabús

 En cuanto a los tótems que simbolizan las dos asociaciones banderizas, elefantes y burros, Carlos  señaló que los republicanos son hoy unos "burros", y "su elefante emblemático es, por lo menos, un elefantito". Todo ello sin perjuicio que el burro no tenga velas en este entierro republicano superanunciado. Más si recordamos el "Platero" de Juan Ramón Jiménez, o aquella requisitoria que insiste en que los mejores filósofos son los burros, que se la pasan pensando absortos, cuando no son azotados por la carga que les ponen cuando son tratados como bestias.

 Luego de un periplo histórico, plagado de contradicciones, muestra a lo que condujo Lydon B. Johnson, un demócrata sureño, quien pretendió combinar la bonanza en casa con el aplastamiento con napalm a los vietnamitas, y el sueño de "la gran sociedad" se esfumó ante sus ojos. Con los años, el segundo Bush prendió varios incendios, y vivió el desastre en su propio patio. Así apareció enseguia el primer presidente negro, Barack Obama, contrario a la guerra en Iraq, "obligado en primer término, a deshacer los entuertos de Bush y devolverle a EEUU., a pesar de la crisis heredada, su dinamismo social en medio de una economía en crisis..."
 Luego de enumerar lo hecho, viene la predicción del ensayista panameño/mexicano, nuestro pariente, y un gran amigo de todas las horas de Gabo, quien lo sobrevive.  Fuentes concluye a mitad de su nota: "Todo ello -y me quedo corto- le dan un éxito mayoritario a Obama, aunque pierda apoyo en su izquierda demócrata (lo recuperará a la hora de elegir en noviembre) y gracias a que lo ha ganado entre los independientes que son la mayoría electoral en EE.UU".  Y así, él nos repite, una gran verdad política, en el bipartidismo estadounidense es la franja independiente la que en últimas decide las rivalidades, y no los fundamentalismos por "burros" que aparezcan. Y así acaba de ocurrir también en Francia, la república democrático liberal que le es coetánea a la estadounidense.

Una paradoja de cierre

Sin embargo, hay una cita de Carlos Fuentes que es paradójica, como la misma vida del México moderno, a lo cual, a sus misterios, él dedicó la mayor parte de su ficción registrada en novelas inolvidables, y en  algunos cuentos, que más bien son rareza en su producción, creo. Esta es la expresión que acompañó su pronóstico del triunfo de Obama, "Solo que en mi calendario no figuran las catástrofes". Si tal fuera el caso, el desenlace sería el triunfo del conservador George Romney, que adelantó a sus compañeros republicanos unos reales "pitecántropos políticos".

 Ahora bien, la verdadera catástrofe fue su muerte. Eso sí, queda abierta la expectativa de lo que ocurrirá en la Convención de Tampa, donde se definirá, por fin, quién será el candidato a vencer por Obama. Si en el entretanto no hay mayores catástrofes, que un optimista, gran literato y fino ensayista, hombre de dos mundos ya no verá porque  no nos acompaña. El demócrata liberal que fuera en vida permanecerá expectante mientras tanto, en lejanía.
Un tequila por quien ya no nos acompaña!!!


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