PONENCIA VI CONGRESO ALACIP, QUITO, 12-14 DE JUNIO
TERCERA PARTE
LOS CUADERNOS DE LA
CÁRCEL Y LA HISTORIA DE LOS GRUPOS Y
CLASES SUBALTERNAS
Miguel Angel Herrera
Zgaib[1]
Miguel.herrera@transpolitica.org
“Es preciso hacer que ese cerebro deje de funcionar por 20 años”. Apartes de la sentencia del
fiscal Michele de la causa del Tribunal especial para la defensa del Estado
contra Antonio Gramsci, al tiempo de su condena a prisión a 20 años, 4 meses y
5 días en el año de 1928.
El comunista italiano
Antonio Gramsci en sus Cuadernos de la
cárcel denominó subalternos a trabajadores del campo y la ciudad, e incluyó también a los intelectuales
pequeño-burgueses al servicio del dominio capitalista en la Italia de los años
treinta. Estos fueron conformados según el bloque en el poder, a través de la
función de hegemonía cumplida por los grandes intelectuales meridionales, Benedetto Croce y Giustino Fortunato.
Gramsci estaba más que interesado en el estudio de los grupos
subalternos, en particular el proletariado, cuya dirección y educación política
estuvo comprometido durante su corta vida. Él escribía en los Cuadernos, lo
siguiente: “No hay duda de que en la actividad histórica de estos grupos hay
una tendencia a la unificación, aunque sea a niveles provisionales; pero esa
tendencia se rompe continuamente por la iniciativa de los grupos dirigentes y,
por tanto, sólo es posible mostrar su
existencia cuando se ha consumado ya el ciclo histórico, y siempre que esa
conclusión haya sido un éxito”.[2]
Gramsci asimilaba el
resultado de varias derrotas cuando escribía
sus lúcidas notas carcelarias. En Italia no solamente había vencido el
fascismo, sino que la revolución mundial proclamada por el movimiento comunista
y proletario internacional había detenido su curso. La guerra de
movimientos dio paso a las restauraciones
catastróficas en Alemania, Hungría, China.
En Rusia, el bolchevismo expurgado, mantenía su poder
inminente, conducido por José Stalin con mano de hierro. Defender la patria
rusa era la máxima consigna, y los juicios de Moscú, así como la represión
brutal al campesinado fueron la cuota mortal al curso futuro de la revolución
socialista.
Gramsci vivió desde la cárcel el drama de la lucha faccional
al interior del partido bolchevique, y la Internacional, que censuró estando
prisionero. Tal postura le costó una divergencia con Palmiro Togliatti, secretario
privado de Stalin, antes el delegado
italiano ante la Internacional en Moscú. Estando preso Gramsci mismo instruyó a
Tatiana Schucht, su cuñada, que no le entregara sus escritos a Togliatti, y
éstos le fueron confiados al economista amigo, Piero Sraffa, quien fue su
depositario hasta el traslado a Moscú por vía diplomática desde Roma.
La disputa literaria de Gramsci continuó después de su muerte
en 1939. Fueron protagonistas Togliatti y la familia de Gramsci, residente en
Moscú, - Julia, la esposa, Tatiana, quien regresó en 1938, y sus dos hijos -.
La polémica la saldó la internacional Comunista que tomó a su cargo la edición
de la obra completa comisionando a Togliatti y a un miembro de la familia Gramsci para
realizarla.[3]
Entonces la familia reclamó la fotocopia de los escritos de
Gramsci, pero Togliatti, en carta al secretario de la Internacional, G.
Dimítrov, de 25 de abril de 1941, se opuso y triunfó. Él decía y advertía en aquella carta:
“a) No es correcto que sean constituidos dos archivos de
materiales referentes a Gramsci,
b) Los cuadernos de Gramsci, que ya estudié cuidadosamente en
casi su totalidad, contienen materiales que sólo pueden ser utilizados después
de una cuidadosa elaboración. Sin ese tratamiento, el material no puede ser
utilizado, y, alias, algunas partes del mismo, si fueran utilizadas en la forma
en que se encuentran actualmente, podrían no ser útiles al partido.
Por eso, pienso que ese material deba permanecer en nuestro
archivo, para ser elaborado aquí. Es una cuestión de seguridad organizativa, -
para hoy y para el futuro -, que todo sea utilizado conforme a la finalidad y
del modo como sea necesario”.[4]
La edición prometida de los escritos de Gramsci no se realizó. Luego la II Guerra Mundial sirvió de excusa,
aunque existía ya una copia de las cartas de Gramsci en 1939. La tarea
pendiente se retomó con el regreso de Palmiro Togliatti a Italia, después de
marzo de 1944. Al poco tiempo, el periódico Unitá de Nápoles anunció la
publicación de los Cuadernos. Incluso, La editorial Nueva Biblioteca de Roma
incluyó en su catálogo el anuncio de los escritos bajo el cuidado de Togliatti
y Felice Platone, pero el proyecto se hundió una vez más.
Por fin, la publicación la cumplió editorial Einaudi de un militante comunista,
Giulio Einaudi; no la hizo la editorial
oficial del PCI, Editori Riuniti. Einaudi publicó primero, parcialmente, Lettere dal carcere (1947). Sin
embargo, el libro sólo contenía 218 cartas, por disputas internas se evitó su publicación
completa. De la censura previa quedó la huella de los puntos suspensivos a
cargo de Togliatti. Él borró referencias a Bordiga, expulsado del PCI en 1929,
por organizar una disidencia. También fueron suprimidas algunas menciones
polémicas que afectaban el propio perfil político de Palmiro Togliatti durante
la posguerra.
La publicación con menos censura vino a ocurrir cuidado por
Sergio Caprioglio y Elsa Fubini, hecha por la misma editorial en 1965, con un
total de 428 cartas. Sin embargo, existe hoy la edición definitiva de las cartas de la
cárcel incluyó 66 más, a cargo de A.A. Santucci, para un total de 494 cartas.[5]
De otra parte, los
Cuadernos que contienen las reflexiones fragmentarias sobre múltiples temas
junto a los distinguidos por Gramsci como Especiales, en particular los que
contienen la propuesta metodológica de Gramsci para estudiar las clases
subalternas aparecieron primero organizados temáticamente, por Togliatti y Felice
Platone, en seis volúmenes entre 1948 y 1951, publicados por la editorial
Einaudi con editores anónimos.
Cada libro estaba
nutrido por materiales seleccionados de diversos cuadernos, escritos en
diferentes momentos, sin mayor orden metodológico y en arbitrario concierto no
pocas veces. El primer volumen en aparecer fue El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce, y el
texto dedicado al Risorgimento, donde
hay la mayor mención explícita a los grupos subalternos, igual aparecen
publicados en 1949.
Ahora bien, Gramsci empezó a emborronar cuadernos escolares,
autorizado a escribir en su celda de
Turi en 1929. Fueron más de 2800 páginas manuscritas contenidas en 33 cuadernos,
con una consigna, la disposición desinteresada, für ewig de lo escrito, sin la
afectación circunstancial de lo que fuera su inmensa labor escritural en la
prensa partidista que pronto será publicada , y que fue el vivo laboratorio de
lo revelado en los Cuadernos, 1929-1935.
Gramsci arrancó su tarea vital póstuma a partir del 8
de febrero de 1929. Cubrió con sus reflexiones, notas y apuntamientos 29
cuadernos entre especiales y misceláneos, más los cuadernos 7 a 9, con
ejercicios de traducción del inglés y alemán de textos de Marx, Goethe, los
hermanos Grimm, y de muchos artículos de revistas.[6]
Esta titánica empresa cesó por serios quebrantos de salud en abril
de 1935, con las notas de Gramsci en un “cuaderno
especial”, el 10, titulado La filosofía
de Benedetto Croce.[7] Él había sido transferido
ya a la clínica del doctor Cusumano en Formia, en libertad condicional para
caminar por las calles bajo vigilancia judicial. A los dos años sobrevendría su
fallecimiento.
A propósito de la subalternidad, entre los años 1934-1935
Gramsci escribió el Cuaderno 19 sobre el tema del Risorgimento italiano, que contiene una importante mención a la
metodología y al estudio de los grupos y clases subalternas. Existe también el
Cuaderno 25, que data der 1934, donde él
mismo escribió con el título “Historia
de los grupos sociales subalternos”.[8]
De modo específico, con respecto al Cuaderno 19, en Apuntes
sobre la Historia de las clases
subalternas, Gramsci señaló como
criterios de método, los que siguen:
“Hay que estudiar, por tanto: 1) la formación objetiva de los grupos sociales subalternos, por el
desarrollo y las transformaciones que se producen en el mundo de la producción
económica, su difusión cuantitativa y su origen a partir de grupos sociales
preexistentes…2) su adhesión activa o pasiva a las formaciones políticas
dominantes…3) el nacimiento de partidos nuevos de los grupos dominantes para
mantener el consenso y el control de los grupos subalternos; 4) las formaciones
propias de los grupos subalternos para reivindicaciones de carácter reducido o
parcial; 5) las nuevas formaciones que afirmen la autonomía de los grupos
subalternos, pero dentro de los viejos marcos; 6) las formaciones que afirmen
la autonomía integral…”[9]
Bajo estas premisas sugeridas como método, mueve Gramsci su
programa de investigación sobre los grupos y clases subalternas en procura de
su historia política y social, cuyo
desafío recuperamos en las actividades actuales del Grupo Presidencialismo y
participación, centrándonos en la subregión Andino amazónica. Y esta ponencia,
y el panel que organizamos es prueba efectiva de ello.
[1]
Profesor asociado, exdirector Ciencia Política y Unidad de Investigaciones
Unijus, Facultad de Derecho y Ciencia Política, Universidad Nacional de
Colombia. Ex rector nacional de la Universidad Libre de Colombia.
Catedrático de la maestría de Estudios Políticos, U.Javeriana. Director del Grupo Presidencialismo y
Participación, Colciencias/Unijus.
Autor: Participación y representación política en Occidente, coautor:
Neopresidencialismo y Participación. Seguridad y Gobernabilidad Democrática en
Colombia, 1991-2002; Educación publica superiore, hegemonía cultural y
crisis de representación en Colombia,
1842-1984. Publicado en la Colección Gerardo Molina, 20. Unijus/Unal. Bogotá.
Email: presid.y.partic@gmail.com.
[2] GRAMSCI, Antonio (1977). Escritos políticos (1917-1933). Pasado y presente, 1ª edición. México, p. 361.
[3] Antonio GRAMSCI (2004).
Cadernos do Cárcere. Ediçao Carlos Nelson Couthinho com Marco Aurelio Nogueira
e Luiz Sérgio Henriques. Volume 1. Introduçao ao estudo da Filosofia.
A Filosofia de Benedetto Croce.
3ª ediçao. Civilizaçao Brasileira. Rio
de Janeiro, p. 21 y ss.
[4] VACCA, Giuseppe (1999). Togliatti editore delle Lettere e dei
Quaderni, en: Appuntamenti con Gramsci. Carocci, Roma, pp. 130-131.
[5] SANTUCCI, A.A (1996). Gramsci, Lettere dal carcere. Sellerio, Palermo.
[6] Antonio GRAMSCI. Cadernos
do Cárcere. Introduçao ao estudo da Filosofia. A Filosofia de Benedetto Croce. 3ª ediçao. Civilizaçao Brasileira. Rio de Janeiro, 2004,
p. 15.
[7] Sabido es que Gramsci
elaboró su propia clasificación de los cuadernos que trabajó, llamándolos
misceláneos y especiales. Los editores
de su obra, y Valentino Gerratana en particular, al culminar el trabajo de recopilación y organización rigurosa
respetó y explicó también ese ordenamiento en lo posible. Lo mismo han hecho
posteriores editores como Joseph Buttigieg, y el propio Carlos N. Coutinho para
e caso de la edición brasilera, que sigue en América Latina a la que hizo
editorial Era de México, con el concurso final de la Universidad de Puebla,
bajo la curaduría de Dora Kanoussi.
[8] Op. cit., p. 17.
[9] GRAMSCI, Antonio (1977). Escritos Políticos (1917-1933), pp:
359-60.
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