domingo, 4 de noviembre de 2012


La visita nada "clara" de Carlos Slim.

Este gobierno no quiere que haya un monopolio en términos de comunicación  4G.  Ministro de las Tics

                                     El ministro de las Tic se ha "espelucado" con respecto al reparto multimillonario  del espectro para el sistema 4G. Él anuncia que el proyecto de ley para regular la subasta de febrero de 2012 le ha puesto un aparente "tatequieto" a la voracidad de Carlos Slim, quien tiene una posición super-dominante en voz  móvil dentro de la telefonía celular en Colombia. Sin embargo, por lo pronto , lo único que hay son declaraciones, por duras que sean.

Claro (Comcel) domina el mercado de las telecomunicaciones en Colombia. Los usuarios de estos servicios presentan quejas que ascienden a algo así como 14 millones, pero solo se responden, o registran una ínfima cantidad.  El servicio que se ofrece es malo, y de los más caros de América Latina y el mundo.

Recuperar la infraestructura

Queremos que la mayoría de los colombianos, en especial de estratos 1 y 2, tengan una oferta amplia de 4G LTE. Diego Molano, ministro de las TIC.

El operador Claro tiene el 80 por ciento del mercado. Colombia es el segundo mercado monopólico del mundo en telefonía celular. El antiguo Comcel  es el operador dominante con el 61 porciento del mercado de llamadas móviles, dicen otros. 

Lo cierto es que pujará en febrero de 2013 en la banda de 2500 MHz, y no en la frecuencia de 1.700 a 2.100 MHz, es lo que se anuncia. 

En 1998, a través de la ley 422, el expresidente Pastrana entregó la infraestructura, en particular las redes que Claro (Comcel) controla, y con las que condiciona a los demás operadores. El Congreso de entonces introdujo en el art. 4, en materia de reversión, un orangután, que  sólo la ordena en términos del espectro electromagnético y no de la infraestructura, cuando la Constitución la establece de modo general.

Slim y su holding Claro es propietario de 900 antenas, y los demás operadores tienen las restantes 500. Todo lo cual burla también lo dispuesto en la Constitución, que prohíbe los monopolios, a pesar de las reformas que padeció durante los veinte años de vigencia.

Entonces se trata  de poner en movimiento el poder constituyente, basados en el art. 3. Para que el pueblo abstracto se haga multitud y como pluralidad recupere el espectro electromagnético para todos; y empiece por reclamar de inmediato la división de Claro (Comcel), en como mínimo tres empresas que desarticulen este oneroso e ineficiente monopolio.

Y el Congreso  ¿qué redención?

La Comisión VI, que tiene el tópico de las telecomunicaciones como su competencia,  por lo pronto protesta y debate contra la posición monopólica de Claro, que no puede llegar a más del 25 por ciento. Pero,  el oraguntán de las telecomunicaciones in crescendo, quien tiene el 80 por ciento del mercado, ni se inmuta.

Ya se ha dicho, por ejemplo, que Claro si pujará por el 4G. Ya se  anuncia que participará en la subasta por la banda de 2500 MHZ, que según se advierte no le permitirá funcionar con el Iphone 5, el último grito de la tecnología.

La ley 555, de acceso democrático al espectro, no hizo mientras tanto nada con respecto  al monopolio en internet. El Congreso como tal sigue callado, aunque algunos congresistas vociferen desde la Comisión VI en estos días, Robledo, Laserna y Sudarsky, entre los más activos. Lo claro es, que el acceso a la red, al espectro electromagnético está privatizado, y la proclamada soberanía del país pasa de agache.

La tajada más grande

En la puja por 4G, con el mal ejemplo del servicio prestado en la telefonía móvil, que es de los más malos y costosos en el mundo, el embeleco de la prosperidad está en entredicho, en primer lugar, con respecto a la democracia  con que  la junta el eslogan gubernamental. 

Ya Carlos Slim conversó en Cartagena con el presidente Santos,  quien está en campaña reeleccionista. Los pesimistas advierten que se puede repetir la entrega hecha por el expresidente Pastrana en el año de 1998, con el congreso como agente depredador, con la complicidad manifiesta del partido de la U, y sus "calanchines".

Se requiere ya la acción ciudadana organizada: "la parte de los sin parte", la toma de la palabra de los millones invisibles, que en su pasividad aumentan  de modo exhorbitante la riqueza del segundo hombre más rico de la tierra, que repite donde puede lo que hizo en su natal México, privatizando lo público de la mano de presidentes y autoridades cómplices. 

La competencia del mercado capitalista en el caso de Colombia es también una falacia. Lo que en verdad existe es el llamado "capitalismo político", con lo cual se burla lo dispuesto en el artículo 13 de la Constitución que propone que la igualdad sea real y efectiva. 

El primer acto de esta acción reivindicatoria de la propiedad común es la demanda de inconstitucionalidad contra la Ley 422 que  autorizó la violación de la Constitución, para que  caiga por inconstitucional. Se trata, entonces, de animar la Constituyente social, cuya agenda no da espera también en materia de democratizar las comunicaciones sin más excusas jurídicas o de la supuesta libre competencia.

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