domingo, 14 de abril de 2013


EL MISTERIO DE LA HERMANA VENEZUELA: ¿POR QUÉ GANA NICOLÁS?

Miguel Angel Herrera Zgaib.
Profesor asociado, Ciencia Política, Unal, Bogotá.
Coordinador Proyecto Historia Política y Social de la Subalternidad en la Región Andino-Amazónica. Sección Colombia.

La  interpelación entre multitudes y elites 

"Yo no soy el mismo, y Nicolás no es Chávez". Henrique Capriles.
"Él no es Chávez, y consciente de esta característica se ha hecho llamar su "hijo", no solo su heredero, pues carece de relevancia propia." Teodoro Petkoff.

                                             El Tiempo, que es el medio de comunicación más influyente de este lado de la frontera de las dos naciones hermanas por historia común y por conveniencia, se ha pronunciado, "a la chita callando", porque el ganador en esta elección presidencial sea Henrique Capriles Radonsky, y lo ha hecho a su modo.

En las portadas del viernes y de este domingo, el diario capitalino cuyo mayor accionista es el potentado Luis Carlos Sarmiento, ingeniero egresado de la Nacional, y capitán de la "industria financiera",  muestra a los dos candidatos con sus atuendos de campaña, donde a ojos vista queda claro que Henrique no es el mismo, se ha mimetizado, porque aparece vistiendo las galas del comandante fallecido el 4 de marzo.

A su turno,  Nicolás muestra "independencia" en su vestimenta, de acuerdo a las fotos de primera página en El Tiempo. Ahora, Maduro, en lugar de gorra tricolor, luce  corrosca light de paja tejida, con un tricolor desteñido cruzado, que días atrás coronaba con un pajarito, cuyo "trino" utilizó varias veces para ridiculizar a su oponente, quien a su turno lo había llamado "toripollo",  a la vez que señalaba a la actual dirigencia del chavismo: "enchufados".

El mismo medio, dentro de la sección A, de la edición del domingo de elección, presentó la entrevista de Yamid Amat con el rival de Maduro, y al lado los comentarios de Teodro Petkoff, líder del Mas,  rival de Chávez primero, y del chavismo luego, sentenciando en su escrito, un deseo semi-oculto: "Esta vez no hay victoria cantada". Para decir: "Como nunca antes, puede ganar cualquiera, y hoy es posible que veamos el triunfo de alguna opción con escaso margen de ventaja."

La música también ha jugado su papel electoral  en una nación caribeña polarizada entre la aristocracia de los pocos, y la democracia de los muchos, con una clase media desigualmente repartida entre las dos candidaturas. Así las cosas,  el cantante de salsa, el puertorriqueño Willy Colón se jugó su prestigio popular, cantando la lírica compuesta por el actor venezolano, Rolando Padilla, hijo de un exguerrillero urbano.

Él tiene como lema de su programa radial: "la letra con salsa entra". La descarga sonera de Colón llama a Maduro, y a los herederos de Chávez mentira fresca. Colón ya vivió la protesta de sus propios compatriotas; y hasta se pensó que él cruzara armas musicales con el panameño Ruben Blades, lo cual no ocurrió.

Al cierre multitudinario de las dos campañas, en Caracas y Barquisimeto, la capital del Estado Lara, la tercera ciudad más poblada de Venezuela, los comandos de cada candidato hicieron sonar dos discos rivales: "Chávez, corazón del Pueblo,"y "Ya está clareando la mañana en Venezuela".

En materia de concurrencia, Nicolás igualó la asistencia de partidarios, a la lograda por Chávez en la última campaña de octubre, al llenar las siete grandes avenidas de Caracas, la marea roja que lucía la camiseta que decía, "Chávez te lo juro, mi voto es pa'Maduro". En Barquisimeto también hubo una marejada humana, pero la Mesa de Unidad Democrática, MUD, no alcanzó a la cuarta parte del número movilizado por el PSUV, en un estado de dos, gobernado por la oposición venezolana.

Deshojando datos de última hora

                                                                        A la usanza de cualquier certamen político electoral ha habido una guerra de encuestas, y datos, con el consiguiente juego mañoso de quienes, de lado y lado, también pagan encuestas; y, claro, solo publican las que los favorecen. Pero, hay también firmas con relativa independencia que fijan parámetros realistas al cierre de las mismas.

Viendo las cifras no hay duda que en la brevísima campaña de diez días se registró un crecimiento del favor popular por el incumbente, Henrique Capriles, un descendiente por punta y punta de emigrantes judíos, esquenazis, por la madre polaca, y sefardíes por el padre Capriles, pobladores de Curazao, una colonia holandesa, donde la Holanda del siglo XVII recibió a aquellos judíos que no quisieron asimilarse ante la persecución decretada contra ellos, después de la derrota del Islam en el sitio de Granada.

En parte, esto ya se había visto en la competencia entre él y Chávez, donde la oposición perdió por una diferencia del 10 por ciento, que se agrandó en la elección de gobernadores, donde también creció la abstención. Sin indicar la fuente, el editorial del diario que fue de Eduardo Santos, muestra cómo en el curso de diez días, el favoritismo de Nicolás pasó de 10 por ciento a una diferencia de 7,2 por ciento  en la intención del voto a dos días de la elección. Y el margen de indecisos también se acortó, pues, según Datamática (8 de abril) era de 29,7 por ciento, y para el 11 de abril estaba en 18,4 por ciento.

Sabido es para los estudiosos en materia electoral, y en marketing político, que cuando un candidato registra un ascenso sostenido éste ha de continuar, pero, en el caso presente, a Capriles se le acabó el tiempo de seguir subiendo. Lo cual, en buena parte, ocurrió porque hubo duda e indefinición de la oposición por varios días, en lanzar al recién reelecto gobernador del Estado Miranda,  juntos  el Estado Lara, y la ciudad de Caracas, con el alcalde Antonio Ledesma, que son los bastiones principales de la oposición gobernante.

En las condiciones de Colombia así sucedió en la competencia entre Horacio Serpa y Álvaro Uribe, aunque la filiación del primero con Ernesto Samper, no era, ni podía ser lo mismo que la de Nicolás Maduro con Hugo Chávez. Además, en materia de paz, el principal referente era entonces un conservador, después renegado de ésta, Andrés Pastrana. En la comparación con el caso de la hermana Colombia, con tiempo suficiente, varios meses, el puntero Serpa fue sobrepasado por el colero Uribe Vélez.

Las dos firmas encuestadoras, Datamática, venezolana, inclinada a favorecer la oposición al chavismo da como ganador en la intención de voto a Henrique Capriles con 38.3%, mientras que Nicolás obtiene el 31%, con 29,7 % de indecisos. Pero, tres días después, otra firma, Datanálisis publica que la ventaja es de 44, 4% por Maduro, y 37,2% por Capriles, y la indecisión baja al 18,4 %.

Cruzando las dos informaciones, con la advertencia que hay tres días de diferencia entre una y otra encuesta, advertimos una coincidencia relativa, una suerte de constante, en el porcentaje otorgado a Capriles 37,2/38,3 %, mientras que la disparidad con respecto a Maduro es más que notoria 31/44,4 %, esto es, 13,4%. Ahora bien, en materia de indecisos, el trabajo de campaña de los últimos días, por parte del chavismo, bien podría ser la clave. 

¿De qué modo?

De acuerdo a Datamática, el 8 de abril, los indecisos eran el 29 %, mientras que tres días después, para Datanálisis estos bajaron al 18,4 %. La diferencia es de 10,6%. La cual se trasladó en favor de Maduro, en lugar de Capriles, quien en cambio perdió 1,1 %, en el arrastre del potencial ganador.
Quedaría entonces, un 18, 4 % de indecisos, que es casi imposible que alteraran el alinderamiento revelado el día jueves de cierre de las dos multitudinarias manifestaciones, la prueba de fuerza con la cual se revirtió la tendencia en favor de Capriles, y alineó a la gran mayoría de los indecisos a su favor. 

¿QUIÉN GANARÁ, Y QUÉ SIGUE?

“Venezuela necesita cambiar hoy de signo político.” Daniel Samper Pizano, en: Esquirlas, El Tiempo, 14.04.2013, p. 11.

                                                              Dicho lo cual, el probable resultado de la votación de hoy, domingo 14, esto es 3 días después, será en favor de Nicolás Maduro.  Es posible que su “vulgar y lamentable campaña presidencial” le corrija la plana a la aristocrática mirada del notable humorista y defensor de la libertad de prensa que no es  igual a la verdad, Daniel Samper.

Es posible que Nicolás, conductor de buseta, y líder de su gremio, escogido por Hugo Chávez, quien quebró el espinazo a la dominación oligárquica recompuesta por el Acuerdo de Punto Fijo, que excluyó del acuerdo a la pobrería,  no supere el 10 % de los votos posibles como ventaja sobre su rival más encarnizado, Henrique Capriles.

El censo electoral conocido es de 18.854.935 venezolan@s. No habrá abstención mayor que la experimentada cuando era Chávez el candidato presidencial. Es mi pronóstico, y de comportarse la ciudadanía votante así, es posible que la diferencia entre uno y otro, en favor de Maduro supere los dos millones.

Claro, habrá un aceleramiento en la transición democrática que es la realidad de la autodenominada revolución bolivariana, que el propio Chávez agitó bajo la divisa del socialismo del siglo XXI, y más precisamente, en su etapa final de vida denominó el socialismo bolivariano, que no es, ninguno de los socialismos conocidos con anterioridad. Ni siquiera es el mismo practicado por su mejor amigo revolucionario, la Cuba dirigida por los hermanos Castro, sucesivos presidentes, después que lo fuera Oswaldo Dorticós al inicio de la revolución.

¿DE LA ECONOMÍA, QUÉ?

Aunque pocos lo hayan dicho, y pocos lo hayan estudiado, este socialismo "raizal", de raíces pluralistas en lo doctrinar¡o, y en lo étnico, guardan bastantes similitudes con el experimento llevado a cabo, no por Lula, sino por su compatriota, Juscelino Kubistchek en el Brasil del final de los años 50, y el comienzo de los 60, calificados por los brasileños como el mejor de sus presidentes.

Él hizo un manejo heterodoxo de la economía  capitalista, corrigió la plana a los dictados cepalinos de Arturo Prebisch, y mostró como era posible crecer, sin seguir la receta de controlar la inflación, le dio existencia a Brasilia, con el concurso de Costa y Niemeyer, y con la ayuda del modernismo urbanista de Le Corbusier. Fortaleció también el establecimiento intelectual, dándole renovación a la universidad brasileña, pero su sucesor, Joao Goulart, fue derrotado.
Algo por el estilo le tocará hacer a Maduro. Y podrá aprender de los aciertos y desaciertos de su vecino, Rafael Correa, para cercano a la ortodoxia  neoliberal en materia de inflación, pero con el injerto neokeynesiano que le da vuelo a lo que él llama la revolución del conocimiento, para lo cual ha pedido que lo asista Corea del Sur. Sin embargo, pas de reforma agraria, y mucho juego en términos de megaproyectos minero-energéticos.
La inflación en Venezuela hace rato que camina, tan campante con dos dígitos, hay carencia de divisas, y dos devaluaciones que ofrecieron circulante fresco a la recalentada economía venezolana, para mantener el poder de consumo de los muchos, el lumpenproletariado que ha garantizado la segudilla de victorias del chavismo hasta hoy.

Los habitantes de las grandes barriadas miserables, que contemplaban desde las alturas los despilfarros en favor de la lealtad de los sectores medios, y la obreríada sindicalizada que fue la fórmula ganadora de la anterior hegemonía puntofijista, hoy hacen la diferencia. Ell@s son la pobrería, pero, ahora se trata de proyectar su productividad política como productividad económica, y tal será el gran salto que Venezuela está en posibilidad de hacer, yendo más allá del monetarismo parásito, donde el rey con costosa corona ha sido el capital financiero.

Así las cosas, el candidato del trino, pondrán los twitters a sonar en función de las ciudades del conocimiento, y la pareja educación cualificada y auto-organización de la pobrería serán la mejor manera de aprovechar la renta petrolera, yendo más allá del populismo de izquierda, redistribuidor, que no es más una fórmula suficiente.

VEREMOS

La última palabra la tiene la acción electoral de las multitudes movilizadas, primero, para ganar la elección, y construir la acción contra-hegemónica que posibilite la revolución de la productividad humana, por fuera de los cauces del “progreso” capitalista, el cáncer voraz de la historia pasada, socialista y  liberal y neoliberal. Por lo que convendría (re)leer a Walter Benjamin, y reinterpretar el mensaje del  Angelus Novus, en clave de multitudes, junto con  las lecciones de Maquiavelo, 500 años después,.

Para hacer viable los cimientos del proyecto inconcluso de una república democrática, en el marco de una guerra de posiciones global entre democracia y guerra,  valiéndonos de las reflexiones de dos revolucionarios italianos derrotados, dos Antonios, Gramsci y Negri, pero no desarmados de la inteligencia de las situaciones y el porqué de aquellas derrotas históricas. 

1 comentario:

  1. Después de la elección del domingo, quedó claro que el pronóstico no se correspondió con lo dispuesto por los votantes en las urnas. Lo acontecido entre el viernes y el domingo, en cuanto a la distribución del voto de los indecisos tomó otro rumbo.

    El que ya conocimos. Y la diferencia hecho el escrutinio no superó el 2 por ciento, hecho el auditaje del 54 por ciento de las mesas, antes de realizar el CNE la proclamación del nuevo presidente.

    Ahora, la disputa es por el "reconteo" de la totalidad de los votos, y lo apoyo uno de los cuatro rectores del CNE, Vicente Díaz. Para que así ocurra, y no de oficio, porque no está establecido, tiene que producirse una impugnación de los resultados. Al respecto, incluyo un nuevo artículo en la serie sobre la coyuntura venezolana.

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