LOS MISILES Y EL RUMBO DE LA
GUERRA COLOMBIANA
Miguel Angel Herrera Zgaib.
Profesor Asociado, Unal.
Director Grupo Presidencialismo y
Participación, Colciencias C, Unijus B.
"La lucha está lejos de terminarse mientras no esté
garantizado un acuerdo". General John Kelly, Jefe del Comando Sur de
Estados Unidos, El Tiempo, primera página, Abril 3, 2013.
Hoy, El Tiempo de Colombia abrió su primera página con una "noticia
bomba", acerca de la que se venía especulando sin prueba directa. Había
sí, un episodio cercano, la incautación en diciembre de 2012, por el ejército
nacional, en Morales (Cauca), en el epicentro de las operaciones de guerra
presente, de dos misiles Sam 7, tierra-aire, y la información adicional que la
guerrilla de las Farc-ep sabe operarlos.
Lo dicho casa
bien, igualmente, que fuera en el escenario suroccidental de la guerra interna,
donde terminó sus días, Alfonso Cano, no en combate, sino con un tiro de
gracia, según testimonió el obispo de Cali, en información reproducida por el
historiador Marco Palacios en uno de sus últimos libros.
También se indica que no es
posible saber, a la fecha, cuántos de estos misiles que tienen un alcance de
6.5 kms tiene las Farc en su arsenal actual y cómo llegaron a su poder. Estas
armas, ofensivo-defensivas pueden sin
problemas derribar helicópteros de combate, tan importantes en la superioridad
aérea para la lucha anti-guerrillera.
Al mismo tiempo se afirma hace un
tiempo que algunos de los helicópteros caídos, y su posible causa, abrieron la
urgencia de involucrar a los Estados Unidos en la pesquisa para determinar la
existencia de estos artefactos que
equilibran en un cierto sentido la superioridad aéreo-militar, que se hizo
patente luego de la operación de copamiento de Mitú (Vaupés), por las Farc-ep.
Entonces, para la segunda mitad
de los años 90, analistas oficiosos como Alfredo Rangel señalaban que la guerra
colombiana estaba pasando de una guerra de movimientos a una guerra
convencional de posiciones, en la que se enfrentaban ejércitos regulares,
guerrilleros y contra-guerrilleros.
La verdad estratégica a medias
Hoy está claro también para el gobierno de Colombia, y su aliado
principal, el de Estados Unidos, que las Farc-ep tiene en su poder de fuego un arsenal
de misiles Sam7, tierra-aire, sin saber cuál es su número. Tal y como lo
declaró ante al comité de servicios armados de la Cámara de representantes,
cuando, por otra parte, se viene debatiendo, con relativo secreto, el pedido de
drones, que dicen fuentes indeterminadas, viene haciéndose por el gobierno del
presidente Santos.
El hoy presidente Santos, quien
fuera el ministro de defensa de Uribe, conocedor como lo fue, del cambio en
esta relación de fuerzas técnico-militar, con la obtención de misiles por la
guerrilla, hizo explícito, y no fue la única razón, que correspondía iniciar
conversaciones por cuarta vez con la guerrilla colombiana más antigua y mejor
provista.
La vieja idea que el poder nace
del fusil, de los tiempos de Mao, varió como es sabido, en particular, en
cuestión de estrategia, cuando se puso en conocimiento de la existencia y
ensayo letal de la energía atómica contra Japón. Y desde entonces el movimiento
por la paz mundial se convirtió en un argumento adicional para la estrategia
disuasiva.
Después la moda ha sido de
guerras de media y baja intensidad, porque se proscribe el uso de las ojivas
nucleares, mientras que por debajo de cuerda se contrabandean estas en los
teatros de posible guerra y fricción entre bandos enemigos. A hoy, uno de los
casos más inmediatos, sabido es, es Corea del Norte, quien trata con protocolo
de guerra a su vecina/hermana Corea del Sur, y Estados Unidos ha apostado una
unidad naval enfrente de sus costas para responder eventualmente a la actual
retórica de guerra.
Volviendo a Colombia, esta es un
escenario de confrontación no nuclear, parecido en un cierto sentido a El
Salvador, donde esta guerrilla en su fase de ascenso contó con misiles,
facilitados, sin prueba definitiva, por el FSLN, durante el triunfo de la
revolución nicaragüense. Y, los misiles fueron probados contra los helicópteros
de la aviación salvadoreña suministrados por Estados Unidos.
Para recordar a otro analista
colombiano, Eduardo Pizarro Leóngómez, hoy dedicado a funciones diplomáticas
por el gobierno Santos, allí se produjo un empate político militar, resuelto en
el fracaso de la toma a la ciudad capital. De ahí, en adelante, las fuerzas
contendientes hicieron por fuerza el tránsito a la paz.
Una paz condicionada
A partir de hoy, y a pocos días de la salida a las calles el próximo 9
de abril, cualquier colombiano medianamente informado, tiene claridad de qué
pasa con la guerra colombiana, en plata blanca; y por qué el juego de minas y
pipetas de gas contra la acción aérea, ya no cuenta del mismo modo en el teatro
de la guerra actual. Y por qué la estrategia de la seguridad democrática, en
cabeza de dos gobiernos fracasó como política pública de guerra.
Y que si se pasara del uso de los
aviones fantasmas al complemento de los drones, de los cuales incluso se
especula que se hizo uso en el ataque a Angostura, sin prueba conocida, el
general Kelly recomienda, por buenas razones, que se continúe con las
negociaciones de paz. Es a no dudarlo, una respuesta a los cacareos de los
expresidentes Pastrana y Uribe, entusiasmados, parece que mal informados, con
aumentar las operaciones de guerra.
Pero, según lo dicho en las
audiencias de la Cámara estadounidense, otro es el cantar, y la política
pública de guerra, y se tiene que trabajar en serio, en "el negocio de la
paz"; y se entiende en parte el descansito de las tres semanas en La
Habana, luego de conocidos los pormenores de la audiencia con el general Kelly
en la Cámara.
A él se unió la voz del coronel
Gregory Julian, interrogado por una publicación, Inside-Defense.Inc, en temas
de la guerra, que de modo en parte eufemístico, se dedica al estudio glocal de
la defensa militar. Julian interrogado ha dicho: "Puedo confirmar que las
Farc han adquirido misiles tierra-aire.
Una moraleja necesaria
“El ángel quiere detenerse, despertar a los muertos y
recomponer lo despedazado. Pero una
tormenta desciende del paraíso y se arremolina en sus alas y es tan fuerte que
el ángel no puede plegarlas…Tal tempestad es lo que llamamos progreso.” Walter
Benjamin, Tesis IX, Sobre el Concepto de
Historia. Editorial Premiá, México, p. 113.
Está claro, sin duda, que el
Comando Sur, ariete del presidencialismo imperial estadounidense, en el marco
del nuevo sistema político global, que Hardt y Negri, definieron como imperial,
ha revisado prioridades y es ahora partidario de la paz en Colombia, como
también lo ha hecho desde Gran Bretaña, su gobierno, y sus principales
publicaciones económicas, The Economist y Financial Times.
Los vientos de la guerra aérea
soplan en otra dirección, y el Angelus Novus de Walter Benjamin, ya no parece
ser arrastrado indefectiblemente por la excepcionalidad de los de arriba, sino
que con los ojos de la sociedad civil, las multitudes movilizadas a partir del
9 de abril, la excepcionalidad se puede hacer causa común, para que le de paso
a lo excepcional constituyente, y nos liberemos de una vez por todas.
En las calles y plazas de
Colombia se dan las "batallas" decisivas por la vida, y no podemos
ser mezquinos ni timoratos. Y quizás con Maquiavelo, y el saber común, podamos
decirnos, con el debido cuidado, que no hay mal que por bien no venga.
Los invito a visitar y participar en las reflexiones del
blog:plataformaabiertaparalapaz, un proyecto autónomo de la revista Contravía
virtual número once.
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