UNA SITUACIÓN INUSITADA EN LA POSESIÓN DE NICOLÁS MADURO
Miguel Angel Herrera Zgaib
Profesor Asociado, Ciencia Política, Unal
Grupo Presidencialismo y Participación
"Nunca es tarde. Bienvenidos
todos." Nicolás Maduro.
"Nicolás, me llamo Hendrix...", esas fueron las palabras del
espontáneo que se coló al podio en donde el presidente Nicolás Maduro de
Venezuela saludaba a las 61 delegaciones internacionales presentes en Caracas.
El presidente de la asamblea, Diosdado Cabello no logró detenerlo.
Se interrumpió la transmisión
televisiva. Cuando se reanudó, el presidente anotó que había fallado la
seguridad, y lo hubieran podido matar. Prometió que luego conversará con él,
para enterarse de qué se trata. Lo agarraron, dicen, efectivos de la guardia
nacional y los cuerpos de seguridad.
Pero, ante el mundo, el joven,
quien tenía una chaqueta roja burló todas las medidas de seguridad. Nicolás se
mostró, en todo caso, tranquilo, me reclamó el cuidado requerido, y señaló que
su vida estaba dispuesta a entregarla por la causa revolucionaria.
En el discurso de posesión
Nicolás hizo un recorrido por la historia nacional, así como recordó la vida
del comandante Chávez, y después mencionó lo hecho y decidido recientemente con
respecto al auditaje de la elección. Y hace una aproximación crítica al
episodio de atacar un CDI, donde se atiende a los venezolanos; y contra la
campaña xenofóbica de Capriles y MDU contra las misiones cubanas. Y lanza vivas
a los médicos cubanos, al pueblo cubano, y a Fidel.
¿Y la oposición?
“Anunciaron una marcha sobre Caracas, y yo dije No. Y surtió
efecto”. Nicolás Maduro.
No está presente ninguno de los diputados de la oposición, y se abre
ahora un compás de espera de treinta días. Está presente Unasur, una creación
de Chávez y los colegas presidentes, para acompañar este proceso sin
precedentes en la reinvención democrática de América Latina.
A contramano de todos los deseos,
y señalamientos de la "prensa libre" del continente, que no ha podido
ni querido tener un equilibrio informativo, el proceso político venezolano que
le quebró el espinazo al acuerdo de Punto Fijo. Y ahora, por catorce años,
construye la revolución bolivariana, en medio de inmensas dificultades, y sin
tener a Chávez en vida, sino a quien él designara como su potencial sucesor, un
proletario, conductor de metro, que se convierte en el presidente.
Por último, Maduro, en su primer acto como presidente advierte
sobre el fascismo existente, y recuerda la solidaridad revolucionaria con el
pueblo colombiano, del cual viven tres millones en Venezuela. Y reclama un viva
para Colombia, en presencia del presidente Santos, que estuvo, y de Piedad Córdoba, que
está presente en la posesión. Y hace una oda a Chávez, llamándolo el inmortal
de América.
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