EL “TÚNEL” DEL PRESIDENCIALISMO EN
COLOMBIA
Y SONÓ LA FLAUTA, ¿PARA QUIÉN? (SEGUNDA PARTE)
Miguel Angel Herrera Zgaib
Director Grupo Presidencialismo y Participación
Presid.y.partic@gmail.com
La paz nacional y la economía global
"Las políticas que hemos promovido se queden a mitad del
camino o se echen para atrás." Juan Manuel Santos.
Tiene
que haber una definición de reglas de juego entre la democracia y la izquierda
para sacar provecho de la división en el bloque dominante. Y la suerte del
rumbo de la paz en La Habana es un ingrediente fundamental. La guerra de las
vallas refleja lo definitiva que se ha vuelto la cuestión de la paz y su curso
decisivo en términos de tierras, y una verdadera reforma agraria, que por lo
pronto solo tiene cara de restitución que golpea a una parte del eje terrateniente para-político.
La otra pata de la mesa en que se juega la presidencia está en la economía nacional, que se encuentra amenazada por la epidemia
holandesa, que ya tocó a la industria colombiana, sumada a una baja intempestiva,
especulativa en el mercado de las commodities, que se pronostica globalmente con insistencia, y que tiene que ver, igualmente, con la baja en la demanda de la economía china que acusa relativa fatiga productiva. Acercándose ésta cada vez más a los pronósticos del Nóbel Krugman, al hacer recuento histórico comparativo de las economías determinadas por la relación capitalista.
El equipo con el cual competirá el presidente para ganar las
elecciones del 2014 incorpora en la fundación buen gobierno a Gabriel Silva,
Juan José Echevarría, María Emma Mejía, y el general Oscar Naranjo con la
presidencia de German Vargas, y la presidencia ejecutiva de Juan Mesa.
Pronto sabremos cuál será el equipo que propone el partido de
la guerra para competir en la conducción del bloque dominante, e intentar ganar
la presidencia perdida al fracasar en la liquidación de las Farc-Ep, el más
influyente componente de la resistencia contra-hegemónica al proyecto del
capitalismo globalizado, cuya punta de lanza son los megaproyectos impuestos a
sangre y fuego, con más de 4 millones de colombianos desplazados.
La incógnita de la
tercería democrática y de izquierda
La tercería democrática y de izquierda tiene pronto que
hacerse visible, no puede menospreciar ninguna tendencia de los partidos
existentes, los movimientos sociales y políticos, y los independientes que no
están conformes con el estado de cosas actual, en tiempos de “prosperidad
democrática”.
El referente fundamental tendrá que ser la paz democrática y
la constituyente social, que hagan la diferencia frente a los esfuerzos
reformistas timoratos que se ensayan hoy, la
restitución de tierras y reparación de víctimas, las casas gratuitas, y
la paz con las Farc-Ep, que, para empezar, tienen que concretarse y
profundizarse.
La movida es compleja y tortuosa, pero si la izquierda lo
intenta puede como mínimo definir quien ganará la presidencia, y contribuir al
establecimiento de un juego democrático liberal con oposición efectiva. Hasta
podría la izquierda aliada con sectores democráticos ganar la presidencia si la
confrontación arriba está adobada por una crisis económica inusitada; a la que
podría sumarse el desmantelamiento del congreso infestado de para-político y corrompido.
La revocatoria del congreso se tramita en
forma casi silenciosa, tapada por el ruido paralelo de la revocatoria contra el
alcalde Petro. Él es otro de los actores relevantes en esta crisis coyuntural
del bloque dominante como animador principal de los progresistas junto con
Antonio Navarro dedicado a la tarea de darle a este movimiento una proyección
nacional pensando en las presidenciales de 2014.
Con todo, son demasiadas variables para pensar que se
alineen los astros a favor de esta
tercería, que no logra organizarse todavía, fijando unas regla para seleccionar
popularmente el mejor candidato, y no entre las dirigencias de cada
agrupamiento de izquierda y democrático, interesado en ser una real alternativa
de oposición a los candidatos del partido de la Unidad Nacional y del Centro
Democrático.
Es la oportunidad política para que esta alianza le cambie el
ritmo al baile del capital transnacional, legitimado por las visitas de Clinton
y Blair, y favorezca por fin a las multitudes que resisten las cooptaciones y
el transformismo que ensaya la dupla oligárquica de Juan Manuel Santos y Germán
Vargas Lleras.
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