DOCUMENTOS VIII SEMINARIO INTERNACIONAL ANTONIO GRAMSCI
INTERVENDRÁ EL FILÓSOFO E INVESTIGADOR MARXISTA ANTONINO INFRANCA, QUIEN TRATARÁ DE LA CUESTIÓN INTELECTUAL Y LA POLÍTICA RELACIONANDO VIDA Y OBRA DE GRAMSCI Y LUKACS.
SESIÓN INAUGURAL 1o. DE NOVIEMBRE DE 2013, AUDITORIO CAMILO TORRES, FAC DE DERECHO, UNIVERSIDAD NACIONAL.
INVITA GRUPO PRESIDENCIALISMO Y PARTICIPACIÓN
CON LA COLABORACIÓN DEL DOCTORANTE DARIO GHILARDUCCI (GPYP)
Inscripciones e información adicional: presid.y.partic@gmail, telefax: 3165000 extensión 10968.
Entrevista a Antonino Infranca
Autor(es): Infranca, Antonino
Infranca,
Antonino. Filósofo italiano. Se doctoró en filosofía en la Academia Húngara
de Ciencias con una tesis sobre el concepto de trabajo en Lukács. Realizó
investigaciones en el Archivo Lukács de Budapest. En 1989, recibió el Premio
Lukács. Es autor de Giovanni Gentile e la cultura siciliana (1990), Tecnécrates
(1998; trad. al portugués: 2003; al castellano: 2004), El otro occidente (2000;
trad. al francés: 2004), Trabajo, individuo, historia. El concepto de trabajo
en Lukács (2005), Los filósofos y las mujeres (2006).
Coeditor de G. Lukács Testamento político y otros escritos sobre política y filosofía (2003), G. Lukács, Ontología del ser social: El Trabajo (2004) y György Lukács: Ética, Estética y Ontología (2007). Ha publicado numerosos artículos sobre Lukács, Bloch, Gramsci, Kerényi, Croce, Heidegger; ha traducido al italiano los ensayos de Dussel sobre Marx. Integra el consejo asesor de Herramienta.
Coeditor de G. Lukács Testamento político y otros escritos sobre política y filosofía (2003), G. Lukács, Ontología del ser social: El Trabajo (2004) y György Lukács: Ética, Estética y Ontología (2007). Ha publicado numerosos artículos sobre Lukács, Bloch, Gramsci, Kerényi, Croce, Heidegger; ha traducido al italiano los ensayos de Dussel sobre Marx. Integra el consejo asesor de Herramienta.
Néstor Kohan
Entrevista con Antonino Infranca
La vigencia de György Lukács, un pensador
maldito
Cinco décadas después de que Maurice Merleau-Ponty reinstalara en
el seno de la intelectualidad occidental el formidable y, desde nuestro punto
de vista, inigualado Historia y conciencia de clase [1923], la obra y el
pensamiento de György Lukács [Hungría, 1885-1971] parece resurgir de las
cenizas.
Pensadores tan diversos como Fredric Jameson, en Estados Unidos, Michael Löwy y Nicolás Tertulian, en Francia; Itsván Mészáros, en Inglaterra, Carlos Nelson Coutinho, Leandro Konder y Ricardo Antunes, en Brasil, y muchos otros intelectuales críticos del mundo encuentran inspiración en la obra de Lukács para continuar batallando contra el capitalismo contemporáneo y sus perversas lógicas culturales.
Pensadores tan diversos como Fredric Jameson, en Estados Unidos, Michael Löwy y Nicolás Tertulian, en Francia; Itsván Mészáros, en Inglaterra, Carlos Nelson Coutinho, Leandro Konder y Ricardo Antunes, en Brasil, y muchos otros intelectuales críticos del mundo encuentran inspiración en la obra de Lukács para continuar batallando contra el capitalismo contemporáneo y sus perversas lógicas culturales.
En Brasil, por ejemplo, durante la última década se han publicado
dos volúmenes muy importantes, conteniendo aportaciones de varios pensadores
actuales sobre su obra. Primero salió Lukács: Un Galileo del siglo XX (São
Paulo, Boitempo, 1996), y luego Lukács y la actualidad del marxismo (São Paulo,
Boitempo, 2002). En este último volumen se incluyen 34 cartas inéditas del
filósofo de Hungría con los brasileños Coutinho y Konder.
En Argentina acaban de editarse varios textos de Lukács inéditos en castellano en un excelente y muy documentado volumen titulado Testamento político y otros escritos sobre política y filosofía. Buenos Aires, Ediciones Herramienta, 2003.
En Argentina acaban de editarse varios textos de Lukács inéditos en castellano en un excelente y muy documentado volumen titulado Testamento político y otros escritos sobre política y filosofía. Buenos Aires, Ediciones Herramienta, 2003.
El libro está
compilado por Miguel Vedda (profesor de literatura alemana en la Universidad de Buenos
Aires) y Antonino Infranca (filósofo italiano residente en Buenos Aires). La
siguiente entrevista a Infranca intenta indagar en la compleja relación de
Lukács con el stalinismo y en el modo como el pensador húngaro, sin duda uno de
los principales filósofos marxistas del siglo XX.
Junto con Antonio Gramsci, logró eludir el rígido corsé que aquella corriente política impuso a la cultura marxista durante varias décadas en Europa Oriental. Arrojando nueva luz sobre aspectos biográficos y filosóficos desconocidos de Lukács, Infranca propone una nueva manera de abordar su obra.
Junto con Antonio Gramsci, logró eludir el rígido corsé que aquella corriente política impuso a la cultura marxista durante varias décadas en Europa Oriental. Arrojando nueva luz sobre aspectos biográficos y filosóficos desconocidos de Lukács, Infranca propone una nueva manera de abordar su obra.
Su conclusión apunta a demostrar
que Lukács no puede ser reducido al ocaso del stalinismo, lo cual explicaría su
inesperado retorno a la arena filosófica contemporánea. Antonino Infranca
[Italia, 1957] se doctoró en filosofía en la Academia Húngara
de Ciencias; y logró internarse durante años en el Instituto Lukács de Budapest
y en el archivo del notable pensador húngaro. Allí accedió a sus papeles
personales y varios materiales inéditos. Una tarea hasta hace poco tiempo
vedada para los estudiosos occidentales.
Además de sus trabajos sobre el
húngaro, Infranca ha publicado en Italia Giovanni Gentile e la cultura
siciliana (Roma, 1990) Tecnecrate (Roma, 1998) y en la Argentina un análisis de
la obra del filósofo y teólogo de la liberación Enrique Dussel: El otro
occidente (Buenos Aires, ediciones Herramienta, 2000). También en Buenos Aires,
Infranca es miembro de la
Asociación Antonio Gramsci, sección local de la International Gramsci
Society (IGS).
Néstor Kohan: ¿A qué se debe este renovado interés por la obra de
Lukács?
Antonio Infranca: Su obra ha sido retomada por Jameson y otros
marxistas norteamericanos. También tuvo un eco, aunque paradójico, en el
Antiedipo de Deleuze y Guattari. De muy diversos modos todos ellos han retomado
últimamente núcleos de la obra más famosa que Lukács produjo en su juventud:
Historia y conciencia de clase.
Pero, yo pienso que si hoy hay que volver a Lukács tiene que ser más bien por su obra madura de los años ‘60, muchísimo menos conocida: La ontología del ser social. Es un monumento del pensamiento que contiene miles de páginas. Esta última tiene más actualidad.
Pero, yo pienso que si hoy hay que volver a Lukács tiene que ser más bien por su obra madura de los años ‘60, muchísimo menos conocida: La ontología del ser social. Es un monumento del pensamiento que contiene miles de páginas. Esta última tiene más actualidad.
N.K.: ¿Por qué?
INFRANCA: Fundamentalmente por su estudio acerca de la
"extrañación". Esta teoría de Lukács da una posibilidad de cuestionar
al capitalismo globalizado de nuestros días. Hoy muy pocos critican lo que hace
el sistema actual en el campo de la ideología, la propaganda y la publicidad.
Los críticos más ácidos de la globalización cuestionan las estructuras
económicas (el desempleo, el hambre, etc.) pero no muchos critican los modos de
integración globalizada.
N.K.: ¿Qué entendés vos por "modos de integración"?
INFRANCA: Que todos los seres humanos se están vistiendo de la
misma manera, viven en la misma imposición urbanística, ven la misma TV y cine,
la misma estructura de los shoppings y sus modos de consumo, la misma música y
publicidad. Si alguien llega enmascarado y con los oídos tapados (sin escuchar
el idioma) y se lo deja en la periferia de cualquier gran ciudad del mundo, no
podría distinguir una de otra.
La lectura de La ontología del ser social de Lukács hoy nos permitiría desarrollar, desde su análisis de los fundamentos del ser social del hombre, una crítica a todo aquello que va cancelando los fundamentos del individuo contemporáneo.
La lectura de La ontología del ser social de Lukács hoy nos permitiría desarrollar, desde su análisis de los fundamentos del ser social del hombre, una crítica a todo aquello que va cancelando los fundamentos del individuo contemporáneo.
N.K.:¿Qué aportaría esa obra en torno al debate de la
posmodernidad?
INFRANCA: La mayoría de los pensadores posmodernos se basan en
Martín Heidegger. Bueno, en La ontología del ser social hay un largo capítulo
específico dedicado a Heidegger, obviamente crítico. En toda la vida de Lukács
la polémica con Heidegger siempre estuvo presente. Esa obsesión la tuvo ya
desde los años ‘40 y ‘50, cuando arremete contra la Carta sobre el humanismo de
Heidegger y lo vuelve a retomar en su obra última. Además, según sabemos por
Lucien Goldmann (discípulo de Lukács),
El ser y el tiempo, la gran obra de Heidegger, estuvo escrita contra Historia y conciencia de clase del filósofo húngaro. Un hecho que muchos admiradores actuales de Heidegger curiosamente "olvidan" o directamente desconocen. En La ontología del ser social el Lukács maduro retoma la posta y contesta a El ser y el tiempo de Heidegger.
El ser y el tiempo, la gran obra de Heidegger, estuvo escrita contra Historia y conciencia de clase del filósofo húngaro. Un hecho que muchos admiradores actuales de Heidegger curiosamente "olvidan" o directamente desconocen. En La ontología del ser social el Lukács maduro retoma la posta y contesta a El ser y el tiempo de Heidegger.
N.K.:¿Cuáles serían las principales razones de ese enfrentamiento
clásico en la filosofía contemporánea?
INFRANCA: Según Lukács, Heidegger encubre con categorías
abstractas la auténtica vida cotidiana. Heidegger impediría, desde este
argumento, lo que Lukács promueve: el tomar conciencia de los problemas de la
vida cotidiana. Por eso yo creo que la posmodernidad -por ejemplo la obra de mi
compatriota Gianni Vattimo- debería ser criticada desde este particular ángulo.
La posmodernidad aleja al ser humano de las preguntas fundamentales sobre el sentido del ser. De allí que Lukács promueva en términos filosóficos una autenticidad que paradójicamente Heidegger niega, a pesar de todo su conocido énfasis en la crítica del "mundo inauténtico". Lukács acusa a Heidegger de ser el mayor promotor de la inautenticidad, un juicio que yo extendería desde este ángulo a todo el posmodernismo.
La posmodernidad aleja al ser humano de las preguntas fundamentales sobre el sentido del ser. De allí que Lukács promueva en términos filosóficos una autenticidad que paradójicamente Heidegger niega, a pesar de todo su conocido énfasis en la crítica del "mundo inauténtico". Lukács acusa a Heidegger de ser el mayor promotor de la inautenticidad, un juicio que yo extendería desde este ángulo a todo el posmodernismo.
N.K.: Además de estudiar su obra publicada, vos trabajaste en el
Archivo de Lukács en Budapest. ¿Qué contenía ese archivo?
INFRANCA: Yo trabajé allí entre 1984 y 1986. El archivo estaba en la casa de Lukács. Contenía su biblioteca, sus papeles personales, sus manuscritos editados e inéditos y su correspondencia, que es importante.
Él, normalmente, contestaba todas las cartas. La mayoría de las cartas están inéditas. Además, el archivo publicó en 1998 una especie de diario de los libros que Lukács leía en el período de Heidelberg, el de su primera juventud. Su título es Apuntes de Heidelberg. Esto es una de las últimos cosas que han sido publicadas.
INFRANCA: Yo trabajé allí entre 1984 y 1986. El archivo estaba en la casa de Lukács. Contenía su biblioteca, sus papeles personales, sus manuscritos editados e inéditos y su correspondencia, que es importante.
Él, normalmente, contestaba todas las cartas. La mayoría de las cartas están inéditas. Además, el archivo publicó en 1998 una especie de diario de los libros que Lukács leía en el período de Heidelberg, el de su primera juventud. Su título es Apuntes de Heidelberg. Esto es una de las últimos cosas que han sido publicadas.
N.K.: Cuál fue la mayor ventaja de incursionar en el archivo?
INFRANCA: Fueron años muy interesantes para mí. Fui el único
italiano en el campo de la filosofía que pudo hacer el doctorado en Hungría.
Estar en el archivo me permitió leer sus apuntes sobre la ética, un trabajo
inacabado, publicado póstumamente recién después que cayó el Muro de Berlín y
también me permitió leer algunas cartas vinculadas con los intelectuales
italianos.
El volumen de cartas con los italianos era el más numeroso incluyendo su correspondencia con alemanes, a pesar de que Lukács escribía en alemán y tenía una formación alemana. Lo cual permitiría explicar el gran interés de la cultura italiana hacia Lukács. Pero sobre todo investigar in situ me permitió deshacerme de muchos prejuicios que existen en Occidente sobre su obra, que están basados casi siempre en la falta de información seria y rigurosa.
El volumen de cartas con los italianos era el más numeroso incluyendo su correspondencia con alemanes, a pesar de que Lukács escribía en alemán y tenía una formación alemana. Lo cual permitiría explicar el gran interés de la cultura italiana hacia Lukács. Pero sobre todo investigar in situ me permitió deshacerme de muchos prejuicios que existen en Occidente sobre su obra, que están basados casi siempre en la falta de información seria y rigurosa.
N.K.:¿El acceso al archivo era libre?
INFRANCA: No. Había dificultades para obtener los materiales.
Cuando yo estuve en el archivo había en él -y sólo allí, pues el fenómeno no se
repetía en aquel momento en el resto de Hungría- un clima de censura y de
control. Eso me hizo perder mucho tiempo de investigación, al tener que esperar
que me permitieran ver el material. Lukács seguía siendo un pensador maldito
para el régimen político del Este y para el stalinismo.
N.K.:¿En tu opinión, Lukács era un disidente?
INFRANCA: No era un disidente clásico. Pensaba en la posibilidad
de reformar el sistema en un sentido democrático, una salida que evidentemente
fue inviable.
N.K.: Sin embargo se lo asocia, por sus reiteradas
"autocríticas", muchas de ellas forzadas, con el stalinismo...
INFRANCA: Esa opinión proviene de Occidente. Pero estudiando a
fondo su obra y biografía existen hechos incontrastables en la dirección
exactamente opuesta. En primer lugar, sus libros jamás fueron publicados en
ruso. Los stalinistas soviéticos nunca lo publicaron. Recién lo editaron en
Rusia en 1989... En segundo lugar, los intelectuales occidentales que lo
critican ni se imaginan lo que estaba pasando en el Este en aquel momento. Su
posición no era stalinista, sino en todo caso posibilista.
Además, Lukács participó activamente en 1956 en la revolución antistalinista y por eso los soviéticos lo apresaron junto a Imre Nagy y los deportaron a Rumania donde él permaneció recluido varios meses. Incluso la policía stalinista también lo había apresado por sospechas en la propia URSS en 1941, cuando él estaba allí exiliado en los años del nazismo. Oportunidad donde también apresan a su gran amigo Mijail Lifschitz, el especialista en estética. A Lukács le secuestraron entonces un libro suyo: Goethe y la dialéctica, que se perdió. Sólo un fragmento se publicó luego en italiano.
Además, Lukács participó activamente en 1956 en la revolución antistalinista y por eso los soviéticos lo apresaron junto a Imre Nagy y los deportaron a Rumania donde él permaneció recluido varios meses. Incluso la policía stalinista también lo había apresado por sospechas en la propia URSS en 1941, cuando él estaba allí exiliado en los años del nazismo. Oportunidad donde también apresan a su gran amigo Mijail Lifschitz, el especialista en estética. A Lukács le secuestraron entonces un libro suyo: Goethe y la dialéctica, que se perdió. Sólo un fragmento se publicó luego en italiano.
N.K.:¿Qué tipo de participación tuvo Lukács en la rebelión de
1956?
INFRANCA: Lukács fue ministro de cultura del derrocado gobierno de Nagy. Las vicisitudes de Lukács en su reclusión de aquel año las pude reconstruir cuando entrevisté a su compañero, también apresado por los soviéticos, Miklós Vásárhelyi. Él me contó el comportamiento valiente de Lukács, y su rechazo de todos los intentos que los soviéticos le hicieron para cooptarlo y separarlo de los demás presos húngaros.
N.K.: En lo que respecta a esos años, ¿acaso su libro El asalto a
la razón de 1953 no fue acusado de legitimar filosóficamente el stalinismo?
INFRANCA: Lo que no se sabe es que los materiales que conformaron
ese libro él los escribió en 1933, pero entonces no los publicó. Recién lo hizo
en 1953, después de la muerte de Stalin... porque no quería pasar por un
sostenedor del stalinismo.
N.K.: ¿Tenés pruebas de eso?
INFRANCA: Sí, por supuesto. Aunque en Argentina no se conocen, el
archivo Lukács publicó esos trabajos de preparación de El asalto a la razón.
Además Lukács escribió El joven Hegel en 1938. No salió publicado porque iba a
contramano de la línea stalinista oficial que condenaba a Hegel
terminantemente, en toda la línea. Recién lo publicó en 1948 en Suiza, así como
también El asalto a la razón fue publicado en Suiza, es decir, en el corazón de
Occidente y no en los países del Este europeo.
Por todo esto podríamos decir que en un sentido es cierto que él "convivió" con el stalinismo, pero hay que ver también cómo y en qué condiciones históricas específicas, no siempre conocidas. En realidad existen muchos matices que hay que descifrar evitando juicios apresurados.
Por todo esto podríamos decir que en un sentido es cierto que él "convivió" con el stalinismo, pero hay que ver también cómo y en qué condiciones históricas específicas, no siempre conocidas. En realidad existen muchos matices que hay que descifrar evitando juicios apresurados.
N.K.: ¿Vos pensarías que esa relación con el stalinismo motivó su
crítica a las vanguardias estéticas como "decadentes"?
INFRANCA: La cuestión es más compleja. En ese punto, es innegable, Lukács se cruza con el stalinismo, pero su posición no tiene como causa al stalinismo. Lukács siempre rechazó a las vanguardias, ya desde su primera juventud cuando todavía no era comunista. El stalinismo entonces no existía y ni siquiera se había producido la revolución bolchevique de 1917.
Por ejemplo, Lukács nunca se pronunció a favor del futurismo a pesar de que la ideología literaria de la revolución bolchevique era, en sus inicios, el futurismo. Su rechazo de las vanguardias tiene otro fundamento. Lo mismo vale para sus juicios críticos sobre Kafka, muchos de los cuales -según podemos apreciar en su correspondencia inédita de la madurez- él mismo llegó a juzgar como equivocados.
N.K.:¿Y su famosa polémica con Bertolt Brecht sobre el
expresionismo?
INFRANCA: Lukács no rechazaba el antistalinismo de Brecht, sino
que cuestionaba su teoría de un teatro vanguardista. Son dos fenómenos
diversos. Él no le cuestionaba su intento de construir un teatro distinto al de
la "edificación" stalinista, al del culto a la personalidad. En eso
estaba de acuerdo con Brecht y terminaron siendo muy amigos.
N.K.:¿Cómo se vivió en los circuitos filosóficos de Hungría la
caída de 1989?
INFRANCA: Yo tuve la suerte de estar allí en ese momento. En junio
de 1989 se hizo una manifestación por el entierro oficial del cuerpo de Imre
Nagy, quien había sido el jefe del gobierno de 1956 cuando los soviéticos
invadieron Hungría. En la filosofía hubo grandes debates porque volvieron a
tener manifestaciones públicas ex discípulos de Lukács, como Mihály Vayda (el
traductor húngaro de El ser y el tiempo de Heidegger) o Itsván Fehér (quien
escribió la introducción a ese libro de Heidegger), Krisztoff Nyiri y otros
disidentes. Aunque hay que aclarar que Hungría era distinta a la URSS o a Rumania.
En Budapest, antes de 1989, los disidentes no eran ni detenidos ni proscriptos. Publicaban libros, tenían todos trabajos en editoriales y uno los podía encontrar y conversar con ellos en cualquier lado. Pero no les permitían tener cargos enla Universidad
ni hacer una carrera académica. En ese contexto, muchos ex discípulos de Lukács
giraron hacia la posmodernidad.
En Budapest, antes de 1989, los disidentes no eran ni detenidos ni proscriptos. Publicaban libros, tenían todos trabajos en editoriales y uno los podía encontrar y conversar con ellos en cualquier lado. Pero no les permitían tener cargos en
N.K.: ¿Bastante contradictorio, no es cierto?
INFRANCA: Sí, por supuesto, pero igual giraron al posmodernismo.
Por ejemplo Agnes Heller está internándose ahora en lo que ella denomina
"la ética posmoderna". Vayda, con su crítica a la metafísica, sigue
el mismo camino.
N.K.:¿Cuántos discípulos tuvo Lukács en Hungría?
INFRANCA: Básicamente hubo dos grupos de discípulos de Lukács que
se conocieron como "la
Escuela de Budapest", hoy famosa. El primer grupo se
formó cuando Lukács dictaba clases en la Universidad entre 1946 y 1949. En ese momento fue
atacado por los stalinistas por ser "un filósofo medio burgués" y fue
obligado a dejar la
Universidad. Después de ese ataque Lukács pasó de un día para
otro de quinientos alumnos a cinco.
El filósofo stalinista que lo atacó se llamaba Jozséf Revai (antes había sido su amigo). Revai fue alentado por Imre Lakatos, por entonces furioso stalinista, quien años después se fue a vivir a Occidente donde se convirtió en un célebre filósofo de la ciencia... Entre los cinco que se quedaron estaban: Agnes Heller (la más conocida en Occidente), István Hermann, Denés Zoltai -quien me contó personalmente todo esto- Marta Mészáros y por último Ferénc Fehér.
El filósofo stalinista que lo atacó se llamaba Jozséf Revai (antes había sido su amigo). Revai fue alentado por Imre Lakatos, por entonces furioso stalinista, quien años después se fue a vivir a Occidente donde se convirtió en un célebre filósofo de la ciencia... Entre los cinco que se quedaron estaban: Agnes Heller (la más conocida en Occidente), István Hermann, Denés Zoltai -quien me contó personalmente todo esto- Marta Mészáros y por último Ferénc Fehér.
N.K.:¿Pero Agnes Heller no cortó amarras cuando se fue a vivir a Estados Unidos?
INFRANCA: Sí, es cierto, pero lo hizo mucho antes, pues alrededor de ella se había formado la segunda Escuela de Budapest de los "disidentes", que agrupaba a Mihály Vayda, György Markus, Sándor Radnoti, Tamás Gaspar y Ferenc Fehér. Por eso hay prácticamente dos Escuelas de Budapest, un fenómeno no siempre conocido, según creo.
N.K.:¿Estos discípulos de Lukács querían reformar el régimen?
INFRANCA: Yo creo que no. Al contrario del último Lukács, quien
escribió El hombre y la democracia [publicado en Buenos Aires, en 1989, por
editorial Contrapunto], redactado entre agosto y noviembre de 1968 -después de
la primavera de Praga- pensando en reformar el régimen político del Este y
apuntando a construir un socialismo más humano, ellos no creían en esa
posibilidad.
N.K.: ¿El hombre y la democracia se publicó en vida de Lukács?
INFRANCA: No. El lo escribió y lo envió al comité central del PC
de Hungría como una provocación, para ver si ellos aprovechaban ese texto para
abrir el debate y tomar distancia de la invasión rusa a Checoslovaquia. El
partido lo dejó escondido. En 1985, cuando estaba Gorbachov en la URSS , una parte del partido
húngaro lo publicó en alemán pero nunca lo vendieron en las librerías, pues lo
vetaron los antigorbachovianos. El traductor de Lukács al italiano, Alberto
Scarponi, me dio la tarea de llevar el libro a Italia, cosa que hice, y así se
conoció en Occidente.
N.K.: Durante los últimos años, y a propósito de su aniversario,
la obra de Goethe ha ocupado páginas y páginas en todos los periódicos del
mundo, especialmente en los de Alemania reunificada.
¿Qué actualidad tienen, desde tu punto de vista, los análisis de Lukács sobre el Fausto?
¿Qué actualidad tienen, desde tu punto de vista, los análisis de Lukács sobre el Fausto?
INFRANCA: Goethe siempre lo obsesionó y la ciudad de Frankfurt le
obsequió a él un premio Goethe en 1970. Para explicar el papel de Margarita y
Fausto, los personajes de la primera parte de esa famosa obra, Lukács adopta
aquella idea de Marx según la cual se puede juzgar una sociedad estudiando la
relación dentro de ella entre varones y mujeres.
Según él, lo más grande de Goethe residía en el modo cómo a través del personaje Margarita el autor del Fausto explicaba la sociedad burguesa alemana de su época. Me parece que este estudio no sólo sirve para explicar la sociedad alemana de aquella época sino también las relaciones entre el hombre y la mujer en el mundo contemporáneo.
Según él, lo más grande de Goethe residía en el modo cómo a través del personaje Margarita el autor del Fausto explicaba la sociedad burguesa alemana de su época. Me parece que este estudio no sólo sirve para explicar la sociedad alemana de aquella época sino también las relaciones entre el hombre y la mujer en el mundo contemporáneo.
N.K.:¿Qué queda vigente hoy de Lukács?
INFRANCA: Mira, creo que hoy nos queda una obra filosófica de enorme envergadura (todavía no completamente explorada) y un legado sumamente complejo que nos permite repensar no sólo todos los debates filosóficos del siglo XX sino también abordar algunos de los enigmas futuros de la humanidad.
Fuente: http://www.herramienta.com.ar/teoria-critica-y-marxismo-occidental/entrevista-antonino-infranca
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