martes, 26 de noviembre de 2013

LA MAYORÍA DE PROFESORES DE ESPALDAS A LA CRISIS:
LA ASAMBLEA DEL VIERNES,  SINTOMÁTICA  Y SIGNIFICATIVA.
                     
Después de una acción constituyente  por refrendar


Para el viernes 22 de noviembre se convocó oficialmente a la asamblea de profesores de la Facultad de D y CP, a partir de las 9 am. El comunicado estaba firmado por la secretaria académica, a diferencia de la anterior asamblea de profesores, cuya convocatoria fue realizada por iniciativa de la profesora Catalina Toro.
El pasado viernes, pasadas las diez de la mañana, en el auditorio Camilo Torres de la facultad, la asistencia de profesores, entre ocasionales y de planta, apenas si superaba la decena. Con ellos  se trató  la problemática de la infraestructura. Todo de conformidad con lo comunicado en la reunión realizada entre la decanatura y  el grupo de estudiantes que bloqueó el área del edificio Manuel Ancízar, en que se desarrollan actividades académico administrativas, el pasado martes 19 de noviembre, entre las 7 am y  la 1.30 pm.

El fruto de esta acción constituyente, como respuesta a la no solución eficaz y eficiente del problema de infraestructura locativa para el desarrollo normal de las clases de pregrado, fue la firma de un comunicado conjunto, el primero desde el estallido de la crisis producida por el derrumbe de los cielorrasos, en el cual se plasmaron varios compromisos. El primero de todos, la conformación de una comisión de interlocución tripartita con funciones de control, veeduría y vigilancia sobre el curso de la crisis para y hasta la solución del problema.
Los estudiantes se reunieron en asamblea en miércoles siguientes para determinar la composición de sus participantes en la Comisión de Interlocución. Quedaba pendiente la constitución del componente de docentes, y  de trabajadores/empleados.
Pese a lo acordado, a hoy, martes 26 de noviembre, el problema de los salones sigue sin solución efectiva. Subsiste la asignación de cursos  al espacio de Informática, ubicado en la colindancia con el edificio de Enfermería, antigua torre de rectoría, que se inclina como la torre de Pisa,  y que buena parte de sus pisos no puede ser ocupada por daños estructurales comprobados.

La asamblea de profesores

Con un número exiguo de participantes, donde la presencia de estudiantes doblaba, sino más, la de profesores se deliberó, y le decano rindió su informe acerca del asunto crucial e inmediato de infraestructura. Entre los asistentes del pasado viernes estuvieron, además,  los profesores Quiñones, director (E) de Ciencia Política, Oscar Mejía, coordinador del doctorado de Derecho, Eulises Torres, Leopoldo Múnera, Marcel Silva, responsable de la especialización en Laboral, Catalina Toro, dos que tres profesores ocasionales.

El decano informó que están habilitados los salones del primer piso, y el auditorio del edificio de la Facultad. Y comentó de pasó, que el jueves, a raíz de la lluvia reaparecieron las goteras y una que otra caída de agua dentro de la edificación, en el segundo piso. Señaló que el estudio de fitopatología, esto es, el examen técnico de los pilastres de madera sobre los que se apoya el techo del segundo piso tardará un mes para rendir el informe definitivo. 

Entre tanto, la comisión técnica de la universidad conceptúa que debe mantenerse la estructura de madera existente, y no reemplazarla por soportes metálicos, que, entre otras, contraviene la naturaleza de la construcción original. La profesora Toro, quien también es arquitecta insiste que la madera está podrida y carcomida, y que debiera ser reemplazada. El decano contesta que se atiene a lo dicho por el profesor Cortés, quien es el actual director de la Facultad de Artes.

De otra parte, se calcula que esta edificación, que no incluía el tercer nivel tiene 75 años de construida, esto es, data de 1938, en tiempos de Germán Arciniegas, y durante la primera presidencia de Alfonso López Pumarejo, quien apoyó la iniciativa de restaurar la Universidad Nacional, que había arrancado en la presidencia del general Santos Acosta (1867), durante el periodo dominado por el radicalismo colombiano. Luego vivió las vicisitudes de su derrota, la entronización de la regeneración conservadora.

La historia conocida del tercer nivel del edificio de Derecho y Ciencia Política

El tercer nivel se erigió en la década de los 60, y algunos indican que esto ocurrió, sin precisión mayor, durante la decanatura de Hernando Morales Molina, un destacado exponente del derecho procesal en Colombia, ya fallecido.
De la construcción del tercer nivel no existen planos, aunque se advierte que no se ha buscado en los archivos de Catastro para corroborar este aserto de manera definitiva. Por lo que se afirma que fuera un trabajo de albañilería, abocado discrecionalmente, sin los requisitos que ahora se exigen, incluido el de la preservación del patrimonio cultural que cubre al edificio de marras.

Cuando se levantó el tercer nivel,  “mansarda” o altillo en mis términos, de 18 bajantes que tenía el edificio de derecho se suprimieron 10. Adicionalmente, examinada la cubierta del segundo piso, quedó claro por planos e inspección ocular que esta vierte a una sola canal, y que al levantarse el tercer nivel, su vertimiento está, igualmente dirigido a la misma canal, que no tiene la capacidad suficiente para colectar el volumen de agua lluvia en temporada de invierno, y menos cuando se da el fenómeno de las granizadas.

En resumen, a todas luces, los cambios hechos en la construcción fueron antitécnicos. Se estima que las adecuaciones del caso, que no suponen tumbar el tercer nivel, ascienden a la suma probable de $300 millones de pesos. Ahora bien,  reforzamiento estructural no quiere decir que el edificio tenga problemas estructurales, que hagan pensar que se puede desplomar, sino las adecuaciones exigidas para que sea una construcción antisísmica. Para cumplir las regulaciones establecidas por las autoridades distritales pueden costar $8.000 millones de pesos. Y exigirán que el edificio este desocupado en su totalidad, y requieren un mínimo de 1 año de obras.

En caso que estos arreglos empiecen en el año 2014, tendrán que tomarse medidas para precaver la regularidad de espacio y facilidades locativas por el mismo tiempo, tanto para pregrados como posgrados.

Las soluciones provisionales

A la fecha, esto es, el pasado viernes, el problema de los salones no está resuelto.  En el edificio de CyT, hay cuando menos un salón programado para Ciencia Política, en el que se imparte una clase de ingeniería, como constatamos el pasado jueves 21 de noviembre.

La disposición de la sala de informática en el tercer piso para clases en número superior a los 50 alumnos, como ocurre con las que imparten los profesores Quiñones, Múnera y Herrera es anti-pedagógica, mal ventilada, con pésima acústica y con una disposición inadecuada de los pupitres que son destinados, en verdad, para puestos de usuarios de computadores.

Lo salones de la Hemeroteca están intercomunicados, lo cual hace que las clases de dos profesores se afecten mutuamente. Por lo que urge una insonorización de las divisiones entre uno y otro salones. Es un problema detectado en las clases simultáneas de los profesores Wanda Fernández y Leopoldo Múnera, a manera de ejemplo.

Además, se comprobó que hubo prelación hasta la fecha en la solución de los problemas locativos de los cursos de Derecho, relegando la solución adecuada aunque provisional de los cursos de Ciencia Política. Lo cual no admite más postergaciones. Tiene que estar enteramente resuelto hoy lunes, el problema de los salones.

Sin perjuicio que hoy, para empezar, se haya programado una clase abierta en la plaza Ché, por los profesores Rodríguez  Y Herrera, entre las 3-5 de la tarde, para continuar en la campaña de sensibilización de la comunidad universitaria, y de exigencia de adecuada financiación de la educación pública superior, que pasa, en lo inmediato por una asignación presupuestal de $2.1 billones para la adecuación infraestructural de la sede de Bogotá.

A la vista del año 2014   

El decano y los asistentes discurrieron sobre las siguientes alternativas para los salones al servicio de la facultad:
Trasladar los posgrados al Claustro de San Agustín, el cual va a ser objeto de una visita con el decano como partícipe, hoy lunes, a partir de las 3 pm., para determinar los arreglos que requieran sus instalaciones. De hacerse ese traslado quedaron libres los salones del Manuel Ancízar, donde se programan las clases de los pogrados. Sin embargo, se requiere la asignación de manera permanente de 4 salones grandes, por lo que la primera opción apunta a la Hemeroteca, que tiene tres disponibles. Y habría que disponer de otro, que sería uno de los auditorios del  León de Greiff.
Otra opción es la adecuación del espacio de la Casa Gaitán y sus alrededores para que funcionen en ella los posgrados, y una revisión de la condición estructural del edificio contiguo que iba albergar el museo de las luchas popular, pero del cual se dice que su infraestructura tiene problemas estructurales agravados por el abandono en que se encuentra por 10 años, como resultado de la situación litigiosa con su ex directora, Gloria Gaitán. Pero, a la fecha, no hay un reporte actualizado.
También se ha planteado la compra de una casa para albergar los posgrados. Fue una idea propuesta en su momento por el profesor Quiroga de Derecho, que no ha prosperado hasta la fecha. Pensando en edificaciones contiguas a la Casa Gaitán.

Otra fórmula es la compra de salones prefabricados para albergar las clases de pregrado, de modo principal. Se anota que la población estudiantil a la fecha entre pregrados y posgrados es cercana a los 1800 estudiantes, pero no existe aún disponible el reporte actualizado de la misma.

También se planteó la posibilidad que los posgrados funcionen en el edificio de la Universidad en la Plazoleta de Las Nieves, en cuya primera y segunda plante funciona la Librería, y que ha tenido diversas destinaciones a lo largo de estos años, desde, cuando menos, los tiempos de la rectoría del profesor Víctor M. Moncayo.
La otra propuesta es abocar la construcción del edificio de aulas múltiples, similar al de CyT, con toda la dotación, en el cual se impartan las clases de pregrado, y las de posgrado.  Con este se clausuraría la propuesta del llamado edificio de doctorados compartido con C. Humanas y Economía.

El proyecto lleva 2 años y medio en el papel, engavetado, y un compromiso legal de algo más de $2.000 millones con el diseñador estadounidense Steven Holl, suscrito entre otros, por el anterior decano, Francisco Acuña. Este contrato tendría que rescindirse ahora, y liberar $ 1800 millones que se encuentran bloqueados de los activos de D y C Política. La propuesta vino de la rectoría Wasserman con beneplácito de tres decanos. Y los costos totales del edificio de doctorados ascenderían a algo así como $24.000 millones, con la participación de 4 socios, la sede, y tres facultades.

Ese es el estado actual de las cosas. Lo cierto es que al respecto hay una indefinición, y nos queda algo menos de dos meses para tomar cartas en el asunto del segundo semestre, y qué sitios albergarán los cursos programados, sin más miramientos y con el suficiente conocimiento de causa.


La última solución, abocar la construcción del nuevo edificio de Derecho y Ciencia Política, que puede ser un proyecto compartido, implica de todos modos una transición, mientras se construye. Ello podría tardar a lo sumo un año, cumplido previamente los trámites documentales, administrativos exigidos. Y para nada tiene por qué ser afectado por la implementación de las necesarias soluciones provisionales.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario