viernes, 17 de enero de 2014



LA IGUALDAD DE CULTOS EN PERJUICIO DE LOS (IN) CULTOS (parte II)
                                                       Además de la senadora Alexandra Moreno, hija de la cofundadora de la Iglesia, Carlos Baena, y la candidata Gloria Stella Díaz, dan prueba que en Colombia tampoco existe todavía la separación entre iglesia y estado. Esta es una causa que se amplió con la fórmula de la igualdad de cultos, que para nada impide que se organicen partidos abiertamente católicos, sectarios, del tipo del Mira, que ahora corre el riesgo de no alcanzar el registro electoral, si no alcanza los 450.000 votos, dicen algunos, mientras otros pronostican que serán capaces de elegir entre 6 y 7 senadores.


Pero, la asociación Mira/Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional superó este límite al revelarse sus prácticas discriminatorias, que la acercan peligrosamente a los predicados de la pureza de la raza, y por esa vía al terror del siglo pasado, que condujo a los desafueros brutales del nazismo, el fascismo, y a las operaciones de "limpieza" que vuelven a brotar en territorio colombiano.

El ministro del Interior, Aurelio Irragorri, salió en defensa de la causa de los discapacitados, a quienes se les ha de permitir igualdad en los escenarios asociativos políticos y civiles. Lo cual no está garantizado, sino proscrita la posibilidad de ser pastor, conductor espiritual en esta iglesia, porque afectaría el entusiasmo e interés de la feligresía actual y futura.

El propio presidente en campaña, metió baza en el asunto, señalando que no se pueden permitir discriminaciones de ningún tipo en nombre de la religión. Excepto la discriminación positiva en favor de los creyentes, a quienes se les permite asociarse, como a las entidades educativas, sin que tengan que pagar los impuestos que sí les toca al común de los mortales, y por supuesto al creciente grupo de los ateos, aquí y en el mundo.

¿QUÉ HACER?

"¿La religión es el opio del pueblo?"

Al joven comunista, Carlos Marx, esta sentencia lo hizo famoso y lo señaló como una especie de lucifer redivivo hasta la fecha. Eran los tiempos en que Marx disputaba con los dictados de Hegel, un cristiano, y Feuerbach, un materialista mecanicista. Tal y como aparecía derivado de su estudio La esencia del cristianismo.

Marx se refería a la religión en esos términos. Por supuesto estaba en un escenario donde el cristianismo era la religión oficial del estado alemán, no había igualdad de cultos. Al judaísmo se prohibía disfrutar de una ciudadanía plena. Razón de un polémico intercambio entre Marx y compañero filosófico Bruno Bauer, consignado en "La cuestión judía (1843, 1844)."

Lo que procede de inmediato es grabar con impuestos al culto religioso de una parte, y de otra prohibir el proselitismo religioso en función política que discrimina la participación política de la ciudadanía. Por supuesto, en privado, cada quien podrá conforme a sus creencias decidir por quién vota y a quién representa políticamente.

Un caso dramático de la confusión entre fe y función pública lo representa la escogencia del Procurador general para orientar el Ministerio Público, y quien ha sido ratificado para un segundo periodo.

Sus creencias se han manifestado en providencias y opiniones que hace visibles investido de una función pública en materias polémicas como el aborto, el matrimonio para personas del mismo sexo, y en actos anteriores de intolerancia religiosa como quema de libros "indeseables" hecha en público.

Hay una línea muy delgada de separación, por estos días, entre las declaraciones de María Luisa Piraquive , y las de Alejandro Ordóñez, con la diferencia que se reclaman de diferentes cultos religiosos. Ella de su propia iglesia, y el otro del fundamentalismo católico que tuvo en Mons. Lefebvre a su paladín.  

Ni uno ni otro pueden tener cabal cabida en orden laico del que se precia Colombia, y el cual por supuesto tendrá que consagrarse a plenitud con ocasión del nuevo ejercicio constituyente, que ponga cortapisas a esta indistinción entre política y religión, que nos habita con la silenciosa voracidad de un cáncer moral e intelectual. 

Pero, sabido es, que tal separación se trata de un remedio provisional, mientras que haya entre nosotros tanta miseria y pobreza, La que es superior a los 24 millones de personas, según los cálculos más optimistas. 

Solo cuando todos seamos efectivamente libres de los lazos humanos de explotación, subordinación y dominio, las religiones como fórmulas instrumentales en beneficio de pocos en detrimento de los muchos seguirán siendo prácticas corrientes.

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