sábado, 24 de mayo de 2014

LLANTO EN LISBOA. 
A LOS 93 MINUTOS EL REAL RENACIÓ

miguel angel herrera zgaib
proyecto fútbol, política e ideología

                                                 Toda una afición, la del Atletic vio derrumbarse el sueño en Lisboa. A los 93 minutos, otro defensa, Sergio Ramos empató un partido que parecía imperdible. Pero, un gran entrenador, el Cholo Simeone, olvidó, cuando no podía, que el balompie es ataque, son goles. El fútbol no puede ser conservador, porque existen los goles del contrario.

Es la décima copa para los merengues, donde las estrellas suramericanas no pocas veces han tenido protagonismo. Antes lo fue Di Estéfano, y esta vez Di María, que habría las puertas al segundo tanto, cuando sus rivales nos "arriscaban. El inmenso Courtois  cerró bien, pero no fue suficiente.

El asalto del pirata inglés

                                                  Vino el salto de Gareth Bale , el inglés, que costó 100 millones, y los madrileños de blanco gritaron, mientras los de rojo y blanco lloraron frente al anuncio del desastre. 

Esta fue la noche de los defensas, Godín, el uruguayo "belfón" que hizo 8 goles de cabeza, Ramos, y Marcelo. Pero, la prueba que el Real Madrid aceptó la regla del fútbol, atacar, atacar hasta ganar. 

En esa ley llegó el último gol, ante el empujón a Ronaldo en el área. El gol del derrumbe vino así de penalti, que cobró Ronaldo, y fueron cuatro, en cuestión de nada. 

Al caer de la noche

                                                 Era el segundo tiempo del alargue. Allí renació la sonrisa de Carlo Ancelotti, y la posibilidad de continuar al frente del Real Madrid, un equipo que dispone de 500 millones de dólares para su nómina, frente a la quinta parte en presupuesto de un rival inmenso, el Atletic que parecía estar dispuesto a ganarlo todo.

No hay duda que el Cholo Simeone se equivocó; en lugar de defender debió atacar como lo había hecho a lo largo de un año lleno de triunfos. Y equivocó también el haber puesto a jugar a Diego Costa 9 minutos. Pero, en el fútbol nadie nace aprendido tampoco.

Esta final recordó, me decía mi hermano, lo que le pasó también al Junior, y aquí su verdugo fue el Nacional, donde Osorio, como Ancelotti, creen en la misma religión: atacar, atacar, y disparar, disparar. No hay lugar para las reconciliaciones ni para firmar la paz.

Donde política y fútbol se separan

                                   Aquí, a diferencia del fútbol, para la política la paz no solo es deseable, sino necesaria si se quiere permanecer en sociedad. Las pasiones en el fútbol se encauzan de otra manera, funcionan, en clave catártica, a punta de tragedia, de agonismo, porque mañana será otro día para los madrileños divididos hoy, en Lisboa, en dos. Más de 70 mil, unos gozando y otros tristes y compungidos.

Tendrán en seguida que pensar en sobrevivir y recuperar una economía de papel. ¿Y Diego?, el Cholo en solitario se preguntará: ¿qué me pasó? Por qué no ví, lo que el rival sí. Ya será demasiado tarde, para remediar lo definitivo. Narvane, quien lo provocó casi lo hunde en el desfogue bárbaro de liarse a golpes, a lo macho! 

Como dice la canción, con el dolor del alma: " te metiste a soldado /ahora tienes que aprender!!!"La lección que Ancelotti asimiló con "sangre", cuando el Milán ganaba 3-0 en el primer tiempo. Después, Liverpool empató, y al final le ganó la Champions en la suerte de los penales.

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