EN CORTO
MATA, MATA EN EL
MARACANÁ.
Miguel Angel Herrera Zgaib[1]
“Si Colombia tiene ese nivel es porque siempre ha sido muy
trabajador y ha tenido equilibrio. Los jugadores saben que teníamos muchas
presiones porque hacía mucho tiempo que no se lograba llegar a un mundial…” José Pékerman, en ET, 28/06/14, p. 3.
En la primera parte del mundial de fútbol, Colombia se destacó como el
que más, y la Fifa premió con el ejercicio estadístico, la ascendente estrella
de James Rodríguez, quien obtuvo sumando todos los aspectos que esa
calificación contempla 9,79. Al mismo tiempo premió la labor de un DT, José
Pékerman, que las más de las veces frente a los tres rivales, y en particular,
Costa de Marfil, supo hacer los cambios requeridos, validados por los
resultados.
Ahora y en la hora
“Colombia está pensando realmente en el partido contra
Uruguay y el triunfo es la meta.” Mario A. Yepes, en ET, 28/06/14, p. 4.
Ahora pasamos del bachillerato al pregrado futbolístico, y por la
ubicación primeros, la suerte se echó
con Uruguay, un equipo que tiene 8 años de conformación, y que salvo la
merecida ausencia del "conejo" Luis Suárez, tiene la experiencia
reciente de triunfos y logros notables, empezando por lo que fuera el último
campeonato mundial.
La vida, en su inalcanzable
riqueza, tiene sus traviesas coincidencias, porque vuelve a ser el Maracaná el
lugar mítico, donde Uruguay, con Obdulio Varela al comando, arrebató en franca
y gladiadora lid, el título a Brasil, en aquel silencioso, estruendoso sino de
1950. Definido, en últimas, como corresponde a punta de goles.
Esta vez el eliminado puede ser
Uruguay. Entonces, Colombia irá a los cuartos, al posgrado, a la maestría,
enfrentada probablemente con Brasil, de quien Chile conoce también sus
debilidades con un excelente director, Sampaoli. O no, podría ser, que lo
enfrentados fueran Chile y Colombia, la nueva cepa del fútbol suramericano.
Dejando por el camino a dos grandes, uno muy experimentado como conjunto, y el
otro muy débil en esa materia, porque hay mucha juventud y extranjería jugando.
Si gana Colombia, y es ambicioso
pensarlo, estará preparada, después de 16 años de espera, para defender su
tesis doctoral, en la aldea globalizada que somos en este 2014, cargado de
tantas incertidumbres, y la primera de todas, cuál será el rumbo económico del
capitalismo planetario, que sigue sin recuperarse del todo.
Que tiene, eso sí, dos liderazgos
en esa materia, Alemania y Estados Unidos, de un lado; y dos gigantes
sacudiéndose, en Asia, China, que no tiene aún equipo de fútbol competitivo, y
Rusia, que con Putin, quiere a toda costa refundar la Federación Rusa,
cambiando los lindes con sus vecinos, y sacando provecho de la rusificación, del
otro.
Volvamos al estadio
“Sabemos la capacidad de Uruguay; nunca da nada por perdido;
entrega hasta la última gota de sudor en cada partido. “ David Ospina
Hoy, a las 3 en punto, James Rodríguez tendrá la tarea de los 10, en
este último tiempo del fútbol, armar y conducir al equipo en la literal batalla
con Uruguay, donde Forlán, Cavani, y el espigado Godín estará al acecho, a la
menor equivocación, para levantarse y anotar de cabeza, y para contrarrestar
esta sorpresa a un gran arquero, David Ospina.
Pero, aquí, el nudo de la batalla, la que canta Shakira en "waka, waka", es el medio campo, donde habrá fuerza y habilidad de parte y parte, para destruir y habilitar juego con posibilidad de gol. De no ser así, la suerte será con pelota quieta. Pienso que el marcador en el primer tiempo, puede cerrar 1-1. Puede ocurrir que Godín y Yepes hagan su golecito.
Luego, el segundo tiempo tendrá
que ser resuelto con jugadas desequilibrantes de los delanteros más
habilidosos. Es probable, que la presencia en Colombia de Jackson Martínez
encuentro el camino del gol, y lo mismo resulte del botín de Teófilo. Podrá
haber un descuento de Forlán o Cavani; y podríamos llegar a un inusitado
marcador de 3-2 favorable a Colombia.
Empero, que esto ocurra mucho
tendrá que ver con que Colombia resista sin alterarse los mordiscos, patadas y
empellones, y que el árbitro holandés, incorpore la lección aplicada por la
Fifa en el caso de Suárez, por desproporcionada que pueda parecer.
Del circo al estadio
Tenemos que recordar que el
fútbol, aunque se le parezca, no es lo mismo que el circo romano. Así que
convendría leer el trabajo de Paul
Veyne, "Pan y Circo".
Si nada de lo dicho pasa,
entonces, es posible que el partido concluya con un marcador más prosaico, que
hasta el propio Juan Manuel, entusiasmado con la tercera vía, y su re-encauche,
a quien el fútbol ayuda a acercarse a la gente distante y remolona a sus
esguinces, pronostica como 2-1 favorable
a la divisa nacional.
En todo caso, el Maracaná estará
lleno, delirante de una audiencia de uruguayos, que superará en número a los
miles de colombianos que se transportaron por todos los medios a su alcance, y que
han sido recompensados, en sus frustraciones, por la esperanza del deporte más
globalizado que conoce el mundo, el balompié.
Este sábado habrá un preliminar
deportivo de las tensiones que se dan cuando se negocia la paz de Colombia en
La Habana. Un triunfo en la cancha ayudará en materia de estado de ánimo, pero
política y fútbol no son directamente
convertibles.
¿Cómo será el grado?
Colombia con o sin triunfo ha de mostrar que está madura de sobra, para
la paz, y también para el fútbol, que dejó de ser un deporte monárquico,
aristocrático, y empieza a saborear de nuevo las mieles de la democracia, donde
todos los once, muestran la capacidad de auto-gobernar sus pasiones, y de
brindar alegría, cultivando el "jogo bonito" con un dosis razonable
de rudeza.
Por último, no descartemos un
ejercicio de verdadero infarto, que el regreso adolorido a casa, para
cualquiera de los elencos se resuelva probando habilidad, control, y suerte en
el rincón de las ánimas, las 5.50, donde todo es posible.
[1]
Profesor asociado, ex director de
Ciencia Política y Unijus, U. Nacional de Colombia. Ex rector U. Libre. Autor:
La participación y la representación política en Occidente (2000), Antonio Gramsci y la crisis de hegemonía. La
refundación de la ciencia política (2013). Director Grupo Presidencialismo y
participación, GPYP. Email: presid.y.partic@gmail.com