martes, 20 de enero de 2015

Proyecto Comparado Región Andino-Amazónica. Grupo PyP

UN TIRO EN LA NOCHE

miguel angel herrera zgaib

                                       
                                          El fiscal argentino Alberto Nisman lo encontraron muerto en su apartamento en el sector de Puerto Madero, una de las zonas de lujo desarrolladas en los últimos 20, 25 años en la ciudad de Buenos Aires. 

El hallazgo se produjo luego que su madre le llamara varias veces sin obtener respuesta, el pasado domingo. Se encontró su cadáver con un tiro en la cabeza, y conforme a lo que dice la autoridad forense fue una bala calibre 22, proveniente, es posible, de una pequeña pistola de propiedad del fiscal, la que estaba debajo de su cuerpo.

Después se hizo la práctica del guantelete sin encontrar rastros de pólvora en sus manos, pero la funcionaria que dio el reporte señala que es posible cuando se trata de este tipo de armas que no haya huella. Para conjeturar, entonces, que su muerte pueda haber sido el suicidio.

Voces de la oposición

La oposición al kirchnerismo, y en particular la diputada Patricia Bullrich levanta una sombra de sospecha sobre la realidad de la muerte de quien rendiría declaración, comparecencia ante los diputados este lunes. 

Él había lanzado acusaciones sobre la presidenta argentina, su canciller Timmerman, ausente, por asistir al Consejo de Seguridad, por el tránsito lento de las investigaciones por el fatal atentado sufrido por la mutual judía, Amia, en Buenos Aires, donde fallecieron 85 personas como resultado de la explosión.

Se ha sugerido que son responsables los servicios secretos iraníes, y partidarios del radicalismo chíi, posibles lazos con Hezbollah, y que la detención, y divertimento en la investigación de los responsables intelectuales se cambió en la bolsa económica con el gobierno iraní, en tratos realizados por la propia presidenta.

Una economía en desangre y una sociedad expectante

Esta muerte, suicidio o asesinato, es un tiro en la noche de desaciertos y negociados que asfixian el quehacer de este peronismo de izquierda, que sobrevivió a la noche de los generales, pero no a la corrupción y a los beneficios privados, con los que se ha enriquecido la parejita de presidentes que gobierna a la Argentina.

Este sainete cruel es posterior a la accidentada transición democrático que arrancó con Alfonsin, siguió con el peronista Menem, de siniestra recordación, y la seguidilla de presidentes que  cerró el "corralito de papel", el Argentinazo de que se vayan todos, y la parte de la tragi-comedia que tiene al país con la segunda tasa de inflación del subcontinente después de Venezuela, con un deterioro en la condición de vida de la clase media; y el espantapájaros de un socialismo vacuo, donde el inocuo control a las divisas y la caída del petróleo y otras commodities pone al granero del mundo a las puertas de un viraje radical económico y político de incierto destino.

Quizá, el decir del periodista Miguel Bonasso, quien fuera activo vocero de la experiencia guerrillera montonera, no se equivoca al señalar que la muerte del fiscal no ocurrió por mano propia; y que su muerte ha de esclarecerse y avanzar en el enjuiciamiento a los responsables directos y encubridores del crimen sin sanción de la Amia, de Cristina Fernández para abajo. 

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