viernes, 28 de agosto de 2015

CÁTEDRA EDUARDO UMAÑA LUNA

Universidad Contemporánea y construcción de Nación en Colombia

miguel angel herrera zgaib
Grupo Presidencialismo y participación

Presentación


                                                              El miércoles anterior, en el auditorio Camilo Torres, estuve invitado por la profesora Catalina Toro, directora (e) de D y C.P., y Bienestar de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional, para tratar sobre el tópico arriba señalado. 

En esta conferencia tuve la compañía de los estudiantes  que animan el grupo Memoria y Palabra, quienes desarrollan una investigación sobre el alma mater, arrancando de la creación de la denominada Universidad Central de la República, que tuvo tres sedes, una sede en Caracas, otra en Quito y Bogotá.

La sesión debía empezar a las 5pm., pero hubo una superposición de programaciones, por lo que se dio un cruce con un foro dedicado a la pequeña propiedad rural, con la presencia de dos prestantes investigadores extranjeros, Albert Berry, U. Toronto, y un profesor adscrito a la U. de California. 

Después del obvio desconcierto, el problema se resolvió, entre los organizadores de ambos eventos. Se retomó la sesión de la Cátedra a las 6 pm., contando con la presencia de la mayoría de los 160 estudiantes inscritos.

De la Universidad Central a la U. Nacional

                                       Coincidí en el arranque de la reflexión, partiendo del establecimiento de la institución universitaria autónoma en una nación independiente en Colombia. Con la referencia breve a los antecedentes de la corporación denominada universidad, que como es sabido nació en el mundo medioeval europeo en Occidente bajo ese nombre.

Comencé por recordar que la primeras instituciones universitaria fueron espacios libres ganados a los poderes monárquicos en el trayecto final del medioevo, y cité cómo estas defendían su autonomía a sangre y fuego. Destaqué los casos de la U. de París, y, en particular, destaqué la experiencia novedosa de la U. de Padua, donde fueron los estudiantes quienes en condiciones de libertad organizaron sus claustros, y quienes decidieron su funcionamiento, financiación y cuerpo docente. Es en esta universidad en que siglos después, Antonio Negri, inició su carrera docente e investigativa, y de la que fue expulsado en la Italia de "los años del plomo".

Recordaba cómo en aquellos comienzos, el paradigma escolástico eran hegemónica en la gran mayoría de los casos, y el estudio giraban en torno a la división entre el programa del trivium y quadrivium, donde Tomás de Aquino, un doctor de la iglesia católica, reintérprete de la filosofía de Aristóteles mandaba la parada, esgrimiendo la lógica dictada por el Organon, y la ideología y la cristología católica.

(continúa)

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