sábado, 21 de noviembre de 2015



¿A QUÉ VIAJA  DON ENRIQUE A LA  HABANA?

Miguel Angel Herrera  Zgaib

“El presidente es el que tiene la chequera”. J.M. Santos.


“No es a partir de un acto legislativo o de un plebiscito “no consensuado” como se va a alcanzar la refrendación y la implementación… “Iván Márquez

                                                            
                                                                      En esta semana, después de la pérdida del equipo de Colombia con Argentina, 1 a 0, se  publicita en seguida el viaje del hermano del presidente, Enrique Santos, de urgencia a La Habana.  Juan Manuel, este viernes, se dirigió a los colombianos para indicar por partida doble, para qué envía a su hermano, quien dio la primera puntada del acuerdo secreto con las Farc-Ep, reuniéndose con Alfonso Cano, la primera víctima de la actual negociación de paz.


Él hablará con Timochenko para desfacer un doble entuerto: la concreción del asunto de la justicia transicional que tiene 75 puntos, con solo 10 conocidos; y acordar el mecanismo de la refrendación de lo que acuerden las partes, que en ningún caso podrá ser el plebiscito, tal y como lo prefabricó el gobierno y el Partido de la U, y sus aliados, si damos crédito a lo dicho por Márquez.


En el entretanto se vienen, en apariencia, contando los seis meses, a partir del 26 de septiembre, para finiquitar la negociación. A la vez, se ha planteado por la dirección de la guerrilla, que ellos están dispuestos a que en diciembre pueden empezar a darle curso al cese bilateral del fuego y dejación de armas; cese que por lo pronto lo respetan ellas, aunque otra cosa digan los organismos del Estado que lo monitorean, y dicen que hubo tres violaciones contabilizadas.


La restricción de la libertad


“Queremos decirle a los colombianos, que hemos cometido errores”. Iván Márquez.


                                                          Durante el mes de septiembre, los negociadores del gobierno se sintieron aventajados, en lo tratado por los especialistas que arreglaron los asuntos técnicos  de la aplicación de la justicia, en particular, en términos de la restricción de la libertad para los guerrilleros que tiene directos efectos políticos en el tránsito de la guerra a la política activa. El presidente estuvo dubitativo al momento de darle la mano al secretario de las Farc-ep, con la presencia mediadora del anfitrión Raúl Castro, y las cámaras del mundo mostrando aquel primer desenlace.


Enrique Santos Calderón no la tiene fácil, pero sí unos antecedentes de hombre que fue de izquierda, la oveja negra de la familia del establecimiento, los Santos Montejo, que no han tenido muchas veleidades de ese caletre. El niño terrible hizo su experiencia periodística con Alternativa, donde se forjaron como periodistas tres chicos de la high bogotana, él, Antonio Caballero, y el actual director de El Tiempo. Todos bajo el amparo tutelar de un escritor de talla mundial, el Gabo que ya no los acompaña.


Enrique juega todas las cartas del presidente, con una ventaja relativa, en el plano global, la segunda parte de la guerra  contra el terrorismo. Ahora con el liderazgo de Europa, encabezada por la ofendida y martirizada Francia, en París y en su excolonia, Mali, en Africa Occidental. Porque si se rompe la negociación de paz, contra las Farc-ep, se puede reanudar la campaña de ataque a una organización narco-terrorista. 


Pero, no es menos cierto, que los Estados Unidos tiene menudo problema en el Medio Oriente, y en el combate contra los frentes yihadistas del Islam en sus vertientes, las que no respetan ninguna coalición, en particular, a la que combate su base territorial, donde tiene existencia el Califato Islámico, que controla los más ricos yacimientos petroleros, a quienes todas las potencias le tienen ganas.


Se ha reanudado una nueva ronda de conversaciones en La Habana, e Iván Márquez recordó que hubo acuerdos sobre tres puntos de la agenda, pero hay 28 tópicos de desacuerdo no resueltos. Y la piedra de la discordia es el cuarto punto de la agenda, la justicia transicional, que quiere ser una que castigue de modo unilateral a la dirección guerrillera, sus máximos líderes e ideólogos. Estos no repetirán el suicidio cometido por la Alianza Democrática- M19, cuando aceptó auto-excluirse para ser elegida al nuevo Congreso.


El modo de refrendación


“No se trata simplemente de llegar a un acuerdo. Se trata de llegar a un buen acuerdo, el mejor acuerdo para los colombianos.” Humberto De la Calle.


                                                                        El gobierno reelecto pasó de la noche a la mañana del referendo al plebiscito con una votación prefijada de 4.4 millones para darle el sí, de modo general al Acuerdo de Paz. En disputas bizantinas, los defensores jurídicos y políticos del gobierno de la Unidad Nacional, han insistido en que tiene que distinguirse entre el procedimiento para la aprobación de refrendación y el mecanismo para su aprobación. 


Pero, lo cierto es que se insiste en que no se puede realizar una constituyente en la que participe la ciudadanía que así lo quiera. Parece ser un punto de principio del gobierno negociador, mientras que para las Farc-ep es la garantía que lo acordado tiene el efectivo respaldo de la población colombiana, a la vez que le da la oportunidad de entrar en contacto con el país nacional, del que solo conoce, hasta cierto punto, la ruralidad.


¿Qué pasará de aquí en adelante con De la Calle y Sergio Jaramillo? 

Está claro que ellos desfallecen frente a sus interlocutores, porque confiaron en su equipo jurídico, y cuando vieron los resultados, se echaron de “pa´tras. Los juristas escogidos por las Farc-ep, con la presencia de Álvaro Leyva en su conducción, pusieron en limpio el precio de darle cabida a la insurgencia subalterna de las Farc-ep, para que no sea la rendición la fórmula de la paz. 


Para lo cual no necesitaba cambiarse el estilo y pretensiones de Álvaro, por las de Juan Manuel. Pero, sigue el conteo del tiempo, y está en la lista el Eln pidiendo pista. Mientras que el M19 está mareado, y su líder más contemporizador, Antonio Navarro, puso el grito en el cielo; y recibió una carta confirmatoria del presidente, que no los responsabilizarán de crímenes de lesa humanidad por los hechos del Palacio de Justicia.


Aunque él recordó en seguida que el Estado no es el poder ejecutivo, y que nada han hecho ni dicho las demás ramas del poder público, se requiere un pronunciamiento unánime. En cambio, el procurador Ordoñez le llamó la atención a Juan Manuel, diciéndole algo así como “zapatero a tus zapatos”. Y el Fiscal fue el primero en armar ese tierrero.


Las cosas están revueltas en el asunto de la paz en Colombia. Estamos muy cerca de que se rompan las negociaciones de la paz. Por lo que no queda duda que el hermano del presidente, Enrique Santos Calderón, va con la urgencia de evitar que su labor de ser amanuense de la paz no se quede en la escritura de cómo empezó esta iniciativa. Para tener que volver a decir que se recrudeció la guerra, cuando la economía colombiana está entrando en cuidados intensivos, y no se ve a la vista una mejoría inmediata, con una conducción errática frente a la inflación, que cada vez se acerca más a la estanflación. 


Mucho menos parece dispuesta la chequera  de parte de sus asociados extranjeros, eso sí, siempre dispuestos a “hacer leña del árbol caído”. Aunque en la alocución de este viernes Juampa se arrebatara en elogios para con el presidente Obama, y los anteriores gobiernos de los Estados Unidos, que es su socio más importante en la paz como en la guerra contra la oposición armada. 


Y, él mismo se haya ufanado que Colombia tiene el apoyo de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, para monitorear un posible cese bilateral al fuego y posterior dejación de las armas, que podría ser el anuncio de navidad que recupere este tiempo de zozobra creciente.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario