El Poder Constituyente y la potencia subalterna (PARTE III)
¿Qué tal le parece la idea de las Farc de convocar una nueva Asamblea Nacional Constituyente?
FC: Creo que esa proposición desconoce la historia del país y desconoce la naturaleza de los acuerdos alcanzados con el Gobierno, ya que apunta a poner a toda la institucionalidad de Colombia en entredicho. Es un salto al vacío y no tiene ningún fundamento constitucional…El Gobierno dejó muy claro que la Constituyente no se contemplaba ya y que además esto no puede ser un mecanismo de refrendación de los acuerdos…”
Ver Entrevista en FJ, I trimestre 2016, p. 5.
“No fue un acuerdo con el gobierno.” Álvaro Uribe Vélez, a propos de la aprobación del proyecto de ley que crea las zonas de concentración para las Farc-ep.
Recordando los dos testimonios de protagonistas de la experiencia que sirvió de antesala a la primera Constituyente, Fernando Carrillo, y Catalina Botero, ambos están negados para promover o avalar una segunda Constituyente, que sería la primera del siglo XXI.
Sin embargo, luego del fracaso del Referendo, y el anunciado hundimiento del Plebiscito, por cualquiera de dos vías, el pronunciamiento pendiente de la Corte Constitucional, que ha de fallar en los próximos días; o de las Farc-Ep, quienes han recordado que la refrendación de la negociación de Paz no puede ser impuesta por una parte a la otra.
Estos intentos vienen ocurriendo hasta la fecha, por parte del gobierno, alegando todo tipo de razones. El último ha sido en trámite del proyecto de ley, que el miércoles pasado obtuvo el voto favorable del Centro Democrático, que Santos celebró como un triunfo, indicando, que “ojalá sea el primero de muchos más en este camino hacia la paz.”
Las veleidades democrático-representativas de una refrendación ciudadana de la paz que se negocia a puerta cerrada en La Habana parecen cerrarse ahora, con una descalificación y una imposición mayor, evitar de una la participación ciudadana. Parece ahora que el proceder es hacer uso discrecional de la reforma al orden público, a través del proyecto de ley que modifica la Ley 418 de 1997, que “crea las zonas de concentración”, y que establecerá otros condicionamientos para las Farc-ep que acaba de aceptarse por casi unanimidad, en cabeza de las dos fuerzas principales del bloque dominante, el Partido de la U, y el Centro Democrático.
El presidente Santos a la declaración del Fiscal General, que es una suerte de despedida político constitucional, que se manifestó en contra de la viabilidad constitucional del Plebiscito, sin embargo, insistió en que habrá una refrendación popular, esto es, ciudadana, porque se insistirá en utilizar el mecanismo de la votación.
Las Farc-ep, desde La Habana, a través de sus voceros volvieron a recordar que la refrendación tiene que ser acordada por ambas partes, al igual que los asuntos que se ventilaron en el Congreso el pasado miércoles. Todo lo cual conducirá a un tour de force democrático, que lo tendrá que resolver la entera ciudadanía, que de conformidad con la última encuesta divulgada hoy, tiene una favorabilidad cruzada con respecto a la suerte final de la paz en Colombia.
Luego de citar al constituyente Carrillo, quien era profesor auxiliar en la Javeriana cuando nació el movimiento de la 7ª papeleta, quien se opone a la nueva constituyente; conviene también ver lo que comentó Catalina Botero, muy activa en otras causas constitucionales, y, por supuesto, en el movimiento estudiantil que culminó en 1991.
Ella señala también que “Colombia no está preparada para enfrentarse a ese proceso. Los momentos constituyentes en la historia son muy específicos y en común tienen el requerir que todo el mundo tenga en la mira un mismo horizonte…” (Ver FJ, I semestre 2016, p.4).
Además, ella anota en seguida, que “Una Constitución necesita disposición de discutir las cosas para mejorarlas y lograr un bienestar común y lastimosamente los diferentes actores políticos hoy en día están buscando cómo lograr la mayor cantidad de beneficios individuales.”
(CONTINUA)
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