domingo, 13 de marzo de 2016

TIEMPO DE CONSTITUYENTE. (PARTE II)

A un cuarto de siglo de la primera Constituyente

“La gran transformación es la idea que las personas están protegidas por el Estado y el estado existe para velar por ellas.” Catalina Botero, entrevista en FJ, Ciencias Jurídicas, Especial, I semestre, p. 4.

“Yo era profesor auxiliar de Derecho Constitucional (U. Javeriana)…Por la mañana llegué a clase y habían asesinado al comandante de la Policía de Antioquia y un magistrado de la CSJ…Lo que nunca imaginamos es que esa misma noche, un viernes a las 6.30 de la tarde, el Cartel de Medellín asesinara a Luis Carlos Galán.” Entrevista a Fernando Carrillo, FJ, Especial, I trimestre 2016, p. 5

                                                                   En una reciente publicación estudiantil, Foro Javeriano, que circula en este semestre, dedican un especial al movimiento estudiantil de la 7ª Papeleta, que fuera antesala del proceso constitucional que se convirtió en la Constituyente de 1991.

Este movimiento juntó a protagonistas de las universidades privadas y públicas; y esta publicación recupera, en clave de presente, las voces de dos personajes de aquellos días, los abogados Fernando Carrillo y Catalina Botero, quienes fueron entrevistados ahora.

Catalina después ha sido candidata a la Corte, y animadora del proyecto DeJusticia, y en la entrevista recuerda que ella concurrió como estudiante de derecho de los Andes a una reunión convocada en la Universidad del Rosario, para ventilar y proponer una salida al trámite de una reforma constitucional que se encontraba empantanada, a pesar de los buenos oficios y la voluntad política del presidente liberal Virgilio Barco. Allí surgió la alternativa de la 7ª. Papeleta.

Sobre el mismo episodio, el profesor Carrillo, de la Javeriana, abunda en antecedentes. Fernando comenta, que ocho días después del asesinato de Galán, “convocamos a una marcha que salió desde la Javeriana…con dirección al Cementerio Central…Empezamos a sesionar en mesas de trabajo, y como resultado de estas surgieron varias reflexiones interesantes sobre lo que debíamos hacer. 

Después de casi cinco meses de trabajo, recién empezado 1990, surge la idea de la Séptima Papeleta.”
Más adelante, Carrillo quien después fuera ministro de justicia, y embajador en España, y quien me comentó hace unos años, entre bambalinas de un encuentro académico, que era familiar de Antonio García Nossa, un brillante intelectual y político socialista, recuerda ahora, sobre el primer proceso constituyente del siglo XX,

“Todo se originó por ese “papelito” que nos inventamos, yo le dí sustento constitucional…demostrando que podía ser un elemento extraño que entrara a las urnas con plena validez. Fue la séptima porque se tomaban ese día siete decisiones electorales. El “papelito” ese nos sirvió para que en las elecciones del 11 de marzo de 1990, la gente pudiera meterlo dentro de la urna, convirtiéndose en una bola de nieve impresionante, que hasta el editorial de El Tiempo respaldó la iniciativa.”
Más aún, a propósito de la papeleta, Carrillo aclara esta insólita situación, que podría ser el antecedente para ejercicios similares en el cercano futuro:

“Los jurados tuvieron que escribir en las actas de su puño y letra el número de séptimas papeletas que contaban en cada una de las urnas. Finalmente el Gobierno tuvo que reconocer el hecho político, convocando a elecciones para la conformación de una Asamblea Nacional Constituyente, de la cual afortunadamente pude hacer parte como representante de los estudiantes con tan solo 26 años.”

Carrillo abunda en los detalles de aquel proceso previo a la Constituyente, “…en un primer momento tuve el liderazgo del movimiento de la séptima papeleta y cuando me dí cuenta que el único que nos iba a apoyar era Gaviria, decidí meterme en su campaña, lo cual generó serias divisiones dentro del movimiento estudiantil, porque supuestamente lo estaba politizando con el partido Liberal; cuando en realidad se trataba de pragmatismo, porque era la única vía hacia la Constituyente. El tiempo terminaría dándonos la razón”. (FJ, p. 5).

(continúa)

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