domingo, 13 de marzo de 2016

UN CUARTO DE SIGLO DESPUÉS. 
TIEMPO DE CONSTITUYENTE.
(PARTE I)

Miguel ángel herrera zgaib.
 Ex rector Universidad Libre de Colombia. Profesor asociado, Ciencia Política, Unal, Bogotá. Catedrático, Maestría de Estudios Políticos, U. Javeriana, Bogotá. Director del Grupo Presidencialismo y Participación Unijus/Colciencias, y del Proyecto Seminario Internacional A. Gramsci, XI versión, Octubre 18, 19 y 20, 2016. Email: maherreraz@unal.edu.co

Entre los Rolling Stones y el Plebiscito

                                                  Esta semana se cierra en forma intempestiva, luego del concierto de los Rolling Stones, que estuvo pasado por agua, y con miles de bogotanos, y gentes de otras procedencias haciendo una inclemente fila, fuera del estadio Nemesio Camacho.

Este viernes se lanzó una campaña publicística en contra de la procedencia constitucional y política del mecanismo plebiscitario; encabezada por el Fiscal General, el polémico Eduardo Montealegre, quien ya se va, y el Contralor General, Edgardo Maya Villazón, quien se queda. Hubo una solicitud de consulta por parte del magistrado ponente, Luis Ernesto Vargas, a la ciudadanía, con respecto a la iniciativa del Plebiscito por la Paz, sobre cuya procedencia se pronunciará la Corte Constitucional en fecha próxima.  

El refrendo de los Acuerdos de Paz, es el objeto de una disputa no zanjada, que encabezan el gobierno de Juan Manuel Santos, un burgués bogotano, heredero indirecto de un imperio mediático, y las Farc-ep en cuyo comando está Rodrigo Londoño Echeverri, Timochenko.

Este quindiano, cuyo sobrenombre recuerda a Semión Timoshenko (1895-1970), mariscal del ejército rojo, héroe de la II Guerra Mundial. Rodrigo es el hijo de una familia de campesinos acomodados, oriundos del Quindío, tierra también de Manuel Marulanda, y los hermanos Vásquez Castaño.

Ambos, Juan Manuel y Rodrigo, burgués y campesino de procedencia, establecieron y señalaron públicamente, que el fin de la negociación de la paz sería el próximo 23 de marzo. Pero, ya no queda duda para casi nadie, que lo ocurrirá en cambio, en esa fecha, es el anuncio del cese bilateral al fuego.

Sobrevendrá la espera para agotar a satisfacción los seis puntos de la agenda de paz, cuya negociación empezaron dos cachacos bogotanos, Juan Manuel Santos, de ancestro liberal, y Guillermo León Sáenz, de familia laureanista, y de cuya muerte se responsabilizó el primero, en una acción de guerra, según el parte oficial.


Una familia encartada

“Otro testigo, el mayor de la Policía Juan Carlos Meneses, relacionado con bandas del narcotráfico, logró en Venezuela la protección de Chávez y Maduro, y en Colombia el apoyo del más nefasto apóstol de la teología de la liberación, el cura Javier Giraldo, para acusar sin prueba alguna a los hermanos Uribe Vélez…
El cura Giraldo, quien también dio su apoyo a Eunicio Pineda, es de tiempo atrás uno de los grandes protagonistas de la guerra jurídica desatada por los áulicos de la izquierda y de las Farc para lograr la condena de civiles y militares que los han enfrentado.” Plinio A. Mendoza, “La mentira, arma de guerra,” en ET, 11/03/2016, debes leer, p. 15.

                                                            En los anteriores días de esta semana inolvidable, hubo un agite en las toldas del Centro Democrático, CD, el partido del Uribismo que hace oposición a la negociación de paz con las Farc-ep, por todos los medios a su alcance, mientras favorece el avance capitalista de clara estirpe neoliberal.

El agite vino por el lado de la familia del expresidente ganadero, y gran empresario del campo puesto que antes fue apresado su hermano menor, Santiago, luego de veinte años de un proceso criminal inconcluso, por la interrupción decretada por el entonces Fiscal, Juan Camilo Osorio.

La investigación se reabrió hace unos años, con el recibo de nuevos testimonios, en particular, las declaraciones del mayor de la policía, Meneses, quien fuera partícipe de las andanzas criminales de la banda paramilitar “Los Doce Apóstoles”,  a la que la periodista Olga Behar dedicó un libro, que ya va por su séptima edición.

Santiago fue capturado en Medellín, y trasladado al búnker de la Fiscalía, en Bogotá, de donde fue “rescatado” por su abogado, el penalista Granados, mientras su hermano ex presidente se encontraba en Washington, solicitando medidas cautelares, para su familia, en primer lugar. Luego vino la aparición de sus dos hijos, quienes se presentaron voluntariamente a la Fiscalía, con una declaración, y previniendo que se librara contra ellos orden de captura, en una causa que se adelante contra el zar de la chatarra, Jaime Arias, con quienes ellos tuvieron relaciones y trato comercial aún por determinar.

Entonces, el senador Uribe Vélez alertó también acerca de la eventual captura del que fuera su candidato presidencial, Oscar Iván Zuluaga, quien viajó luego a Washington para pedir protección de instancias internacionales, allí, y luego en Europa. Tales son los antecedentes, de una jornada en el congreso, donde el CD, en lugar de retirarse del recinto, como lo hizo, cuando fue notificado de la captura de Santiago Uribe, para irse a protestar a las afueras del palacio de Nariño, esta vez dejaron constancias de su desacuerdo con la reforma a la Ley de Orden Público, pero dejaron de ser filibusteros de su trámite.

Esta acción, no pocos analistas la califican de un aggiornamento con la paz, plagado de constancias que servirán luego para reclamar si la paz resulta un chasco. Entre otras anotaciones están las referidas a las zonas de concentración de las Farc-ep, un asunto que se está discutiendo y acordando por estos días en La Habana. 

Así pareciera, dicen los más suspicaces, que el trato benigno con Santiago, regresándolo a Medellín, y poniéndolo en una guarnición militar, más no proceder a librar orden de captura contra los hijos del expresidente, ha suavizado el entusiasmo opositor de la paz por parte del Uribismo.

(CONTINUA)

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