lunes, 9 de octubre de 2017

HOMENAJES Y SEMBLANZAS DE UN HÉROE SUBALTERNO
LA INMBORRABLE PRESENCIA DE ERNESTO GUEVARA DE LA SERNA

miguel angel herrera zgaib
Director XIII Seminario Internacional A. Gramsci
HOMENAJES Y SEMBLANZAS DE UN HÉROE SUBALTERNO
LA INMBORRABLE PRESENCIA DE ERNESTO GUEVARA DE LA SERNA

El compañero y colega, Héctor Peña Díaz, a quien conozco desde nuestros tiempos de estudiantes en la Universidad Nacional, escribe una semblanza, "El Che, el hombre y el destino", donde la estética realista de Mantegna, un pintor preferido del maestro Fernando Botero, le permite establecer un significativo, ejemplar parangón, con el Ché fusilado, asesinado en la escuelita abandonada de Bolivia, cuando pensaba en acto para darle impulso decidido a la revolución tricontinental.

En La Higuera, Ernesto, Ramón, no perdió el sentido de la realidad, en el trance final cuando iba a ser asesinado, en contados minutos, fusilándolo en el sitio que yacía, le dijo al ranger que lo vigilaba día y noche, que le dijera a su esposa que se volviera a casar, y a Fidel que estuviera preparado para el estallido de una nueva revolución.

El Cristo Muerto,

Impulsando un reino que no era de este mundo, y el Ché, en vida coautor de la primera revolución triunfante en América Latina, son incomparables en muchos sentidos. Este profeta armado, con sus apóstoles del nuevo tiempo, cayó vencido militarmente en la parte agreste y selvática de Bolivia. Pero su ejemplo se hizo música, imagen y estímulo para muchos en todos los continentes.

Después fue exhibido como trofeo y para escarmiento de los habitantes de la vecindad. En esa inusitada procesión, una bella madona/maestra de escuela rural boliviana lo fijó de manera indeleble a su recuerdo.

Nosotros

En los diez años del XIII Seminario Internacional Gramsci, haremos un homenaje al guerrillero heroico, profeta armado contra las dictaduras al servicio del capitalismo. Heraldo del hombre nuevo prometido por la sociedad comunista en larga y tortuosa construcción.

Para hacerlo hemos invitado a un destacado académico, filósofo y politólogo, Edgardo Romero, profesor titular en la Universidad Martha Abreu, en Santa Clara, que guarda los restos de Ernesto Guevara en un bellísimo panteón, que para visitarlo, el peregrino tiene que atravesar parte de los barrios populares de la ciudad, para llegar a la emblemática explanada.


Es este un homenaje silencioso, en compañía de los subalternos, quienes hicieron posible y sostienen a la primera revolución socialista de América, y los jóvenes que en un parque cercano juegan al fútbol, como cualquier día lo hizo el joven médico rosarino en Bogotá, en el periplo continental que empezó en motocicleta con el compañero Granado, y que terminó llevándolo a Guatemala, en el otro extremo de América, donde la rebeldía ancestral era encauzada por el reformismo del coronel Jacobo Arbenz.

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