domingo, 4 de febrero de 2018

APÉNDICE A CAPÍTULOS III Y IV

DISTRIBUCIÓN Y REDISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA SOCIAL EN LA HISTORIA
SOCIALISMO vs POPULISMO – 

LUIS MEJÍA, Ph.D. en Economía


Índice:

La distribución de la riqueza según la organización social
1. Sociedades tradicionales
2. Sociedades esclavistas
3. Sociedades feudales
4. Sociedades guerreras
5. Sociedades coloniales y neocoloniales
6. Sociedades contemporáneas
7. Las economías capitalistas

8. Guerras, despojos y acumulación de riqueza

La redistribución de la riqueza en países específicos
9. Movimientos revolucionarios del siglo XX
10. En Colombia: la colonización cafetera
11. En el Lejano Oriente

Presentación

Este es un apéndice al tercero y cuarto capítulos de la colaboración que estamos desarrollando el Profesor Miguel Herrera Zgaib, Universidad Nacional de Colombia – Bogotá, y yo sobre el tópico Socialismo y Populismo.

En este apéndice introducimos una serie de ejemplos históricos, pacíficos y violentos, de distribución y redistribución de la riqueza, así como el impacto que esos eventos han tenido en las sociedades que los vivieron. Nuestros ejemplos no son sistemáticos. 

Su propósito es familiarizar al lector con una variedad de situaciones reales sobre la manera como la riqueza cambia de manos en el curso de la historia. Conviene advertir también que este es un trabajo en desarrollo. 

Ahora, como antes, invitamos a nuestros lectores a participar con sus sugerencias, críticas y adiciones.

La distribución de la riqueza según la organización social

1. Sociedades tradicionales

En las sociedades primitivas todo se tiene en común y se distribuye igualitariamente. En las sociedades patriarcales el jefe del hogar es el dueño titular de lo que tiene y produce la familia y lo distribuye entre los miembros de la misma a su juicio; el hijo varón primogénito hereda su puesto[i].
Algunas veces el patriarca usa parte de su fortuna para comprarle marido a sus hijas (es lo que llamamos dote), otras veces el hombre compra mujer con una parte de su fortuna.

En los Andes es tradicional que los patronos de fiestas de pueblo paguenn los gastos de recreación y alimentación de toda la comunidad, siguiendo tradiciones de los pueblos aborígenes que obligan a los hombres relativamente ricos de la aldea a correr con los gastos de celebraciones cívicas y religiosas, reduciendo de paso la riqueza de estos.

2. Sociedades esclavistas

En las sociedades esclavistas lo que producía el esclavo iba en parte a cubrir los gastos de su mantenimiento y el resto, incluyendo sus hijos, se distribuía entre los miembros de la clase dominante. Lo que el esclavo producía pertenecía a su amo.

Así fue en Haití hasta 1789, cuando la rebelión de los negros destruyó el statu quo, y en el resto del Caribe hasta la abolición de la esclavitud en la segunda mitad del siglo XIX.

Igual ocurrió en los Estados Unidos hasta 1861, cuando los sureños se fueron a la guerra civil en defensa del derecho que tenían para ejercer propiedad  sobre otros seres humanos; se negaron a aceptar que este derecho, natural, legal y consuetudinario, fuera a desaparecer por culpa de la política norteña de abolición gradual de la esclavitud.

De manera similar, Julio Arboleda, caudillo conservador y católico colombiano, encabezó una guerra civil en 1851 para oponerse a la emancipación de los esclavos decretada por el gobierno liberal del presidente José Hilario López, y fue derrotado. La guerra acabó formalmente con la propiedad privada ejercida sobre otros seres humanos en Colombia.

3. Sociedades feudales

En las sociedades feudales la riqueza que producían los siervos iba en casi su totalidad a la clase de señores o castellanos. Dependiendo de la generosidad o prudencia de estos una porción, apenas suficiente para que sobreviviera y se reprodujera, quedaba en manos de la clase servil.

De  tipo parecido, con modificaciones impuestas por el mercantilismo predominante de la época, fue la explotación de los indios –en la forma de mitas y encomiendas- durante la colonia española en las Américas. Esta explotación ocurrió a partir de la conquista de finales del siglo XV y se fue aboliendo de manera gradual y a diferentes velocidades en los varios países que surgieron de los procesos de independencia americana.

4. Sociedades guerreras

En las sociedades guerreras la riqueza de los pueblos vencidos se distribuía entre los vencedores: una porción mayor para el capitán de la banda o ejército, una porción menor para los soldados; escuderos, palafreneros, pajes y sirvientes recibían el salario que hubieran contratado con sus amos.

 Ahora bien, una buena porción de esa riqueza social producida por los vencidos y expropiada por los vendedores terminaba en manos de los prestamistas que financiaban las campañas y gastos de los señores, de comerciantes que compraban a los soldados los frutos de saqueos, rescates de rehenes y robos, y de proveedores de útiles y servicios para las tropas.

Así se enriquecieron tanto el  patriciado romano, con el cónsul Julio César incluido, la aristocracia inglesa durante la Guerra de los Cien Años y, después, la chusma española, portuguesa, inglesa y francesa que conquistó a América;  y los portugueses, ingleses, alemanes, franceses y holandeses que conquistaron el Asia y el África.

Después de las guerras anticoloniales las riquezas y privilegios de los europeos pasaron a manos de los capitanes criollos que los derrotaron y de sus parientes civiles.

Los Estados Unidos se convirtieron en un imperio multicultural y multilingüe por medio de la guerra. Arrebataron sus tierras a las naciones aborígenes en una sucesión de tratados firmados y violados constantemente en el curso del siglo XIX. En la guerra de 1846-1848 anexaron la mitad del territorio mexicano. En 1893, bajo la protección armada de la Marina estadounidense, hombres de negocios de esta nacionalidad derrocaron el gobierno nativo de Hawái e impusieron su anexión a los Estados Unidos. 

En la guerra de 1898 quitaron a España la posesión de las Filipinas, Guam, Puerto Rico y Cuba. Bajo amenaza de guerra contra Colombia crearon en 1903 la república de Panamá y asumieron control de la faja del Canal. Todos estos eventos sirvieron para enriquecer a porciones de la población blanca estadounidense.

5. Sociedades coloniales y neocoloniales

Los conquistadores de un país dan paso a una relación colonial entre su país de origen y el pueblo vencido. En las relaciones de mercado internacional los países dueños del capital establecen relaciones neocoloniales con países pobres.

En estas sociedades coloniales y neocoloniales las riquezas de los pueblos subalternos se transfieren a los países militar o económicamente dominantes; los pueblos nativos las producen y reciben una miseria en compensación por su esfuerzo, sus clases dirigentes reciben una renta modesta (como administradores nominales, consultores, vendedores de títulos de propiedad originales, intermediarios o funcionarios traidores de los intereses locales) en pago por facilitar la transacción.

Los países dominantes establecen en sus colonias un régimen de gobierno y de acceso privilegiado a las oportunidades de negocios para beneficio primordial de los nativos de la metrópoli. Los independentistas americanos justificaron su rebelión como una lucha contra ese régimen privilegiado.

Este es el tipo de distribución inequitativa de la riqueza a nivel internacional que han denunciado los pensadores socialistas, los agitadores nacionalistas y los populistas oportunistas.

Más recientemente estudios muy sofisticados, y documentados, como el que da celebridad al trabajo del francés Tomás Piketty, visualizan estadística e históricamente esta transferencia de riqueza. El trabajo de Piketty, importante como material de estudio, ha sido equiparado, sin fundamento, con El Capital de Marx[ii].

6. Sociedades contemporáneas

En el mundo de hoy coexisten sociedades en distintos grados de desarrollo económico y con distintas formas de producción. Ello se refleja en la manera como se distribuye la riqueza social. Por ejemplo,

1] La familia campesina es dueña de lo que produce en su granja privada,
2] los artesanos e inventores independientes se quedan con todo lo que producen, pero si usan un intermediario para ponerlo en el mercado se quedan solo con una parte,
3] los padres deben compartir lo suyo con los hijos menores y los miembros de una pareja en relación estable lo comparten entre sí,
4] los campesinos aparceros, los escritores y los artistas se quedan solo con una porción de lo que producen,
5] los socios que trabajan en una empresa se reparten lo que producen según el acuerdo que tengan,
6] los empleados de una firma reciben un salario que representa una fracción de lo que producen (aunque hay excepciones, como veremos adelante),
7] los accionistas de una firma reciben parte de lo producido aunque no lo hayan trabajado, y

8] las empresas desmesuradamente grandes cuando están a riesgo de quebrar fuerzan a los gobiernos a rescatarlas con fondos sociales, lo que da a sus accionistas y administradores una riqueza que no produjeron.

El fraude comercial, los desfalcos y la corrupción en la economía pública y privada son ejemplos de riqueza creada por un sector de la sociedad y apropiada por otro que no la produjo.

Algunos gobiernos ofrecen garantías de ganancias a los inversionistas extranjeros y les aseguran protección contra riesgos políticos y legales; de esta manera los inversionistas tienen asegurada una porción de la riqueza social hayan o no hayan ayudado a producirla.

7. Las economías capitalistas

El modo de producción dominante en nuestros días es el capitalista, aunque con adaptaciones y variaciones según el tipo de actividad económica, el grado de desarrollo tecnológico, la receptividad de la población y las circunstancias de cada país o región.

En el mundo capitalista uno es teóricamente dueño de todo lo que produce como trabajador independiente y de una pequeña porción de lo que produce como asalariado, el excedente (que los socialistas y los comunistas llaman plusvalía[iii]) pertenece al empleador o a los propietarios de los medio de producción.  Esta regla tiene excepciones:

1] los burócratas en altas posiciones del estado y los miembros de los cuerpos legislativos reciben una elevada compensación que con frecuencia no está correlacionada con su capital humano y su capacidad de producir y
2] los ejecutivos de sociedades anónimas y empresas de familia reciben una porción substancial de la plusvalía que producen y a veces son pagados aunque no produzcan plusvalía[iv].

Algunas sociedades toleran el  engaño de la propaganda, el parasitismo tradicional de algunos de sus miembros y el pillaje practicado por algunas empresas legítimas (ej., manipulación de los deseos de los consumidores para inducirlos a comprar mercancías inútiles o dañinas, familias principescas parasitarias, herederos improductivos de fortunas familiares, la tasas usureras en préstamos bancarios y de tarjetas de crédito),  todo lo cual se combina para entregar a algunas personas o empresas riquezas en cuya producción no han participado.

Allí donde predomina el sistema capitalista, la riqueza tiende a acumularse en pocas manos al mismo tiempo que la masa de la población tiene a acceso a un gran volumen y variedad de bienes y servicios -relativamente hablando-.
En las sociedades que no han alcanzado el desarrollo capitalista también se presenta acumulación de riquezas en pocas manos mientras que las masas anhelan la prosperidad, la variedad de mercancías y servicios y la calidad de vida que el sistema capitalista efectivamente genera para amplios sectores de la población.

El éxito de los políticos populistas con frecuencia es resultado de la insatisfacción de las masas con una clase dirigente que no ha sabido [1] crear las condiciones para la prosperidad capitalista o [2] que no ha distribuido más parejamente sus beneficios.

La propuesta socialista incumplida no pocas veces, en cambio, es la de lograr desarrollo y prosperidad sin acumulación desmedida de riqueza y de poder en pocas manos.

Este es un proceso de lucha contra la desigualdad que en el mundo de antes y después de la II Guerra Mundial ha requerido la existencia de un estado fuerte, respaldado por una coalición de fuerzas e intereses representados por la burguesía y el proletariado.

Estas coaliciones de clase permitieron construir los llamados Estados de Bienestar y Providencia que en Occidente sirvieron para poner en marcha diversas modalidades de redistribución de riqueza. En Oriente hubo procesos revolucionarios democráticos y socialistas que tuvieron logros importantes en la reducción de disparidades sociales, pero las interrupciones que sufrieron tuvieron consecuencias perversas para las libertades individuales y políticas de la población y para la sostenibilidad de los programas sociales.

El derrumbe del modelo soviético y el camino separado que han tomado sus satélites a partir de 1989 despiertan importantes interrogantes. ¿Qué impacto tuvieron sus instituciones de poder y sus políticas económicas y sociales en el sistema de producción y en el desarrollo humano de la población? ¿Qué legado dejó al mundo que lo ha reemplazado?

8. Guerras, despojos y acumulación de riqueza

Los normandos que conquistaron Inglaterra en el siglo XI despojaron de su riqueza a la antigua nobleza local y su rey la repartió entre sus nobles, aliados y familiares.

La conquista europea de las Américas en el siglo XVI estuvo acompañada de un despojo masivo de las tierras y tesoros de la población nativa (incluyendo su libertad personal) que se distribuyeron entre los invasores.

El gobierno blanco de Sur África, después de ganar muchas guerras de invasión y expansión contra la población originaria, expidió una ley en 1913 que reservaba el 90% de la tierra para sus habitantes blancos. Estos representaban apenas una tercera parte de la población. En el curso de los años y en ejecución de esta ley 3.5 millones de pobladores negros fueron removidos por la fuerza de las tierras que habitaban o cultivaban.

Los judíos israelíes han tomado como propias las  tierras, aguas subterráneas, plataforma marítima y playas de los palestinos pues consideran que son suyas luego de derrotarlos en varias guerras desde 1948.

Antes y durante la segunda guerra mundial Alemania y el Japón explotaron para su propio beneficio los recursos de los países ocupados y esclavizaron la población de estos en minas y factorías de material bélico.

Al final de la guerra los rusos desmontaron y mudaron a su tierra las fábricas que encontraron en la parte de Alemania ocupada por sus ejércitos.
En la Guerra del Futbol en 1969 los inmigrantes campesinos salvadoreños que habían colonizado la zona fronteriza de Honduras fueron forzados a abandonar las tierras que cultivaban; estas fueron luego distribuidas a particulares y oficiales del ejército hondureño.

El poder de la violencia es documentado en El gran nivelador: violencia e historia de la desigualdad desde la Edad de Piedra hasta el siglo XXI del historiador Walter Scheidel. Su detallado estudio de la evolución social sustenta la hipótesis de que la desigualdad de bienes e influencia en una sociedad resulta de la transmisión y continuada concentración de riqueza y poder de una generación a otra de la élite y que solo la violencia  produce una nivelación a gran escala[v].

Esta violencia niveladora se expresa de cuatro maneras, todas causantes de infinito sufrimiento:
- las guerras,
- las revoluciones,
- los desastres naturales y
- la desintegración de los estados y los sistemas económicos.
Como veremos en un capítulo posterior el pensamiento socialista ofrece una visión alternativa de cambio pacífico sin el sufrimiento que necesariamente acarrea el cambio violento.

La redistribución de la riqueza en países específicos

9. Revoluciones en el siglo XX

En el curso del siglo XX la revolución bolchevique y las revoluciones nacionalistas lideradas por partidos comunistas en Asia, África y Cuba despojaron de sus riquezas a las clases dominantes pre-existentes y en parte las distribuyeron entre las clases inferiores, en parte las acumularon en manos de instituciones gubernamentales.

10. En Colombia: La colonización cafetera

En Colombia ha habido eventos exitosos y fallidos de redistribución de la riqueza acumulada en pocas manos.

En 1861 un gobierno liberal ordenó la expropiación y venta en subasta pública de los llamados bienes de “manos muertas” de la iglesia católica. Pudo haber sido una redistribución de beneficio para las masas pero sus beneficiarios, al fin de cuentas, fueron los miembros de la clase dirigente de la época, formada por hombres de negocios, herederos de antiguas fortunas y no pocos militares forjados en la guerra de independencia o graduados en las subsiguientes guerras civiles.

En la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX una oleada de campesinos pobres del centro de Antioquia invadió las tierras pertenecientes a inmensos latifundios cuyos dueños alegaban títulos expedidos por la corona española y confirmados por los gobernantes de la nueva república.

Fue una rebelión colectiva que desconoció los títulos legales de propiedad y forzó al gobierno  a reconocer los derechos de los nuevos ocupantes. Los invasores crearon una próspera economía de granjas de familia en lo que hoy es el sur de Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío, norte del Valle y la zona cordillerana del Tolima.
De otra parte, miles de campesinos colombianos fueron obligados a abandonar sus tierras por la violencia rural que asoló al país en las dos últimas generaciones; esas tierras fueron redistribuidas por medios legales e ilegales a políticos y empresarios de clase media y alta.

11. La redistribución de la riqueza en el lejano oriente
Chiang Kai-shek y el Partido Nacionalista Chino (derechistas y dependientes de los Estados Unidos) perdieron la guerra civil que asoló a China de 1927 a 1949 y como último recurso de supervivencia invadieron la isla de Formosa, o Taiwan, donde crearon la República de China. 

En el continente Mao Zedong y el Partido Comunista Chino (comunistas y enemigos de los Estados Unidos) crearon la República Popular China.
En la década de los 50 los dos gobiernos -el derechista y el comunista- impusieron una drástica reforma agraria en sus respectivos territorios. En ambos casos el propósito fue el de distribuir entre los campesinos la riqueza acumulada en manos de los latifundistas.

Igual hizo el gobierno de Corea del Sur en la misma época, con orientaciones políticas y económicas de derecha.

El general estadounidense Douglas A. MacArthur fue nombrado comandante de las fuerzas de ocupación del Japón al final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Como tal su poder era inmenso y lo usó para reformar la estructura económica y social tradicional del país.

La reforma agraria que impuso fue rápida, profunda y expedita: para el año 1950 se habían redistribuido más de cinco millones de acres de tierra arable.
Desde entonces hasta ahora los beneficiarios de la reforma agraria han ejercido una poderosa influencia política en el país.

Corea mantiene vivo un régimen de subsidios agrícolas, dominan las políticas de importación de artículos agropecuarios y han mantenido por muchos años en el poder a los conservadores del llamado Partido Liberal, representante del singular liberalismo nipón.

Los estudiosos del tema consideran que la gran prosperidad contemporánea y la eliminación de la pobreza extrema en esos países fueron efecto de estas reformas agrarias[vi].





[i] La historia de los patriarcas de Israel sirvió de prototipo original para el estudio de este tipo de sociedad. En un episodio conocido y poco reflexionado,  que también sirve de prototipo a la subversión del orden establecido, Rebeca y su hijo Jacob se ponen de acuerdo para engañar a Isaac, ya viejito, ciego y distraído, y con su beneplácito le roban los derechos de progenitura a Esaú (Génesis, 25-28).
[ii] En septiembre de 2017 se cumplieron 150 años de la publicación del primer volumen.
[iii] De la plusvalía hablaremos en mayor detallen el capítulo sobre política económica.
[iv] Plusvalía es un concepto técnico en economía: se refiere lo que produce un trabajador que no está incluido en su salario; es lo que vale el producido que uno genera como trabajador -llámese obrero, peón o ejecutivo- y que la empresa no le pagan en el salario. Contadores, economistas no muy rigurosos y corredores de propiedad raíz han hecho un esfuerzo sostenido por eliminar el cariz subversivo de la palabra y han dado en llamar plusvalía a la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta de un objeto, lo que siempre se llamó ganancia o rédito. Eso es inventar ‘hechos alternativos’ a la manera de la administración Trump en Estados Unidos. Los académicos de la lengua castellana han seguido esta moda en su diccionario.
[vi] El profesor Guillermo Maya de la Universidad Nacional de Colombia - Medellín, hace un resumen de ese efecto en este artículo: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16701096



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